El que tenga ojos que vea, y si no quiere..no oiga.
Es magistral la forma en que aquella Balada para un loco, de Astor Piazzolla, interpreta a un personaje que intenta volar, soñar, evadirse de la realidad, reconociéndose como un piantao, un loco, un soñador enamorado, que quiere transportarse a otro mundo imaginario donde se encuentre con su amor y sus fantasías. “Yo se que estoy piantao, piantao, piantao, dicen los versos, y es que en la política uruguaya, tenemos esas cosas que nos hacen dudar si estamos piantaos, locos, o extraviaos.
Porque
hay compatriotas a los cuales, por más que las realidades les rompan los ojos,
parecen tener unas cataratas intelectuales e ideológicas, que rechazan
cualquier realidad comprobable. Y prefieren seguir enamorados de su mundo loco,
como si estuvieran piantaos. Si ven, no quieren oír; y si oyen, no
quieren ver. Por ejemplo, a raíz de la asunción del dictador Nicolás
Maduro como presidente de Venezuela el pasado 10 de enero, y a raíz de un
comunicado de nuestra cancillería sobre el tema, senadores del Frente Amplio
dijeron que en el mismo no se habló de “dictadura” para referirse al régimen
del país caribeño.
El
senador frenteamplista Daniel Caggiani, por ejemplo, sostuvo en rueda de prensa
que “las declaraciones de la Cancillería uruguaya “en ningún momento
hablan de dictadura”. Y por su parte el nuevo secretario de Presidencia
nombrado por el presidente electo, Yamandú Orsi, Alejandro Sánchez, coincidió con
el legislador, al decir, que “la declaración de Cancillería no dice que sea
una dictadura”. “No leí en ninguna parte que la declaración de
Cancillería hable de una dictadura en Venezuela”, aseveró. Y es que parte
del Frente Amplio, le tiene un miedo loco, loco, a reconocer la ignominiosa
dictadura venezolana.
Entonces
es como que alguien estuviera piantao, piantao…(loco o enajenado),
puesto que, en dicho comunicado la cancillería, luego de la asunción de Maduro,
se lee que “Uruguay tiene una deuda democrática con Venezuela, país que
acogió a ciudadanos perseguidos y alzó la voz a nivel internacional para
denunciar la dictadura que le tocó vivir, y que ahora sufre el hermano
pueblo venezolano”. Y es que estas son las cosas que hacen
inentendible al Frente Amplio. Se niega a reconocer cosas que sus mismos
máximos dirigentes han afirmado.
Por
ejemplo, el máximo líder y fundador del Partido MPP (Movimiento de
Participación Popular), al cual pertenecen Caggiani y Sánchez, José Mujica,
afirmó, en julio de 2019, y a la salida de un encuentro entre militantes de su
sector, donde también estaban presentes la vicepresidenta Lucía Topolansky y el
diputado Alejandro Sánchez, que el gobierno venezolano de Nicolás Maduro,
"Es una dictadura, sí. Y en la situación que está no hay otra cosa que
dictadura", sostuvo el líder del (MPP).
Y
en el mismo sentido opinó el máximo referente del MPP, y hoy elegido presidente
de la república, Yamandú Orsi, durante su participación en el America Business
Forum en Punta del Este, hablando sobre la situación política
en Venezuela. “En la ultima elección quedó claro que no fue un proceso limpio, el resultado es muy
dudoso y sospechado", afirmó. Y En ese sentido, el candidato
frenteamplista sostuvo: "No es una democracia, es un régimen
autoritario y si se quiere una dictadura”.
A su vez, Juan
Castillo, legendario presidente del Partido Comunista uruguayo, y actualmente
designando como Ministro de Trabajo (nada menos), por el gobierno del Frente
Amplio, refiriéndose a la visita a nuestro país del verdadero presidente electo
de Venezuela, Edmundo González Urrutia, reconocido por Estados Unidos, Europa,
y varios países latinoamericanos, fiel a su encierro mental comunista vociferó “¿Quién
es González Urrutia? ¿Él se autoproclama presidente? Tampoco mostró las actas”.
“Orsi no
tiene por qué recibir a todo el mundo que ande en la vuelta, y menos si no es
nadie”, insistió, y ratificó la legitimidad de Nicolás Maduro al frente del
gobierno del país caribeño. “Los venezolanos han elegido este gobierno y se
está integrando allí”, afirmó.
Bueno,
quizá Juan ni quiera enterarse de las conclusiones del Centro Carter, como referente
internacional invitado para la elección, por ejemplo, y las afirmaciones de que
“El proceso electoral de Venezuela en 2024 no ha alcanzado los
estándares internacionales de integridad electoral en
ninguna de sus etapas”. La
jefa de la misión del Centro Carter que estuvo en Venezuela para las elecciones
del 28 de julio, Jennie Lincoln, acudió ante el Consejo Permanente de la
Organización de Estados Americanos (OEA) para presentar unas actas electorales,
"originales" según dijo, del día de la votación, las cuales dan
como ganador al candidato opositor Edmundo González Urrutia, por un amplio
margen sobre el presidente Nicolás Maduro.
Pero
hay muchos testimonios más, aún sin considerar el enorme trabajo de la enorme
opositora María Corina Machado, quien se aseguró de que sus delegados
registraran y guardaran copias de las actas electorales. Si Juan no las quiere
ver, está en su derecho, porque como dice el dicho “no hay peor ciego que el
que no quiere ver”. Y considero que, políticamente, Juan está ciego.
Por
mi parte, y para cerrar el tema (es imposible discutir con un comunista)
rescato las afirmaciones del economista Francisco Astori, (hijo del gran líder,
gran economista, y gran vicepresidente del Uruguay, durante los 15 años de
gobiernos frenteamplistas) Danilo Astori, persona a la cual conocí, con la cual
compartí agradables momentos en su sede partidaria, y a la cual seguiré
admirando de por vida.
“Impresentable”, definió Francisco
Astori, al rechazar los dichos de Castillo sobre Venezuela. Y me interpretó, y
me ganó su confianza profesional y humana, aún sin conocerlo, al afirmar algo
que yo siempre pensé y que deberían repensar todos los supuestos dirigentes
izquierdistas de la región: “El daño que le ha hecho Maduro a la
izquierda latinoamericana es inconmensurable. Y esta declaración es
impresentable”, aseveró. “Nicolás Maduro hizo “un daño inconmensurable a
la izquierda”.
Jesucristo
les hablaba a sus discípulos con esta parábola: “El que tenga oídos que oiga, y
el que tenga ojos que vea.” Yo no hago parábolas, simplemente pretendo ser un
para bolas…
Lástima,
porque necesitábamos un buen Ministro de Trabajo…