La Tercera Opinion

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Tuesday, February 27, 2007

Permisivismo versus Autoritarismo.


Mi buena amiga y excelente profesional, la Inspectora Carmen Rondón de la Policía Municipal de Sucre, me envió un artículo que plantea el difícil papel de las relaciones familiares, y en especial la relación de los padres con sus hijos, en la medida en que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, dando lugar a niños más “igualados”, más beligerantes y poderosos que nunca. El tema, por demás actual e interesante, me llevó a escribir algunas reflexiones, que quiero compartir con ustedes.
Permisivismo versus Autoritarismo I.
Este es el artículo que me envió la Inspectora Carmen Rondón, y cuyo autor desconozco. El título, ya que no traía ninguno, lo he elegido yo.

Somos las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los errores de nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los más dedicados y comprensivos pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia. Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca. Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro.

Así, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres a quienes los hijos nos regañan; los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que le tememos a los hijos; los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos. Y lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos nos irrespeten.
En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal. En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto; y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres. Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre adultos y niños se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.
Y son los hijos quienes ahora esperan respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin. Como quien dice los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado. Esto explica el esfuerzo que hacen hoy tantos papás y mamás por ser los mejores amigos y parecerles "chéveres" a sus hijos. Se ha dicho que los extremos se tocan. Y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos. Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.

Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad. Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo una sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino”.

Permisivismo versus Autoritarismo II.
Estas son mis reflexiones, extraídas del artículo anterior.

Creo que el problema esta en que nunca debió haber autoritarismo, ni nunca debe haber permisivismo. Quizá en estos dos conceptos –mal empleados además –está la imposibilidad de crear las condiciones para el entendimiento con nuestros hijos. Se ha confundido autoritarismo con autoridad, cuando el primero no es más que un exceso de lo segundo, así como se ha confundido permisividad con tolerancia, siendo ésta última la madre de todas las virtudes, mientras que la primera una degeneración del concepto originario, que encierra una figura consistente en permitir a otros hacer aquello de que nos quejamos (Permisión). Y eso lo vemos no solamente en la relación padres e hijos, sino en cualquier relación de dependencia. Hasta en un cuerpo policial, lo que no se discute es la autoridad; pero lo que si se rechaza es el autoritarismo.

No es tanto que los “términos” para las relaciones familiares hayan cambiado, sino que quizá nunca se establecieron buenos, maduros, y duraderos fundamentos, que sustentaran unas buenas relaciones sociales. Lo que sin duda ha cambiado es el entorno; el medio ambiente en que debemos criar a nuestros hijos y los ejemplos que atentan contra los principios y valores que teníamos establecidos. Y esto nos ha puesto a prueba. Contra esos anti-valores, lo que corresponde es ser firmes con nuestro ejemplo. Aquellos que pretenden inculcar conductas a través del autoritarismo y el miedo, solo logran formar seres atemorizados, inseguros, frustrados, rebeldes, e intolerantes. Que luego serán los hijos de la droga y de la delincuencia. Quienes mantienen una sana, ejemplar, y creíble autoridad ante sus hijos, logran la credibilidad de éstos, y por lo tanto su respeto.

Quienes no han sabido ganarse esa autoridad, pretenden acudir al autoritarismo para marcar una superioridad que no les corresponde en la vida real. Y esto, hasta los niños lo perciben..Ejercer la autoridad es un ejercicio supremo de inteligencia, tolerancia, firmeza y respeto. El autoritarismo es el recurso de los mediocres y nunca inspirará valores en una sociedad. Los padres no podemos sucumbir al miedo de perder las cuotas de popularidad que tanto preocupa a los políticos; nuestras cuotas de aceptación se acrecientan con el tiempo y el ejemplo, mientras las de ellos duran lo que dura una elección. No se trata de ser “chéveres” con nuestros hijos, sino de mostrar empatía -tratando sinceramente de comprender sus puntos de vista -con la sabiduría necesaria para entender que muchas veces no coincidirán con los nuestros.

¿Cómo pretender que un niño o un joven tenga nuestro nivel de raciocinio adquirido con muchos mas años de vivencias?
No se trata de aceptar “vivir bajo el yugo de los hijos
ni “aceptar que nos irrespeten” quienes “ahora exigen que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir”. Creo que aquí está la confusión. Siempre han debido tener esos derechos. Lo que debemos hacerles entender, es que ellos, a su vez, deben respetar los nuestros. Si logramos esto, no habrán yugos, ni irrespetos, ni sumisiones para ninguna de las partes: es lo que se llama la relación Ganar-Ganar!

