Jóvenes uruguayos: la silla que valió un premio.
"Queremos hacer una movida, decirles a los jóvenes que nada es
imposible, y que si hay que agachar el lomo y martillar un clavo, hay que
hacerlo porque después viene la recompensa". Este es el mensaje de Alfredo Causa, de 21 años; quien tiene, además
de motivaciones, hechos concretos para
demostrar su afirmación. Y es que Alfredo es uno de los jóvenes del Club
de Ciencias que lograron el tercer puesto en la categoría "Ingeniería
Eléctrica y Mecánica" de la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería,
patrocinada por la Corporación Intel.
Alfredo
Causa, Richard Garré, 18 años, Matías Galimberti, 21, junto a su profesor
Sergio Capillera, 29, son los jóvenes sanduceros que, con su creación de una silla
de ruedas comandada por la voz, pusieron a Uruguay en el podio de la feria
internacional de tecnología que tuvo lugar en Pittsburgh, Pensilvania. Dentro
de un total de 1.500 proyectos, y al
menos 400 en la citada categoría, se presentaron en esa feria - considerada la
más importante en el mundo a nivel preuniversitario- con su proyecto al que denominaron
"Chairtec": una silla que obedece las indicaciones del usuario, y
avanza, gira y se detiene, al impulso de la voz.
Al leer la noticia –ya que muy poca difusión le da
a hechos como éste nuestra cobertura
televisiva –vino a mi mente una vez más
aquella imagen del célebre científico Stephen Hawking, afectado por una
esclerosis lateral amiotrófica, y su silla de ruedas, la cual utiliza para desplazarse en público. La misma
está controlada por un ordenador que maneja a través de leves movimientos de
cabeza y ojos, y que también le permite seleccionar palabras y frases en su
sintetizador de voz.
Y más
allá del premio de US$ 1.000 a repartir
entre todos, estos jóvenes sanduceros confesaron a la periodista Sandra
Kanovich, en Paysandú, que el mayor reconocimiento fue el recibimiento que los
sanduceros les ofrecieron a su regreso, con una caravana que los esperó en el
ingreso a la ciudad y los llevó por sus principales arterias. "Fue increíble, esperábamos que estuvieran
nuestras familias, los amigos, pero tanta gente no nos imaginamos nunca",
piensan ahora, algunos días después de obtener el galardón internacional.
Un ejemplo de jóvenes para
otros jóvenes..No pierden la oportunidad de agradecer a todos quienes los ayudaron a lograrlo y confían en que lo vivido es un buen puntapié para su futuro. Pero por sobre todo, creen que su experiencia debería ser un ejemplo para otros jóvenes y una lección para las autoridades que tienen en sus manos promover e incentivar la educación y el desarrollo. "No todos los jóvenes somos iguales; parece que ahora todo tiene que ver con la droga y esas cosas, pero otros no somos así, queremos salir adelante", expresa, apuntando a las dificultades que enfrentaron.
"El gobierno debería facilitar, apoyar más
estas cosas, para que los jóvenes pierdan el miedo y demostrar que acá es
posible crear tecnología, que nos podamos quedar en el país y no tener que
irnos, no que vengan empresas extranjeras, pongan la tecnología, capaciten
gente y después se la lleven", señala Alfredo Causa. Más reflexivo,
Richard Garré plantea que su experiencia es una muestra de que es necesario
prestar mayor atención a los jóvenes con ganas de crecer.
Desde mayo del año
pasado comenzaron a trabajar en el proyecto de su silla de ruedas. Hicieron
sacrificios, pasaron fines de semanas enteros trabajando, a veces hasta se
olvidaban de alimentarse y no pocas veces se desanimaron y pensaron que no
cumplirían el objetivo, aseguran. Los tres jóvenes egresaron a fines de 2011
del Bachillerato Informático. Alfredo y Matías trabajan; el primero, como
docente en el ITSP de Guichón; el segundo, como "pasante" en el
instituto en Paysandú. Es una especie de conserje, explica: durante cuatro
horas diarias, es el encargado de la limpieza y de cerrar o abrir salones.
"Agradecemos profundamente a todo el pueblo
que nos ayudó, pero la verdad es que para mí fue una vergüenza haber tenido que
salir a hacer una campaña para recolectar dinero para poder llegar todos a EE.
UU.”, apuntó Richard, refiriéndose a que con los recursos que ofrecía el
MEC no podía viajar todo el equipo. El docente Capillera respalda el reclamo:
más allá del orgullo y la satisfacción por los resultados, hay que reflexionar,
por ejemplo, en que no se pudo llevar la silla a Estados Unidos por el costo de
traslado y la presentación fue con un video.
Para empezar, ya coordinaron con dos liceos privados para presentar su experiencia y estudian la forma de continuar el perfeccionamiento de su invento, que por otro lado, ya está patentado.
Nota: Me referí a Stephen Hawking en un artículo publicado en este blog en diciembre 2011:
http://la-tercera-opinion.blogspot.com/2011/12/uruguayos-que-asombraron-al-mundo-en.html citando el
extraordinario trabajo de otros uruguayos: el Dr. Pablo Díaz Amarilla,
licenciado en Bioquímica por la Facultad de Ciencias e investigador en ciencias
médicas y de la salud, quien junto a Luis Barbeito, director del Instituto
Pasteur y técnicos del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable, estudiando mecanismos celulares
asociados con enfermedades neurodegenerativas como la ELA, descubrieron y
aislaron un nuevo tipo de célula que
acelera la enfermedad. ¡Y ahora agregamos el excelente trabajo de estos jóvenes
sanduceros!
Mayo, 2012