La Tercera Opinion

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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Tuesday, September 29, 2020

La Argentina que no pudo ser..                                                                   


Me llamó mucho la atención un reciente artículo de Javier Carrique, Director Comercial de Red Hat, titulado ¿Qué es el código abierto, la nube híbrida y por qué son las claves del éxito empresarial?,por su tremenda incidencia en el futuro de las empresas y las naciones por igual. Y porque además, curiosamente, habla de un ejemplo en esa Argentina tan polemizada, tan politizada, y tan degradada, por sus noticias, acusaciones, descalificaciones, corrupciones, y desgobierno. En esa Argentina de hoy en la cual yo no creo, porque siempre creí y creo, que hay otra Argentina.

“Para atender las nuevas demandas de sus clientes, las compañías alrededor del mundo están aumentando sus inversiones en tecnología” -aclara el artículo. Los líderes en TI aseguran que la clave se encuentra en la nube híbrida. La nube híbrida es el corazón de la estrategia que llevan adelante las compañías para administrar diferentes cargas de trabajo, por su flexibilidad, integración, capacidad para reducir costos, nivel de seguridad y potencialidad para adaptarse a las necesidades específicas de los clientes. De ahí que esta tecnología, aunada a la tecnología de código abierto, sea cada vez más trascendente para las empresas en el mundo post pandemia- afirma Javier Carrique, Director Comercial de Red Hat.

Y aquí viene la sorpresa a la cual me refería inicialmente. “Por citar un ejemplo -especifica el autor - el Banco Hipotecario, una de las entidades bancarias más reconocidas de Argentina, es uno de los ejemplos más destacados de los últimos tiempos. Gracias a su éxito en la implementación de este tipo de tecnologías, y como consecuencia de la necesidad de actualización en su infraestructura de middleware tradicional, el banco redujo en un 30% los costos de desarrollo y mantenimiento y mejoró la experiencia online del cliente logrando que el onboarding sea 100% digital”.

Bueno, quizá como para mí, para muchos de ustedes  hablar en estos términos y con estos términos, es como tratar de hacer un dulce de leche, sin leche, yo - siendo un total analfabeto tecnológico -no me resigno a tragarme sin digerir esos nuevos términos y definiciones, y me permito compartir con ustedes la búsqueda de definiciones que me sentí impulsado a realizar.

Código abierto es el software cuyo código fuente y otros derechos que normalmente son exclusivos para quienes poseen los derechos de autor, son publicados bajo una licencia de código abierto o forman parte del dominio público. Middleware es software que se sitúa entre un sistema operativo y las aplicaciones que se ejecutan en él. A veces, se le denomina “plumbing” (tuberías), porque conecta dos aplicaciones para que se puedan pasar fácilmente datos y bases de datos por una “canalización”.

Onboarding, a su vez,  es una práctica que busca acelerar la incorporación del capital humano a la institución o empresa. Está centrado en la orientación de los nuevos colaboradores a fin de ayudarles a adaptarse y adentrarlos al 100% a la cultura empresarial.

Y es que se me ocurrió a su vez que lamentablemente,  Argentina, siendo el país sudamericano que dispone de  enormes riquezas naturales y aún de capital  intelectual humano, utiliza un código abierto para situar un software middleware (de tuberías) a través del cual conecta aplicaciones para pasar datos (chismes y puteríos políticos) por una canalización (medios de prensa) a través de la práctica onboarding, para ayudar a los ciudadanos a adaptarse al 100% de una mediocre realidad nacional.

Y es que me pregunto si frente a los desafíos cada vez más exigentes -y a su vez más excluyentes -de ese nuevo mundo tecnológico que está cambiando y amenazando el futuro de empresas y naciones por igual, tendrá la Argentina de hoy una ligera idea de a dónde va su destino, más allá de seguir engañando a su pueblo con discursos, descalificaciones, y negaciones a su frágil orden institucional. Basta ver los programas de opinión y los informativos argentinos para darse cuenta de que por aquí, es como que no pasara nada; como que el mundo siguiera por otro lado.. Argentina sigue siendo chisme, espectáculo, entretenimiento, enfrentamiento y corrupción.. Del futuro a nadie le interesa nada.. Y el presente, se lo juegan a la “arrimada”..

¿A quién dentro del parlamento y los representantes políticos de la Argentina, le importa este nuevo y amenazante mundo de la nube híbrida, del código abierto, del middleware, o el onboarding, frente al enfrentamiento del kirchnerismo y el poder judicial, o una oposición que, si bien quiso escribir una historia diferente, no supo llegar a esa mayoría olvidada de su gente?

En unas recientes declaraciones de Thomas Friedman,  el periodista y escritor estadounidense tres veces ganador del Premio Pulitzer y columnista de The New York Times - publicadas en La Nación -alertando sobre los peligros de una nueva  elección de Donlad Trump, hace reflexiones que también involucran a la Argentina. “Si todo se convierte en discusión política, no puedes tener una democracia que funcione. La política tiene que tratar sobre el bien común”, aclara Friedman. Y quizá lo más grave de esta afirmación, está en la coincidencia de falta de liderazgos, explicado entre otras cosas -según él - por la acción de las redes sociales.

