Recoba: el ejemplo de un "Chino" Nacional.
“Yo
festejo la victoria de mi equipo, no la derrota de los demás”. Si esta frase la hubiera pronunciado en su
momento Winston Churchill o Abraham Lincoln, o algunos de los grandes estrategas
mundiales, estaría recorriendo la web
dentro de las “frases más célebres” de los hombres más célebres. Pero la dijo
aquí, en Uruguay, el “Chino” Alvaro Recoba, uno de los mejores jugadores de
fútbol a nivel nacional e internacional, y autor del gol de tiro libre que le dio
el triunfo a su equipo en el último clásico jugado el fin de semana pasado. Claro,
no fue un gol cualquiera. Fue una obra de arte. Uno de esos goles por los
cuales se lo llamó La Zurda Mágica, al marcar un gol Olímpico durante la Liga
Italiana, siendo elegido el mejor jugador del partido.
"El
Chino", como se le conoce en el mundillo del fútbol, era hasta el 2001 el
jugador mejor pagado del mundo, con una cifra cercana a los 7.5 millones de
dólares por año en el Inter de Milán. Es considerado uno de los mejores
pateadores de Tiros Libres en Italia. En la Liga Italiana marcó un gol Olímpico,
pateando un corner de tal forma que la pelota tomó un efecto que acabó en gol.
En ese mismo partido fue elegido mejor jugador y fue apodado La Zurda
Mágica. Hizo un gol similar al de Maradona en el año 1997, jugando en
Uruguay para el Club Nacional de Football contra Montevideo Wanderers Fútbol
Club. Tras un breve paso por el Venezia, en 1999 retornó al Inter,
quien en 2007 lo cede en préstamo al Torino de Italia, y en el 2008 es
transferido al Panionios NFC de Grecia. En diciembre de 2009 rescinde su
contrato con dicho club de mutuo acuerdo y vuelve al Uruguay.
Tras muchos
rumores que lo situaban en Chile o Perú, firma por Danubio [- ]el
club que lo vio nacer futbolísticamente - y al año siguiente, en 2011, se oficializa su
fichaje por Nacional, marcando 5 goles, uno de ellos en el partido clásico
contra Peñarol, y ayudando a su equipo a obtener el campeonato Apertura. Ahora,
Nacional y el Chino van por el Clausura. Pero el Chino tiene otra faceta aún
mucho más destacable que sus mágicos goles de tiro libre, de sus pases
magistrales, y su presencia dentro de la cancha. Por ejemplo, se dice que fue
él –más allá de representantes y
apoderados –quien acordó y aceptó, las condiciones
para jugar en Nacional. Y que Nacional sacó la lotería. Porque también “se
dice” que gracias a su buen tino y acertado criterio, el Chino se ha hecho
de una posición económica que le permite
estar más allá del bien y del mal. Entonces, se da el lujo de vivir como le
place, jugar con quien le nace, y hacer
declaraciones como éstas, una vez
finalizado el último clásico, que demuestran la inmensidad de su persona.
Los rivales pueden ser amigos.
“Después del clásico fui a poner nafta y el que me atendió era hincha de Peñarol. Y me felicitó. El rival mío y el de Nacional es Peñarol, pero nunca le falté el respeto a nadie sea hincha de Peñarol o de cualquier otro equipo. No lo hice cuando estaba en Danubio ni lo hago ahora. No va en mí. Seguramente, ningún hincha de Peñarol va a estar contento, pero yo festejo la victoria de mi equipo no la derrota de los demás. Toda la vida fui así. Me tocó perder y me fui tratando de saludar a los que ganaron y me fui ganando y saludando a los que perdieron. Así debe ser”.
Y para demostrar con hechos que fuera de la cancha el mundo es otro y que los rivales –aun dentro del fútbol -pueden ser amigos y tener causas comunes, días antes del partido el Chino, junto con su gran amigo y rival, el Tony Pacheco, uno de los ídolos más ovacionados del cuadro adversario, fueron a dar una charla a los chicos recluidos en la casona Ituzaingó de la Colonia Berro.
