La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Saturday, February 11, 2023

 Si la prensa es chismosa, no esperemos otra cosa..


Es tan lindo el Uruguay, pero tan chismoso, que nos parecemos a los argentinos; maestros del chisme, el show barato (aunque lo cobran caro), la banalidad, el destrato entre ellos mismos, la corrupción, y todo un universo de superficialidades que -quierase o no – los mantienen en el candelero. ¡Aunque claro, hubo épocas mejores! Y bueno, tendremos que reconocer que somos los hermanos menores, al decir del hombre que hoy amasa la massa, en aquel país.

"Uno tiende a querer diferenciarse de aquel al que se parece más. Con el que se parece menos, la diferenciación es casi natural, no hay que intentarla", dice el historiador y politólogo uruguayo Gerardo Caetano. Por eso, continúa Caetano, el uruguayo no busca diferenciarse del brasileño y sí del argentino. Pero no es fácil. En una nota de Ana Pais, para BBC News Mundo, y bajo el título En qué se parecen y diferencian Argentina y Uruguay (y qué tan cierto es que "más que hermanos, son gemelos") la periodista analiza pareceres y aconteceres, con nuestros hermanos tan cercanos, en un día electoral.

Y Ana, que de países sabe lo suficiente, como para testimoniarlo en su propio apellido, nos recuerda, por ejemplo, que: Argentina y Uruguay eligen a sus respectivos presidentes el mismo día, el domingo 27 de octubre. ¿Y si hay segunda vuelta? En ambos se celebrará, también, el 24 de noviembre. Hasta en eso coinciden estos dos países similares por demás, algo que se percibe desde afuera y se siente desde adentro”.

“Son tan vistosas (y audibles) las similitudes entre ambos países que a veces no dejan ver las profundas diferencias”, afirma Ana País. Y hace no mucho tiempo, una de las tantas “diosas” (como les dicen ellos a las mas protuberantes y exuberantes ejemplares femeninos de la farándula porteña) afirmaba a voz en cuello desde nuestra Punta del Este, que “Los uruguayos nos copian en todo”. ¡Carajo! ¡Y es que en parte tiene razón! Por algo nuestros más conspicuos medios de prensa, viven pendientes de cuanto chisme, despelote, escándalos, y estupideces baratas, se producen en aquel país. Y lo publican diariamente.

Y no es un problema de periodistas; ¡Uruguay, al igual que la Argentina, tiene excelentes periodistas! Es un problema de periodismo, y de quienes, manejando el negocio de la comunicación, prostituyen el noble oficio de la información.

El caso Astesiano, por ejemplo, es una novela uruguaya tragicómica que han ido hilvanado y difundiendo los medios de comunicación, desde un desdichado error del gobierno, y que avergüenza por el nivel de mediocridad periodística con el que nos alimentan. Y el cual, como país, mostramos. Un suceso lamentable, que ya está siendo ampliamente investigado en los ámbitos de la justicia, lo convirtieron en el alimento diario del chisme y la manipulación, en la búsqueda desesperada de exprimir el sentido del sensacionalismo como profesión.   

El método siempre es el mismo; algún alcahuete, por intereses políticos, económicos o lo que sea, filtra los chats de las conversaciones y declaraciones desde la fiscalía, y alborota el gallinero.  De ahí en más, toda la prensa se unirá en una misma orquesta, ejecutando las melodías de enchastres y salpiques personales que se mutiplicarán vertiginosamente,  alcanzando a cada vez más compatriotas, algunos por el solo hecho de estar en la vuelta. Y todo el aparato político, los sindicatos, y otros interesados, se sacan los ojos entre ellos mismos, con tal de marcar protagonismo, y marchar al son de la partitura. Demostrando la pobreza del contenido.

