Entre indignados e indignos.
En un evento organizado por la Fundación Astur, presidido por su fundador y además secretario general iberoamericano Enrique Iglesias, celebrado en el hotel del Lago el 8 de enero del 2012, y en el cual participaron el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso y el economista argentino Guillermo Calvo, los tres ponentes cuestionaron el liderazgo de los dirigentes europeos para tratar de encontrar una solución política al problema que sufre Europa. Pero también alertaron por el descalabro que se podría generar en nuestra región con el surgimiento de grupos de "indignados" si cambia el contexto de bienestar económico actual.
Bajo la denominación “La crisis económica mundial y la política”, el ex presidente brasileño afirmó: "En América Latina la gente no se indigna ni por la corrupción, y eso que la información es libre. Corrupción aquí, corrupción allá. Pero no pasa nada. Y no hay indignación. ¿Por qué no hay indignación? Porque hay una relativa prosperidad, hay un cierto bienestar", expresó el ex mandatario norteño. No obstante, Cardoso advirtió que quizás esa situación "no se prolongue mucho más en el tiempo" y que en un futuro cercano, si las condiciones económicas cambian, puedan generarse protestas sociales de mayor tamaño y de imprevisible resultado institucional.
"Lo que pasó en Europa es algo que no se había visto antes –afirmó a su vez- donde los mercados nombraron a un primer ministro directamente. La sensación que se tiene es que el poder político perdió el control de la situación; es la verdad", enfatizó Cardoso. "Los costos de la crisis ya están ahí y va a tomar mucho tiempo encontrar una salida; eso requiere liderazgo político y en este momento no hay liderazgo político (...) lo que se ve es el derrumbe de gobiernos de izquierda y de derecha. El que está en el gobierno cae y no se ve que surja un liderazgo político firme", agregó.
El economista argentino Calvo coincidió con Cardoso en que el problema que enfrenta Europa "es político". Calvo planteó que la "ruptura tan generalizada" que se dio por la crisis "se debe mucho al hecho de que hemos desarrollado la globalización sin haber tomado las medidas que hemos considerado adecuadas a nivel nacional. No tenemos un Banco Central mundial. Tenemos al FMI, incluso el propio Banco Central Europeo, es clarísimo que no tiene ningún poder".
Otras voces, mismos temas..
La sociedad rota de Gran Bretaña. Un cable del día 16 de agosto del 2011, desde Londres, informaba que el primer ministro británico, David Cameron, anunció una revisión de la política gubernamental para hacer frente al "colapso moral" de la sociedad británica que, en su opinión, contribuyó a los disturbios ocurridos la semana pasada en varias ciudades. "Los problemas sociales que nos han gangrenado durante décadas nos han estallado en la cara", reconoció Cameron en un club de su partido, donde calificó de "señal de alarma" las cuatro noches consecutivas de violencia que dejaron cinco muertos y cuantiosos daños materiales del 6 al 9 de agosto. Se comprometió a "reparar" esta "sociedad rota" con una revisión de las políticas relativas a la familia, las escuelas, las prestaciones sociales o las adicciones, después de que niños de sólo once años fueran detenidos durante los actos de violencia.
La lucha de clases política en EE.UU. Jeffrey Sachs lo advirtió muy claramente en su artículo del 27/12/2010 “La lucha de clases política de Estados Unidos “. En él, y refiriéndose al acuerdo alcanzado entre el presidente Barack Obama y los republicanos en el Congreso para extender los recortes fiscales -de cara a la crisis histórica que golpea al país - Sachs afirma: “Estados Unidos está en curso de colisión consigo misma”. Y aclara: “El déficit presupuestario de EE.UU. es enorme e insostenible. Los pobres son exprimidos por los recortes en programas sociales y un mercado laboral débil. Uno de cada ocho estadounidenses depende de cupones de alimentación para comer. ( ) Sorprendentemente, los más ricos del 1 por ciento de los hogares estadounidenses tienen ahora un valor neto más alto que la parte inferior del 90 por ciento. La renta anual de los 12.000 hogares más ricos es mayor que la de los 24 millones de hogares más pobres”( ) Y luego predice: “..cuando el proyecto de presupuesto se haga realidad, habrá una reacción cada vez mayor. Con la espalda contra la pared, predigo, los estadounidenses pobres y de clase trabajadora comenzarán a manifestarse a favor de una mayor justicia social”. Y Sachs finaliza profetizando que, aunque llevará su tiempo: “.. el tiempo para el cambio vendrá. Los republicanos creen que tienen la ventaja y se puede pervertir más el sistema a favor de los ricos. Creo que se demostrará que están equivocados”.
