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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Wednesday, August 03, 2011

Para el New York Times, Uruguay es el ejemplo.

No se si ustedes lo escucharon. Apenas lo mencionaron una vez en una de las ediciones informativas televisadas. Para mí, no es ninguna sorpresa.. No sólo que lo vengo afirmando, sino que lo vengo documentando en un libro a mi regreso al país, en el 2009. También he dicho que comprendo el escepticismo de quienes se quedaron en el país durante mis dieciocho años de ausencia, porque tiene razón Mujica, les guste o no, respecto al rol de uno de los más masivos e influyentes medios de comunicación del Uruguay y del mundo: la TV. Los informativos televisados uruguayos no aportan absolutamente nada a esa realidad positiva que muestra el país con sus muchos hacedores y emprendedores, y con una gestión administrativa que la mayoría de los organismos internacionales, analistas, agencias especializadas y medios del mundo, reconocen. Y lo lamentable es que -como ellos mismos lo declaran – lo que les da rating y ganancias empresariales son las noticias rojas, las policiales, las que muestran la cara negativa de un Uruguay que –como hasta el propio The New York Times lo reconoce en el artículo publicado el domingo 30/07 sobre el tema de la deuda de Estados Unidos –muestra ejemplos que hasta los poderosos del mundo quisieran imitar.


¿Si Montevideo puede actuar en conjunto, ¿por qué no Washington?", se preguntaba el New York Times, haciendo referencia al largo y vergonzoso debate entre demócratas y republicanos para alcanzar un acuerdo que salvara al país del default.
Y en el que ni siquiera los ruegos de Nancy Pelosi pudieron enternecer a los rudos republicanos. "Por favor piensen lo que podría ocurrir si caemos en cesación de pagos. Por favor, por favor, por favor, prevengan el daño colateral contra nuestros pensionistas y nuestros veteranos", clamaba la líder demócrata de la Cámara de Representantes. Y por ello, la conclusión del periódico norteamericano: "Un signo del apocalipsis de la semana pasada: Mientras estábamos abatidos por el desorden de la deuda en Washington, Uruguay -¡Uruguay!- ponía su casa fiscal en orden. La calificadora de riesgo, "Standard & Poor`s, que ha estado amenazando con rebajar la calificación de crédito de los Estados Unidos, elevó la nota de Uruguay", agrega. "Por supuesto, sigue siendo bonos basura (BB+). Sin embargo, hace que te preguntes: ¿Si Montevideo puede actuar en conjunto, ¿por qué no Washington?", expresa el artículo. "Hoy en día, Wall Street teme que Estados Unidos pierda su calificación AAA, pase lo que pase en Washington", aclara.

Y es que casi coincidentemente, el viernes 28/07 se conocía el dato de las cuentas públicas en Uruguay a junio, arrojando un déficit de 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB), un 0,1 punto porcentual menos que en el año cerrado a mayo. A su vez, la suba de la nota por parte de Standard & Poor`s (S&P), ha dejado a Uruguay a un escalón (una nota más) del grado inversor para las tres grandes calificadoras (S&P, más Fitch y Moody`s). "El problema, por supuesto –aclara el periódico norteamericano - es la credibilidad, que las agencias de calificación han exigido. El Congreso ha prometido disciplina fiscal durante décadas, solo para deshacer sus promesas antes que el ajuste de cuentas. La disciplina fiscal es dolorosa, impopular y, en el Washington de hoy, tan esquiva como la prosperidad que alguna vez tuvimos", afirmaba.

"Para escapar al caos, un terrible acuerdo", tituló The New York Times su editorial. "El acuerdo permitiría evitar una catastrófica moratoria del gobierno, inmediatamente y probablemente hasta el final de 2012". "El resto es casi una completa capitulación a las demandas chantajistas de los extremistas republicanos. Dañará los programas para la clase media y los pobres y dificultará la recuperación económica".
El Premio Nobel. También Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 y columnista del New York Times, escribía el 25.07.11,un artículo titulado “Muy próximos a la locura”:No hay muchos aspectos positivos ante la posibilidad de un incumplimiento de los pagos de la deuda de Estados Unidos”, afirma Krugman. “Sin embargo, debo reconocer que ha existido un elemento de alivio cómico -similar al humor negro- en el espectáculo de tanta gente que ha estado en la negación y repentinamente, despierta y detecta la locura”.“Todo parece indicar que diversos comentaristas están en shock ante lo irrazonables que están siendo los republicanos. "¿Se ha vuelto loco el Partido Republicano?", preguntan. Pues claro, así es. Sin embargo, no es algo que acaba de ocurrir, es la culminación de un proceso que ha estado en marcha por décadas. Cualquiera que haya sido tomado por sorpresa por el extremismo e irresponsabilidad que están de manifiesto actualmente, no ha estado poniendo atención o ha estado haciendo la vista gorda deliberadamente”, aseguraba el Nobel.

