La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Saturday, June 25, 2022

 Uruguay: ¿y un muro fronterizo?


Hugo Alconada Mon es un argentino reconocido en su país como sinónimo de periodismo de verdad, por mandar a prisión a empresarios y procesar a gobernantes, y por cuya actividad afirma que, en Buenos Aires, no puede ir al shopping con sus hijos. Fue y es amenazado, y muchas veces se pregunta “para qué carajo” hace lo que hace. Y durante una visita para participar en un seminario sobre periodismo de investigación organizado por la Universidad ORT, afirma que los uruguayos ayudan a la corrupción y al lavado de activos argentinos”.

Además, ha calificado a Uruguay como “La meca del lavado de activos”, dado    que siempre aparece mencionado en todas las indagatorias de corrupción argentina, como destino final del flujo del dinero sucio, y sin mayores consecuencias. “Sea en la ruta del dinero de la corrupción o en la ruta del lavado del dinero de la corrupción, siempre hay una etapa o una escala en Uruguay. Pasó en los casos de Siemens, IBM, Skanska, Lava Jato, en Odebrecht, Ciccone”, aclaró Alconada.

Y aprovecho la oportunidad brindada, para hacerle algunas aclaraciones. Los uruguayos no hemos pensado nunca en cerrar las fronteras de nuestro paisito con un muro fronterizo, o un cercado de miles de kilómetros, como hizo Estados Unidos con cada gobierno, y de a puchitos, y que últimamente fue la gran promesa de campaña fracasada de Donald Trump. Menos aún, algo como aquel muro de la vergüenza que erigieron los alemanes (Berlín) como forma de separar su ignominia por no poder construir una nación abrazados y como hermanos.

Es cierto, también, que, por ello mismo, y como somos -por suerte -un país tan abierto ecológica, natural y hasta humanamente, así como ingresan excelentes empresarios e inversores, y ciudadanos del mundo enamorados de nuestra simple y sencilla forma de vida y costumbres, también ingresa, cada tanto, toda mierda hecha delincuencia proveniente de nuestros países hermanos, y algunos más allá. Fíjese que en estos casos que usted denuncia, Siemens, IBM, Skanska, Ciccone, fueron casos emblemáticos de la gran corrupción argentina, que hasta le costó el puesto (caso Ciccone) a un vicepresidente de la hoy vicepresidenta de la nación (Amado Boudou) con una condena a cinco años y 10 meses de prisión en la cárcel, más beneficios de prisión domiciliaria.

Si; la hoy vicepresidenta -en aquel entonces su presidenta -y hoy también con varios procesamientos dolosos en curso. Y no creo que los uruguayos hayamos tenido nada que ver con esa vergüenza, que hoy da pie a estas otras vergüenzas, como tampoco se nos pudo probar ni juzgar nada, sobre los otros casos planteados.

“¿por qué los narcos brasileños están viniendo para Uruguay y no se quedan en su país? -pregunta Alconada - ¿Por qué los narcos paraguayos en vez de quedarse en Paraguay se vienen al Uruguay? Preguntas bastante tontas, por cierto, dado que ningún malandro que se precie de tal, se conforma hoy con el mercado interno, sino que al estilo de los mejores “emprendedores”, salen a explorar y explotar otras oportunidades. Y si es en las cercanías mejor. Para ello somos el MERCOSUR, y nuestras fronteras abiertas facilitan la huída.

Alconada nos recomienda también observar lo que pasa en el departamento de Artigas, elegido por los narcos para arrojar desde las avionetas los bolsones de droga, porque tienen la oportunidad de que, ante un problema, giran para un lado y se van a Brasil o giran para el otro y escapan por Argentina. ¿Ve usted, estimado Alconada, lo que yo le decía sobre nuestras fronteras abiertas? Y el asunto no es solo por Artigas. En 2011, una avioneta lanzó un cargamento de 400 kgs. de drogas en campo de Soriano. Y apresamos a un ciudadano y la decomisamos. En 2016, una avioneta arrojó tres bultos de estupefacientes en un campo de Salto, y tres de 10 personas fueron procesadas con prisión.

En mayo del 2020, se incautaron 454 kg de cocaína arrojada en campos de Artigas, y dos hombres fueron imputados por tráfico ilícito de estupefacientes. En mayo del 2021, y en dos operativos, nuestras fuerzas de seguridad impidieron la salida de más de 1,5 toneladas de cocaína y desarticularon a una banda criminal dedicada al narcotráfico en todo el país.

