¡Argentina, en su mejor momento!
No, no es una broma, ni una sátira, ni un chistee de mal gusto. Quiero demasiado a los hermanos argentinos como para permitirme ese tipo de irrespeto. Es, simplemente, que son desesperantes y desesperanzadores los datos que se acumulan hoy, ayer y siempre, de tantos males que la aquejan por más de 70 años. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) (2021) 4 de cada 10 personas son pobres en la Argentina, no pueden comprar suficientes alimentos, y deben recurrir a comedores gratuitos u otro tipo de ayudas. Y de no ser por los subsidios estatales, gran parte de los hogares más pobres habrían caído en la indigencia.
La elevada
inflación interanual —51,4%— encoge las ayudas, que apenas alcanzan a las
familias para subsistir. Los menores se llevan la peor parte, ya que más de la
mitad son pobres. Y todo esto, en uno de los países más ricos de la América del
Sur. Que produce y exporta alimentos para satisfacer a buena parte del mundo,
pero no puede asegurar la alimentación a sus niños ni al resto de sus
ciudadanos.
Y es que son
precisamente estos datos y estas realidades las que me llevan a afirmar que hoy,
Argentina, está en su mejor momento. Si; en su mejor momento para desnudar
mentiras y evaluar falsas promesas, de quienes han vivido y usufructuado de
esta situación, erigiéndose en protectores de los más necesitados y manteniéndose
en el poder gracias a ellos. ¿Más de 70 años de peronismo, y más de 15 de
Kirchnerismo, han resultado en esto? ¡Vaya! Que los argentinos son, o muy
pacientes, o muy tontos.
Porque
mientras prominentes integrantes del gobierno acumulan jubilaciones y pensiones
millonarias, el pueblo acumula miserias y debe pasar necesidades porque el
generoso “plan platita” no le alcanza.
Porque
mientras los máximos dirigentes sindicales se enriquecen comprando propiedades
de lujo, los trabajadores camioneros los putean haciendo colas interminables,
desde las frías madrugadas invernales, en busca del gasoil necesario para ganarse
la vida con su trabajo.
Porque
mientras algunos de los más favorecidos con las retenciones a la producción
agropecuaria disfrutan de cómodos sillones y aire acondicionado, los
productores, en 19 provincias, se levantan en las madrugadas con escarcha, para
hacer colas vergonzosas suplicando el combustible necesario para hacer
funcionar su maquinaria y cosechar el alimento para toda la nación.
Porque
mientras un gobierno torpe e inepto, sin planes ni programas de desarrollo, recibe
desde siempre las voluminosas rentas derivadas de la producción nacional, ahora
pretende crear una “renta Inesperada” para expoliar una vez más a los pocos que
la producen.
Porque mientras
el gobierno quiere crear una “renta inesperada” a los productores agrícolas,
los productores cañeros de Tucumán advierten que la falta de gasoil amenaza a
las cosechas de caña de azúcar con una “pérdida inesperada” de más del 30%.
Porque
mientras el pueblo argentino padece de todos estos males -y algunos más - la
vicepresidenta y el presidente se divierten mutuamente insultándose, y
recambiando ministros a su antojo, causando más desaciertos para satisfacer sus
mediocres caprichos.
Y porque ahora,
además, deben soportar la burla de la vicepresidente, cuestionando y reclamando
al presidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce, por dejar fugar miles de
millones de dólares, en un momento en el que Argentina tiene un inédito récord
de exportaciones, gracias a la liquidación de divisas del campo. Pero, ¿y cómo
¿no era Macri el que permitía que se fugaran miles de millones de dólares de
sus amistades?¡Qué burla más grotesca!
Y porque para
mayor vergüenza, el ahora execrado exministro de producción Matías Kulfas, al
presentarle al presidente su carta de renuncia con un detallado repaso de
su gestión, ratificó sus dichos sobre las presuntas irregularidades en la
licitación del gasoducto Néstor Kirchner y criticó a Cristina
Kirchner por sus declaraciones en el acto por los 100 años de YPF. ¡Si;
celebrando los 100 años de YPF, que hoy no tiene gasoil para ofrecerle a sus
productores! ¿No es otra burla grotesca siguiendo los caprichos de una
ególatra, la cual ha tenido la osadía de construir, con recursos de todos los
argentinos, un Centro Cultural Kirchner, para perpetuar su apellido? ¡Siendo la
mayor inversión en un proyecto cultural hecha en la Argentina, en toda su
historia!
¿Lo merece
acaso? ¡Y como si fuera poco se ha dado el lujo de bautizar uno de los pocos
proyectos útiles que pudiera dejar este gobierno, con el nombre de su difunto esposo,
Néstor Kirchner! ¡Un gasoducto que sigue paralizado, por “presuntas
irregularidades” (¿una más? mientras los yacimientos de Vaca Muerta siguen acumulando
más gas del que se pudiera usar! ¡Y mientras el gobierno sigue utilizando los
dólares que tanto escasean, para traer decenas de barcos con gas importado, por
culpa de que el famoso tubo de Néstor Kirchner, no le funciona!
¿No hubiera
sido más productivo para el pueblo argentino que en lugar de invertir los
recursos en ese ególatra Centro Cultural,
se hubiera construido el indispensable gasoducto para calefaccionar los
hogares, y para que no tengan que cerrar cientos de escuelas por no tener
calefacción para recibir a los alumnos? ¡Basta, por
Dios! ¡Solo resta que también quiera
refundar la República Kirchnerista de Argentina!
¿Habrán aprendido algo de todo esto los sacrificados argentinos? ¿Seguirán permitiendo estas burlas absurdas? ¿A quién beneficia todo esto? ¿A que sectores de la población están beneficiando? ¿Al pueblo de a pie? ¿A los más necesitados, haciéndolos necesitar más? ¿A los más encumbrados que, de todas formas, siempre saldrán beneficiados? ¿A los que producen y deberían ser estimulados para producir más riqueza genuina, y salir del parasitismo colectivamente aceptado?
Creo que en esta oportunidad los argentinos deberían utilizar muy bien esa famosa lapicera que se pasan entre ellos las máximas autoridades, pero con la cual ninguno de ellos escribe nada -no tanto porque se le secó la tinta -sino porque lo que es peor, ¡se les secaron las ideas!
Sin duda, y lo
repito: ¡hoy los argentinos están en su mejor momento para reflexionar e intentar
cambiar esa miserable realidad histórica decadente, que no merecen, y que tanto
benefician a los que se benefician de sus necesidades! Porque están casi tocando
fondo, y porque como aseguraba Einstein; “si buscas resultados distintos, no
hagas siempre lo mismo”.
argentaster@gmail.com
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