La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Sunday, September 08, 2013

Uruguay y Argentina: la llave de una hermandad.


 “Si mi oponente se pone bruto, yo tengo que demostrarle que soy más bruto que él”, parecería ser la lógica seguida por ciertos sectores de la oposición política uruguaya que anteponen la crítica mediática, a las obras que engrandecen el país. Y entonces, además de demostrar que somos más brutos –con lo cual supuestamente aplacaremos nuestras neuronas –nos olvidaremos de las consecuencias negativas que traerá a futuro esa mayor brutalidad. ¡Negocio redondo, la brutalidad! Y sobre todo cuando no se tienen demasiados argumentos como para acudir a la racionalidad.


Esto lo comento porque en estos días, más concretamente el 27 de agosto, se inauguró en Uruguay la nueva planta desulfurizadora, en la refinería de ANCAP, en La Teja. Una de las obras más ambiciosas, no sólo para este gobierno, sino para la historia del país, que es lo que más cuenta. Para la concreción de esta obra, largamente acariciada, se contó con la valiosa ayuda de dos países hermanos, Venezuela y Argentina, aportando el uno beneficiosas condiciones económicas en la compra de petróleo, que permitieron una importante capitalización de reservas, y la experiencia y experticia para la instalación de la planta, el otro. 

ANCAP es una empresa en evolución; inaugura una obra millonaria que debió construirse hace décadas, recuperó la vida del norte del país con ALUR y permitió que Bella Unión volviera a creer en el futuro; construyó una planta de cal y construye una de cemento en Treinta y Tres; moderniza las plantas de portland de Minas y Paysandú, inauguró una de biodiesel en Montevideo y construye una de bioetanol en Paysandú y además busca petróleo en Salto y en la plataforma continental.




Beneficios de la planta desulfurizadora. 
La planta inaugurada es considerada la principal obra medioambiental en la historia del país, debido a que permitirá el desarrollo de una nueva generación de combustibles limpios, reduciendo en un 99.5 % el azufre del gasoil y en un 85 % el de las naftas, ya que “la no emisión de azufre -¡300 toneladas diarias!- repercute positivamente en la calidad del aire y en el mejor desempeño de los motores de los vehículos y la industria”. El emprendimiento demandó una inversión de 350 millones de dólares y generó trabajo para unas 1.000 personas en la obra. A su vez, el azufre obtenido se recuperará y tendrá un destino para la industria de los fertilizantes. Además, los entes petroleros de Uruguay y Argentina, ANCAP e YPF, rubricaron un borrador de acuerdo para que nuestro país exporte un volumen de gas natural a Argentina, una vez que la planta regasificadora –un nuevo emprendimiento que desarrollará Uruguay -esté en funciones. Roberto Kreimerman, Ministro de Industria de Uruguay, aseguró que la exportación de gas "nos trae una seguridad económica adicional a la que ya teníamos".

Las llaves de la ciudad.

Hasta aquí, todo bien. Pero, ¿por qué entonces mi reflexión inicial aludiendo al concurso de los más brutos? Pues porque como gesto de solidaridad hacia la hermana República Argentina, su presidenta, Cristina Fernández, invitada especialmente para el acto -como representante del país involucrado en la obra y socio en futuros negocios -la Intendencia Municipal de Montevideo decidió entregarle la llave de la ciudad. En su discurso la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, destacó que hacía el reconocimiento a la mandataria argentina porque "es protocolo pero simultáneamente porque tiene que ver con la vocación vinculada al proceso de integración regional”, y porque la llave simboliza la "hermandad entre los pueblos". 
 
Y por supuesto, para los dirigentes de la oposición aquello fue un manjar para el disfrute de la lengua propia y las de sus seguidores, y una nueva oportunidad para descalificar al gobierno. Para ellos primó mucho más todo el chismerío mediático en torno a este hecho, que la significación de la obra histórica para el país. Es cierto si, que ni Cristina en la actualidad ni su polémico y fallecido esposo, en su oportunidad, tuvieron muchas muestras de solidaridad hacia nuestro país y, más allá aún, no dudaron en capitalizar políticamente actitudes muy poco serias de algunos conciudadanos exaltados -y otros más fanatizados –en contra de emprendimientos muy bien respaldados y de enorme trascendencia para la economía uruguaya, como la planta de Bosnia. Durante tres años nos trancaron, y a lo bruto, sin ninguna justificación comprobada, uno de los puentes que nos unen a uruguayos y argentinos. Allá ellos, y que el cielo los juzgue.

Curiosamente, en el 2012 Uruguay obtuvo un nuevo récord de Inversión Extranjera Directa (IED) al alcanzar los US$ 2.775 millones, y llevando a que la IED se multiplique por 14 en los últimos 10 años. Y dentro del origen de los grandes inversionistas se destaca el MERCOSUR, siendo Argentina la nación con mayor incidencia, alcanzando en 2011 una participación superior al 79% del total invertido por el bloque. No es menos importante señalar, a su vez, que entre finales de 2010 y comienzos del 2011 se inauguraron 25 hoteles en Uruguay, y que en esta temporada llegó al país un 40% más de turistas que en 2010; entre ellos un 50% más de argentinos.

