La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Monday, September 08, 2025

 Que lástima Javier..


ELECCIONES EN PROVINCIA DE BUENOS AIRES: Javier Milei: “Hemos tenido una clara derrota y hay que aceptarlo”. La Libertad Avanza sufrió una dura derrota en las elecciones bonaerense de este domingo 7 de septiembre, en las que perdió por 13 puntos de diferencia ante Fuerza Patria, el frente que reunió al peronismo bajo el liderazgo del gobernador Axel Kicillof.

Antes que nada, yo les pediría a los hermanos argentinos que de una vez por todas, me aclararen las diferencias entre peronismo y kirchnerismo. Porque muchos hablan de que triunfó el peronismo, y otros de que triunfó el kirchnerismo, en la figura del hijo mimado de Cristina Kirchner. Y recordando, por ejemplo, el audio que se filtró en 2018, de un llamado telefónico entre Cristina y su secretario, Oscar Parrilli, en el que se refería al partido  peronista de manera muy despectiva.

A los del partido los dejemos hablando solo. En absoluto vamos a ir a pelear”, decía en aquel momento Cristina, antes de completar con una grosería que se convertiría en uno de los clásicos de su biblioteca de exabruptos: “Que se suturen el orto. Aparte acá (en Santa Cruz) nunca le dimos bola al partido. Nunca”.  O cuando, el 2016, en una conversación con Antonio Cafiero, Cristina Kirchner, aludiendo a Perón aclaro: 'Yo, para ese viejo de mierda, no pongo mi firma". Y bueno, pero supuestamente hoy, ¡el kirchnerismo es el emblema del peronismo!

Pero me interesa volver al tema de la elección perdida por Milei. Acabas de perder una elección importante dentro de la Provincia de Buenos Aires, Javier. ¿Harás tu autocrítica? Porque me voy a atrever a hacer algunas reflexiones que creo puedan ser un aporte a las grandes conclusiones, detrás de todo esto.

1: Nunca desayunaste con la idea clara de que, pese a tus muchas locuras y divagues, llegaste a ser el presidente de todos los argentinos.

2: Que representabas a la gran República Argentina ante el reto del mundo.

3: Que tus ideas  profesionales, no eran el elixir de las experiencias mundiales.

4: Que no supiste oír la voz de un pueblo que te pidió desesperadamente un cambio, pero no que lo tomaras de rehén de tus propias creencias, y para hacer tus experiencias.

5: Que por tu sed de protagonismo personal, y de acuerdo a aquellos principios de Peter (*) puedes haber llegado al límite de tu incompetencia, para ser presidente.

6: Que por tu orgullo personal, deshumanizaste las expectativas y necesidades reales del pueblo argentino.

7: Que de acuerdo a todo esto, los Intendentes, y alcaldes, etc., que son quienes conviven diariamente más cerca de sus realidades sociales -las cuales tú has querido ignorar neciamente, para mantener tu proyecto - no podían votarte, porque sería suicidarse.

8: Que esto no significa que el pueblo argentino te haya repudiado ni negado: simplemente, en una instancia especial, y muy regional, te envió un mensaje para reclamarte que ya es hora de “un crecimiento económico con inclusión social”, que fue el gran mérito de los uruguayos.

9: Que es necesario, Javier, que bajes las revoluciones macroeconómicas, para valorar y potenciar el enorme esfuerzo y la enorme contribución de las microempresas, que son – más allá- las que producen más trabajo genuino para mejorar la sociedad.

10: Que no te deslumbres ni alcahuetees, los liderazgos tan descabellados como el  de Trump en Estados Unidos, y el genocida Netanyhau, en Israel; están muy lejos de nuestra sensibilidad latinoamericana. ¡Tu política exterior es un desastre!

11: No se si tu perro Conan te está aconsejando mal: pero yo te sugeriría que contrates a un especialista en comunicación y mercadeo.

12: Más allá de estas modestas sugerencias, te deseo toda la mejor suerte que el pueblo argentino se merece, y que tu le prometiste. Sería un suicidio volver a lo anterior.

13: Finalmente, que no olvides que los jubilados, los discapacitados, y los más necesitados, no son números, sino compatriotas, que dependen de la dignidad de su nación, y sus gobernantes.

