Carrió, Maquiavelo, y Poncio Pilatos.
A mi me da mucha pena e indisposición la gente que -enferma ya de protagonismo -tira mierda contra los amigos, como forma de -supuestamente -combatir al enemigo. Y en este sentido la señora senadora argentina Elisa Carrió, a quien he escuchado mucho y bien en algunos momentos, no deja de asombrarme con su particular estilo de hacer política al estilo “cagando a todos me lavo yo”. Algo así como Poncio Pilatos: “yo me lavo las manos pa’quedar bien con la hinchada, y utilizo la lengua pa’seguir en la jugada”.
Es tan Maquiavélico, que estoy seguro de que el Príncipe no hubiera dudado
en nombrarla su asesora personal. Yo hasta creo que, con ella, ¡hasta Jesucristo
me parece un cristo! Tira mierda contra Cristina, contra Macri, contra
los iraníes, contra los uruguayos y contra todo aquello, que no sea “ella”. Y
por ello, aquellos seguidores que se gratifican con las puteadas de quien los
represente en el parlamento, y que ellos no pueden lograr desde su estamento,
serán siempre ideológicamente fieles a este estilo de hacer política.
Y últimamente, sentada como un discípulo
más en la mesaza nocturna de Mirta Legrand, no dejó títere, ni iraní, ni
uruguayo, con cabeza, asegurando que Montevideo es la "base" de
los iraníes que llegan a la región, y manifestando que "Estoy
preocupada por Uruguay porque hay una cierta ingenuidad. Montevideo tiene
sótano". Y ya de paso -y para no perder su protagonismo -tiró un
poco de mierda contra el expresidente Macri, como si estuviera jugando para El
Frente de Todos, denunciando que fue espiada durante el macrismo, y que "El
daño fue irreparable".
Y no es la primera advertencia ni
acusación que nos hacen desde nuestra hermana República Argentina. Ya otro de los invitados a esa mesa, el
periodista Alconada Mont se había despachado durante su participación en un
seminario sobre periodismo de investigación organizado por la Universidad ORT,
afirmando que los uruguayos “ayudan a la corrupción y al lavado de activos
argentinos”.
Calificado, además, a Uruguay como “La meca
del lavado de activos”, dado que siempre aparece mencionado en todas las
indagatorias de corrupción argentina, como destino final del flujo del dinero
sucio, y sin mayores consecuencias. “Sea en la ruta del dinero de la corrupción
o en la ruta del lavado del dinero de la corrupción, siempre hay una etapa o
una escala en Uruguay. Pasó en los casos de Siemens, IBM, Skanska, Lava Jato,
en Odebrecht, Ciccone”, aclaró Alconada.
Ta’bueno. ¡Pero resulta que esos
casos de corrupción -como muchos otros que se cocinan diariamente en la olla de
la corrupción Argentina -no arrancan ni terminan en Uruguay, sino en su propio
feudo! Y si no arrancaran desde allí, no pasarían por aquí. ¡Pero ahora somos
los uruguayos, los culpables de sus desatinos!
También el periodista argentino
Pablo Duggan, aprovechando la bolada de las críticas sobre el desafortunado caso
del exjefe de seguridad presidencial uruguayo, Alejandro Astesiano, lanzó
contra el gobierno de Luis Lacalle Pou en el canal C5N, un informe sosteniendo
que la imagen que existe en Argentina sobre Uruguay y el presidente Lacalle Pou
es una “farsa de la derecha”.
“Un país perfecto, ¿por qué?, aseguraba
poseído por los demonios kirchneristas Duggan - porque hace surf,
entonces es una maravilla, todo es perfecto, Uruguay es una maravilla… Si es
tan maravilla, ¿por qué hay más uruguayos viviendo en Argentina que argentinos
viviendo en Uruguay?”, se despachó. Pero claro, no pudo evitar, y dado que
debe defender su platito de comida en el Canal C5N (proKirchnerista)
para aclarar: Esto es una farsa que te quiere vender la derecha argentina
para pegarle al gobierno”.
Y terminó de hacer su negocio
para el canal prokirchnerista afirmando que “Lacalle Pou tiene escándalos
más graves, muchísimo más graves que los de Alberto Fernández”. ¡Le salió
redondito! Y bueno, no se si le salió desde el alma o desde el resentimiento,
porque aclaró que fue por 12 años corresponsal en Argentina del ciclo del periodista
uruguayo Ignacio Álvarez, y asegurando que, en determinado momento, ”me echó
como a un perro”.
Pero volviendo al tema de la
señora Elisita o Lilita Carrió, la pesadilla de los incorrectos, y adalid de
los incorruptos, no se hasta donde - en momentos en que el país debe enfrentar
un profundo cambio de paradigmas que puede y debe, significar un quiebre histórico
para salir de una catástrofe enquistada en sus entrañas - ella sigue en su
jueguito de “yo soy la estrella reivindicadora”, asemejándose en buena medida a
la “superstar”, Cristina, la iluminada que ha dejado sin luz a la Argentina. No
se; ella sabrá lo que hace. Pero en momentos donde es necesario más que nunca
la unión, sigue apostando a la destrucción. No me gusta su estúpida arrogancia.
Claro; ella es ella, y al fin y
al cabo, aunque volviera a ganar el kirchnerismo, ella con seguridad mantendría
su cargo y prebendas, mientras que el país se seguiría sumiendo en la mierda.
En fin, lo cierto que detrás de toda esta basureada mediática, el único
dirigente que se jugó su cuota política (sabiendo muy claramente que la podía
perder) enseriando subsidios inconsistentes, y construyendo infraestructura
digna para los convivientes, fue el defenestrado Mauricio Macri, por sus
amoríos con el FMI, aun cuando curiosamente, hoy, todos bailan al son de su misma
canción.
Ojo: no le estoy pidiendo a la
señora Carrió que sea incondicional a Macri, ni mucho menos, pero sí que se
decida a quien va a acompañar, y que no use el esplendor de los medios de
comunicación para tomar protagonismo personal, defenestrando a quien debería
apoyar como integrante de una opción, para lograr un tan necesario como profundo
cambio para su nación. ¡Y eso no es
lavarse las manos, sino evitar que se las sigan ensuciando a su país!
Alberto Rodríguez Genta
argentaster@gmail.com
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