La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Friday, November 26, 2021

 Entre buitres y palomas.


Que los fondos buitres son chupasangre, no hay ninguna duda, pero cuando no hay otra, hay que venderles el alma. ¿Usted vio o vivió (¡ojalá que no!) que ante el desespero del hambre y la necesidad de las mínimas y vergonzosas condiciones de vida para su familia, uno tiene que aceptar lo inaceptable? Y tiene que salir a pedirle prestado hasta a su peor enemigo. Y bueno, a algo de esto y como esto, es a lo que se resisten nuestros hermanos argentinos.

El problema está en que al actual gobierno argentino no le gusta el FMI porque, necesitando demasiado les prestó demasiado, y ahora -porque jodió demasiado -es demasiado lo que tiene que devolverle. Pero tampoco le gustó tener que pagarles un montón de “platita” al Club de París y a los fondos buitres, porque les prestaron demasiado y les cobraron demasiado. ¡Joder! ¿Habrá alguien que les preste gratis para que sigan malversando los recursos que tarde o temprano tendrá que devolver todo el pueblo argentino? Y digo ¡TODO! Desde el más peludo hasta el más pelado.  Desde el más bendecido hasta el menos gratificado. 

Porque llega un momento en el cual, cuando la cosa se jodió tanto, tantos serán los perjudicados. Y como siempre, los más empobrecidos, serán los más jodidos.

Y digo malversando, no porque sea malo distribuir los dineros públicos del Estado en ayudar a las necesidades de los más necesitados. No; al contrario. Pero es que una cosa es utilizarlos para tratar de enriquecerlos intelectual y laboralmente para no seguir siendo unos parias del Estado, y otra cosa es utilizarlos para alimentar los casos de corrupción que, en su nombre, se han generado. ¡Porque en última instancia el problema no está tanto en que haya corruptos, sino que los corruptos se niegan a repartir la corrupción con los más necesitados!  ¡Vaya! Creo que si se repatriaran y se bienutilizaran, todos los dineros argentinos que -bien o mal adquiridos -están reposando, disfrutando, y generando ganancias fuera del país, en Argentina ya no habría más pobres.

Pero, y ¿cómo hacemos? ¿Cómo les damos la certeza a esos miles de argentinos que por elementales razones de precaución para preservar lo bien - y también lo mal - obtenido, tengan la confianza suficiente como para invertirlos en su país? ¿Cómo les damos la certeza luego de años y años de fracaso de sus dirigentes políticos implementando fracasadas políticas que han ido degradando más y más al país, succionando los recursos de los únicos que los producen?

 ¿Acaso hay una nueva receta para retener el capital -y volverlo productivo - que respetar sus lógicas expectativas de una ganancia deseada? ¿Acaso alguien descubrió una nueva y maravillosa forma de repartir lo poco que se tiene, entre los muchos que nada tienen, sin producirla? Bueno; es cierto que Jesucristo se subió al monte de Sinaí e hizo milagros con un par de panes. Pero Jesucristo era Jesucristo y no creo que ni Cristina Kirchner ni Alberto, tengan esas dotes. Y ya el mercado financiero argentino venía recibiendo señales de que el Banco Central no podrá soportar la ecuación de dólares que disminuyen y (la eyaculación) de pesos que se escabullen, y cada día valen menos.

No sorprendió tanto entonces que, tras el fracaso electoral, ahora el gobierno de Fernández & Fernández, anunciara que va a buscar un acuerdo con la oposición para terminar más o menos decentemente los dos años que le faltan, y que va a presentar un nuevo programa de entendimiento con el FMI para no caer en el default y terminar de joderse del todo. Claro; es una bonita forma de invitar a otros a joderse en común. No sorprendió tanto, tampoco, la noticia de que una vez más la Casa de Moneda no haya dado abasto en la producción de nuevos billetes de 1.000 pesos argentinos y 500, y haya tenido que contratar a imprentas del exterior para seguir el ritmo de la expansión monetaria. (¡Que negocio se perdió Boudou!)

Por otra parte, según el diario británico Financial Times, y citando una fuente del FMI en respuesta al pedido de reducir los recargos por la deuda que formuló el Gobierno de Alberto Fernández, los funcionarios del Fondo se oponen al pedido, y recuerdan la tradición argentina de pedir trato especial y luego decepcionar a sus acreedores. “No son el país por el que uno quiera hacer una excepción”, dijo un funcionario. O sea, no son inocentes palomas..