 

Nota: El principio de Peter (Libro de Laurence Peter, y Raymond Hull, 1969) establece que una persona competente en su trabajo obtendrá un ascenso a un puesto que requiere habilidades diferentes. Si la persona ascendida carece de las habilidades requeridas para el nuevo puesto, será incompetente en el nuevo nivel y no volverá a ascender.

Saturday, September 06, 2025

 Y le pagaron para matar gente..

“Y salimos a matar gente, se titula el libro que en 2007 publicara el sacerdote y analista social venezolano Alejandro Moreno, Universidad del Zulia, cuyo título es seguido de una precisa explicación: “Investigación sobre el delincuente venezolano violento de origen popular”. En un capítulo especial, el Padre Moreno nos habla de varias entrevistas realizadas a jóvenes de 15 años, relacionados con el delito, la muerte, y sus motivaciones. Y uno de ellos aclara y declara que ”salimos a matar gente para que nos respeten”.
Y hoy me pregunto desde Uruguay, si será el mismo fenómeno que está destruyendo nuestra sociedad.

"Aquí se caen muchos mitos -aclara el libro - Y uno es que la pobreza no tiene nada que ver con la delincuencia. Es decir, tiene que ver en cuanto a que son pobres, pero no es por pobres por lo que delinquen. ¿Por qué lo hacen? Delinquen porque quieren sobresalir, quieren adquirir lo que ellos llaman respeto. Y respeto es imposición, miedo". Para ello, y según sus testimonios, salen a matar gente.
Claro, la pobreza, en estos casos no es tanto económica, sino intelectual; que es peor que la económica; pues depende de un proceso de educación y formación humana en principios y valores, para lo cual es necesaria la gestión de quienes deben administrar los recursos de la nación. Un ser humano sin respeto a principios y valores comunes, es un peligro para la sociedad. Y para el mundo entero. Recordemos que todas las armas de destrucción humana, fueron creadas por la mente humana.
Por ejemplo; el diario El País, en su edición del 31/08/2025, nos informa que “Imputan a adolescente de 16 años por homicidio en Malvín Norte: solía juntarse con la víctima y le pagaron para matar”. Y prosigue aclarando que “el fallecido era hijo de un líder criminal de la zona que controla la venta de drogas en la zona desde hace varios años, y tenía antecedentes vinculados a estupefacientes". Los investigadores presumen que una banda rival ofreció dinero para darle muerte”, en el complejo de viviendas INVE, en Malvín Norte. El menor, de 16 años, esperará la acusación fiscal recluido en una de las instalaciones del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa).
Los ejemplos importados. O sea, sí, tenemos las previsiones institucionales adecuadas, para internar a estos pequeños monstruos humanos, una vez que ya cometieron sus delitos. Pero aparentemente, no las adecuadas para prevenirlos. También se aclara que fue una moto la que apareció repentinamente, y desde ella uno de sus ocupantes disparó. ¡Mi Dios! ¡Esto me hace recordar las épocas de Pablo Escobar, en Colombia, o del Chapo Guzmán, en México! ¡Pero no es en Colombia ni en México, es en Uruguay! ¿Cómo podemos haber permitido que esta brutal violencia y degradación humana haya llegado a nuestra sociedad?
La mayoría de nosotros hemos visto – y hasta disfrutado como entretenimiento -los violentos métodos de exterminación por medio de sicarios motorizados (una nueva técnica llegada a Uruguay) a través de películas como “Sicario”, y las series sobre Escobar y el Chapo.
A través de estas películas, muy premiadas por cierto en los principales festivales cinematográficos, hasta estar propuesta para un Oscar, y otras, se muestra cómo, en qué condiciones, y por qué, las mafias criminales organizadas reclutan y preparan jóvenes con expectativas inciertas, dentro de un modelo criminal que -supuestamente -puede brindarles reconocimiento social inmediato, riqueza y fortunas ilimitadas sin necesidad de gran sacrificio laboral, y satisfacciones y placeres impensados. ¡Carajo; la verdad que la oferta es interesante!
