Irán, Israel; contestando a Thomas Friedman. (II) (Continuación)
En el artículo anterior me refería a las opiniones de Thomas Friedman sobre las consecuencias del ataque de Irán sobre Israel. Y a que Friedman, recogía reflexiones de Nader Mousavizadeh, fundador y director de la consultoría geopolítica Macro Advisory Partners, y asesor principal de Kofi Annan cuando éste era secretario general de la ONU. Entre otras apreciaciones, Nader asegura que “La alternativa a una guerra regional más amplia y a gran escala, que no queremos e Israel no quiere, no puede ser un retorno al status quo”. Un esfuerzo global para aislar a Irán, añadió, “es la mejor manera de separar al régimen de su pueblo, tranquilizar a Israel y a los israelíes en cuanto a su seguridad y eliminar la necesidad de una mayor escalada militar regional”.
Yo me permito
agregar a esto que, “la mejor forma de aislar a Irán, y tranquilizar a su vez a
los israelíes (bastante hartos de Netanyahu y sus caprichos egocentristas) y a
todo el mundo, sería -como muchos lo están pidiendo -aislar al régimen corrupto
de Netanyahu, de su pueblo, exigir su dimisión del gobierno, y su juzgamiento
por parte del Tribunal Penal Internacional, por sus actos de barbarie y crímenes
de lesa humanidad.
Porque,
reflexionemos sobre lo atemorizante de esta otra afirmación de Nader
Mousavizadeh: “También es la mejor manera de garantizar que el primer
ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, no arrastre a Estados
Unidos a una guerra regional para apuntalar su propia base política en ruinas”.
¡Vaya! ¡Así que debemos asumir que Israel, es capaz de arrastrar a Estados
Unidos a una guerra regional? ¿Y por qué
no a una mundial…? ¡Esto es muy grave, dependiendo de los caprichos de un
genocida de mujeres y niños, como Benjamín Netanyahu! ¡Y con la complicidad de
los Estados Unidos!
Y como me
gusta siempre, buscar y rebuscar, entre las opiniones de periodistas
reconocidos, estén donde estén, considero muy interesantes las reflexiones de
Claudio Fantini, en El País de Uruguay, aclarando que “El ataque iraní fue masivo,
pero con componentes que parecen indicar una intención más política que letal.
Teherán anunció el lanzamiento de drones y misiles con siete horas de
antelación a su llegada al territorio israelí (¿¿..??)
Además, es
posible suponer que, si la intención del régimen chiita hubiera sido provocar
una devastación, habría usado sus misiles balísticos hipersónicos, que
quintuplican la velocidad del sonido y por ende se vuelven incontenibles para
los sistemas antimisiles (aclara Fantini) - Y también habría ordenado
que Hezbolla desde el Líbano, las milicias pro-iraníes de Irak y Siria, y los
hutíes desde Yemen disparen lluvias de misiles sobre el norte y el sur de
Israel, saturando la capacidad de intercepción de la Cúpula de Hierro, lo que
tampoco ocurrió”.
“Más allá
del largo enfrentamiento irano-israelí, la carga simbólica de lo que ocurrió en
el amanecer del domingo es un punto de inflexión -nos dice Fantini - La
incógnita es lo que viene como consecuencia”. Y a no dudar, para los que
aún dudan, que las consecuencias dependerán
-una vez más, y como siempre -de los intereses y caprichos de los
Estados Unidos de Norteamérica! ¡Porque, para eso, utiliza a Israel!
Esto huele
feo, estimado Thomas Friedman, porque Israel alborotó el avispero de todo ese
entramado de ideologías, creencias religiosas, prácticas humanas vergonzosa
(para nosotros los occidentales) sentimientos de odios y venganzas por tantos
ataques y saqueos reprimidos, y de una forma u otra, nos metió a todos en el
mismo saco. ¿Volverá a dormir tranquilo
el pueblo de Israel? ¿Y el resto de la humanidad; seguiremos conviviendo igual?
Nota: “Estamos
hartos y cansados de su gobierno”, dijo una transeúnte comentando sobre el
primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. “Es hora de que Bibi deje de
mandar a nuestros maridos e hijos a pelear sus guerras”. (El Times, 16 de
abril de 2024)
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