Como si fuera poco, el mismo Financial Times cita también a Marc Stanley, propuesto por el presidente de EEUU, Joseph Biden para embajador en la Argentina, quien señaló en el Senado de su país que es responsabilidad del gobierno argentino ofrecer un plan, pero aún no lo hizo. “Argentina es un bonito bus de paseo al que no le andan bien las ruedas”.

Y es que Argentina tiene un problema endémico de populismo destructivo. Y quienes siempre salen ganando, son los representantes políticos de quienes, mayoritariamente, siempre salen perdiendo. Frente a ello, el dúo Fernández/Fernández, quiere hacer olvidar a los argentinos que parte de los dueños del FMI somos países hermanos, y que por eso nos prestamos en condiciones humanas. ¡No somos los fondos buitres que tantas veces los desplumaron, y a los cuales les tuvieron que pagar, y mucho más caro, sin tanta demonización ni reclamos!

Así que no me vengan con esas pendejadas bolches de “No pagaremos al FMI con el hambre del pueblo”. Porque mi pueblo no tiene la culpa de sus burradas. ¡Máxime cuando ahora, en plena crisis de endeudamiento, el presidente argentino se da el lujo de anunciar la construcción del gasoducto Néstor Kirchner (¡¿ ?! cuya primera etapa demandará una inversión de $40.000 millones! ¿Le toman el pelo al pueblo argentino? ¡Y al mismo tiempo prohíbe a quienes viajen a disfrutar sus merecidas vacaciones, pagar el costo de sus pasajes y estadía financiados! ¿Chiste o dictadura?

Lo paradójico de todo esto, es que los títulos argentinos son, en este momento, uno de los mejores negocios del mundo: su precio es tan bajo que rinden hasta 24% en dólares, pero ..¡ni siquiera los “fondos buitre” los quieren comprar! Ni tan buitres ni tan palomas, entonces..

Confieso que no me gusta, particularmente, el periodismo de Lanata. Pero hace unos días en una entrevista de Carlos Tapia para El País de Uruguay, expresó unos conceptos que me llamaron la atención: Sucede que Argentina es un país muy provinciano, que vive como si el resto del mundo no existiera. Es una mezcla de provinciano con complejo de superioridad a veces y de inferioridad otras veces. Somos gente rara”.

¡Carajo! ¿Será cierto?

 

 

Sunday, November 14, 2021

 Veneguayos; una deuda entre hermanos.


Y es cierto lo que me comentó hace unos días mi amigo Pablo Gallarza, el cerrajero de nuestra zona del Cordón, hablando de nuestros nuevos vecinos -un par de jóvenes venezolanos que recientemente adquirieron el lavadero familiar pegado a la cerrajería  - y adonde yo llevo mi ropa desde hace más de diez años, desde que retorné al Uruguay, precisamente, desde Venezuela. Pablo me decía:

- ¿Sabes qué?  los uruguayos que somos tan opinadores, puteadores, críticos observadores de todo y de todos, y algunos incluso tan aduladores, del nefasto legado de la revolución bolivariana que ha obligado a millones de venezolanos a huír de su país, no ví que nadie escribiera un artículo que destacara especialmente la calidad de gente y la afectuosa y solidaria cordialidad con que, a tantos uruguayos que decidieron rajarse del país, los recibieron los venezolanos.  

Si; es cierto Pablo; todos nos regodeamos hoy criticando y haciendo gárgaras de democracia frente a los vergonzosos abusos y la brutal “burralidad”, de los actuales gobernantes (por fraude y complicidad) y de aquellos quienes perdieron – o a quienes les compraron -la dignidad venezolana. Y coincido contigo. Por eso yo hoy quiero hablar de esos venezolanos amigos ya desde la intuición, que nos recibieron a tantos miles de uruguayos, argentinos, españoles, árabes, portugueses, judíos, y no sé cuantos más, y que hoy son ellos los que nos piden una fraterna inclusión.