Y ya en diciembre del 2012, el Presidente José Mujica recibió en persona al turista "3 millones" en el Puerto de Montevideo; un ciudadano argentino con su familia integrada por su esposa, dos hijas, un hijo y su mascota, quienes ingresaron al puerto capitalino en el ferry que une Montevideo – Buenos Aires, en su auto. Un récord histórico que permitió que por primera vez Uruguay albergara en su territorio a más de 6 millones de personas (el doble de su población). Y no olvidemos que tenemos uno de los cuatro aeropuertos más bellos del mundo, gracias a la inversión de un argentino.


Por ello, ponernos a la altura de los exaltados de uno u otro país por un caprichoso conflicto de dudosos intereses, o concederle beligerancia a las antipáticas y poco ortodoxas medidas económicas argentinas que –en aras de emparchar sus malogradas políticas económicas –nos han perjudicado, no nos hace ningún bien. Una competencia de brutalidad, no es lo nuestro. Las resoluciones de La Haya nos han dado la razón; y en los últimos años Uruguay se ha ido ganando cada día más el respeto y el reconocimiento de la comunidad internacional. Los analistas y los inversionistas nos ponen como ejemplo y nos prefieren por la seriedad de nuestras políticas y la consistencia de nuestra legislación. Algo que no han podido lograr los hermanos argentinos.

Argentina seguirá poniéndonos trabas; de eso no hay dudas. Nunca ha sido fácil la convivencia política con nuestros hermanos rioplatenses. Y menos en momentos en que –paradójicamente -se ha acusado a los dos gobiernos de una supuesta complicidad ideológica. Si esto fuera verdad, queda demostrado entonces que con amigos así, no necesitamos enemigos..! En última instancia, los obstáculos que históricamente han podido ponernos nuestros vecinos, y aún otros, nos han obligado a ser más creativos, más productivos, y por ello, nos han enriquecido. Por lo cual considero que la entrega de la llave de la ciudad a la presidenta argentina, fue ni más ni menos que un gesto de altura y de reconocimiento a un país hermano, más allá de figuras circunstanciales.

Y fundamentalmente un gesto de amistad para tantos argentinos que nos reconocen y nos aprecian, y vienen a compartir con nosotros, no sólo sus inversiones, que son muchas, sino también aquellos momentos de paz y merecido descanso. No pretendemos que por haberle concedido una llave de amistad a su presidenta, Argentina tome decisiones que lesionen sus derechos. En todo caso, debería ser un recordatorio de que frente a los exaltados que pretenden desconocer los nuestros, nosotros no respondemos con las prepotencias de los más brutos, sino con los argumentos que nos dan la razón. Esa llave no cierra puentes entre dos países hermanos; los abre, y les recuerda que siempre estarán abiertos para ellos. Ojalá lo entiendan..!

Argenta, Septiembre, 2013



Jorge Pasculli – Periodista. La República|

“Ayer fue un gran día para el país. O por lo menos todos deberíamos considerarlo así. La inauguración de las obras en la planta desulfurizadora constituye un adelanto enorme para el país entero, no solo para este gobierno ni para el Frente Amplio. La inversión, de US$ 360 millones, es uruguaya y la construcción es de AESA, que es argentina. Al mismo tiempo se firmó el acuerdo por el cual Argentina comprará el excedente de gas que se produzca en la planta regasificadora uruguaya. Un avance indudable para el país. Un avance también en las relaciones con Argentina que han tenido idas y venidas en los últimos años. Por todas esas razones, motivos sobraban para que todos "los uruguayos bien nacidos", como les gustaba decir a algunos, lo valoráramos.


Pues, a juzgar por la relevancia dada en la tapa de los colegas, parece que no. Y dentro del tema, buena parte del espacio se dedicó a si estaba bien entregada la llave de la ciudad o no?.
¿Qué nos está pasando, muchachos? Al final parece que es tan grande la obsesión por minimizar las buenas cosas del gobierno y agrandar todo lo que pueden tener de opinable que nada les viene bien. No se entiende cómo después se llenan la boca con la libertad de prensa y la Ley de Medios. Algunos medios son ya más órganos de difusión de lo que a determinados grupos políticos y económicos les interesa presentar de la realidad, que medios de prensa. Y no es que esté mal, lo que está mal es vestirse de neutrales y objetivos.

Pero, además, si esa también es la visión de país que la oposición partidaria tiene para ofrecer, el FA tiene ganadas las elecciones de antemano solo quedándose callado. Por eso les da tanta bronca Tabaré, porque no les da pelota: no existen, quedan pataleando solos (unidos por el cambio?). Porque antes criticaban a Tabaré porque se mostraban los dientes con los Kirchner, ahora porque Mujica es demasiado contemporizador. Y todo así. Y la gente está cansada del bla, bla, bla, de los que desde la tribuna critican sueltitos de cuerpo todo como si cuando estuvieron ellos a cargo todo hubiera sido perfecto”.