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Monday, February 13, 2017

¿Por qué ganó Trump? ¿Por qué perdió Clinton? 

¿Y por qué perdió el republicano Romney y ganó el republicano Trump?                                                                                          
Hombres 53% : -Mujeres 42%; -Blancos: 58%; -Demócratas: 37%  -Mayores de 65 años:  53% : Clinton: 45% -Porcentaje de electores blancos: 70% -(Datos de la Redacción BBC Mundo) Diferencia de votos a favor de Clinton sobre Trump: 2.800.000.

En marzo del 2013, el excandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, quien cayera en las elecciones presidenciale ante el demócrata y reelecto Barack Obama, reconocía ante la cadena Fox los errores de su campaña: "No fuimos efectivos en mi mensaje a las minorías de votantes. A los hispanoamericanos, a los afroamericanos y otros", manifestó. Y añadió como otra causa clara "la poca importancia dada a la valoración que las clases bajas hicieron de la reforma sanitaria (Medicare) propuesta por el presidente estadounidense, Barack Obama". Asimismo, recordó el desgraciado incidente del 18 de setiembre, cuando durante un meeting de su campaña dijo que los votantes del Partido Demócrata se hacían las "víctimas" para no pagar impuestos. "No es lo que quería decir  ( ) No cabe duda de que hizo un gran daño a mi campaña electoral", admitió.

Y es curioso, porque el haber corregido esos errores republicanos, no sería tampoco lo que le daría el triunfo al también republicano  Donald Trump. Y también es curioso porque de acuerdo  al último informe presentado por la administración de la ciudad, durante marzo del 2013 -comparando los años 2005 y 2011 - resulta que en 2011 ¡casi la mitad de la población de Nueva York estaba en el umbral de la pobreza! Mientras los beneficios de los ejecutivos de Wall Street, los famosos bonus, crecieron un 8%. ¿Qué fue entonces lo que pasó? ¿Acaso el de Romney era un buen discurso en un momento inoportuno, y el de Trump resultó un mal discurso en el momento oportuno? ¡Porque el triunfo de Trump no se lo dieron quienes se lo negaron a Romney..!

Siendo que aquel ha puteado a cuanto inmigrante, presidente, mujeres,  planes de salud sociales, acuerdos comerciales, tratados internacionales, discapacitados, o lo que fuera.  El señor ha pateado el tablero para reivindicar la anacrónica idea de un nacionalismo hitleriano. He hizo una campaña basada en el odio acumulado y retenido. Dice CNN Money: “¿Necesitas más pruebas de que Donald Trump está llevando su destreza empresarial a su campaña electoral? Ya ha registrado como marca su esloganMake America Great Again” (cuya traducción al español sería “Hacer grande a Estados Unidos de nuevo”) ¿Hitlerismo acaso?

Es algo tan infantil y tan estúpido, que por eso mismo la gente necesitada de creer en algo simple que reivindique sus frustraciones, se lo cree. ¡Porque además, se lo quieren creer! Sí, Ronald Reagan lo dijo primero; pero Trump es quien ha asegurado los derechos comerciales de la frase. Trump solicitó la marca registrada para “Make America Great Again” en noviembre de 2012; apenas días después de la última elección presidencial.

Michael Moore prometió que nunca votaría por ella. Cuando Hillary Clinton votó en 2002, a favor de la resolución que permitió al gobierno de George W. Bush invadir Irak,  el polifacético cineasta norteamericano Michael Moore, prometió que nunca votaría por ella. Sin embargo, posteriormente deseaba tanto que Clinton se imponga en las elecciones presidenciales de noviembre, que rompió su promesa. Lo hizo cuando ya no creía que Hillary ganaría la presidencia. ¿Por qué el vaticinaba el triunfo de Donald Trump?

1) Las realidades del medio oeste.  Moore creía que Trump debía conquistar cuatro estados: Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin (y a la postre Florida), que forman parte del antiguo cinturón industrial de Estados Unidos y que en las últimas décadas se han venido a menos. Trump acudió a una fábrica de vehículos Ford en Michigan y amenazó a la compañía con imponerle grandes impuestos si mantenía sus planes de cerrar la fábrica y mudarla a México. "Eso fue música dulce para los oídos de la clase trabajadora de Michigan", agregó. ¿Castigo?