Si; es cierto; recibieron la cultura del cuanto “hay pa’eso” y “pónganme donde haiga”, fruto de la más nefasta cultura imperialista y capitalista de la explotación petrolera, y sus gobiernos alentaron la pobreza intelectual de la clase obrera. ¡Aprendieron que mantener engañados a los pobres, es un gran negocio! Y me calienta que nunca -mayormente nadie -quiso insertarse en entender y enriquecer la cultura venezolana, para ayudarla a superar sus estigmas. Yo conocí a muchos uruguayos triunfar en Venezuela, algunos dentro del mundo empresarial, otros dentro del mundo editorial, otros en el mundo del entretenimiento y la televisión (recuerdo entre otros el fenomenal éxito de Ariel Fedulo y sus programas humorísticos que hicieron furor dentro y fuera de fronteras).  

Yo llegué a Venezuela en 1991; muy harto y decepcionado de mi Uruguay, corrupto y entreguista.  Y si bien tenía allá un par de amigos uruguayos, no me costó mucho hacerme de otros tantos amigos, venezolanos. Tampoco insertarme dentro de lo más popular de su cultura, empaparme de lo más elemental de sus fortalezas y debilidades, y aportar mi cuota de compromiso en sus causas sociales, por añadidura. Porque los venezolanos son así; te abrazan como a un hermano, una vez que te conocen y les das una mano.

Según un “Informe de consultoría sobre emigración en Uruguay, realizado para el Banco Interamericano de Desarrollo” por Adela Pellegrino y Andrea Vigorito, y bajo el recuadro (Personas nacidas en Uruguay censadas en otros países ( ) desde 1960 y hasta el 2000)  se estima que la cantidad de uruguayos residentes en Venezuela se incrementó a partir de los años ’70 –‘80 (793 a 7.007) y se ha mantenido en el entorno de los 5400 a 4200  al año 2000.

Y es que más allá de los motivos políticos (huyendo de la dictadura) o simplemente buscando mejores oportunidades laborales (cosas que nadie te pregunta para recibirte, en Venezuela) vos aprendés a amar a los venezolanos. Porque son tan simples; porque son tan sencillos; porque en algunas cosas son tan sanamente inocentes, que llegás a perdonarles lo inconscientes.

Y porque disfrutando una polarcita (cerveza Polar), algún whisky con mucho hielo y revuelto con el dedo, algún ron Cacique o Pampero, o también Santa Teresa, que te ponen en la mesa de una tasca portuguesa o la de algún gallego, todas ellas muy amenas, conocerás la simpleza de un pueblo tan cordial que se te mete en las venas. Si; eso son los venezolanos diversos. Los de mujeres tan bellas que se cansaron de ganar el Mis Universo, y los de tantas estrellas que inspiraron los versos de un poeta Graterol, o un Simón Díaz, cantautor viajero que paseó su canción “Caballo Viejo”, por el mundo entero.

Y porque te envuelven en las alegrías de sus gaitas, y las arepas, y las cachapas, y los asados de cochino comprados en los puesticos, ubicados al costado del camino. Y los cafés y los abrazos entre amigos y vecinos. ¡Y allí entendés que si necesitas una mano, contás con un venezolano!

¡Tantos nombres tendría para recordar! De amigos de tascas y de tragos, pero también de trabajo con asociaciones de vecinos con las cuales compartimos y nos comprometimos   -y hasta nos arriesgamos -frente a los depredadores que intentaban sabotear los valores vecinales y familiares, a través de las drogas y los hurtos y una actitud delincuencial.

En los últimos años, Uruguay figura como uno de los países de la región que más población venezolana ha acogido entre los países del Cono Sur. Según cifras oficiales de Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para migrantes y refugiados de Venezuela, a febrero de 2021, un total de 14.926 ciudadanos venezolanos se habían establecido en el país.

Y sí; yo conozco a varios de ellos; y les extendí mi mano. Porque no vienen a joder, ni a inventar códigos humanos; vienen simplemente a laburar como enanos, en lo que sea, y agradecidos de corazón, por ser reconocidos en su auténtica razón, de ser venezolanos.

¡Un abrazo a todos ellos! ¡Y bienvenidos hermanos!

Monday, November 08, 2021

 Argentina; sexo y seso.

El día que Argentina simplemente se enserie de verdad, que se vuelva un país creíble y confiable para inversores, desarrolladores, productores, fabricantes, innovadores, y todo aquel ser humano que pretenda realizarse, expandirse, mejorar su posición empresarial y aún social y fundamentalmente, dejar una huella propia de su identidad productiva en este universo, ese día Argentina será la nueva tentación y la nueva revelación de los sueños que puede ofrecer la América del Sur.