“Sea en Argentina o en Estados Unidos, ambos conocemos a gente joven e inteligente. Los vemos y pensamos: "¡Wow! ¿Por qué no se postula ella para presidente?", "¿Por qué no está él compitiendo?". ¿O no? Pero ambos sabemos la respuesta: porque involucrarse en política es muy tóxico, es muy feo“. Y agrega:  “No hay duda de que otro subproducto de las redes sociales es el aumento en la toxicidad de entrar en la política”.

 “La gente puede decir cualquier cosa sobre vos, puede destruir tu vida. Entonces obtienes una selección negativa. Es lo que estamos obteniendo en todo el mundo. Obtienes a [Jair] Bolsonaro, obtienes a [Vladimir] Putin, a [Rodrigo] Duterte en Filipinas. Son las únicas personas que pueden hacer frente al destrato y a las difamaciones que conllevan una carrera política”. Y hace otra afirmación que, a su vez,  mucho tiene que ver con la realidad argentina: “Cuando presionas, presionas y sigues presionando y dejas a la gente con la sensación de que le estás cambiando las reglas de forma permanente y que nunca podrán revertirlo, realmente estás cortejando la violencia”. 

Sin duda, Argentina es un ejemplo acabado de todo ello. Pero también deberíamos hacer la aclaración de que, para que esas cosas que pueden destruír tu vida lo puedan hacer - es porque mayormente responden a hechos, verdades, y aún a oscuridades, generadas por los involucrados. Como también deberíamos aclarar que en el sucio juego de la política electoral, cuando las verdades y los hechos y las oscuridades son develadas e iluminadas con acciones y razones fundadas, ni los misiles más sofisticados pueden penetrarlas!

A quién le importa el futuro de esa Argentina que, teniendo entre otras maravillas nada menos que tres premios Nobel en Ciencia; un Papa; al magnífico y humano cirujano Favaloro, al  más genial de los ciegos que veía la vida mejor que nadie,  como Borges, y otros tantos científicos, investigadores, emprendedores, etc. etc., hoy nadie le cree, ni le presta plata, ni quiere invertir y hacer negocios en ella!

“¿Quién diablos querría emularnos hoy? -se pregunta Friedman refiriéndose a los Estados Unidos.  Hoy no somos el país que creemos que somos, ni somos el país que el mundo creía que éramos”. Y remata con esta afirmación: “Estados Unidos o la Argentina, mejor que estemos construyendo cimientos realmente sólidos porque el mundo será más inestable de lo que era”.

 Me duelen la Argentina y los argentinos; porque son mis hermanos y un charco de agua no puede separar los sentimientos de un océano de vivencias y experiencias que nos unen de por vida. Me importa la Argentina que, teniendo todo para  ser el orgullo sudamericano, no pudo serlo.

Amen.

Alberto Rodríguez Genta                                                                                argentaster@gmail.com 

Tuesday, September 15, 2020

 ANTEL: te odio y te quiero..


 En una oportunidad  David Rockefeller, uno de los mayores y principales multimillonarios y ejemplo de los emprendedores norteamericanos, dijo que si sólo tuviera 10 dólares, invertiría un dólar en crear un producto, y 9 en promocionarlo. Y a su vez Henry Ford, el fundador de la reconocida empresa automotriz, dijo en su momento que si sólo contara con un dólar, lo invertiría en publicidad.



Evidentemente, las expresiones de estos dos exitosos empresarios (tomadas dentro de su contexto) concuerdan en la importancia de esa herramienta del marketing,  la publicidad, como factor  de éxito para promocionar y sustentar el valor de sus propuestas y productos ante la sociedad.

Y esto viene a colación por la absurda  campaña de desprestigio que han emprendido, y desde siempre, contra la Ingeniera Carolina Cosse  y su gestión en ANTEL, y por el propio ANTEL Arena. Porque es feo aprovecharse de la población, en tanto y cuánto el ciudadano común no está mayormente preparado para analizar e interpretar las complejidades y los desafíos que implica competir en el duro negocio de conquistar y mantener porciones de mercado (llámese preferencia de los consumidores) y sobrevivir en él.

Y porque si alguien sabe muy bien cómo se maneja una empresa comercial en todo ese competitivo mundo del marketing y la publicidad, y el posicionamiento de marcas y productos, y el dominio de mercados, et. etc., sin duda son la mayoría de empresarios que han apoyado a este gobierno. Incluso algunos que lo integran. Y hablo de empresas comerciales.

Claro; mientras nos conformamos durante una buena parte de nuestra historia  con ofrecer un mediocre servicio oficial, con empresas estatales parasitarias y poco atractivas, simplemente para mantener un “ente testigo”, frente al libre albedrío de la actividad privada, no se nos ocurriría nunca pensar en una verdadera revolución empresarial mediante la cual esas empresas del Estado, y manejadas por funcionarios del Estado,  pudieran ser tan eficientes -o aún más -que las de la actividad privada.   