Por mi parte, yo me limité modestamente a expresar mi opinión: Si bien Estados Unidos no tiene ideologías para dividirse, cada día tiene más pobres y excluidos con una causa para unirse. Y la creación en el último año de los movimientos Ocupemos Wall Street, parecería ser el inicio de algo. En octubre del 2011, más de 500 personas del movimiento "Ocupemos Wall Street" comenzaron marchando por Manhattan hacia donde viven poderosos empresarios de EE.UU. Fueron por el Upper East Side donde viven el magnate de la prensa Rupert Murdoch y el industrial David Koch. "JPMogan no eres bueno, la gente quiere un Robin Hood", corearon ante la lujosa residencia del jefe de JP Morgan, Jamie Dimon. Y se han multiplicado..
El chantaje de los extremistas. El 30/o7/2011, The New York Times, haciendo referencia al largo y vergonzoso debate entre demócratas y republicanos para alcanzar un acuerdo que salvara al país del default, titulaba en su editorial: "Para escapar al caos, un terrible acuerdo". "El acuerdo permitiría evitar una catastrófica moratoria del gobierno, inmediatamente y probablemente hasta el final de 2012". "El resto es casi una completa capitulación a las demandas chantajistas de los extremistas republicanos. Dañará los programas para la clase media y los pobres y dificultará la recuperación económica". Y es que ni siquiera los ruegos de Nancy Pelosi pudieron enternecer a los rudos republicanos. "Por favor piensen lo que podría ocurrir si caemos en cesación de pagos. Por favor, por favor, por favor, prevengan el daño colateral contra nuestros pensionistas y nuestros veteranos", clamaba la líder demócrata de la Cámara de Representantes.
Muy próximos a la locura. También Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 y columnista del New York Times, escribía el 25.07.2011, un artículo titulado “Muy próximos a la locura”. En él aseguraba: “No hay muchos aspectos positivos ante la posibilidad de un incumplimiento de los pagos de la deuda de Estados Unidos” -“Todo parece indicar que diversos comentaristas están en shock ante lo irrazonables que están siendo los republicanos. "¿Se ha vuelto loco el Partido Republicano?", preguntan. Pues claro, así es. Sin embargo, no es algo que acaba de ocurrir, es la culminación de un proceso que ha estado en marcha por décadas. Cualquiera que haya sido tomado por sorpresa por el extremismo e irresponsabilidad que están de manifiesto actualmente, no ha estado poniendo atención o ha estado haciendo la vista gorda deliberadamente”, aseguraba el Nobel.
El mensaje de Marcola.
Muy próximos a la locura. También Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 y columnista del New York Times, escribía el 25.07.2011, un artículo titulado “Muy próximos a la locura”. En él aseguraba: “No hay muchos aspectos positivos ante la posibilidad de un incumplimiento de los pagos de la deuda de Estados Unidos” -“Todo parece indicar que diversos comentaristas están en shock ante lo irrazonables que están siendo los republicanos. "¿Se ha vuelto loco el Partido Republicano?", preguntan. Pues claro, así es. Sin embargo, no es algo que acaba de ocurrir, es la culminación de un proceso que ha estado en marcha por décadas. Cualquiera que haya sido tomado por sorpresa por el extremismo e irresponsabilidad que están de manifiesto actualmente, no ha estado poniendo atención o ha estado haciendo la vista gorda deliberadamente”, aseguraba el Nobel.
El mensaje de Marcola.
Pero si quizá fuera necesario poner una nota de dramatismo a lo que nos advierten estos respetados profesionales, ante un discurso que parecería no sensibilizar a quienes detentan el poder político en diferentes partes del mundo, no encuentro mejor forma de expresar mi preocupación que reflejarla en ese mensaje que anduvo circulando por Internet, y atribuido a una entrevista de la cadena O Globo desde la cárcel a Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de Marcola; el máximo dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la Capital (PCC).
Porque las respuestas atribuidas a este personaje –que es la contracara de los profesionales citados durante este artículo, y a quienes pido disculpas por ponerlos en un mismo tintero – son la menos sutil y más descarnada advertencia a lo que puede ser ese futuro con “el descalabro que se podría generar con el surgimiento de grupos de "indignados" en América Latina, al cual se referían Cardozo, Iglesias y Calvo en el evento del Club del Lago, en Uruguay.
Entre otras cosas, el capo mafioso profetiza: “No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua”. Inclusive, en otro momento de la entrevista, el propio capo mafioso se da el lujo de recordarnos –tanto las soluciones, como nuestras limitaciones.
“¿Solución, cómo? –repregunta -Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una "tiranía esclarecida" que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta "conference calls" entre presidiarios..) Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución”. Y para finalizar, se da el lujo de citar a Dante: "Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno".
¿Deberemos creerle..? Por suerte, aquí en Uruguay lo arreglamos fácil; pedimos la renuncia del Ministro del Interior y tranquilizamos a todo el mundo.
Pero, sobre este peculiar método de los uruguayos para resolver nuestros problemas de Seguridad Personal, les prometo un próximo y enriquecedor artículo..
Argenta
Enero, 2012
Argenta
Enero, 2012
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