Y yo me permito recordarle que aún tenemos aquí algún ejemplar del lavado de dinero y otras cositas venido desde su país, como el sindicalista Sr. Balcedo, (¡qué negocio es el sindicalismo en Argentina!) al cual juzgamos, condenamos, encerramos, y le extrajimos ya algunos cuantos dólares, autos de alta gama y alguna valiosa propiedad, antes de enviárselo a ustedes. Nosotros no tenemos la culpa de que a los corruptos argentinos les guste también venirse a vivir al Uruguay.  ¡Aunque si tenemos la satisfacción de que también les guste venir a vivir, e invertir, en nuestro país, a una muestra de los más exitosos empresarios argentinos!

Podría comentarle un sinfín de casos de delitos frustrados, narcos extraditados (le recuerdo simplemente el caso de Gerardo González Valencia, líder del cártel Cuini, "la organización de tráfico de drogas más rica del mundo", extraditado durante 2020 a EE.UU.) así como crímenes aclarados, bolsones con droga recuperados y delincuentes apresados, etc. etc., de los cuales Google y el periodismo especializado, pueden dar fe. Y es de hacer notar que, si bien los ahorristas argentinos se han refugiado durante décadas en Uruguay para protegerse de las turbulencias económicas en su país, Uruguay reformó sus normas sobre secreto bancario a fines del 2010, para cumplir con estándares de la OCDE.

Por otra parte, bueno es recordar que, en diciembre, 2012, y ante la insistencia Argentina durante años, para la concreción de un acuerdo de intercambio de información tributaria, Uruguay convirtió en ley un acuerdo tributario que facilita el acceso de Argentina a información financiera de miles de sus ciudadanos con cuentas bancarias en nuestro país, en un intento por combatir la evasión impositiva y el lavado de dinero.

Algo que, más allá de las primeras percepciones, temores y alarmas, derivó en que los argentinos hacen hoy la mayor inversión histórica de capitales, pero en obras inmobiliarias, y en negocios productivos que han repercutido en miles de empleos para los uruguayos. Mientras que los depósitos de no residentes son una parte relativamente menor del pasivo de los bancos uruguayos.

Y un último dato: según el reciente informe elaborado por el laboratorio de ideas Américas Society/Council of the Américas (AS/COA) y la consultora Control Risks, por tercer año seguido, Uruguay lidera la lucha contra la corrupción en América Latina, y volvió a ocupar la primera posición del ranking. Y no; no es que nos consideremos mejores que nadie, simplemente, nos esforzamos mucho.

Estimado Alconada; agradezco la información proporcionada, y le repito que Uruguay no tiene intenciones de levantar muros fronterizos para protegernos de nuestros hermanos. Por ello me permito solicitarle encarecidamente que profundice sus investigaciones y denuncias ombligo adentro, porque la hermosa y generosa Argentina, está pasando por momentos cruciales en los cuales parecería que la justicia se negara a sí misma. Y porque, así como usted afirma que los uruguayos “ayudan a la corrupción y al lavado de activos argentinos”, lo cierto es que “los argentinos no ayudan a los uruguayos a detener la corrupción y el lavado de activos que producen en su territorio”.

 

Thursday, June 23, 2022

 ¡Excesos peligrosos!


Una medida gubernamental que considero extremadamente necesaria y oportuna, fue el exigir a las empresas comerciales que fabrican alimentos, aclarar en los envases los posibles excesos de ingredientes que pueden dañar la salud de las personas. “Exceso de Sodio”, “Exceso de Grasas”, “Excesos de Grasas Saturadas”, “Exceso de Azúcares”, a partir de un Decreto del año 2020.

Y quiero contarles, brevemente, la experiencia personal que me llevó a aplaudir esta medida. Para aquellos que no me conocen personalmente, les aclaro que, si bien no estoy considerado un mal tipo, soy un poco bestia e impulsivo, y me rindo fácilmente ante promociones que -con un mínimo de seguridad en calidad y origen - enamoran mis escasos recursos financieros. Y ello me llevó, hace unos tres años atrás, a degustar un alimento sopa, cuya oferta promocional en precio y rendimiento, me aseguraban una propuesta alimenticia muy conveniente. Tal fue el caso que, enamorado de su sabor y precio, procedí a consumirlo dos veces diariamente.