Y eso fue precisamente lo que logró Carolina Cosse, durante su gestión frente a ANTEL.  Posicionó a una empresa estatal en los mejores niveles de servicio y de competencia comercial. Y ella misma lo expresa cuando en medio de esta salvaje y venenosa campaña en su contra, y por las inversiones realizadas, afirma: “"Antel, con esa inversión, le sacó 14 puntos porcentuales de ventaja a su competencia. Invirtió en publicidad solo el 2 % de lo que facturó en el quinquenio, mientras que la competencia de Antel invirtió entre el 15 y el 20 %. No solo invertimos menos en publicidad que la competencia, sino que lo hicimos rendir muchas veces más. 14 puntos porcentuales de ventaja de Antel con la competencia significan 600 millones de dólares”.

Y preguntó: "¿Ustedes se imaginan una empresa como Coca Cola que no invierta en publicidad?". Y agregó que ahora Antel tiene "una marca consolidada". "Hace unos años yo te decía Antel y pensabas en telefonía fija; ahora te digo Antel y pensás en internet, en fibra óptica, pensás en el Ceibal, pensás en el data center, en el Antel Arena. Estoy absolutamente tranquila con esa inversión. Fue lo adecuado porque nos hizo generar mucho más dinero y nos permitió cambiar el modelo de negocio de Antel", afirmó.

Y yo agregaría además que hoy pensar en ANTEL, es pensar en el milagro del más pequeño país  de la América del Sur, que sin ningún tipo de riquezas naturales, y  gracias a su enorme capital humano, se ubicó dentro de los seis (ahora creo que son nueve) países digitalmente más desarrollados del mundo (D6). Y que por algo nada menos que Google apoyó el tendido del Cable submarino que nos une tecnológicamente con los principales centros mundiales, y más allá aún, ha anunciado últimamente su intención de instalar uno de sus centros de datos en Uruguay. Será este el segundo  de la empresa en América Latina, y uno de los 14 que tiene en el mundo (hay seis en Estados Unidos, tres en Europa, tres en Asia y uno en Chile).  ¿Qué tal? ¿Le ponen precio a ésto? ¿Cuánto vale el posicionamiento de imágen a nivel mundial, en un mundo cada día más exigente y competitivo?

Antel completó -según los datos disponibles— 16 años consecutivos de ganancias. Un hito histórico para una empresa pública uruguaya, en la que más de la mitad de su facturación se genera en un mercado en competencia (telefonía móvil). Pero además, creo que son suficientemente contundentes las afirmaciones de la Ingeniera Cosse, cuando afirma: "Lo que se invirtió en publicidad permitió que Antel generara 4.600 millones de dólares en cinco años". Además, señaló que "al Estado volvieron 3.400 millones de dólares", lo que equivale "a 2.600 escuelas de tiempo completo o a 85 hospitales", por lo que aseguró que fue "una excelente inversión".

Durante la ceremonia de asunción del nuevo presidente de ANTEL, Gabriel Gurméndez, en la Torre de las Telecomunicaciones el Ministro de Industria Omar Paganini -quien ha despotricado en mil colores -la gestión de la Ing. Cosse, remarcó que “la calidad y el valor de la plataforma digital uruguaya ubica a Antel a la vanguardia mundial, en un mercado que, señaló, cambia a ritmo vertiginoso”. ¿Y acaso eso se puede lograr siendo simplemente una triste “empresa testigo”, entregada a no competir con la empresa privada?

Gurméndez, el nuevo presidente, a su vez, y luego de las consabidas y manidas promesas populistas partidarias,  de ser “rigurosos administradores de los recursos y poner las cuentas públicas en orden”,  agradeció al presidente de la República por haberlo elegido para dirigir la empresa más estratégica del país.

He aprendido mucho, actuando, relacionándome, e investigando, en mis largos años de actividad al servicio de la actividad empresarial, de los éxitos y fracasos de las empresas más exitosas del mundo. Aprendí que no hay éxitos fáciles, y que las que sobreviven y se han desarrollado, no lo han hecho sin haber invertido ingentes recursos en competir, innovar, promocionar, y publicitar, para hacerse un lugar en el mundo de los más eficientes..  Y que no se trata de hacer puntualmente una inversión publicitaria para lograr un resultado   inmediato, sino de una serie de acciones que van conformando, todas y cada una, una visión de marca, de credibilidad, de confianza,  y de aceptación, ante  los consumidores y usuarios  del producto o servicio, allí donde estén. 

Y que se trasladan, más allá, a la visión y credibilidad sobre el propio país. Y eso ha hecho ANTEL, por el país. ¡Y eso ha logrado la Ing. Carolina Cosse! Por eso te odio; pero a su vez  te quiero…


Alberto Rodríguez Genta                                                                                                            
Publicista, escritor, conferencista.                                                                     argentaster@gmail.com