¿La democracia es para los chetos, o para los chotos?
Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Libre, la empresa Argentina que integra el ranking de las 100 más valiosas el mundo, y quien vaya a saber por qué designios vive en Uruguay desde diciembre de 2019, pocas semanas después de que Alberto Fernández ganara en las PASO, escribió irónicamente esta mañana (23.12.2022) en Twitter, que "la democracia es para los chetos". Y según el medio argentino Infobae, el tuit se refirió a la decisión del presidente Alberto Fernández de no acatar el fallo de la Corte Suprema de Justicia que le ordenó al gobierno nacional devolverle a la Ciudad de Buenos Aires el porcentaje de coparticipación que le había quitado, para dárselo al Gobernador alcahuete del Kirchnerismo.
(Aclaro que el término cheto se utiliza en
varios países sudamericanos para aludir a aquello que resulta muy costoso,
elegante o distinguido). ¿Será esa la
definición de Galperín? Y bueno; cuando Alberto se pone bravo, es así. Yo,
gobierno, y me paso por el culo las decisiones de la Corte Suprema de Justicia
de mi país. ¿Tamos? Y entonces a mi me ha dado por pensar que la democracia,
más que para los chetos, como dice Galperín, ¡es para los chotos!
Porque no entiendo como un pueblo culto y de inmensas
riquezas naturales y también humanas, como Argentina, tiene una inflación de un
100%, un riesgo país de 2.400 puntos, un índice de pobreza de casi un 40%, y
unas reservas netas de apenas U$S 3.300 millones! Según se desprende de un
informe elaborado por Idesa (Instituto de Desarrollo Social Argentino)
hoy la Argentina no solo es triple Campeón Mundial en futbol,
sino que también es Campeón Mundial en Inflación. Y las
evidencias muestran que no es solo mérito de este gobierno, sino que en los
últimos 62 años, varios se han repartido el mérito.
Los peronistas gobernaron el país aproximadamente la mitad
del tiempo, con un déficit fiscal promedio del 3% del PBI anual y la inflación
del orden del 78% anual. Los militares gobernaron un cuarto del período con
desequilibrio en las cuentas públicas de 4% del PBI anual e inflación del 132%
anual. Y los radicales, solos o en alianza, gobernaron el otro cuarto del
período con déficits fiscales del 7% del PBI anual y una inflación del 386%
anual.
Porque tampoco entiendo como ahora Brasil, integrante del
anquilosado MERCOSUR, creado allá por los ’90, por cuatro países de la América
del Sur, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, con celosas y lapidarias
exigencias en materia de derechos humanos, defensa a ultranza de la democracia,
y otras cositas más, ahora se apresta (al igual que Alberto Fernández) a
pasarse por donde no le da el sol, los postulados del bloque regional, e
impulsar el reintegro de Venezuela al bloque regional.
Siendo el MERCOSUR una comunidad bien intencionada desde los
aspectos socioeconómicos, pero prostituida por la complicidad ideológica con
quienes no supieron mantener la dignidad de sus compromisos. Ni tampoco abrirse
al mundo, durante sus treinta años de un paradigma retrógrado, en busca de
nuevas oportunidades frente al resto del mundo.
Pero nada mejor se le ocurre al gobierno brasileño, el lugar
de mirar alianzas y oportunidades futuras con los principales países del mundo,
en un mundo cada vez más exigente y competitivo, que volver a aliarse con uno
de los países más atrasados y empobrecidos del mundo. ¡El país que, debido a su
fracaso económico y social, le quedó debiendo más de 30 millones de dólares al
Uruguay, por envío de leche y productos de primera necesidad para su población!
¡Qué socio como para avanzar antes las exigencias y acuerdos del resto del
mundo!
Recordemos que, en 2006, Venezuela firmó el Protocolo de
Adhesión al Mercosur, completando el proceso en 2012, momento desde el cual se
convirtió en miembro pleno. Y que, en
2017, sin embargo, los países miembros del bloque económico decidieron suspenderla
por tiempo indefinido, exigiéndole que restaure la democracia de inmediato. El
canciller de Brasil, entonces, Aloysio Nunes, dijo en una conferencia de prensa
en Sao Paulo que los países fundadores, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay,
decidieron aplicar la "cláusula democrática", es decir, el Protocolo
de Ushuaia.
Esta permite la imposición de sanciones incluso de tipo
económico y comercial a los países en los que se rompa el hilo
institucional. Nunes argumentó que se trata de una "suspensión
de naturaleza política, por consenso, una sanción grave contra Venezuela". "Estamos diciendo: Detengan esto, basta de muertes,
basta de represión. No es posible infligir tanta tortura al pueblo",
dijo el canciller tras la reunión de emergencia que convocó el bloque para
abordar el tema de Venezuela. Además,
el Mercosur sumó presión internacional al presidente Maduro, instando al
gobierno venezolano a que desmantele la recién creada y anticonstitucional Asamblea
Nacional Constituyente.
A lo cual Nicolás Maduro, presidente de Venezuela (hombre ma
duro que una piedra cuando se enoja) respondió altivo, altanero y en alta voz: "A
Venezuela no la van a sacar nadie del Mercosur -“Es como que nos
cortaran del mapa y nos expulsaran de América Latina. Somos Mercosur de alma,
corazón y vida. Y unas oligarquías golpistas como la de Brasil o unas
miserables como la que gobierna Argentina podrán intentarlo mil veces, pero
siempre estaremos ahí", dijo. ¡Así, nomás, a lo puro macho! (¡O a lo
puro Alberto!)
Pero la expulsaron. Y Venezuela hoy sigue siendo una
dictadura, no hay respeto a los derechos humanos, siguen habiendo prisioneros
políticos y torturas, los venezolanos siguen pasando hambre y necesidades, y se
van en bandadas del país (unos 7 millones) a donde puedan encontrar un mejor
destino. (¡Bienvenidos los tantos hermanos venezolanos que han llegado a
Uruguay!) Sin embargo, ahora, el canciller designado del próximo gobierno de
Brasil, que asumirá el 1 de enero, Mauro Vieira, y el mismo presidente electo,
Lula da Silva, luego de ser liberado, tras 19 meses de prisión, y vuelto a ser
reelegido, anuncian que alentarán el regreso de Venezuela al Mercosur. (¿¿ ¿?) ¿Es
esto una joda? ¿Es que nadie aprende nada?
Un país (o mejor dicho, un gobierno) porque este gobierno no
representa el real sentir ni el verdadero espíritu de solidaridad y hermandad
del pueblo venezolano, condenado por las Naciones Unidas en informes firmados
nada menos que por la socialista Michelle Bachelet, y cuando, a noviembre del
2022, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, pidió
reanudar la investigación por los crímenes de lesa humanidad del chavismo.
Entonces, ¿será que tiene razón Galperín con lo de los chetos?
¿O que tengo razón yo, con lo de los chotos? Digo, porque la noble y bella democracia
da para todo..!