2) El malestar de los hombres blancos. Moore creía, además, que Trump podría capitalizar un sector de votantes -los hombres blancos molestos- que sentían que el poder se les ha ido escapando de las manos, y que perciben el avance en la sociedad de las mujeres y de las minorías como una amenaza. "¿Después de haber tenido que aguantar durante ocho años a un hombre negro diciéndonos qué hacer, se supone que ahora debemos quedarnos tranquilos y asumir ocho años de una mujer mandándonos?", escribió Moore intentando reflejar la forma de pensar de este tipo de elector. ¿Otro castigo?

Y también creía que otro elemento que favorecería a Trump era el hastío y la rabia de los ciudadanos con el sistema político; afirmando que "millones van a votar por Trump no porque estén de acuerdo con él, ni porque les guste su fanatismo o su ego, sino simplemente porque pueden". ¿Será su forma de burlarse de un sistema político enfermo? ¿Voto castigo?

3) ¿Por qué perdió Hillary Clinton? Moore consideraba también que quienes apoyaban en las primarias a Bernie Sanders votarían por Clinton, pero sin entusiasmo "Será un votante deprimido ( ) no traerá consigo a otras cinco personas para que voten por ella y no se ofrecerán para trabajar como voluntarios..”. Finalmente, también afirmaba, en julio, que Hillary Clinton es inmensamente impopular, y que casi 70% de los votantes cree que no es confiable y que es deshonesta". ¿Por qué? Lo investigué.

En un artículo para The New York Times,  David Brooks, nos devela las interrogantes sobre el porqué Hillary Clinton no emociona a buena aparte de los norteamericanos. “Quienes trabajan con ella la adoran y dicen que es cálida y afectuosa -dice Brooks - pero desde afuera es difícil pensar en un aspecto de su vida que sea ajeno a su carrera o previo a ella. Lo curioso es que no hace mucho era popular. Como secretaria de Estado tuvo un índice de aprobación del 66 por ciento, e Incluso en marzo de 2015, su índice de aprobación era de 50 por ciento”! Y aquí viene lo más sorprendente y contradictorio  de las conductas humanas!

 ¿Puedes decirme qué hace Hillary Clinton para divertirse? -interroga Brooks -Sabemos qué hace Obama para divertirse… jugar golf, baloncesto, etc. También sabemos, desafortunadamente, cómo se divierte Trump. Pero cuando la gente habla de Clinton, tiende a hablar exclusivamente en términos profesionales. La describen como alguien con “tendencias a las multitareas” u “organizada” o “engañosa”. Su impopularidad, según Borooks, “recuerda a la impopularidad de una adicta al trabajo; y la adicción al trabajo es una forma de distanciamiento emocional”.

¡Vaya! Que siempre hay algo nuevo para aprender! O sea que los estadounidenses, en lugar de preferir a Hillary por dedicar la mayor parte de su tiempo y su esfuerzo al servicio de las necesidades de su país,  la castigan por no tener el suficiente sex appeal, mostrando algo divertido, descontracturado y banal, que la identifique con los escapismos que todos  usamos, ante la responsabilidad del  pensar en  los grandes temas que hacen a la nación!!

4) ¡Emocionalidad, pues, racionalidad nada! Y no puedo dejar de pensar en la similitud que encierran estos conceptos con las razones de la preferencia de nuestros compatriotas uruguayos frente a las candidaturas, en su momento, entre nuestros compañeros José Mujica y Danilo Astori.  Recordarán ustedes las afirmaciones de nuestro expresidente Mujica, refiriéndose a  Astori, en su libro “Una oveja negra al poder”: "Pobre Danilo-aclara Mujica - Le falta sex appeal. Siempre está por ser presidente y va a seguir ahí porque no tiene picardía, le falta maldad. Danilo ( ) es meramente racional y no llega al corazón de la gente. Él es un profesor que da cátedra pero no te conmueve, no te roba una lágrima. Puede ser admirado, no querido. Pone distancia y la gente lo intuye”.  (¿Alguna similitud con Hillary Clinton?)

Espero que, para los que se interrogan y quieran ahondar en explicaciones a fenómenos humanos  psíquicamente tan complicados de interpretar, esta recopilación de datos y opiniones pueda aportarles algunas luces. Porque como afirma  Esteban Valenti en su artículo ¿La era Trump?, “El problema no es Trump, sino el pequeño, mediano y gran Trump que las sociedades, e incluso los individuos llevamos dentro, y que cada tanto explotan en toda su brutalidad, en toda su sordidez,  expresando un retroceso civilizatorio importante”.

¡Y ojo! Que los uruguayos,  no estamos exentos!
Amen.


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