“Me gustan esas cosas – dice Alvaro Recoba -Soy joven, tengo 36, pero es tanta la experiencia que se agarra jugando al fútbol, y llevando muchos años de casado y de padre de familia, que es como si tuviera muchos más. Mis 36 son como 48 de otra persona. La idea, el pensamiento que nos une con el `Tony` es decirles a los chiquilines que el fútbol es una diversión, por más que haya muchas cosas en juego.
Álvaro Recoba participa, junto a
otros futbolistas, de un proyecto para ayudar a los menores infractores que
están recluidos en los hogares del INAU. La iniciativa nació en una ONG en la
que trabaja Raúl, su padre. "No se
trata de rescatarlos ni de darles una mano, sino de demostrarles que hay otra
salida-dice el Chino - Un camino
diferente al de entrar y salir de los hogares por robar o cometer otros
delitos. Muchos de los jugadores salimos de hogares muy humildes, obvio que yo
no llegué a robar, pero agarré otro camino", explicó.
"Recién estamos arrancando. La idea es que
cada uno de nosotros sea padrino de un cuadro del INAU. Vamos a llevar
entrenadores o ex -jugadores, para que trabajen con ellos. Está el `Tony`
Pacheco, `Mati` Cabrera, el `Cacique`, Andrés Scotti y seguro que va a venir
Darío Rodríguez. Creemos que el fútbol puede dejarles un buen mensaje. La
semana pasada fuimos con el `Tony` a la casona Ituzaingó de la Colonia Berro.
No es fácil estar ahí y no tener ninguna motivación para cambiar. Yo veo esos
gurises de 15 años y no me los puedo imaginar haciendo algo jodido. La idea,
tampoco es tratarlos como pobrecitos, sino mostrarles que hay otra posibilidad.
Luego estará en ellos tomarla o no".
Si
aquellos goles del Chino como el Olímpico de la Liga Italiana, o los convertidos
durante el Apertura, o esta última joyita del clásico que lo acercan al
Clausura, valen un Campeonato, estos otros, jugando para el INAU y los gurises
uruguayos, valen un mundial. Porque este “Chino” nacional, que además juega en
Nacional y nos hace sentirnos orgullosos de ser tricolores, nos hace sentirnos
aún más orgullosos de ser uruguayos, más allá de casacas y partidos. Porque se
trata de hombres que más allá de saber manejar una pelota, saben manejar valores en una sociedad que –a nivel social
patea mucho –pero convierte muy poco.
La anécdota. El
día en que se sentaron a firmar el contrato con los directivos de Nacional, nadie se animaba a hablarle de dinero, porque
la mayoría temía que esa frase “no vuelvo por plata” o “firmo en blanco”
terminara evaporándose con el documento arriba de la mesa. “¿Cuánto
querés ganar?”, preguntaron Alex Saúl y Luis Bruno. Y el Chino les respondió
con otra interrogante: “¿Cuánto me quieren pagar?”. Cuando le
dijeron 5.000, los dejó mudos: “¿pesos o
dólares? Resultó siendo dólares, claro. Si bien Nacional estaba muy lejos
de los 7,5 millones anuales que le
pagaba el Inter, por lo menos tenía reservas de dignidad. Pero él ya les había
quitado el estrés: “No importa, denme un
buen premio por ser campeón y pongan la cifra que quieran, yo firmo”.
Firmó. Volvió. Los conquistó a todos y
el domingo 20 de mayo del 2012 abrió una vez más la última puerta: la del
corazón del hincha. Pero la semana anterior había abierto una más grande: la de
los chiquilines internados en el INAU.
¡Gracias Chino, y también gracias Tony, y gracias a todos esos enormes deportistas para quienes el fútbol - mucho más que un juego - es un ejemplo de vida!
Argenta
Mayo, 2012
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