En Uruguay, mucho de esto lo aprendimos, mayormente, de los colombianos; a su vez, la explotación de los cajeros automáticos de los chilenos; a organizar grandes operativos de robos contra bancos y financieras, de los brasileros; algunas técnicas y jodas de estafas y corrupción de los argentinos; también recibimos intentos de asalto a nuestros mejores hoteles punta esteños por parte de mexicanos; y algunas otras de ese turismo no deseado que recibimos, por ser un país tan amable, y receptivo, que con mucho esfuerzo, y aprendiendo de nuestros propios errores (pagados con nuestra propia sangre) nos cobran un PIB (en este caso “Producto a la Ineficiencia Bruta”) como sociedad humana.
Entonces debemos preguntarnos: ¿es que no hemos hecho lo suficiente para evitarlo? Y en este sentido, me interesa destacar un esclarecedor artículo de Leonardo Pereyra, en El Observador; quien destalla en su artículo “La lucha contra el crimen y los sospechosos de siempre”, los respectivos esfuerzos (o por lo menos sus intenciones) a través de los últimos gobiernos, en cuanto al tema de la seguridad. “Hace ya más de diez años que la principal preocupación de los uruguayos dejó de tener relación con la marcha económica del país, con el empleo o con los salarios -nos aclara Leonardo. “El avance de la delincuencia logró que el miedo se instale en buena parte de la sociedad y que la posibilidad de ser asesinado o de ser víctima de un asalto cause más desvelos que la plata con que se llega a fin de mes”.
“Los políticos han sacado apunte sobre este cambio reflejado en las encuestas y los últimos tres gobiernos, más allá de sus diferencias ideológicas, han tratado de lograr acuerdos en temas vinculados con la inseguridad. Pero es válida la sospecha de que esta búsqueda de acuerdos tiene que ver menos con la necesidad de políticas de Estado y más con la intención de licuar responsabilidades”. ¡Genial! ¡Lo aplaudo! Porque, además, tomárselo más en serio, implicaría una revolución social impredecible, en medio de nuestra pacata, golpeada, sacrificada, y a su vez beneficiada política sobre “derechos humanos”, que no siempre responde a las expectativas de los “humanos más derechos”.
Todos nos hemos equivocado. En este sentido, las diferentes administraciones, en lugar de realizar una autocrítica de lo actuado, convocan a comisiones o mesas interpartidarias con poco y/o, ningún resultado. Recordemos que el Frente Amplio, previendo la derrota, sacrificó en su último año a un joven, y serio profesional, Gustavo Leal, quien hizo un excelente trabajo destapando maniobras delictivas y enfrentándose incluso, cara a cara, con los protagonistas del delito. Pero ya era tarde.
Más tarde lo hizo renunciar a una comisión propuesta por Lacalle, también en su último año de gobierno, avizorando que tras la invitación al diálogo se escondía un manotazo de ahogado. Y actualmente hay otra convocatoria, esta vez por parte del presidente Orsi, en el inicio de su gestión. Entonces -nos interroga Leonardo Pereyra - ¿estos diálogos son instrumentos genuinos de búsquedas de consensos o tan solo una válvula de escape de gobiernos que necesitan compartir costos políticos?, ¿se trata de gestos institucionales o de confesiones de impotencia?
Porque es evidente que, en estos supuestos diálogos, o encuentros sociales, cada quien viene con su modelito partidario, ya elaborado, para poner encima de la mesa, condicionado por intereses, conveniencias, o posiciones sectoriales. Y esto es muy grave. Y urgente. Porque más allá de un insuficiente desarrollo demográfico, estamos perdiendo la gente joven, que debería ser el principal capital de una nación.
Analicemos las implicaciones de este último macabro caso: “Se trata de un menor de 16 años, que solía juntarse con la víctima, y a quien se presume que una banda rival ofreció dinero para darle muerte. Además, el fallecido era hijo de un líder criminal que controla la venta de drogas en la zona desde hace varios años, y tenía antecedentes vinculados a estupefacientes". ¡Dios! ¿Cómo hemos llegado a todo esto, en medio de tanta información conocida, que ya presagiaba estos desenlaces?
¿Hasta cuándo bandas delincuenciales enfrentadas, y ya identificadas, se adueñan intelectualmente de nuestros jóvenes, y pagando un flaco servicio por eliminación de los hasta ayer, convivientes, se apoderan de un barrio, o una zona, para destrozar vidas jóvenes y familias, y avergonzando a la sociedad?