Intentémoslo: si lo tomamos como un ejercicio de tolerancia, poniendo a prueba nuestra inteligencia emocional, estoy seguro que seremos verdaderos líderes en la orientación de unos hijos que esperan de nuestro ejemplo, los principios y valores bajo los cuales convivir, sintiéndose dignos, respetados, y respetuosos.
Argenta
Febrero, 2007

Saturday, February 17, 2007

¿Socialismo Siglo XXI..o Siglo XXII?


"Si usted conoce a una persona muy vieja, de izquierda, es porque tiene problemas... a los 60 años cambiamos". Lula, Diciembre, 2006 (Aunque luego explicó que era una broma..)

Nadie es ajeno a la simpatía existente entre el Presidente Lula de Brasil, y el Presidente Chávez, de Venezuela. Simpatía que más allá de la definición tradicional: afinidad, atracción, estima, interés, que experimenta una persona con respecta de otra –incluye además un alto componente de “empatía”. Empatía que, a su vez, ha sido puesta de manifiesto en especiales momentos cuando, por ejemplo, representantes del gobierno norteamericano –caso la visita del Sr. Rumsfeld a Brasil –pretendieron utilizar esas circunstancias como plataforma de lanzamiento para satanizar la actitud del Presidente Chávez. Recordemos que en aquellos momentos el Presidente Lula, afirmó públicamente que no podemos permitir que se hable mal de uno de nuestros hermanos..

Y últimamente, ante la visita del Sr. Nicholas Burns en febrero de este año, el muy sagaz Canciller Celso Amorim aclaró que “Brasil no pasa recados de nadie..” adelantándose a la intención manifiesta de Burns de lograr “ecos”, para defenestrar nuevamente al Presidente Venezolano. Hay que reconocer que por algo la diplomacia de Itamaratí, es considerada una de las más hábiles del mundo. Como también ha sido muy inteligente el Presidente Lula, al no entrar en el juego, cuando han querido enrostrarle que el Presidente Chávez le está quitando protagonismo en la región. Indudablemente, que esa empatía proviene de una concepción socialista en común, de mirar los problemas y las necesidades de sus países, reconociendo la urgencia en atacar las carencias y fallas de políticas que han dejado fuera del sistema a una enorme parte de la población.

Acelerando los cinco motores.

Sin embargo, lo verdaderamente interesante es analizar como aplica cada quien las políticas –supuestamente ambas de corte socialista –para impulsar la transformación destinada a lograr un mayor “estado de bienestar” para sus pueblos. En este sentido, curiosamente los dos han presentado luego de sus reelecciones, y bajo diferentes denominaciones, programas que incluyen cinco líneas de acción. El Venezolano, bajo la denominación “Socialismo del Siglo XXI”, incorpora “cinco motores constituyentes” destinados a una transformación en lo social; el Brasilero, un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) con especial énfasis en acelerar el crecimiento económico del país, uno de los más bajos de la región.

El primero parte de la base de que no puede haber transformación social sin una ideología rectora que introduzca nuevos valores en la sociedad, disponiendo para ello de poderes monárquicos en el hacer y deshacer, que comprenden: 1) Ley habilitante que da al Presidente poderes especiales para legislar –con o sin - la anuencia del Congreso; 2) Reforma Constitucional que incluye la relegitimación presidencial indefinida y un estado de derecho socialista; 3) Moral y Luces para una reforma educacional "con valores socialistas", 4) "Una nueva Geometría del Poder" (reordenamiento socialista de la geopolítica de la nación) y 5) "Explosión del Poder Comunal" basado en los consejos comunales que administran parte del presupuesto municipal. Todo bajo el slogan “Rumbo al Socialismo Bolivariano”.

Para que no queden dudas de esta concepción socialista hacia el “poder popular”, ahora hasta los Ministerios han cambiado su denominación, anteponiendo a su identificación la acepción “Ministerio del Poder Popular para…” Y en toda y cada vez que puede, el Presidente Venezolano no pierde la oportunidad de enviar un saludo a su admirado líder Cubano.

Por su parte, el Programa presentado por el Presidente Lula se basa en un paquete de inversiones masivas por US$ 234.000 millones en los próximos cuatro años, las cuales provendrán de fondos públicos en manos del gobierno, compañías estatales, y empresas privadas. El programa se divide en cinco grandes áreas: 1) el aumento de la inversión en infraestructura; 2) el estímulo al crédito y la financiación a intereses bajos; 3) la mejora en las normativas ambientales para atraer capitales; 4) la reducción de impuestos, y 5) la simplificación de los trámites burocráticos. El proyecto abarcará reformas de infraestructura y los sistemas de transporte, e inyecciones fuertes en el sector energético y sanitario: proyectos de gasoductos, electricidad, carreteras, hidrovías, puertos, aeropuertos, saneamiento básico y habitación, y beneficia a todo el país.

