Nietzsche: “todo lo ocurrido, volverá a
ocurrir". Teoría del
Eterno Retorno.
¡Cuánto
desearía que Nietzsche se hubiera equivocado! Pero seamos realistas, y
reconozcamos cuando hay méritos dignos de un razonamiento serio, nos gusten o
no nos gusten los protagonistas o situaciones que los provocan. El mérito de los
asesores de Donald Trump, (que son los que en definitiva identifican y planean
los objetivos del marketing de acuerdo a las necesidades humanas, estuvo en que
se metieron como nadie en las profundidades
de las entrañas de la sociedad estadounidense! Y detectaron aquello que ni los medios de
información ni los de opinión, supieron o quisieron ver.
Porque tampoco se
ocuparon en investigar demasiado. Y algo que hoy ya sabemos -siguiendo el necesario análisis de las necesidades
humanas, y aplicando el marketing - es la importancia de identificar los segmentos
y nichos de mercado según esas distintas necesidades.
Algo que la
política tradicional no supo o no quiso ver, pues sólo pensaba en mantener
gordos a los más gordos, tranquilos y felices a los más felices, y no arriesgar
a los grandes cambios que una parte de la sociedad confundida, olvidada y no
escuchada, reclamaba. Lo de TRUMP fue, sin duda, una fina investigación de mercado y una sabia
estrategia de mercadeo. Y la más acabada demostración, estuvo en el mayoritario
error de las consultoras de opinión, las que, conscientes o no, querían seguir creyendo
y apostando al establishment de una sociedad siempre cuestionada y siempre
conflictuada, y dentro de cuyas prioridades las necesidades de muchos
ciudadanos, no se sentían reflejadas ni
atendidas, por los representantes de los partidos tradicionales.
Y se jugaron a
la globalidad de opiniones de acuerdo a un sistema electoral engañoso que no se
rige por la preferencia del voto popular
nacional, sino por los nichos de mercado estadales. La gran lección,
entonces, no fue de TRUMP; TRUMP fue
acaso y sólo el Mesías, y el castigo de parte de la población
norteamericana a un sistema desgastado y
desprestigiado demasiado global, en un
mundo que ha olvidado lo individual. Es
la eterna lucha entre los beneficiados y los olvidados! De los que tienen más,
y quieren más, contra los que tienen menos y quieren algo más. Estados Unidos
es el ejemplo perfecto de la convivencia entre Dios y el Diablo.
Y es que según lo ve el periodista especializado
John Wight, en un artículo en el
canal de noticias RT en español, "las protestas sin precedentes que estallaron
como respuesta a la elección de Donald Trump como 45.º presidente podrían ser
el heraldo de una sociedad irremediablemente dividida y polarizada tras las
elecciones". "El sistema económico neoliberal actúa como un tirano
con las vidas de la mayoría de la gente", asegura Wight. Y bueno, si; algo de esto ya lo venía profetizando
el economista Jeffrey Sachs, cuando los republicanos le quisieron trancar el
presupuesto a Obama, en plena crisis, en 2008..
Reconozco que
yo no conocía la existencia del canal de
noticias RT, anteriormente Russia
Today, que comenzó a emitir desde Rusia durante 24 horas al día y 7 días a la
semana en diciembre de 2009, (precisamente cuando yo regresé de Venezuela). Wikipedia me informa, además, que RT
es el canal de noticias más visto en YouTube, y que en junio de 2013 se
convirtió en el primer canal de televisión en la historia en llegar a mil
millones de visitas, y que en 2015 llegó a los 3 millones. ¡Basta! Ya está;
información más que suficiente para aceptar la invitación!