¡Pero es que Argentina es tan bella, que todos quieren tener sexo con ella! ¡Y Argentina no necesita más sexo; necesita más “seso”! Porque vaya que para sexo, ya demasiado la han prostituido sus políticos. Necesita ser amada, conducida, gobernada, orientada, modernizada, posicionada, por gente con capacidades intelectuales acordes a lo que ella significa como nación.

Y eso requiere el uso del seso, más que del sexo. Aunque muchos se preguntarán, asombrados. ¿Y qué es eso?  Bueno, como primera definición, y consultando al gordo Google, nos dice que refiere a “Parte superior y más voluminosa del encéfalo, constituida por una masa de tejido nervioso y que se ocupa de las funciones cognitivas y emotivas y del control de actividades vitales como los movimientos, el sueño, el hambre, etc.” Pero no nos habla de actividades como gobernar, por ejemplo.

Por ello, si vamos a otra fuente, como el The Free Dictionary, nos aclara que, desde la anatomía significa “cerebro, masa encefálica contenida en la cavidad del cráneo”. Y aunque también refiere al Cerebro de una res o de un cerdo sacrificados para el consumo, a su vez nos habla de un uso coloquial entre los humanos: “madurez, sensatez de una persona para pensar o realizar una cosa”, poniendo, además, un ejemplo: “parece mentira que a tu edad tengas tan poco seso”. (O sea, cordura) Y bueno, aquí es donde se empieza a complicar la cosa argentina.

También nos pone ejemplos como: “devanarse o calentarse los sesos”. Y en sentido coloquial, “cavilar, pensar o estudiar mucho una cosa”. (No creo que esto aplique, es demasiado pedir..) Y también hace alusión a “perder una persona el seso”, en sentido coloquial “perder el juicio y volverse loco”. Esto ya se parece más a algunas decisiones políticas argentinas.

También refiere a hacer que alguien pierda la capacidad de actuar con sensatez.  Y finalmente, también nos aclara sobre la posibilidad de “tener sorbido el seso por una cosa o persona”; coloquial “desearla mucho o estar muy enamorado de su novia” (le tiene sorbido el seso). Aquí puede estar gran parte de la explicación del fenómeno de la política argentina. No tanto por lo de enamorado de su novia, sino por lo de tener sorbido el seso por una cosa o persona.

Y aquí sí empiezo a identificar, a compenetrarme y a penetrarle, a los problemas de la Argentina. Pero no voy a tratar de ponerles ni imponerles mis propios conceptos. Estoy seguro de que ustedes mismos van a poder interpretar -y ojalá que a descifrar -los grandes componentes del fracaso de esta hermosa tierra de la América del Sur.

Argentina y el sueño americano.

Tanto el expresidente Mauricio Macri, como el actual presidente, Alberto Fernández, destacaron en distintos foros que la Argentina es capaz de producir alimento para más de 400 millones de personas. Veamos: Según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), sumando los tres tipos de carne producidos, vacuna, porcina y aviar, alcanza un total de 5,7 millones de toneladas para consumo interno y para exportar a otros 112 países.

Se siembran unas 36,5 millones de hectáreas, lo cual indica que si ponen sus granos en camiones, la fila daría dos vueltas al mundo, pues Argentina produce más de 109 millones de toneladas de granos anuales. Produce, además, el estimado de una taza de leche para cada niño de Latinoamérica, pues la producción de leche en Argentina ronda los 10.527 millones de litros, registrando un aumento de más de 400 millones de litros respecto al año pasado. (Datos al 20-11-2019). Y siguiendo con el informe, el estudio arroja que US$ 6 de cada US$ 10 que se generan por exportación vienen del campo, aclarando además que $1 de cada $10 del Producto Interno Bruto (directo) provienen del sector. Esto es el 9,92% del PIB argentino.

Y como dato complementario, se especifica que la producción argentina de biocombustibles equivale a dar la vuelta a la luna 4 millones de veces: 3.858 millones de litros. Según el Banco Mundial, Argentina es una de las economías más grandes de América Latina, con un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente US$450 mil millones. Es un país líder en producción de alimentos, y cuenta con importantes reservas de gas y litio.