Combustible para la revolución..
O sea, mientras que uno prosigue profundizando su revolución por medio de debates intestinos sobre el socialismo, radicalizando las diferencias entre ricos y pobres, privatizando empresas de servicio público consideradas estratégicas para la revolución, y amenazando con nacionalizar a otras privadas por supuestas maniobras de desestabilización, el otro invita al capital privado y a los empresarios a participar en uno de los planes de inversiones mas revolucionarios de su historia.

¿Donde están los diferenciales para que uno y otro adopten actitudes y políticas tan disímiles ante necesidades tan similares? Si bien Brasil está urgido de acelerar su crecimiento económico ante los pobres índices registrados en los últimos años, no es menos cierto que la gestión de Lula ha arrojado resultados muy positivos en el combate a la pobreza gracias, entre otros, al plan “Bolsa Familia”, lo cual lo llevó a la reelección; ha logrado el autoabastecimiento energético de la nación; la estatal empresa Petrobrás obtuvo ganancias récord de más de US$ 12.000 millones –la cifra más alta de su historia - por segundo año consecutivo; y se ha transformado además, de tradicional receptor, a exportador de inversiones fuera de su país, por más de US$ 9.000 millones durante el 2006.

Por otra parte, mientras el Presidente Venezolano sigue tirando misiles contra el abominable Sr. Bush y toda forma de imperialismo capitalista, el Presidente brasileño cruzó la acera y en lugar de asistir a las deliberaciones del Foro Social Mundial –la antítesis de Davos y el sistema capitalista –tras su reelección asistió nuevamente al Foro Mundial de Suiza, ocupando un especial protagonismo en el rescate de las fracasadas Rondas de Doha.

Indudablemente, el Presidente Venezolano, superadas las angustias producidas por un brutal atentado político y económico en su contra en el año 2002 - con una nación de 26 millones de habitantes y la enorme riqueza de sus recursos petroleros potenciada por los altos precios de exportación- no tiene las urgencias presupuestarias que si tiene el brasileño para profundizar las reformas que aseguren un mayor estado de bienestar para sus 185 millones de ciudadanos.
Por ello, si bien para Chávez el capitalismo es una “maldición” que trata de combatir a fuerza de petrodólares y socialismo, el Gobierno de Lula no puede darse el lujo de elegir el color del dinero, sino por el contrario, su mayor habilidad está en transformarlo en una “bendición” capaz de servir de combustible para acelerar su transformación nacional. Es otra forma de asegurar “patria para todos, o patria para nadie”.

¿Será que Lula aún no llegó al Socialismo Siglo XXI, o que ya está en el del Siglo XXII?

Argenta
Febrero, 2007

Monday, February 12, 2007

“Tarde llegaste Presidente, pa’ volver arrepentido..”



Hay una vieja y bella canción española que habla de un hombre de la nobleza que en su momento tuvo un hijo con una mujer a la que luego abandonó, y en determinado momento, arrepentido, intenta volver a ella en el preciso instante en que ésta, llora la reciente muerte del niño que ambos engendraron. “Tarde llegaste Marqués, pa´volver arrepentido- le recrimina ella - que se me ha muerto mi niño y ya no quiero tu apellido..”
Esta canción me vino a la mente ante el reciente anuncio de que el Presidente George Bush planea –al fin –dignarse poner sus patitas en cuatro o cinco países de nuestra región centro y sudamericana: Brasil, Uruguay, Guatemala, México (y quizá Colombia) en el mes de marzo, para “romper el aislamiento que padece EE.UU. en nuestra región y el mundo entero”, al decir de un funcionario. Aparentemente –y si bien se había pensado inicialmente incluir a la Argentina -luego de la mala experiencia en Mar del Plata, los vientos no le son muy favorables para pasar por la Capital austral (a treinta minutos de Uruguay).

En realidad, y siguiendo los conceptos de la canción española, es bastante tarde ya, para que el Presidente de una de las naciones mas poderosas del mundo –cuando se encuentra en uno de los más desprestigiados momentos de su historia –venga a ofrecernos sus buenos oficios y a solidarizarse con “nuestros objetivos comunes a favor de la libertad, la prosperidad y la justicia social y para ayudar a que la democracia de beneficios en las áreas de la salud, educación y oportunidad económica”. Los países Latinoamericanos, aún con todos nuestras culpas, errores y sinsabores, hemos aprendido la amarga lección de las ayudas internacionales que siempre nos cuestan mucho mas de lo que nos dejan.