El resultado fue que, antes de una semana me subió peligrosamente la presión arterial, de un normal de 12 en alto, a un 22 y creciendo, por lo cual debí llamar a mi emergencia SWAT. Y tras las preguntas de rigor, sobre sucesos o circunstancias especiales que pudieran haber cambiado mis hábitos alimenticios, descubrieron mi bestialidad de inyectarme vía oral y muy disfrutablemente, más de 1.000 mg. de cloruro de sodio diariamente.  ¡Vaya! Simplemente me indicaron que podría haber reventado como un vulgar sapo, sin siquiera haberme dado cuenta. Desde ese día, se los juro, aprendí a cuidar mi tendencia natural, y revisar, por lo menos, los contenidos en sodio, en lo que consumo.

Y esto me ha reafirmado, entre otras cosas, la conclusión de que los seres humanos somos propensos a tomar decisiones importantes para nuestro futuro, sin haber consultado suficientemente el contenido de las propuestas recibidas, y el alcance de sus ingredientes. ¡“Cloruro de Sodio: 550mg. aclaraba aquel envase! Y yo, como bestia primaria que soy, ni se me había ocurrido leerlo, y menos aún atenderlo.

Y se me ha ocurrido llevar esta experiencia a un gran tema que nos une y a su vez nos divide, y que nos hace querernos, fanatizarnos, u odiarnos, a los uruguayos, según nuestras preferencias políticas. Los uruguayos hoy, según los analistas internacionales, somos el ejemplar país con “democracia plena”. ¡Y no es poco decir ante el enchastre de nuestros hermanos latinoamericanos! Pero quizá al igual que en los alimentos, tenemos el uso de algunos ingredientes que conspiran contra la salud democrática. Algunos “excesos”, que amenazan la convivencia y mas allá la coexistencia como nación. Tal es el caso de un “Exceso de Democracia”, un “Exceso de Sindicalismo”, o un “Exceso de Proteccionismo”.

Y no es que estos ingredientes sean malos en sí mismos; sino en la forma y cantidad en que los utilizamos. Democracia, Sindicalismo, y aún Proteccionismo, son elementos básicos en una sociedad que se precie de avanzada, y respete los derechos ciudadanos de su población. Pero en sus excesos frente a una mayoría republicana, puede elevarnos peligrosamente la presión, llevarnos a cometer injusticias sociales, y a un exceso de proteccionismo excluyente que dañe las arterias por donde fluye la economía y la sustentabilidad de la nación. Y ningún sector de la actividad nacional, está libre de caer en estos excesos.

Me preocupa especialmente el exceso de sindicalismo, que pueda llevar a una hipertensión en la relación laboral, por parte de algunos sindicatos con exigencias abusivas y por fuera de convenios acordados. Me refiero, por ejemplo, a una cooperativa lechera que es orgullo del Uruguay en gestión y eficiencia, y la mayor exportadora de la región, quien, luego de haber soportado siete años de durísimas privaciones para sus legítimos propietarios- productores, los esforzados tamberos, se encuentra en medio de un nuevo conflicto. Esta vez porque, habiendo mejorado sus resultados en las últimas rendiciones -lo cual fue aprovechado para adquirir nuevos y más eficientes equipos para la industrialización de sus productos – es rehén de un abusivo sindicato que, en demanda de más beneficios, está dificultando la entrega del vital producto a la población, amenazando incluso con obstaculizar las exportaciones.

Es de hacer notar que este sindicato en especial es de los más privilegiados dentro del sector laboral, con salarios y beneficios muy por encima de la media nacional, y aún de las ganancias de muchos pequeños productores, cuyo trabajo es por demás sacrificado.

También el insólito caso de los empleados de ANCAP (FANCAP) una empresa estatal quebrada financieramente, a la cual hubo que recapitalizar con fondos nacionales en más de U$S 800 millones, y con pérdidas sistemática de US$ 8 o 10 millones por año en los últimos 20 años, en el negocio del portland, ahora obstaculizando la iniciativa gubernamental de asociar este sector de actividad con un privado. ¡Sin tampoco ofrecer alternativas, más allá de seguir sangrando al Estado! O el rechazo del PIT-CNT a una elemental reforma a la Educación, que detenga el deterioro creciente y reconocido - por más de varias décadas - y por todos los partidos.