¿Por cuánto matan, estos jóvenes sicarios, a otros vecinos, amigos o convivientes, como para arriesgarse a terminar en una cárcel, o muertos? ¿Por un par de dólares, unos championes de marca, o unas dosis de pasta base? ¡Qué negocio tan barato y tan redituable, a su vez, para quienes los contratan!
¡Quizá deberíamos aprender de sus métodos! ¿Es más efectiva la universidad del delito que la universidad de la república, y sus miles de oportunidades laborales? Porque en Uruguay, la educación es gratuita; ¡la pagamos entre todos los habitantes, y nos produce ciudadanos que dan orgullo a la nación!
Pero esa universidad del delito, que supuestamente también es gratis, la pagamos con vidas humanas destrozadas y una sociedad avergonzada. ¿Hasta cuándo, y cómo, y por qué, la educación ciudadana está fracasando, y produciendo monstruos humanos, en lugar de ejemplares ciudadanos?
¿Se acabó el recreo? Muy atrás quedó el “se acabó el recreo”, del cabildante Guido Manini Ríos y el proyecto de reforma constitucional “Vivir Sin Miedo” que catapultó a Jorge Larrañaga hacia el Ministerio del Interior, en el gobierno de Lacalle Pou. El recreo continúa, y el miedo en las calles, también. No estoy seguro de si es un problema de más mano dura, o más mano blanda; lo cierto es que entre un 70% de reincidencia de los liberados de las cárceles, y la toma de control de los barrios por familias de delincuentes, estamos ante una permanente reproducción del delito.
Entonces, sin duda es momento de aplicar otros métodos, otros conceptos, y otra forma de gestionar nuestra seguridad. En todo caso, y ya lo alertó algún informe de la ONU, hace muchos años, la custodia penal, la reinserción social, la capacitación laboral, y el rescate de los valores sociales, de quienes cometen delitos, no pueden seguir en el mismo Ministerio del Interior, y la policía, que es quien los identifica, los apresa, los enfrenta a costa de sus vidas, y los entrega a la justicia. ¿Acaso se sentirán, unos y otros, representados ante la sociedad?
Las bajas acaecidas en esta batalla por la vida, nos muestran que para morir, no hay distinción política, económica, ni social. Y vemos también los esfuerzos de nuestros policías desmantelando bandas de maleantes, abortando secuestros, cerrando bocas de distribución de drogas, rescatando plagiados, cayéndose a tiros y muriendo ellos también en esta batalla sin cuartel y sin sentido. El tema, mucho más allá de ser un combate policial, se convierte en una guerra social. Y esta guerra social no la ganaremos solo con las armas, sino con las ideas. Necesitamos más y mejores ideas; no sólo más y mejores policías.
Pero nadie se atreve a confesar, porque recibir la carga es muy fuerte, que tenemos un problema que depende más de educación, que de justicia.
En fin; la dejo por aquí, porque el tema es muy largo...

 ¿Fue Jesucristo un producto del marketing?


