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Friday, February 10, 2023

 ¿Nos jubilamos, o nos jodemos..?


Actualmente, en Uruguay estamos haciendo una vez más uno de esos ejercicios de retórica personal, protagonismo ideológico partidario, y de negación opositora, que tanto nos encanta. Con un tema en el cual nos va la vida -o mejor dicho la sobrevida -del futuro de nuestros compatriotas. Se tata nada menos que de la aprobación de una nueva ley de Reforma de la Seguridad Social; las jubilaciones, pensiones, beneficios de retiro etc., y los beneficios con los cuales deberán sobrevivir en el futuro, quienes merecidamente se acojan a ellos.

La revisión de los esquemas de jubilaciones y pensiones es uno de los procesos técnicos y políticos más complejos que periódicamente vuelven a la agenda en todos los países del mundo. Las circunstancias que lo hacen necesario refieren a la valoración de tres aspectos centrales: la cobertura poblacional, la suficiencia o adecuación de los beneficios que entrega, y la sustentabilidad financiera de mediano y largo plazo, en el marco de la dinámica demográfica de las sociedades. Y hoy está planteado nuevamente, no sólo en Uruguay, sino en varios países del mundo, y en Europa, Francia e Italia, por ejemplo, la confrontación de que estamos viviendo un montón de años más, pero no queremos trabajar ni un año más.

 Stefano Casini, periodista internacional, en un reciente artículo en Uypress, nos recuerda  que el problema reside en que cuando se "inventó" el sistema jubilatorio, se apuntaba a una remuneración digna, proporcional a lo que se aportó durante los años trabajados, para poder finalizar una vida de 5-10 años decorosamente. Pero la edad promedio de vida no llegaba, entonces, a los 60 años, por eso se calculaban unos 5 años de aportes luego de la finalización del compromiso de trabajo. Actualmente, en cambio, en la mayor parte de mundo la edad promedio de las personas es de casi 80 años. Incluso vemos a muchas personas, vivir más de 90.

O sea que, en lugar de cobrar una jubilación por un lapso de unos 5 años-10, debemos calcularla en 20-30 años. Y el problema no está en cobrarla, sino en financiarla. Prever las fuentes de financiamiento, ante tamaño desfasaje. Cualquiera, más allá de las necedades políticas que toman el tema como fuente de obtención de protagonismo, sabe que el sistema de actual es inviable. Sin contar, entre otras razones, con que muchos de los puestos de trabajo tradicionales   desaparecen, día a día.  Y más allá, por los 80 millones de personas más que tiene nuestro planeta cada año, mientras que muchos puestos son sustituidos por máquinas, aplicaciones y robots, en un mundo más y más tecnificado.

Y aquí viene el otro problema: según cálculos de economistas y especialistas a nivel mundial, para que el sistema de pensiones se mantenga, debe haber 3 trabajadores por cada dos pensionistas, pero tanto en Europa como en nuestro país, el número es de 1.42.

Si en algo nos parecemos con los europeos es que, así como somos devotos de los beneficios que nos concede el estado, somos incapaces de asumir la responsabilidad de sustentar esos beneficios, a la hora de actualizar el sistema. Deberíamos asumir responsablemente que, con las retenciones de nuestro trabajo, hoy, pagamos a los que se jubilan hoy; mañana tendrá que haber alguien que lo haga por quienes se jubilen mañana.  Si se rompe este equilibrio, se jode cualquier Banco de Previsión Social”. ¿Queda Claro?

Hoy, en Uruguay, trabajadores, sindicatos, y partidos políticos, protestan, más que por falta de información o convicción, por simple ejercicio de negación, ante un proyecto de Ley presentado por el gobierno, liderado por un profesional más que capacitado, y luego de más de dos años de elaboración y consultas. ¡Es justo protestar porque se precisen más años trabajados para poder jubilarse; pero la realidad es tan evidente como contundente; el sistema, como está, no resiste mucho más! ¡Es hora de jugarse la responsabilidad política que nos demanda un futuro, ni tan distante, ni tan seguro!


De los sindicatos y los políticos no esperemos demasiado; ellos solo se juegan a sus cortos resultados, y marcan necios protagonismos, injustificados. Aquí es donde se impone, una vez más, y dentro de la población, la inteligencia racional, más allá de la inteligencia emocional.

Al fin y al cabo, ni el sacrificio es demasiado; se trata de compensar esos 5 años más de aportes, como forma de asegurar la sustentabilidad de los 20 o 30 años más, vividos dignamente. De lo contrario, «Dentro de poco tendremos un jubilado a quien pagarle por cada desempleado», ironiza Stefano Casini, analizando las actuales protestas para bajar la edad de jubilación en Italia,  que se suman a las de Francia, donde la gran mayoría de los sindicatos se movilizan en contra del proyecto de Macron, de elevar la edad de jubilación ¡de los 62 a los 64 años!

¿¡Estamos hablando de apenas 2  años más de trabajo, cuando hoy las expectativas de vida han subido en más de 20 - 30 años?! Por eso les sugiero, a los futuros jubilados, que se pregunten: ¿O nos jubilamos o nos jodemos?


Nota: Y por las dudas, a tener en cuenta: “en 2022, murieron más personas de las que nacieron en Uruguay. Y los datos preliminares 2022 del Ministerio de Salud revelan que la tasa global de fecundidad del país se sitúa en 1,28 mujeres en edad fértilEso significa que se está por muy por debajo del promedio mundial, bastante por debajo de la media regional, por debajo de la Unión Europea y, desde el último año, también de Japón. La demografía, que estudia la población humana en continuo cambio, dice que se requieren 2,1 hijos por mujer en edad fértil (entre 15 y 49 años) para que exista un reemplazo poblacional. ¿Y entonces? ¿Nos jubilamos o nos jodemos?

 

 

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