Hoy América Latina, con cuatro años de crecimiento económico a tasas promedio de un 5% -y aunque arrastrando aún niveles intolerables de pobreza - más que necesitar de su ayuda, lo que necesita es que el gobierno estadounidense pase del mero discurso de las libertades económicas a abrir sus mercados a nuestros productos, y deje de subsidiar a sus productores, lo cual determinó una vez más, el fracaso de la Ronda de Doha.

Por otra parte, y si bien el senador del Partido Demócrata Joseph Biden, quien encabeza el recién instalado Comité de Relaciones Internacionales del Senado estadounidense, declaró recientemente que Latinoamérica ha sido “esencialmente ignorada” por la administración del presidente George W. Bush y que el Congreso, bajo dominio del Partido Demócrata - ahora “pondrá mayor atención en Latinoamérica” -en un artículo recién publicado en AméricaEconomía“, Abraham F. Lowenthal, Profesor de la Universidad de Southern California y presidente del Pacific Council on International Policy, pone las cosas en su lugar:

No es la primera vez que un influyente político estadounidense promete que Washington dedicará mayor atención a la región –dice Lowenthal- por el contrario, semejante promesa es repetida con frecuencia por ambos partidos estadounidenses, por presidentes, líderes congresistas y, virtualmente, en toda nueva administración. La única verdad, sin embargo –prosigue el profesor - es que Estados Unidos no pondrá mucha más atención a Latinoamérica, sin importar quién sea el presidente o qué partido controle el Congreso. Es hora de reconocer que a Estados Unidos no le importa demasiado Latinoamérica, y difícilmente le importará; salvo que se presente una amenaza de seguridad en la región”.

Si yo tuviera alguna ingerencia en la autorización de los fondos del Congreso norteamericano para este tipo de viajes, les recomendaría, sinceramente, que se ahorraran esos reales. El niño que pudo haber surgido de esas incestuosas relaciones, ya ha muerto, y en realidad, no necesitamos ni de su apellido ni mucho menos de sus “generosas” ayudas.. Como tarde también –y malo además –ha llegado el nuevo plan del Sr. Bush para tratar de defender su indefendible posición ante la vergonzosa agresión a Iraq, que marcará un nuevo estigma para la nación norteamericana.

Lo que no me explico es como la ONU, y los países supuestamente interesados en normalizar esa situación, no se den cuenta de que mientras sigan apareciendo por ahí los mismos desprestigiados personajes como la Sra. Rice, Negroponte, etc. etc. (menos mal que ya botaron al nefasto Rumsfeld) absolutamente nadie va a creer en sus “buenas” intenciones.
En otras palabras, hasta que no se vea un cambio de “autoridades” que a su vez pueda significar un “cambio de actitud” hacia la nación asiática, no va a cambiar absolutamente nada en esa región. Al contrario, empeorará aún más. Como difícilmente pueda haber progresos en el conflicto Israel –Palestinos, mientras ellos sigan metiendo ahí sus narices.

O sea; si el Sr. Bush quiere venir a hablar de negocios, encantados; pero de pajas retóricas y darnos lecciones de democracia, de libertad y justicia social, que se ahorre sus discursos. Y que no se le ocurra una vez más poner cizaña entre nuestros hermanos, porque ya, tanto Argentina como Brasil, los han puesto en su lugar. Recientemente el Canciller brasileño Celso Amorim –en reunión con uno de los tantos Subsecretarios de Estado – esta vez Nicholas Burns - le recordó, como para evitar los chismes periodísticos, que “Brasil no pasa recados de nadie..” En otros términos: “no somos alcahuetes de nadie..”

Por otra parte, luego de registrar unos niveles mínimos de aceptación y perder la mayoría en el Senado de su país –sin contar lo que todavía está por venir - queda claro que el Sr. Bush, ya representa muy poco de aquella nación. Sinceramente, de poco nos sirve su apellido...

Argenta
Febrero, 007

Thursday, February 08, 2007

“Moral y Luces” para una Constitución.

"No hay Constitución perfecta; las Constituciones no pueden suplir las carencias de los gobernantes. Aún así, las Constituciones son mas sabias que ellos, porque estan hechas para permanecer más allá de ellos. Los hombres pasan , las instituciones permanecen.."