¿Jesús era blanco, delgado, de ojos azules y barbudo, o moreno, bajito y de cabello recortado?
Edison Veiga - Milán, para BBC Brasil -30 marzo 2018 -Nos aclara que después de siglos y siglos de eurocentrismo —tanto en el arte como en la religión— se sedimentó la imagen más conocida de Jesús: un hombre blanco, barbudo, de cabello largo castaño claro y ojos azules. A pesar de ser un retrato ya conocido por la mayoría de los cerca de 2.000 millones de cristianos que hay en el mundo, se trata de una recreación que debe haber tenido poco que ver con la realidad. El Jesús histórico, señalan expertos, muy probablemente era moreno, bajito y mantenía el cabello recortado, como los otros judíos de su época. La recreación elaborada por el brasileño Cícero Moraes, por ejemplo, muestra que los judíos que vivían en Medio Oriente en el siglo I, tenían la piel, el cabello y los ojos oscuros.
La dificultad para saber cómo lucía Jesús viene del mismo origen del cristianismo: el Nuevo Testamento, la parte de la Biblia que narra la vida de Jesús, no hace ninguna descripción de su aspecto. "Los evangelios no lo describen físicamente, no dicen si era alto o bajo, guapo o fuerte. Lo único que dicen es su edad aproximada, unos 30 años", comenta la historiadora neozelandesa Joan E. Taylor, autora del nuevo libro What Did Jesus Look Like?("¿Cómo lucía Jesús?") y profesora del Departamento de Teología y Estudios Religiosos del King's College de Londres, Reino Unido.
Y bueno, según mi propia y atrevida visión, ya que se trata de imaginarlo en la galería de los grandes redentores de la humanidad, yo me lo imagino -más allá de su aspecto físico -tan humano como mi gran ídolo, Mahatma Ghandi, o Nelson Mandela, o Martin Luther King,(entre otros) quienes -siendo humanos engendrados y paridos por humanos -intentaron redimir lo más básico y elemental de los derechos de nuestra humanidad. Porque si no aceptamos que somos humanos, no somos nada. Y si no somos nada, este planeta tierra ni debería existir.
Pero ni Ghandi, ni Mandela, ni Luther King, lograron posicionarse en la historia de la humanidad, como Jesús. Y para humanizar y visionar más estos ejemplos, me atrevo a citar algunas presentaciones publicitarias realizadas por algunos famosos publicistas, como el brasilero Roberto Dualibi (a quien tuve la oportunidad de conocer en Punta el Este) sobre el marketing, quien considera a Jesucristo y la Iglesia como el máximo ejemplo de ello, debido a su alcance, influencia duradera y capacidad para inspirar y conectar con una gran cantidad de personas a lo largo de la historia. Es cierto, también, que son producto de épocas y circunstancias muy distintas.
La idea no es nueva, nos advierte el portal PMK (Puro Marketing) y el extraer de la figura de Jesús, lecciones de marketing, es bastante habitual. No han sido pocos los que han encontrado lecciones de marketing, en la Iglesia, y teniendo en cuenta que es una organización que acumula más de 2.000 años de vida, muy mal no han estado haciendo las cosas en cuestión de mensajes y sostenimiento de la marca. “Ten un líder carismático”, contar con una persona carismática como líder, como embajador de la marca, es casi prácticamente un seguro de que se va a conseguir triunfar, al menos a la hora de llegar a los demás”, agrega.
Y bueno, eso es lo que ha motivado históricamente, a los publicistas, a utilizar personalidades conocidas dentro del ambiente del espectáculo, para presentar y recomendar sus productos ante las grandes audiencias televisivas. Ubicar figuras de simpatía (y supuesta empatía) y credibilidad, para rápidamente conceder credibilidad a nuestra propuesta comercial. ¡Como si el producto, por sí solo, no valiera nada, hasta que lo digan ellos!
Y lo que pretenden lograr los representantes políticos de nuestros tiempos, es más o menos lo mismo. Ubicar un producto (personaje) con la suficiente credibilidad y empatía, emocionalmente, para que nos represente políticamente. Aún sin analizarlo y preferirlo racionalmente. Porque somos cómodos mentales; no queremos que nos obliguen a pensar y reflexionar. Simplemente que nos den nuevas emociones para confiar.
Y creo, hermano humano, que la burrada más grande de la humanidad, es haber transformado todo -nuestras vidas personales, profesionales, y sociales - en un gran show diario, y creciente, de protagonismo personal. Hace poco leí un artículo sobre cuales son los fundamentos de la permanente felicidad, atribuida a los países nórdicos. Allí nos habla de “La Ley de Jante: igualdad sobre individualismo”, un pilar cultural de los países escandinavos; un código tácito que desalienta el individualismo extremo y promueve la igualdad social. “Nadie debe sentirse superior ni destacar públicamente. Esto refuerza la idea de que la estabilidad social es más valiosa que la ambición personal”.
¡Vaya! Que enorme diferencia con los postulados de nuestro entorno regional, en el cual el quien eres, lo determina el cuanto tienes. Y me da por pensar en Jesús, ese hijo de mujer humana, pero a quien la Iglesia pretende ignorar como producto del elemental desarrollo de la raza humana -a través de la procreación natural -creando como padre engendrador una figura difícil de asimilar: “el espíritu santo”. Como hombre, y padre, me siento frustrado.
Conste que en esa época no existía la famosa IA (Inteligencia Artificial) con sus diversos “Asistentes virtuales y chatbots”. Y me hubiera encantado conocer a Jesús, a pesar de que no se aclara tanto sobre su vida hasta llegar a esos treinta años de su particular condena, sacrificio humano, y posterior ejecución, en la barbarie humana de una crucifixión. Porque si creo, que humanamente, debe haber sido un buen amigo en quien confiar, un compañero intelectual con quien razonar, y un ejemplo de entrega personal.
Vaya pues mi saludo a la Iglesia (yo me preparé inicialmente en la congregación cristiana salesiana, que gestionaba la Escuela Agrícola Jackson, en Uruguay, hoy convertida en un enorme polo de desarrollo personal y profesional a través de Jacksonville, y Zonamerica. ¡Como me hubiera gustado, Jesús, que estuvieras representado, más aquí, en nuestro modesto pero ejemplar Uruguay, que en las grandezas y riquezas ornamentales del Vaticano, en Roma.
Te la dejo ahí; flaco, blanco, delgado, de ojos azules y barbudo, o moreno, bajito y de cabello recortado, porque sin duda has sido un referente universal -obligado -que más se ha destacado, para conglomerar a tanta gente, tantas creencias, y tantos valores compartidos, entre tanta confusión, que no aporta mayores diferentes.
Un abrazo..