Lo cierto es que este año los republicanos que controlan la Cámara de Representantes mostraron como nunca, su hilacha. Con la deuda y el déficit en sus niveles más altos en 60 años, plantearon aplicar US$ 2 billones en recortes de gastos a lo largo de diez años, “sin incrementos de impuestos”. Y obtuvieron importantes rebajas en los gastos, sin ceder respecto a un alza de impuestos a los sectores más ricos o la supresión de ventajas fiscales, como la que poseen los propietarios de aviones destinados a negocios empresariales, que fuera muy criticada por el propio Obama.

Los impuestos a las lavanderas. Sin embargo, como lo afirma Krugman, esta conducta repetida de los republicanos y su insensible defensa de los más ricos, no es algo que acaba de ocurrir. Tuvo su punto alto cuando a mediados del 2007 y en un foro de excepción convocado para recaudar fondos para la aspirante a presidenta de Estados Unidos, Hillary Clinton, Warren Buffet, el inversor más famoso del mundo pidió en público que le subieran los impuestos. Entre los 400 asistentes a la reunión se encontraba –por ejemplo -el presidente de Morgan Stanley, quien tuvo que tragarse perlas como "la gente que se gana la vida de esa manera (refiriéndose a las firmas de capital riesgo y brokers) debería pagar los impuestos que refleje su trabajo" de boca del ilustre inversor. Además, Buffett acusó al Congreso de haber sido el "planificador de impuestos" de las grandes fortunas al crear un sistema para que los ricos pagaran una menor proporción de sus ingresos que sus empleados y sirvientes.
"Los 400 -dijo el veterano patrón de Berkshire Hathaway ante una audiencia que pagó unos 4.600 dólares por la cena y otros 1.000 más por el cóctel -pagamos una menor parte de nuestros ingresos en impuestos que nuestras recepcionistas o que nuestras lavanderas". Y Buffet predicó con el ejemplo diciendo que él paga un 17,7 por ciento sobre los 46 millones de dólares que ingresa anualmente, mientras que sus empleados, ganando mucho menos, pagan de media un 32,9 por ciento, llegando en algunos casos a tasas cercanas al 40 por ciento. Por si no quedaba claro, Warren apostó un millón de dólares con cualquier miembro de la selecta audiencia que pudiera demostrar que, en proporción, pagaba menos impuestos que sus subordinados. Y las críticas a los ricos no terminaron ahí, porque Buffet atacó la propuesta republicana de eliminar el impuesto de sucesiones, que supone ingresos de unos 30.000 millones de dólares al año a las arcas federales y que sólo afectaría a 12.000 familias. "Usted podría tomar esos 30.000 millones y darles 1.000 dólares a 30 millones de familias pobres, o ¿acaso debería favorecer a las 12.000 sucesiones y hacer que 30 millones de las familias menos afortunadas pagaran 1.000 dólares adicionales?", reflexionó.

La otra cara de la pantalla. Mientras esto sucede en el país más poderoso del mundo, según el informe del Banco Mundial y el FMI, dado a conocer en abril del 2011, entre los dos tercios de los países en desarrollo que están encaminados o próximos a lograr metas para erradicar la extrema pobreza, se destacan los avances de Uruguay frente a la región, y como uno de los países en el mundo con mayores logros en la concreción de las metas de desarrollo del milenio para 2015. Según el "Informe sobre seguimiento mundial 2011: Mejorar las posibilidades de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del milenio", el país ya "cumplió" con el objetivo de reducir a la mitad entre 1990 y 2015 la cantidad de personas que viven con un ingreso inferior a los US$ 1,25 por día. Además, junto con Chile es el único en América del Sur en el que menos del 2% de la población vive con menos de US$ 1,25 por día. Otro dato es que la indigencia en 2010 llegó al 0,6% de los hogares.

Uruguay ya cumplió también la meta de reducir a la mitad para 2015 la proporción de personas sin acceso seguro a agua potable y a saneamiento. Además, aseguró la reducción en tres cuartos entre 1990 y 2015 del ratio de mortalidad maternal y el garantizar que tanto niños como niñas tengan acceso a completar la escuela primaria. Más allá aun, está "cerca del objetivo" de reducir en dos tercios entre 1990 y 2015 la tasa de mortalidad en menores de cinco años y de eliminar la disparidad de géneros en la educación en todos los niveles educativos.

Estas noticias, sin embargo, no son las preferidas de los informativos de la televisión uruguaya. Tampoco el reconocimiento del New York Times, que apenas mereció una mención en una de las ediciones informativas. Pero, aunque a muchos nos duelan en el lomo los altos impuestos que pagamos los ciudadanos de este país, reconocimientos como el expresado por el New York Times, nos hacen sentirnos orgullosos de ser quienes somos. Solidarios, serios, responsables. Otro mérito para “la celeste” que integramos todos.

Argenta
Agosto, 2011

Recomiendo: Paul Krugman: la basura debajo de la alfombra.
http://la-tercera-opinion.blogspot.com/2008_10_01_archive.html

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