¡La dictadura sindical debe finalizar!
¡Los ciudadanos de este
país, estamos absolutamente podridos y cansados, del abuso y la dictadura
sindical!
Hoy, 11 de diciembre,2025, a pocos días de las festividades en las cuales los uruguayos nos permitimos relajarnos, juntarnos, abrazarnos, y disfrutar en familia y amigos de momentos de paz, de tranquilidad, de regocijo, y de especial alegría, la prensa nos informa que -una vez más – y como para amargarnos el día, hay un nuevo Paro en el puerto de Montevideo. Que El Sindicato Único Portuario (Supra) anunció la paralización total de las actividades en la Terminal Cuenca del Plata (TCP) hasta el viernes a la mañana, advierte por nuevas medidas, y que una vez más los camioneros denuncian quedar de "rehenes".
¿Con
qué motivo, esta vez, y ya son demasiadas? Pues con motivo de la negociación en el
Consejo de salarios. ¿Para presionar, será? ¿Para seguir órdenes del Partido Comunista,
que hoy rige la famosa Central de trabajadores PIT-CNT, y que, además hoy
cuenta con la presencia de uno de sus históricos Secretarios, al frente del Ministerio
de Trabajo? Ahora, el secretario general del Supra, Álvaro Reinaldo,
dijo a El País que, "de no avanzar en la negociación, el gremio tomará
medidas".
¿Qué
tal? Así nomás; más allá de las instancias legales y acordadas a través de los
Consejos de Salarios, el sindicato tomará medidas sin importarle lo que ha
significado y significa, perder negocios portuarios, por los armadores que, sin
pena ni gloria, se van a operar a Brasil, o Buenos rentable Aires, ¡y entonces perdemos la
destacada posición lograda -tras muchos años de esfuerzos y sacrificios, como
el hub logístico portuario más confiable dentro de la competencia en nuestra
región!
Y
en lugar de ganar, perdemos salarios; perdemos negocios portuarios y todo
aquello que lo alimenta, y que son miles
y miles de trabajadores de distintas actividades que participan; entre ellos,
esos camioneros que hoy advierten nuevamente, quedar de rehenes, de unos caprichosos
y obstinados que pretenden dictaminar lo que se hace, como se hace, y quienes
lo hacen, dentro de ese oscuro mundo sindical portuario. Esto es una especie de atropello de fanáticos
futboleros que, sin importar el resultado que arroje la competencia, dentro de
la cancha, pretenden prepotear y ganar protagonismo por fuera, según sus
viscerales emociones.
Y
es que yo, como simple ciudadano, tengo todo el derecho del mundo y el que me
concede mi país, para decir ¡YA BASTA! Terminemos con esta dictadura sindical
que lo único que ha hecho siempre, y los sigue haciendo, es trabar
ideológicamente los que tanto esfuerzo producimos entre todos. Pero es que hay
que ser loco, desviado, irresponsable, o hijo de puta declarado, para tomar decisiones
suicidas para nuestra sociedad.
Y
es que si fuera por ellos, ni siquiera tendríamos hoy los beneficios - gracias a
las inversiones extranjeras - de ser ese hub portuario confiable y rentable,
para la actividad portuaria internacional, que hoy es uno de nuestros diferenciales.
Ni tampoco tener uno de los mejores y
más reconocidos y aplaudidos aeropuertos del mundo. ¡Siempre trancaron todo
aquello que no fuera el resultado de una inversión estatal, al mejor ejemplo
del fracasado comunismo de nuestros países hermanos!
¡Tengo
todo el derecho el mundo, y en especial el que me brinda mi país, para exigir
la inmediata remoción del comunismo intolerante que hoy domina el PIT-CNT, y
los sindicatos envalentonados por esta permisividad gubernamental! Los uruguayos, con sangre y lágrimas, hemos apostado demasiado
a la reconciliación social, como para que un pequeño grupo de intolerantes resentidos,
pretendan marcarnos el rumbo de lo que ya sabemos que no queremos aceptar. Si es necesario
juntaremos firmas e invitaremos, a uno de esos plebiscitos que tanto le encantan al PIT.-CNT,
y de los cuales siempre salieron perdiendo. ¡Pero esta joda sindical, debe finalizar!
Tratemos de finalizar el año como nos merecemos; con un gran abrazo entre familiares, amigos, y hermanos; ¿y porque más allá de nuestras mediocres -o mejores -apetencias personales, lo que vale, es la sociedad que pretendemos construir entre todos!
¡NO AL SINDICALISMO DEPREDADOR! ¡SI,
AL SINDICALISMO ENRIQUECEDOR! (SI ES QUE PUEDE HABERLO)
Nota: La paciencia y la complacencia, son dos cosas bien distintas. Podemos y debemos ser pacientes y aceptar nuestras diferencias; pero no ser complacientes aceptando los abusos de una intolerancia destructiva y permanente.



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