 ¿Al mundo le falta un tornillo?


A veces, entre tanta y cuanta conflictividad humana creciente, uno recurre a evocar aquellos conceptos tan simples, populares, y existenciales, de nuestra cultura popular, buscando encontrar respuestas más específicas, que científicas. Porque si bien la conflictividad humana ha sido siempre una constante, y pese a ella, o a través de ella, la humanidad ha avanzado tanto, logrando impensadas creaciones tecnológicas, revolucionarias investigaciones científicas, inapreciables medicamentos, avances para mejorar la salud humana, una cascada interminable de aplicaciones para facilitar cada día más nuestro relacionamiento, aún una parte de los habitantes de este único planeta tierra en donde vivimos los humanos (¡supuestamente sin habérselo arrebatado a nadie!) sigue empeñada en la destrucción de unos, para el enriquecimiento -y aún el lucimiento -de otros.

Y entonces, en momentos tan especialmente deshumanizantes y degradantes, se nos vienen a la memoria las letras de aquel tango argentino-uruguayo compuesto por José María Aguilar Porrás con letra de Enrique Cadícamo en 1932, “Al mundo le falta un tornillo”, cuyos versos aluden a la crisis de la década de 1930, con un formato de canción de protesta mezclada con la ineludible apelación al lunfardo: “Todo el mundo está en la estufa, triste, amargao y sin garufa, melancólico y cortao”.

Y si; no hay duda de que hay razones para que una buena parte de nuestros convivientes vivan en un mundo triste, amargados, desesperanzados, brutalmente relegados, y atrozmente cortados. A nivel mundial, hay más de 120 millones de personas desplazadas por la fuerza, incluyendo tanto refugiados como desplazados internos, según datos de ACNUR a finales de 2024. Pobre gente, y pobre humanidad; teniendo en cuenta que se invierten tantos miles de millones de dólares en guerras genocidas, asesinas, y degradantes, humanamente.

Y lo más triste es, como sigue aclarando el tango, que: “El ladrón es hoy decente, a la fuerza se ha hecho gente, ya no encuentra a quién robar, y el honrao se ha vuelto chorro porque en su fiebre de ahorro, él se "afana" por guardar”.

