La Tercera Opinion

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Saturday, August 22, 2020

 Ser rico, no es tan malo…

El presidente Chávez, en su campaña de ideologización del pueblo venezolano, les advertía que “Ser rico, es malo”. Y en aquella época yo aseguraba que  “Ser rico no es malo; utilizar mal los medios para producir  y redistribuír la riqueza, si lo es”. Y creo innecesario volver a insistir en que la verdadera riqueza de un país no está en la cantidad de sus recursos naturales, sino en la calidad de sus recursos humanos.

 Y ésto viene al caso porque recientemente se anunció que EE.UU. pagará US$ 2.100 millones (1.772 millones de euros) a las empresas farmacéuticas Sanofi y GSK, para desarrollar vacuna contra COVID-19. Recordemos, además  que Estados Unidos, gracias a la iluminada mente del Presidente Trump, desafiando todas las recomendaciones médicas,  es el país más afectado en el mundo por el coronavirus, con más de 160.000 de los 667.000 muertos, y más de 5 millones de contaminados.

Al mismo tiempo, en una demostración vergonzosa de indiferencia ante los desesperados esfuerzos por combatir una pandemia que ha arrasado ya millones de vidas humanas, el señor Trump, ha despreciado una vez más la convivencia humana,  anunciando el retiro de su apoyo económico a la OMS (Organización Mundial de la Salud) justificando su decisión en el entendido que la Organización Mundial de la Salud está controlada por China, pese a que ese país aporta el 10% del dinero de EEUU.! ¡Una estupidez humana!

Pero lo más inhumano e inexplicable de todo ésto, ante su propio país, nos lo aclara en un reciente artículo titulado “Los subsidios, el desempleo y la política en Estados Unidos”, el economista Premio Nobel de Economía, (2008,) Paul Krugman: Aproximadamente mil estadounidenses mueren de COVID-19 cada día, diez veces la tasa registrada en la Unión Europea. Debido al fracaso en nuestro control de la pandemia, sufrimos niveles de desempleo equiparables a los de la Gran Depresión”. Sin embargo, la extensión del seguro por desempleo, una ayuda crucial para la supervivencia de decenas de millones de estadounidenses, ya expiró.

Peor aún, las negociaciones para determinar cómo volver a otorgar subsidios parecen estar estancadas, e incluso está en duda si se dará algún tipo de apoyo. ( ) Encima, ahora incluso se niegan a ofrecerles a los trabajadores una ayuda significativa en sus dificultades.

Y no es nuevo en los gobiernos republicanos delos Estados Unidos. En febrero del año 2008, el columnista especializado en finanzas de Bloomberg News, Mark Gilbert –incisivo e irónico crítico de todo y todos quienes interactúan en ese volátil mundo de las acciones y las inversiones que tan felices hacen a quienes tocan la campanita y aporrean con el mazo el púlpito del balcón de Wall Street –escribió un artículo por demás sugestivo con el título: "Masacre en los mercados deja al descubierto grietas del Capitalismo”. 

En él, Gilbert se refería al vergonzoso episodio de la crisis financiera desatada por el bochornoso capítulo de los préstamos hipotecarios basura, denominados subprime en los Estados Unidos,  que estalló el 15 de septiembre del 2008,  y que produjo el colapso del sector inmobiliario, dejando un cementerio de caídos que no pudieron protegerse de las genialidades inventadas por quienes juegan irresponsablemente con los ahorros de viudas, pensionados, jubilados, soldados y trabajadores retirados, y varios batallones de damnificados por el solo hecho de creer en la justicia y en las instituciones de su país. Y cuyos efectos se viven hasta el día de hoy.

Y recordemos que en medio de esta crisis el presidente George W. Bush, argumentando que  Estados Unidos se encontraba al borde del pánico financiero y de una recesión larga y dolorosa, solicitó ante el Congreso un plan de rescate financiero  consistente en inyectar hasta 700.000 millones de dólares a cargo de los contribuyentes, para la compra a los bancos de los activos financieros inmobiliarios contaminados por las hipotecas basura. ¡Más basura! Era la mayor intervención del Estado en la historia económica del país. ¡Algo tan sucio como vergonzoso!

¿Vergüenza del sistema capitalista? Bueno, recordemos también  que desde el inicio de la “brillante” administración de George W. Bush  –y coincidente también con el inicio del nuevo Siglo –le estalló en la cara el tan vergonzoso como voluminoso escándalo de la  energética Enron Corp., (2001) de la mano de su creador y amigo personal de la familia, Kenneth Lay, quien falleció luego de haber sido declarado culpable de conspiración y fraude. Y en su día fue la mayor bancarrota de la historia.  Un hito de la época, después superada por WorldCom (en 2003) y Lehman Brothers y Washington Mutual (ambas en 2008 tras el último crash). 20.000 empleados perdieron su trabajo, la consecuencia lógica del desastre.

Luego, a su vez, en 2009, el gobierno de Obama ayudó a las grandes constructoras de Detroit, el conglomerado General Motors (GM) y Chrysler, atribuladas por deudas y por los costos de las jubilaciones, inyectándoles un total de $ 81.000 millones en fondos públicos en forma de préstamos o subvenciones para reestructurarlas  y rescatarlas.  Mientras los “supercerebros” de estas empresas viajaban a pedir una limosna financiera de 34.000 millones de dólares  ante el Congreso, montados en sus lujosos jets particulares..! Sin duda, es un país de Ripley!

Conclusión; Puede que para algunos ser rico sea malo, pero en el país de los más ricos, evidentemente que es muy sabroso! Estados Unidos es el país que siempre salva a las empresas y los empresarios, y financia sus fracasadas guerras, a costa de  los dineros públicos que deberían estar destinados a asegurar los elementales servicios de protección social, y cubrir las necesidades más urgentes de su población.

Nota: Algunos dicen que bromeaba; otros que iba en serio. Lo cierto es que el importante senador de Estados Unidos, Charles Grassley, principal miembro republicano del Comité de Finanzas del Senado, comentaba, el lunes 16 de marzo, 2009, en una entrevista de una estación radial de su estado originario de Iowa, que los ejecutivos de la aseguradora American International Group Inc (AIG) podrían considerar suicidarse, adoptando lo que dijo que es una manera japonesa de hacerse responsables de sus actos. (Harakiri: ritual japonés de suicidio voluntario consagrado al restablecimiento del honor perdido por actos deshonrosos).

“Lo primero que me haría sentir un poco mejor con ellos es que siguieran el modelo japonés, hicieran una profunda reverencia ante el pueblo estadounidense, se disculparan y luego optaran por una de estas dos alternativas: renunciar o suicidarse.” dijo Grassley. "Y, en el caso de los japoneses", recordó, "por lo general cometen suicidio antes de pedir cualquier disculpa".

Amen.

argentaster@gmail.com