Y mostrando casos tan miserables, por ejemplo, como que dentro de una misma familia de trabajadores, el resentido directivo de una Central Sindical, y además directivo de una rama  sindical afiliada, aproveche para cobrar deudas a la presidenta de otro sindicato afiliado (el que representa a los policías) recordando  que logró mejoras salariales mayores para sus afiliados (que por su especial responsabilidad de representar la autoridad nunca fueron del agrado de la Central) gracias a una entrevista con presidencia solicitada y lograda directamente (y en momentos de alta complejidad) por medio de Astesiano. ¿Algo tan grave acaso? Y es que todo y todos se destruyen   en este especial y diabólico juego de chismes, conspiraciones, y manipulaciones, que alimenta y fomenta la prensa. Y que tan bien describe en el Príncipe, Maquiavelo, desde las miserias de la realeza.

¡Pero lo más grave es que hemos llegado a un grado de chismerío y poca seriedad tal, que, ahora, apenas el fulano Astesiano hace alguna declaración en  fiscalía, a los pocos minutos ya han sido chismeadas a la prensa! El jueves 9 de febrero, Astesiano declaró en Fiscalía, que le dieron “alas” y se sentía como un “jefe político”, y un montón de internas más que, supuestamente, deberían encajar dentro del secreto sumarial. Pues bien, ¡ya a primera hora del día siguientes, viernes, sus declaraciones estaban publicadas en la prensa! Acá hay mucha gente que está jugando sucio, al compás de los medios de prensa.

Y los medios de prensa están propiciando una repugnante caza de brujas, comprometiendo la dignidad de funcionarios policiales que recibieron órdenes directas del entonces ministro del interior, acerca de darle al ex -custodio presidencial, roda la información que solicitara.

Por favor, señores periodistas, un poco de dignidad profesional…No hagamos del chismerío y enchastre público, indiscriminado, un lugar donde vivir. ¡Dejen actuar a la justicia sin predisponer, diariamente, a la población! ¡Ustedes, supuestamente, están para enriquecer el noble oficio de la información veraz, imparcial, actualizada, y responsable,  y no para convertirse en chismosos de oficio!

Friday, February 10, 2023

 ¿Nos jubilamos, o nos jodemos..?


Actualmente, en Uruguay estamos haciendo una vez más uno de esos ejercicios de retórica personal, protagonismo ideológico partidario, y de negación opositora, que tanto nos encanta. Con un tema en el cual nos va la vida -o mejor dicho la sobrevida -del futuro de nuestros compatriotas. Se tata nada menos que de la aprobación de una nueva ley de Reforma de la Seguridad Social; las jubilaciones, pensiones, beneficios de retiro etc., y los beneficios con los cuales deberán sobrevivir en el futuro, quienes merecidamente se acojan a ellos.

La revisión de los esquemas de jubilaciones y pensiones es uno de los procesos técnicos y políticos más complejos que periódicamente vuelven a la agenda en todos los países del mundo. Las circunstancias que lo hacen necesario refieren a la valoración de tres aspectos centrales: la cobertura poblacional, la suficiencia o adecuación de los beneficios que entrega, y la sustentabilidad financiera de mediano y largo plazo, en el marco de la dinámica demográfica de las sociedades. Y hoy está planteado nuevamente, no sólo en Uruguay, sino en varios países del mundo, y en Europa, Francia e Italia, por ejemplo, la confrontación de que estamos viviendo un montón de años más, pero no queremos trabajar ni un año más.

 Stefano Casini, periodista internacional, en un reciente artículo en Uypress, nos recuerda  que el problema reside en que cuando se "inventó" el sistema jubilatorio, se apuntaba a una remuneración digna, proporcional a lo que se aportó durante los años trabajados, para poder finalizar una vida de 5-10 años decorosamente. Pero la edad promedio de vida no llegaba, entonces, a los 60 años, por eso se calculaban unos 5 años de aportes luego de la finalización del compromiso de trabajo. Actualmente, en cambio, en la mayor parte de mundo la edad promedio de las personas es de casi 80 años. Incluso vemos a muchas personas, vivir más de 90.