Y bueno, pero es que si en países como Estados Unidos, Argentina, o aún Brasil, se sigue admirando y venerando, a los dirigentes políticos que más han defraudado, burlado, estafado, engañado, y atentado contra la constitución y las leyes, de sus países (Trump, Kirchner, Bolsonaro, como los más emblemáticos, ) la verdad, creo que sí; ¡que al mundo le falta un tornillo! O más de uno. Y suplicaremos, como en las letras del tango: “Que venga un mecánico, pa’ver si lo puede arreglar”.
El nacionalista Trump, el del “Make América Great Again”, acusado en vergonzantes episodios de promover ataques al congreso de la nación, intentando desconocer los resultados de las elecciones presidenciales, y condenado a pagar millones de dólares por fraude al Estado de Nueva York, es una de las primeras imágenes de ese mundo raro, difícil de entender entre humanos. ¡Y fue electo por segunda vez, presidente de los poderosos Estados Unidos de Norteamérica, con gran porcentaje de aprobación -aún dentro de los sectores populares!
En Argentina, a su vez, los Kirchner -convertidos en los nuevos peronistas - robándole las banderas al modelo del populista General Juan Domingo Perón, hicieron de las últimas décadas los ejemplos más descarados de corrupción, engaños, mentiras, y enriquecimiento personal. Al punto tal que la Corte Suprema de Justicia de Argentina confirmó la condena a 6 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos de la expresidenta -y luego vicepresidenta -Cristina Fernández de Kirchner, por el delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado.

Lástima, porque significó un nuevo espejismo a través de algunos beneficios sociales, que luego se diluyeron en su sustentabilidad, produciendo más pobres, más inflación, más empleo informal, y encubriendo una red de corrupción, con enriquecimiento familiar. ¡Décadas perdidas para el crecimiento y enriquecimiento del grande y rico pueblo argentino, que dejaron cifras deplorables en pobreza, endeudamiento, inflación (el castigo de los pobres) y una deplorable imagen política y social!
Y hoy, la expresidenta está condenada y presa, con tobillera incluída, en su propio hogar, por respeto a su mayoría de edad.

En nuestra hermana Brasil, a su vez, la Corte Suprema decidirá a partir del 2 de septiembre si el expresidente Jair Bolsonaro es culpable de haber tramado un golpe de Estado contra el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, lo que podría llevarlo a la cárcel (15.08.2025). El fallo de los magistrados concluirá un proceso penal iniciado en marzo, contra el exmandatario (2019-2022) por supuestamente haber intentado impedir la asunción de Lula, luego de que este lo derrotara en las elecciones de 2022. Y al igual que Trump, arengó a lo más salvaje y radical de sus seguidores a tomar la sede del gobierno, destrozando todo lo que se pudiera, para que la sociedad se pudriera, y se confundiera.
Por algo Trump, hoy trata de intervenir y castigar con sus caramelos arancelarios, al país norteño que soberanamente, decide hacer justicia por sus propias leyes y valores. (¡Una payasada norteamericana!) ¡Y sin embargo, Bolsonaro sigue teniendo cientos de miles de simpatizantes, que se reúsan a creer en lo que ven sus ojos, y escuchan sus oídos!
Y es que entonces deberíamos preguntarnos; ¿por qué, si estos personajes han demostrado ser nuestro mayor engaño, nuestro fracaso como sociedad democrática, socioeconómica, y la representación de los antivalores que no permiten unirnos en nuestra existencialidad, los seguimos reverenciando, votando, y destacando, pese a sus implacables ejemplos de incompetencia y mediocridad? Sin duda sigue existiendo -aunque tantas veces repetido -el fenómeno humano entre la emocionalidad y la racionalidad. No razonamos, simplemente votamos. Y en ese grande pero a su vez pequeño acto -de no más de tres minutos -de meter una boleta en una urna, decidimos las experiencias que nos hayan tocado como nación, y lo que deseamos como aspiración.
Lo lamentable, es que confundimos nuestros legítimos reclamos racionales, con una simple manifestación emocional de nuestros sentimientos y resentimientos personales, sin considerar sus consecuencias para el resto de la sociedad. Y así, no va. Aquí nos falta un tornillo. No va a ser fácil lo del mecánico especializado que pueda ajustar algún tornillo en este mundo tan desajustado; pero siempre habrá que confiar en algún Mesías creado, que venga a tomar la posta de Jesucristo y sus discípulos. Jesucristo, por lo pronto, ya afirmó -ante quienes quisieran escucharlo y postularlo –¡que no vuelve ni resucitado!
Nuestros actuales líderes políticos y sus promesas de recetas mágicas de bienestar, están desgastados, agotados, y hasta ridiculizados. Confiemos pues, en las nuevas generaciones; quizá por ahí puedan venir los mecánicos capaces de identificar los tornillos que nos falta ajustar.
Amen.