Argentina; sexo y seso.
¡Pero es que Argentina
es tan bella, que todos quieren tener sexo con ella! ¡Y Argentina no necesita
más sexo; necesita más “seso”! Porque vaya que para sexo, ya demasiado la han prostituido
sus políticos. Necesita ser amada, conducida, gobernada, orientada,
modernizada, posicionada, por gente con capacidades intelectuales acordes a lo
que ella significa como nación.
Y eso requiere el uso
del seso, más que del sexo. Aunque muchos se preguntarán, asombrados. ¿Y qué es
eso? Bueno, como primera definición, y consultando
al gordo Google, nos dice que refiere a “Parte superior y más voluminosa del
encéfalo, constituida por una masa de tejido nervioso y que se ocupa de las
funciones cognitivas y emotivas y del control de actividades vitales como los
movimientos, el sueño, el hambre, etc.” Pero no nos habla de actividades
como gobernar, por ejemplo.
Por ello, si vamos a
otra fuente, como el The Free Dictionary, nos aclara que, desde la anatomía
significa “cerebro, masa encefálica contenida en la cavidad del cráneo”.
Y aunque también refiere al
Cerebro de una res o de un cerdo sacrificados para el consumo,
a su vez nos habla de un uso coloquial entre los humanos: “madurez, sensatez
de una persona para pensar o realizar una cosa”, poniendo, además, un
ejemplo: “parece mentira que a tu edad tengas tan poco seso”. (O sea,
cordura) Y bueno, aquí es donde se empieza a complicar la cosa argentina.
También nos pone
ejemplos como: “devanarse o calentarse los sesos”. Y en sentido
coloquial, “cavilar, pensar o estudiar mucho una cosa”. (No creo que
esto aplique, es demasiado pedir..) Y también hace alusión a “perder una
persona el seso”, en sentido coloquial “perder el juicio y volverse loco”.
Esto ya se parece más a algunas decisiones políticas argentinas.
También refiere a hacer
que alguien pierda la capacidad de actuar con sensatez. Y finalmente, también nos aclara sobre la
posibilidad de “tener sorbido el seso por una cosa o persona”; coloquial
“desearla mucho o estar muy enamorado de su novia” (le tiene sorbido el
seso). Aquí puede estar gran parte de la explicación del fenómeno de la
política argentina. No tanto por lo de enamorado de su novia, sino por lo de
tener sorbido el seso por una cosa o persona.
Y aquí sí empiezo a
identificar, a compenetrarme y a penetrarle, a los problemas de la Argentina.
Pero no voy a tratar de ponerles ni imponerles mis propios conceptos. Estoy
seguro de que ustedes mismos van a poder interpretar -y ojalá que a descifrar
-los grandes componentes del fracaso de esta hermosa tierra de la América del
Sur.
Argentina y el sueño
americano.
Tanto el expresidente
Mauricio Macri, como el actual presidente, Alberto Fernández, destacaron en
distintos foros que la Argentina es capaz de producir alimento para más de
400 millones de personas. Veamos: Según un informe de la Fundación
Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), sumando
los tres tipos de carne producidos, vacuna, porcina y aviar, alcanza un total
de 5,7 millones de toneladas para consumo interno y para exportar a otros 112
países.
Se siembran unas 36,5
millones de hectáreas, lo cual indica que si ponen sus granos en camiones, la
fila daría dos vueltas al mundo, pues Argentina produce más de 109 millones de
toneladas de granos anuales. Produce, además, el estimado de una taza de
leche para cada niño de Latinoamérica, pues la producción de leche en Argentina
ronda los 10.527 millones de litros, registrando un aumento de más de 400
millones de litros respecto al año pasado. (Datos al 20-11-2019). Y siguiendo con el
informe, el estudio arroja que US$ 6 de cada US$ 10 que se generan por
exportación vienen del campo, aclarando además que $1 de cada $10 del Producto
Interno Bruto (directo) provienen del sector. Esto es el 9,92% del PIB
argentino.
Y como dato complementario, se especifica que
la producción argentina de biocombustibles equivale a dar la vuelta a la luna 4
millones de veces: 3.858 millones de litros. Según el Banco Mundial, Argentina es una de las
economías más grandes de América Latina, con un Producto Interno Bruto (PIB) de
aproximadamente US$450 mil millones. Es un país líder en producción de
alimentos, y cuenta con importantes reservas de gas y litio.
La alarmante cifra del
INDEC.
Pese a todo lo anteriormente señalado, según la Encuesta de Población Activa
(EPH), publicada por el INDEC, la mitad de los argentinos no tienen acceso al
agua, gas o saneamiento. El 49,1% de los habitantes de Argentina en el primer
semestre de este año (2021) no tuvo acceso a servicios públicos esenciales como
agua corriente, gas natural o saneamiento. "El 49,1% no accede a algún
servicio", informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, dato
que muestra un deterioro de la situación comparado con el segundo semestre de
2020, cuando el 46,4% de la población no accedía a alguno de estos servicios.
También nos aclara el
INDEC, que más del 54% de los menores de 14 años, en Argentina, son pobres. Y volviendo al
informe del Banco Mundial, se aclara que la volatilidad histórica del
crecimiento económico, la pandemia de COVID 19, y el aislamiento social como
forma de enfrentarla, agravaron la situación. La pobreza urbana es elevada y
alcanza un 40,6% de la población en el primer semestre de 2021, y 10,7%
argentinos están en la indigencia.
Estos datos no son para
regocijarse nadie; en definitiva, son para lamentarse todos. Porque teniendo un
país tan bello que hasta del turismo sólo podría vivir, no puede darle mínimas
condiciones de calidad de vida a una gran parte de sus habitantes. Y no aportan
nada los programas televisivos dedicados, exclusivamente, a descalificar al
gobierno de turno. Porque ayer fueron otros, y mañana serán otros. Y el negocio
de las parcelas individuales, que beneficia a algunos, es lo que está
empobreciendo al gran concepto de Argentina, como líder del progreso
sudamericano.
¡Yo se los pido por
favor, y como hermano: enserien a la Argentina y rescaten los valores de sus
recursos humanos! Los demás, los tienen naturalmente y como regalo. Utilicen el
seso, más que el sexo. Y prioricen el orgullo de vivir en su nación, más que la
ambición efímera de vivir en una gran mansión.
“El día que
Argentina simplemente se enserie de verdad, que se vuelva un país creíble y
confiable para inversores, desarrolladores, productores, fabricantes,
innovadores, y todo aquel ser humano que pretenda realizarse, expandirse,
mejorar su posición empresarial y aún social y fundamentalmente, dejar una
huella propia de su identidad productiva en este universo, ese día Argentina
será la nueva tentación y la nueva revelación de los sueños que puede ofrecer
la América del Sur”.
Alberto Rodríguez Genta
argentaster@gmail.com
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