El Teniente Ehren Watada es el primer oficial en actividad del ejército de los Estados Unidos en negarse a ir al frente en esa sucia e inmoral guerra en Irak. Watada –cuyo caso ha tomado últimamente una amplia repercusión internacional - literalmente le dio una “patada” al manipulador establishment político de su país, que pretendió, una vez más, utilizar a los otrora orgullosos integrantes de su defensa nacional, para las bellaquerías de unos corruptos y mentirosos “líderes” de turno. Una patada a los manipuladores del sistema, no a la Constitución.

Watada expresó que bajo la Constitución de Estados Unidos él tiene derecho a rechazar una orden ilegal. ¡Vaya por Watada, por la patada, y por la Constitución! Tres cosas que definen la integridad, la moral, y los valores de una nación. Watada representa nada menos que un “ciudadano-militar” ante sus responsabilidades con la defensa de su país; la “patada” la reacción de ese “ciudadano” cuando su conciencia le dicta lo que no debe hacer, aún a su propio riesgo; y la Constitución, por ser la madre de todas las actuaciones de un ciudadano; sus principios, sus valores, sus derechos, y sus obligaciones con respecto a su país.

Independientemente de que este soldado tenga o no la razón -y de que sea pasible o no de la respectiva sanción –lo curioso es resaltar que si bien a esa Constitución norteamericana firmada en 1787 se le agregaron 27 enmiendas, nunca fue cambiada, ni reformada, ni manipulada, en sus 420 años de existencia. Quizá en otros países, este hecho hubiera originado un pedido de poderes habilitantes especiales por parte del gobierno -para castigar y prevenir el desacato -y la modificación de alguno de los artículos de la Constitución..

Por suerte para los Estados Unidos -dentro de sus males- a nadie se le ha ocurrido andar cambiando tan fácil y alegremente la Constitución para adaptarla a su particular forma de gobernar. Para algunos gobernantes, las Constituciones tienen mas o menos la misma utilidad de un rollo de papel higiénico: se lo usa mientras sirve para las particulares necesidades, y luego se lo recambia, y punto!

Grave error! La Constitución, además de ser la ley fundamental de la nación, encierra todo el ordenamiento de los principios y valores que los ciudadanos han aceptado y adoptado como reglas fundamentales para regir sus conductas, y representa la guía, el modelo y la orientación, para la valoración de los actos y procederes de gobernantes y gobernados por igual. Un país que no respeta su Constitución, es un país sin valores en los cuales asentar su identidad. Aquellos gobernantes que se sienten tentados una y otras vez a cambiar, modificar, o manipular, el máximo ordenamiento legal de sus naciones, demuestran no tener la suficiente amplitud y grandeza para actuar bajo los principios legales y éticos que fueron ya aprobados por los ciudadanos. Demuestran además, inseguridad en sus actos, cuando pretenden hacerse aprobar una norma legal que se adapte a su accionar, cuando debería ser al revés.

La historia de Venezuela, en particular, ha sido pródiga en parir constituciones –no menos de 27 – muchas veces para complacer a gobernantes en su afán de disponer de una “fachada” legal, que luego utilizan a su antojo. No hay Constitución perfecta; las Constituciones no pueden suplir las carencias de los gobernantes. Pero aún así, las Constituciones son mas sabias que ellos, porque están hechas para permanecer mas allá de ellos. “Los hombres pasan, las instituciones permanecen..”

Cuando se aprobó la última Constitución de Venezuela en el año 1999 –y bajo este mismo Gobierno - se hablaba de una de las Constituciones mas modernas y ejemplares del mundo entero. Resulta inconcebible, entonces, que hoy el Presidente de la República, habiendo obtenido su reelección por una histórica mayoría y bajo esa misma Constitución, solicite poderes habilitantes especiales para gobernar, y además…volver a modificar la Constitución!
Modificación que también incluye –y esto es grave -su relegitimación indefinida, y la implantación de un proyecto ideológico que nadie ha explicado a cabalidad, y que debería ser, por lo menos, motivo de una amplia consulta nacional, más allá de los congregados en la Plaza Bolívar.

Confieso que ni los 16 bombillos de luz blanca y “fría” que cambiaron la iluminación de mi hogar, de acuerdo al oportuno Plan Nacional de Ahorro de Energía, han podido darme luz en este incierto camino..!

Lo único que me queda claro –una vez más - son aquellas oportunas palabras del Libertador: "Nada es más peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía" – (Simón Bolívar. Congreso de Angostura, 1819)

Argenta
Febrero, 2007