La alarmante cifra del INDEC. Pese a todo lo anteriormente señalado, según la Encuesta de Población Activa (EPH), publicada por el INDEC, la mitad de los argentinos no tienen acceso al agua, gas o saneamiento. El 49,1% de los habitantes de Argentina en el primer semestre de este año (2021) no tuvo acceso a servicios públicos esenciales como agua corriente, gas natural o saneamiento. "El 49,1% no accede a algún servicio", informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, dato que muestra un deterioro de la situación comparado con el segundo semestre de 2020, cuando el 46,4% de la población no accedía a alguno de estos servicios.

También nos aclara el INDEC, que más del 54% de los menores de 14 años, en Argentina, son pobres. Y volviendo al informe del Banco Mundial, se aclara que la volatilidad histórica del crecimiento económico, la pandemia de COVID 19, y el aislamiento social como forma de enfrentarla, agravaron la situación. La pobreza urbana es elevada y alcanza un 40,6% de la población en el primer semestre de 2021, y 10,7% argentinos están en la indigencia.

Estos datos no son para regocijarse nadie; en definitiva, son para lamentarse todos. Porque teniendo un país tan bello que hasta del turismo sólo podría vivir, no puede darle mínimas condiciones de calidad de vida a una gran parte de sus habitantes. Y no aportan nada los programas televisivos dedicados, exclusivamente, a descalificar al gobierno de turno. Porque ayer fueron otros, y mañana serán otros. Y el negocio de las parcelas individuales, que beneficia a algunos, es lo que está empobreciendo al gran concepto de Argentina, como líder del progreso sudamericano.

¡Yo se los pido por favor, y como hermano: enserien a la Argentina y rescaten los valores de sus recursos humanos! Los demás, los tienen naturalmente y como regalo. Utilicen el seso, más que el sexo. Y prioricen el orgullo de vivir en su nación, más que la ambición efímera de vivir en una gran mansión.

El día que Argentina simplemente se enserie de verdad, que se vuelva un país creíble y confiable para inversores, desarrolladores, productores, fabricantes, innovadores, y todo aquel ser humano que pretenda realizarse, expandirse, mejorar su posición empresarial y aún social y fundamentalmente, dejar una huella propia de su identidad productiva en este universo, ese día Argentina será la nueva tentación y la nueva revelación de los sueños que puede ofrecer la América del Sur”.

Alberto Rodríguez Genta

argentaster@gmail.com

 

Wednesday, November 03, 2021

 Derechos humanos y humanos derechos.                                                   


¿En qué estamos fallando..?

Nadie puede negar el valor de la lucha incesante por la defensa de los derechos Humanos, y al servicio de los humanos más carenciados y los más abusados de una sociedad. Pero recordemos que -muchas veces - algunos abusos en los derechos humanos se deben a que algún humano no procedió a derecho. O sea, no hubo algunos “humanos derechos”, en su proceder y actuar, frente al resto de la sociedad.

Según el portal de la UNICEF, “Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Las leyes relativas a los derechos humanos exigen que los gobiernos hagan determinadas cosas y les impide hacer otras. Las personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere los derechos de los demás”.

Podríamos afirmar entonces que los derechos humanos fueron creados para los humanos derechos, que, haciendo valer sus derechos, respeten los derechos de los demás. Sin embargo, en estos tiempos de tanta intolerancia y violencia en las sociedades, a todos se nos ocurre pensar que a un depredador no podemos tratarlo como a un ser humano. Y me refiero a esos seres supuestamente humanos que salen todos los días y todas las noches mentalizados especialmente, para hacer daño al resto de la sociedad. Y que, amparados en sus derechos humanos, desprecian los derechos humanos de los demás. 

Por ello si hay que herir hieren, y si hay que matar matan, y si hay que robar roban, y si hay que destruír destruyen, sin importarles derechos humanos ni pérdidas irreparables, ni familias destrozadas.  (Aún las propias) Ni hijos que quedan sin padres, ni padres que quedan sin hijos, ni seres humanos que quedan incapacitados, ni ancianos que son vejados y estafados, y una sociedad desgarrada por seres humanos que no sienten una pizca de sensibilidad humana. ¡Caramba! Es difícil esto de entender dónde están los derechos humanos ¿verdad?

Porque quienes se quedan sin sus seres amados o sus bienes esforzadamente logrados, no van a recuperar nunca ni sus bienes ni sus muertos. Y llevarán por siempre el dolor de las vidas perdidas. Pero quien hace el daño, irá unos pocos años a una cárcel que le suministra techo, comida, sanidad, algún entretenimiento, y si lo desea, la enseñanza de algún oficio en forma gratuita, y paga por la sociedad a quien perjudican. Pudiendo rehacer sus vidas.