O el de obstaculizar la imprescindible reforma de la seguridad social, comprometiendo de por vida, la viabilidad financiera del Banco de la Seguridad Social, máximo organismo de quien depende la vida, de los presentes y futuros jubilados. Y ni que hablar de los nuevos paros de funcionarios portuarios en complicidad con la operadora Montecon, quienes, habiendo recibido los beneficios de la privatización, ahora se lamentan de los usufructos abusivos y mal obtenidos, frente a su par, competidor. ¡Claro, mientras les convenía a ellos, tanto como a los compañeros de la empresa competidora, silencio absoluto!

Podría citar otros de estos excesos que amenazan la salud de la nación. ¿Excesos de Democracia; Excesos de Sindicalismo; o Excesos de Proteccionismo?  Saquen ustedes las conclusiones. ¡Lo que me permito sugerir, para no repetir mi peligrosa experiencia con el exceso de sodio, es detenerse a leer, analizar, e interpretar, los posibles daños de algunos de los ingredientes en exceso, en los componentes, más allá de su promesa en precio y sabor!

 

Tuesday, June 07, 2022

 ¡Argentina, en su mejor momento!


No, no es una broma, ni una sátira, ni un chistee de mal gusto.  Quiero demasiado a los hermanos argentinos como para permitirme ese tipo de irrespeto. Es, simplemente, que son desesperantes y desesperanzadores los datos que se acumulan hoy, ayer y siempre, de tantos males que la aquejan por más de 70 años. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) (2021) 4 de cada 10 personas son pobres en la Argentina, no pueden comprar suficientes alimentos, y deben recurrir a comedores gratuitos u otro tipo de ayudas. Y de no ser por los subsidios estatales, gran parte de los hogares más pobres habrían caído en la indigencia.

La elevada inflación interanual —51,4%— encoge las ayudas, que apenas alcanzan a las familias para subsistir. Los menores se llevan la peor parte, ya que más de la mitad son pobres. Y todo esto, en uno de los países más ricos de la América del Sur. Que produce y exporta alimentos para satisfacer a buena parte del mundo, pero no puede asegurar la alimentación a sus niños ni al resto de sus ciudadanos.

Y es que son precisamente estos datos y estas realidades las que me llevan a afirmar que hoy, Argentina, está en su mejor momento. Si; en su mejor momento para desnudar mentiras y evaluar falsas promesas, de quienes han vivido y usufructuado de esta situación, erigiéndose en protectores de los más necesitados y manteniéndose en el poder gracias a ellos. ¿Más de 70 años de peronismo, y más de 15 de Kirchnerismo, han resultado en esto? ¡Vaya! Que los argentinos son, o muy pacientes, o muy tontos.

Porque mientras prominentes integrantes del gobierno acumulan jubilaciones y pensiones millonarias, el pueblo acumula miserias y debe pasar necesidades porque el generoso “plan platita” no le alcanza.

Porque mientras los máximos dirigentes sindicales se enriquecen comprando propiedades de lujo, los trabajadores camioneros los putean haciendo colas interminables, desde las frías madrugadas invernales, en busca del gasoil necesario para ganarse la vida con su trabajo.

Porque mientras algunos de los más favorecidos con las retenciones a la producción agropecuaria disfrutan de cómodos sillones y aire acondicionado, los productores, en 19 provincias, se levantan en las madrugadas con escarcha, para hacer colas vergonzosas suplicando el combustible necesario para hacer funcionar su maquinaria y cosechar el alimento para toda la nación.

Porque mientras un gobierno torpe e inepto, sin planes ni programas de desarrollo, recibe desde siempre las voluminosas rentas derivadas de la producción nacional, ahora pretende crear una “renta Inesperada” para expoliar una vez más a los pocos que la producen.

Porque mientras el gobierno quiere crear una “renta inesperada” a los productores agrícolas, los productores cañeros de Tucumán advierten que la falta de gasoil amenaza a las cosechas de caña de azúcar con una “pérdida inesperada” de más del 30%.

Porque mientras el pueblo argentino padece de todos estos males -y algunos más - la vicepresidenta y el presidente se divierten mutuamente insultándose, y recambiando ministros a su antojo, causando más desaciertos para satisfacer sus mediocres caprichos.

Y porque ahora, además, deben soportar la burla de la vicepresidente, cuestionando y reclamando al presidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce, por dejar fugar miles de millones de dólares, en un momento en el que Argentina tiene un inédito récord de exportaciones, gracias a la liquidación de divisas del campo. Pero, ¿y cómo ¿no era Macri el que permitía que se fugaran miles de millones de dólares de sus amistades?¡Qué burla más grotesca!

