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Monday, September 29, 2025

 Son ellos contra nosotros…(I)


El actual presidente de nuestro país, Uruguay, y cuando aún no era presidente, sino Intendente, por el Departamento de Canelones, declaró en su momento, refiriéndose al asesinato de una mujer ocurrido en Neptunia, su territorio, que “Son ellos contra nosotros”. Lo cual le valió una crítica por parte de un compañero de su propio partido político. Más tarde, en otra entrevista, reiteró el tema sigue siendo entre “ellos y nosotros”. “La buena gente y la mala gente. El que cree que puede decidir sobre tu vida o tu muerte es el peor de los malandros”.

Es muy triste que tengamos que reconocer, de una forma u otra, que esta es una realidad que ha ido en aumento, en nuestro pequeño y hermoso Uruguay. Pero es así. Y hay que aceptarlo. Pienso que en las últimas décadas, los uruguayos hemos vivido en una especie de  Laissez faire, con respeto a la brutal incidencia, y aún reincidencia, desde el mundo del delito. Entre nuestros gobernantes, unos por aferrarse a un modelo demasiado humanista (o socialista) que le dio buenos réditos en materia de desarrollo económico con inclusión social, durante tres períodos; y luego otros que, para volver a rescatar un éxito electoral luego de sus fracasos, no se atrevieron a implementar algunas de sus más famosas y más conquistadoras frases como “Se acabó el recreo”, por miedo a volver a fracasar. Y que, en definitiva, era un reclamo a voces, de la sociedad.

¡Es que como que los uruguayos hubiéramos aceptado el matarnos entres nosotros mismos, con tal de valorarnos entre nosotros mismos! Y nos hacemos un harakiri, (el modelo japonés para expiar sus culpabilidades) para tratar de excusarnos, por nuestros errores.  Si; lamentablemente, parecería que - consciente o inconscientemente -asistimos a nuestra propia extinción.  Y es que, esta nueva pandemia de delincuencia ha hecho metástasis en toda la nación. Y estos son los mensajes que le estamos dando a nuestras próximas generaciones, fundamentalmente, a las menos incluidas, económica, e intelectualmente. Y ahí han estado nuestras mayores falencias.

Los medios de prensa informativos, uruguayos, nos informa que en menos de 24 horas se registraron seis homicidios en tres departamentos de Uruguay; Paysandú, Canelones y Montevideo. Las víctimas incluyen a un joven con antecedentes por narcotráfico, un hombre de 50 años con pasado vinculado al suministro de drogas, un adolescente de 15, y dos hermanos atacados a balazos en Casabó, además de un nuevo crimen en Cerro Norte. Y otro por ahí por El pinar, donde un adolescente de 15 años falleció y un joven de 21 resulto herido.

En Paysandú, la víctima era un joven residente de esa zona y tenía varios antecedentes penales por delitos vinculados al narcotráfico. Y una vez más, seguimos sacrificando la juventud -que tanta falta nos hace -comprometiendo nuestra existencia como sociedad.  Finalmente, al día siguiente, un hombre fue asesinado de un disparo en el tórax mientras viajaba en su auto. Realmente, ¡esto se ha convertido en un teatro de la delincuencia!

El caso más sonado, y quizá el más emblemático, de las falencias de nuestra justicia, nuestra política, y nuestra sociedad, está en ese personaje llamado el Pelón, quien, con 32 años de edad, ¡registra más de 36 requisitorias judiciales! ¿Qué tal?  El último, hace apenas unos meses, el de una joven enfermera de 26 años, quien estando simplemente estacionada en la rambla de su ciudad (una de las atracciones turísticas del país) junto a una pareja, fue asaltada violentamente por este excremento social, y su tío (vaya familia) y al no acceder a sus demandas para entregarle su vehículo y sus pertenencias, la asesinó.

Con ésta, y otras dos a continuación, ya son nueve los homicidios perpetuados por este compatriota identificado como “el Pelón”. Un fulano que hoy se da el lujo de figurar entre los mayores hechos vergonzantes que enriquecen los espacios de nuestros medios de comunicación; un personaje siniestro, que avergüenza y degrada, nuestra sociedad.  

Y que últimamente andaba libre y disfrutando de su vida, luego de tener la enorme suerte (gracias a errores de nuestra rescatable (pero humanamente falible, justicia) de que, en 2010, supuestamente, por insuficiencia de pruebas presentadas por la policía, un juez decidió liberarlo, y de ahí en adelante, ¡cometió tres asesinatos más, que pudieron haberse evitado! ¡O sea, un total de nueve!  ¡Vaya! ¡Que la policía parecería ser menos confiable que la delincuencia!

¡Y el tipo se dio el lujo de difundir un video, haciéndose conocer, y expresando sus opiniones!  Este fulano es un verdadero “emprendedor, influencer, o empresario”, como los califica la prensa sensacionalista. Comenzó su vínculo con el delito a los 16 años, cuando fue conducido por primera vez por cometer una rapiña.  De ahí fue escalando hasta que, con 17 años, asesinó a tres personas.

Y no me extrañaría que, dado la avidez del mundo del espectáculo por este tipo de personajes, al estilo del colombiano Pablo Escobar, o el Mexicano Chapo Guzmán, se convierta en el protagonista de una nueva película. Lo cual, dentro de su ámbito de amigos y referentes, alimentaría su fama, hasta el punto de ungirlo como un nuevo héroe entre quienes han hecho del delito, su forma de vida, en un mundo de resentidos sociales.

Y ahora, al finalizar este artículo, la prensa nos informa que estos antisociales acaban de ingresar, en la madrugada de este domingo, al domicilio de una de las principales referentes de nuestro sistema judicial; la fiscal subrogante de Corte, Mónica Ferrero. Bueno; ¡esto ya es digno del mejor espectáculo delincuencial.   Dispararon algunos tiros, y marcaron su presencia, al mejor estilo Pablo Escobar, en Colombia, para tratar de advertir, y atemorizar, que ellos tienen un lugar privilegiado en nuestra sociedad. ¿Qué tal?

De paso, les recuerdo que nuestros brillantes y abnegados representantes políticos, de unos u otros lados partidarios, hasta el día de hoy no han logrado ponerse de acuerdo -ya desde hace varios años -para designar a la máxima figura del Poder Judicial. ¿Qué tal?

Es triste reconocerlo, pero debemos aceptar, que como lo dijo nuestro actual presidente, ¡son ellos contra nosotros! Mientras nosotros nos seguimos cuestionando, ellos siguen actuando.

 

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