¡Vaya! ¡Que es difícil de entender los límites entre el derecho de los humanos derechos y quienes, teniendo derechos humanos, se comportan como inhumanos! Pues que hasta se me ocurre que hay demasiados derechos humanos para los humanos menos derechos. Pero la pregunta que debemos hacernos es, cómo, y por qué, existen estos seres humanos totalmente deshumanizados y desvinculados del resto de la sociedad, y por qué han quedado condenados en ese inframundo de violencia y degradación hacia el resto de sus semejantes.   

No ha llegado sin duda, hasta ellos, el calor de un hogar bien constituido; de unos padres que les brindaran amor, paciencia, y dedicación, para encaminarlos a lograr ellos mismos, esos mismos sentimientos hacia los demás. Porque es imposible que un niño criado entre los brazos amorosos de su madre que le dio la vida y el primer alimento, y las caricias de un padre que les da sustento, aún con las carencias de muchos momentos de privaciones y descontentos, pueda volverse un depredador violento, de su misma familia humana. O sea; hablamos de crear y cultivar buenos ciudadanos, desde los inicios de su formación.

¿Y por qué nuestras enseñanzas de principios y valores que deberían ser compartidos, no llegan a todos? ¿Y por qué hay seres que matan a sus parejas, delante de sus pequeños hijos, y luego los abandonan quitándose ellos mismos la vida? ¿Es que no valoran en nada el derecho a la vida  de aquella mujer que ayer amaron, y los hijos que ellos mismos crearon? ¿Es que es tan grande el egoísmo personal, el resentimiento individual, y tan grande la impotencia intelectual, que nos hacen negar de la noche a la mañana a aquellas mismas personas que ayer amamos, y hoy, ya no nos importan?

Muy pobre debe ser la autoestima y la valoración personal de estos compatriotas que se nublan en sus mentes y se enceguecen en sus actos, para tratar de buscar una reivindicación personal a costa de eliminar su razón de ser en la humanidad.  Algo está fallando en nuestra educación.  Algo está fallando en nuestra comunicación. Algo está fallando en nuestro modelo de creación de ciudadanos aptos para la superación personal y colectiva, capaz de sustentar nuestro proyecto como nación.  

 Creo que habría que crear un gran Ministerio de la familia, pero no un MIDES que trate de resolver los problemas cuando ya fueron creados, sino uno que los prevea desde antes de su nacimiento. Yo me pregunto por qué, así como dentro de nuestro sistema de enseñanza, con los mismos profesores, los mismos textos, y los mismos conocimientos adquiridos, hay profesionales que se distinguen por ser mejores ejemplos que otros, hay a su vez compatriotas que, habiendo recibido las mismas lecciones educativas, logran ser peores ejemplos que otros.

El modelo de la Calidad Total, también aplica.

El algunas de mis charlas motivacionales, en Venezuela, yo establecía un paralelismo entre la formación de los ciudadanos y la fabricación de productos, de acuerdo al famoso modelo productivo de la “Calidad Total” de Edwards Deming, el norteamericano que resucitó a los japoneses devastados tras la Segunda Guerra Mundial, hasta convertirlos en la segunda potencia económica mundial en menos de treinta años. Deming afirmaba que no basta con poner inspectores al final de la línea de producción, para separar los productos buenos de los malos, una vez ya elaborados, sino que es necesario evitar que simplemente no se produzcan los malos, controlando las variables que desestabilizan los procesos.

Es sumamente oneroso ese desperdicio de productos, o, en este caso, ciudadanos, que incidirá en los resultados de la productividad final de la empresa/nación. Y evitando fundamentalmente, desde la formación misma de los ciudadanos, que no se nos sigan cayendo compatriotas al abismo de la desesperanza, de la indigencia, y de la indignidad. Un concepto que repetí en mi artículo “La lotería de la vida”, y publicado en mi blog personal http://la-tercera-opinion.blogspot el 13 de mayo del 2021.

Y creo que deberíamos replantearnos entonces, todo el proceso de formación de nuestros ciudadanos. Desde que nace, hasta el momento de su madurez intelectual, que le permita tomar las grandes decisiones de su vida. Para no caer en “inhumanos derechos” que atenten contra los humanos derechos.