Y porque para mayor vergüenza, el ahora execrado exministro de producción Matías Kulfas, al presentarle al presidente su carta de renuncia con un detallado repaso de su gestión, ratificó sus dichos sobre las presuntas irregularidades en la licitación del gasoducto Néstor Kirchner y criticó a Cristina Kirchner por sus declaraciones en el acto por los 100 años de YPF. ¡Si; celebrando los 100 años de YPF, que hoy no tiene gasoil para ofrecerle a sus productores! ¿No es otra burla grotesca siguiendo los caprichos de una ególatra, la cual ha tenido la osadía de construir, con recursos de todos los argentinos, un Centro Cultural Kirchner, para perpetuar su apellido? ¡Siendo la mayor inversión en un proyecto cultural hecha en la Argentina, en toda su historia!

¿Lo merece acaso? ¡Y como si fuera poco se ha dado el lujo de bautizar uno de los pocos proyectos útiles que pudiera dejar este gobierno, con el nombre de su difunto esposo, Néstor Kirchner! ¡Un gasoducto que sigue paralizado, por “presuntas irregularidades” (¿una más? mientras los yacimientos de Vaca Muerta siguen acumulando más gas del que se pudiera usar! ¡Y mientras el gobierno sigue utilizando los dólares que tanto escasean, para traer decenas de barcos con gas importado, por culpa de que el famoso tubo de Néstor Kirchner, no le funciona!

¿No hubiera sido más productivo para el pueblo argentino que en lugar de invertir los recursos en ese ególatra Centro Cultural, se hubiera construido el indispensable gasoducto para calefaccionar los hogares, y para que no tengan que cerrar cientos de escuelas por no tener calefacción para recibir a los alumnos? ¡Basta, por Dios!  ¡Solo resta que también quiera refundar la República Kirchnerista de Argentina!

¿Habrán aprendido algo de todo esto los sacrificados argentinos? ¿Seguirán permitiendo estas burlas absurdas? ¿A quién beneficia todo esto? ¿A que sectores de la población están beneficiando? ¿Al pueblo de a pie? ¿A los más necesitados, haciéndolos necesitar más? ¿A los más encumbrados que, de todas formas, siempre saldrán beneficiados? ¿A los que producen y deberían ser estimulados para producir más riqueza genuina, y salir del parasitismo colectivamente aceptado? 

Creo que en esta oportunidad los argentinos deberían utilizar muy bien esa famosa lapicera que se pasan entre ellos las máximas autoridades, pero con la cual ninguno de ellos escribe nada -no tanto porque se le secó la tinta -sino porque lo que es peor, ¡se les secaron las ideas!

Sin duda, y lo repito: ¡hoy los argentinos están en su mejor momento para reflexionar e intentar cambiar esa miserable realidad histórica decadente, que no merecen, y que tanto benefician a los que se benefician de sus necesidades! Porque están casi tocando fondo, y porque como aseguraba Einstein; “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

 
Alberto Rodríguez Genta

argentaster@gmail.com

Friday, June 03, 2022

 Violencia de Estado y terrorismo civil.                                                            


Meses atrás, la senadora frenteamplista Silvia Nane, novel presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, manifestó su preocupación por la decisión del ministro de Defensa, Javier García, de abrir al público la cárcel del pueblo donde los Tupamaros tuvieron secuestrados prisioneros, porque "significa poner en pie de igualdad al terrorismo de Estado y la violencia civil". Que terrorismo de Estado es matar, torturar, desaparecer personas con la anuencia y la coordinación de los recursos del Estado.

 Y el ministro le respondió que “es agraviante justificar violaciones a derechos humanos si son “violencia civil”. "Torturar, matar, desaparecer es repudiable siempre" expresó García, y reafirmó que la "cárcel del pueblo" es una "expresión del brutal terrorismo que asoló la democracia (1972)". Y sin duda, los dos tienen su parte de razón.

Por mi parte, me pregunto que beneficio, y para quién, puede arrojar seguir revolviendo ese poco de excremento que produjo nuestra historia, con tan lamentables resultados para la sociedad toda. Por otra parte, que a una de las acciones se le llame terrorismo de estado y a otra violencia civil, me parece demasiado infantil, por cuanto las dos encierran violencia y terrorismo.  Y las dos, en su momento, usan los mismos métodos violentos de torturar, matar y desaparecer personas. Así que también podríamos hablar de terrorismo civil y violencia de estado. Siempre que haya violencia va a haber algo de terrorismo, sea del lado que sea. Y viceversa.