O sea que, en lugar de cobrar una jubilación por un lapso de unos 5 años-10, debemos calcularla en 20-30 años. Y el problema no está en cobrarla, sino en financiarla. Prever las fuentes de financiamiento, ante tamaño desfasaje. Cualquiera, más allá de las necedades políticas que toman el tema como fuente de obtención de protagonismo, sabe que el sistema de actual es inviable. Sin contar, entre otras razones, con que muchos de los puestos de trabajo tradicionales   desaparecen, día a día.  Y más allá, por los 80 millones de personas más que tiene nuestro planeta cada año, mientras que muchos puestos son sustituidos por máquinas, aplicaciones y robots, en un mundo más y más tecnificado.

Y aquí viene el otro problema: según cálculos de economistas y especialistas a nivel mundial, para que el sistema de pensiones se mantenga, debe haber 3 trabajadores por cada dos pensionistas, pero tanto en Europa como en nuestro país, el número es de 1.42.

Si en algo nos parecemos con los europeos es que, así como somos devotos de los beneficios que nos concede el estado, somos incapaces de asumir la responsabilidad de sustentar esos beneficios, a la hora de actualizar el sistema. Deberíamos asumir responsablemente que, con las retenciones de nuestro trabajo, hoy, pagamos a los que se jubilan hoy; mañana tendrá que haber alguien que lo haga por quienes se jubilen mañana.  Si se rompe este equilibrio, se jode cualquier Banco de Previsión Social”. ¿Queda Claro?

Hoy, en Uruguay, trabajadores, sindicatos, y partidos políticos, protestan, más que por falta de información o convicción, por simple ejercicio de negación, ante un proyecto de Ley presentado por el gobierno, liderado por un profesional más que capacitado, y luego de más de dos años de elaboración y consultas. ¡Es justo protestar porque se precisen más años trabajados para poder jubilarse; pero la realidad es tan evidente como contundente; el sistema, como está, no resiste mucho más! ¡Es hora de jugarse la responsabilidad política que nos demanda un futuro, ni tan distante, ni tan seguro!


De los sindicatos y los políticos no esperemos demasiado; ellos solo se juegan a sus cortos resultados, y marcan necios protagonismos, injustificados. Aquí es donde se impone, una vez más, y dentro de la población, la inteligencia racional, más allá de la inteligencia emocional.

Al fin y al cabo, ni el sacrificio es demasiado; se trata de compensar esos 5 años más de aportes, como forma de asegurar la sustentabilidad de los 20 o 30 años más, vividos dignamente. De lo contrario, «Dentro de poco tendremos un jubilado a quien pagarle por cada desempleado», ironiza Stefano Casini, analizando las actuales protestas para bajar la edad de jubilación en Italia,  que se suman a las de Francia, donde la gran mayoría de los sindicatos se movilizan en contra del proyecto de Macron, de elevar la edad de jubilación ¡de los 62 a los 64 años!

¿¡Estamos hablando de apenas 2  años más de trabajo, cuando hoy las expectativas de vida han subido en más de 20 - 30 años?! Por eso les sugiero, a los futuros jubilados, que se pregunten: ¿O nos jubilamos o nos jodemos?


Nota: Y por las dudas, a tener en cuenta: “en 2022, murieron más personas de las que nacieron en Uruguay. Y los datos preliminares 2022 del Ministerio de Salud revelan que la tasa global de fecundidad del país se sitúa en 1,28 mujeres en edad fértilEso significa que se está por muy por debajo del promedio mundial, bastante por debajo de la media regional, por debajo de la Unión Europea y, desde el último año, también de Japón. La demografía, que estudia la población humana en continuo cambio, dice que se requieren 2,1 hijos por mujer en edad fértil (entre 15 y 49 años) para que exista un reemplazo poblacional. ¿Y entonces? ¿Nos jubilamos o nos jodemos?