Ser o no ser; ¿quitar el 1% a los más ricos, o tratar de hacer más ricos?
Pretendo opinar, hoy, sobre esa disruptora, incómoda, y para muchos -seductora -propuesta del PIT-CNT, la mayor sindical obrera del Uruguay, de quitar un 1% de sus recursos improductivos a los más ricos, para arrasar con la pobreza infantil en nuestro pequeño y hermoso país. Según el PIT-CNT, y expertos de la Universidad de la República que respaldan la propuesta de gravar con un 1% al 1% más rico, no es solo una medida fiscal; se trata de “abrir un debate profundo sobre cuánta desigualdad está dispuesta a tolerar la sociedad uruguaya”.
Y
creo que se está partiendo de un mal enfoque inicial; una cosa es gravar a los
más ricos para obtener recursos con los cuales erradicar la vergonzosa pobreza
infantil reinante en Uruguay. Que si, la hay. Pero otra cosa es abrir un debate
profundo involucrando a toda la población uruguaya sobre su desigualdad social. En principio, me atrevo a reconocer que no
deja de ser una interrogante interesante, de esas que -cada tanto -nos obligan
a replantear nuestros paradigmas existentes, y cómodamente instalados en
nuestras zonas de confort, aceptados y ya dictaminados. Pero en todo caso, y
por más argumentación económica e ideológica disponible, el PIT-CNT no es un
movimiento sindical creíble, más allá de su inclinación populista y sesgada con
la cual mucha gente no estamos de acuerdo.
A nadie debería gustarle vivir en un
país de pobres. Y menos, de niños pobres. Salvo a aquellos que, por egoísmo
extremo, parecen impenetrables. Y sin embargo los hay. Y los hay entre muy ricos
que viven en países muy pobres, y entre muy pobres que viven en países muy
ricos. Por ello también creo que nadie
debería estar en contra de redistribuir la riqueza. Pero digo la riqueza, y no
la pobreza. Porque incluso entre países muy pobres, hay ricos que, camuflados entre
los pobres, han hecho de la pobreza, un negocio personal para mantenerse en su
riqueza.
Y entonces esto, ya no es solo un
problema de pobreza o de riqueza, sino de dignidad nacional, y aún personal. “Ser
o no ser, esa es la cuestión”, la
famosa frase de Shakespeare, vuelve, una vez más, a interrogarnos a todos. Porque, por ejemplo, acabo de leer en
un medio titulado Cuba debate, que me llega entre varios otros (sin que yo los
haya solicitado, y lo agradezco) que actualmente el Hospital Materno Infantil Doctor
Ángel Arturo Aballí en La Habana, está infectado de chinches y cucarachas, poniendo en riesgo la salud de los
pacientes. La falta de higiene
y recursos, agrava la situación
CUBANET,
otro informativo, informa que un padre de familia afirma que “Estamos
sin dormir vigilando que las cucarachas no le entren en los oídos a nuestros
hijos, andan como les da la gana". ¡Mi Dios! ¿En qué
mundo estamos viviendo?
¿Esto es socialismo? ¡Y
no puedo concebir que el PIT-CNT, ese PIT-CNT que ahora expropiarle un 1% a los
uruguayos más ricos, se solidarice con el gobierno cubano! Acaso estos niños, por nacer bajo un Estado
Comunista, ¿deben obligatoriamente soportar su miseria para servir de
referentes ideológicos a quienes se aprovechan de ellos, viviendo mucho mejor
que ellos?
Insisto
enfáticamente en que este tipo de gobernantes que obliga a sus pueblos a
soportar suficientes humillaciones, ¡por un simple sentimiento humano de
dignidad personal, tendrían que renunciar! Porque confirmo mi reflexión: “tanto la
riqueza económica financiera, como la riqueza ideológica manufacturera, sirven para mantener
en el poder a unos seres humanos más ricos que a otros”. Sin que
les importe mayormente, en verdad, los pobres que quedan por detrás.


.jpg)