Terrorismo. El Diccionario de la Real Academia Española define el término «terrorismo» como: Dominación por el terror.  Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”. O personales.

Violencia. Para Wikipedia “la violencia es el uso inmoderado de la fuerza (física o psicológica) por parte del violento o agresor para lograr objetivos que van contra la voluntad del violentado o víctima”. Para la Real Academia, es “acción y efecto de violentar, y acción violenta o contra el natural modo de proceder”.

Y todos quienes definen el fenómeno violencia, aclaran que hay muchos tipos de violencia. No es sólo la violencia física. Hay que mencionar también la violencia psicológica y emocional, que es el daño en forma de desconfianza o miedo sobre el que se construyen algunas relaciones interpersonales insanas. Y que es origen de problemas en las relaciones grupales, bajo formas como la polarización, el resentimiento, el odio, etcétera. ¿Les suena a algo, como la política?

Porque violencia es también cuando los políticos corruptos, olvidándose de sus promesas electorales, cometen actos en perjuicio del Estado de los ciudadanos, para enriquecerse a sí mismos. Y es una violencia de Estado tan indignante, que puede derivar en actos de terrorismo civil. También lo es la actitud de empresarios que bastardean y destratan a sus empleados, sin reconocerles su participación y sus aportes en el desarrollo empresarial. Y también es violencia cuando los sindicatos en sus reivindicaciones toman de rehenes al resto de la sociedad, implementando piquetes, huelgas, tomas y paros, que afectan al bienestar de los ciudadanos negándoles su derecho al desplazamiento, al trabajo, y al disfrute de los bienes y servicios esenciales.

Erradicar la violencia, construir convivencia. Hoy, el mundo entero está viviendo una crisis de violencia. En Uruguay no somos la excepción. Y son varios los factores a los cuales se les puede atribuir este fenómeno. Podríamos citar, por ejemplo, que todo acto de exclusión social entre gobernantes y gobernados, genera violencia. La falta de oportunidades laborales, las necesidades sociales insatisfechas para una vida digna, la imposibilidad de superarse y lograr mayores estadios de satisfacción, son otras. Y ni que hablar de la violencia y el terrorismo generados por los actos derivados de la delincuencia. Seres humanos que, al no sentirse aceptados y reconocidos por el resto de la sociedad (Ver pirámide de necesidades humanas de Maslow) optan por el uso de la violencia para satisfacer sus necesidades, por fuera de las reglas aceptadas por la comunidad. Y dentro de lo cual hay, sin duda, una responsabilidad social compartida.

Una de las prioridades de un gobierno, es buscar soluciones para que sus ciudadanos y sus familias pueden vivir en una vivienda digna. Y ayudarlos y capacitarlos para que ellos mismos produzcan las soluciones que les permitan empoderarse y superarse como parte de la sociedad. No en ranchos de lata, hacinados en una pieza, rodeados de aguas servidas y pozos negros, condenados a entornos que carecen de servicios mínimos, donde campea la droga y la delincuencia, y solo pueden sobrevivir en la lucha del día a día. ¡Porque esto también fomenta la violencia de estado y el terrorismo civil!

Y por eso celebro que, al fin, este gobierno haya decidido tomar como una prioridad nacional la erradicación de los asentamientos. Hay una planificación desde el Ministerio de Vivienda) y se ha creado un fideicomiso con fondos del Instituto Nacional de Colonización que permitirá gastar hasta 240 millones de dólares en tres años en estos planes.

Lo afirmé en uno de mis artículos anteriores; luego del acertado fideicomiso que implicó un esfuerzo nacional para hacer frente al coronavirus, el segundo y más importante debería ser el de la regulación de los asentamientos. Y sinceramente, estoy esperanzado en que comience a ejecutarse. Por una razón muy simple, si este gobierno no cumple con las expectativas sociales que prometió en campaña, logrando un muuuuy ajustado triunfo en las presidenciales, se despide nuevamente.

Ya comenzaron las obras en varios asentamientos de Montevideo, y ya se está trabajando en un taller de realojo a los nuevos propietarios que incluye la explicación de la responsabilidad que implica ser propietario y, entre otras cosas, pagar cuentas. ¡Esto último muy necesario para inculcar conceptos -de responsabilidad y pertenencia - y para no seguir simplemente regalando a los pobres, más pobreza! ¡Vaya! Que una vivienda digna y dignos servicios de educación, salud, y sustento familiar, ayudarán sin duda a disminuir la violencia.