Campaña por la no estigmatización (II)
Una apuesta a la convivencia.
La innovadora y acertada estrategia de comunicación que lanzó el Ministerio del Interior del Uruguay con el fin de frenar la estigmatización que sufren los barrios más pobres de la ciudad, surge como “un complemento a los operativos de saturación” que la cartera comenzó a llevar a cabo este año en los barrios considerados “zonas rojas”. La campaña está en concordancia con la nueva política que incluye a las Mesas de Seguridad Ciudadana.
Se insiste en que “el policía tiene que ser un aliado insustituible de la gente, pero no es el único actor que debe trabajar para mantener la convivencia social. En esto también deben contribuir las intendencias y los vecinos”. Lo importante es desarrollar actividades de convivencia, retomar la vida en los barrios y que la gente participe. “Quizás la definición más importante de quienes llevamos esta gestión es: no hay seguridad pública sin la participación de la gente”
Se insiste en que “el policía tiene que ser un aliado insustituible de la gente, pero no es el único actor que debe trabajar para mantener la convivencia social. En esto también deben contribuir las intendencias y los vecinos”. Lo importante es desarrollar actividades de convivencia, retomar la vida en los barrios y que la gente participe. “Quizás la definición más importante de quienes llevamos esta gestión es: no hay seguridad pública sin la participación de la gente”
“Los policías pasan a ser los rehenes de los conflictos sociales, la ineficiencia estatal, y la frustración social. Les pagamos como a un ciudadano de tercera, pero les exigimos un desempeño de primera. Les exigimos que sean autoridad moral, judicial, y social. Los defensores de unos, y los victimarios de otros. Que reciclen la basura social y nos protejan de los abusadores, los corruptos, y los depredadores. Que actúen allí, donde la sociedad no logra ponerse de acuerdo. Donde todos abusan, pero nadie es culpable. Frente a esto: ¿Qué puede pensar un policía? La Policía reprime; pero la tarea de la prevención, la educación y la vigilancia de los valores sociales, corresponde al Estado y a las familias, con el apoyo decidido de toda la sociedad”. (Argenta)
“Cuando se organiza un operativo de saturación lo primero que dice el oficial a cargo del operativo es: “No vamos a una zona de guerra, no vamos a arrasar, no vamos a atemorizar. Vamos a un barrio de gente de trabajo, vamos a aplicar la ley. Compórtense como integrantes de esta fuerza, como gente que va a aplicar la ley en ese barrio”. “Muchos de los policías viven en esos barrios y es una realidad que conocen muy bien. La campaña cumple en ese sentido una labor hacia la interna”.
“Proponemos recapacitar y reflexionar acerca de que hasta en los - aparentemente ‘lugares con más problemas’ - hay gente de trabajo, buenos vecinos, personas que intentan una convivencia armónica; hay chiquilines que quieren estudiar, que practican deportes, esas también son realidades de esas zonas y no hay que estigmatizar”.
Argenta
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