Además, me
entusiasma sobremanera que haya un canal de noticias que se emita desde Rusia,
porque a los uruguayos siempre nos vendieron la única idea de los diabólicos comunistas y los tanques
rusos pasando por encima de los cadáveres humanos (campaña de Pacheco Areco)
cuando yo siempre me imaginé, de acuerdo a lo poco que observé, que en Rusia -y
dado su impresionante y riquísima historia nacional -debería haber también,
algo distinto. Y es que siempre he pensado, hasta el día de hoy, en aquellos
que tomaron como verdad única y valedera una experiencia histórica por la cual
los ciudadanos de ese imponente país creyeron, y por la cual también mucho pagaron
- sin animarse a transitar, y analizar, y adaptar, esa experiencia socialista para
que nos enriqueciera en lugar de estupidizarnos. Y por lo cual también se
equivocaron, porque era más fácil y cómodo copiar lo conocido, que atreverse a
experimentar lo desconocido, con las propias
realidades y necesidades! Y hasta el día de hoy.
Pero sigamos
analizando el porqué de estos Mesías iluminados que, de pronto, y sin mayores
antecedentes ni condimentos políticos, irrumpen en la escena y patean el
tablero de la política tal cual la conocemos. Y se alzan con la preferencia de
los votantes. ¿Desgaste del sistema y las políticas tradicionales? ¿Olvido
mayoritario de sectores que se volvieron vulnerables de la sociedad?
¿Desencanto por las promesas incumplidas y en las cuales nunca se sintieron
incluidos? ¿Sentimientos y temores ante la pérdida de identidad, y derechos
ciudadanos devaluados? ¿Rencores por espacios de poder perdidos ante nuevas
realidades nacionales?
Todo eso, y
algo más. Y aquí es cuando aparece el Chapulín Colorado que promete salvarnos
de todos esos despojos, abusos, olvidos,
e ingratitudes. El discurso hábilmente apuntado a los puntos neurálgicos que
han ido tomando mayor preponderancia en las disconformidades de la población. ¿Que son irreales e
imposibles de cumplir? No importa; lo importante es creer que sí es posible!
¿Que ya otros lo han prometido y utilizado, sin resultado? No importa; lo
importantes es ahora castigar a quienes nos han estafado.
Quizá Donald
Trump exorcizó a los republicanos y los hizo vomitar sus demonios anacrónicos,
como decía Eike Batista, hablando de Lula
y la izquierda en Brasil, en aquella entrevista con Charles Ros. Aunque
en este caso fue un exorcismo entre derechas, y no entre izquierdas! Sea como
sea, yo pienso que era hora de que algo así sucediera en los Estados Unidos.
Esos dos partidos tradicionales se han estado repartiendo los dividendos de no
contar con una tercera opción representativa de los más necesitados, y por
ello, éstos debieron votar siempre lo que había - y dentro de ello - aquellos
que mejor le mentían. Pero esto es lo mismo que ha pasado en tantos otros
países. Me viene a la memoria, por ejemplo, la asunción de Chávez en Venezuela.
No había nada para elegir y votar, más allá de los enquilosados dinosaurios
desgastados y repudiados de los partidos tradicionales.
Fue un
auténtico y genuino y necesario “cambio de paradigma”, aceptando todo el riesgo
de enfrentarse a lo desconocido; algo que siempre maniata las decisiones de los
empresarios, y en este caso, también de los electores, a la hora de asumir cambios
trascendentales! Lamentablemente, Venezuela se enfrenta, hoy en día, ante otro
más que necesario cambio de paradigma!
Por ello
recordé aquella afirmación de Nietzsche, en su “Teoría del Eterno Retorno”: “todo lo ocurrido, volverá a ocurrir“. Ojalá los uruguayos, ante tres gobiernos mayoritariamente exitosos por sus logros en
permitir y fomentar un desarrollo económico con inclusión social, pero también con enormes fallas a la hora de
gestionar recursos públicos necesarios para seguir avanzando en un proyecto
progresista y ejemplar, no olvidemos la aseveración de Nietzsche! Porque como
afirma Esteban Valenti en su artículo
¿La era Trump?, “El problema no es Trump,
sino el pequeño, mediano y gran Trump que las sociedades, e incluso los
individuos llevamos dentro, y que cada tanto explotan en toda su brutalidad, en
toda su sordidez, expresando un retroceso civilizatorio importante”.
¡Que todo lo malo ocurrido, no
vuelva a ocurrir!
Amen.