La Tercera Opinion

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Tuesday, March 14, 2023

Argentina; ¿un problema de salud mental?


Pablo Melicchio, Psicólogo (UBA) y escritor, ha publicado un interesante artículo en el medio informativo “Perfil”, de Argentina, titulado “Al gran pueblo, argentino, ¡salud (mental)!” Y es que -según Melicchio: “El campo mental, al ser sutil y no “tan” visible, pierde valor frente al físico y se posterga. Y Sin embargo, como en el cáncer, la demora del tratamiento implica incremento de riesgos”. Y a continuación se pregunta: “¿Por qué la política debe ocuparse de la salud mental?” A lo cual, a su vez, yo pregunto: “¿Y por qué la salud mental debe ocuparse de la política? Trataré de aclarar mis propias deducciones.

“El cuidado de la salud mental merece un mejor tratamiento -agrega el psicólogo argentino - afirmando que “no se la valora tanto como la salud física. También recuerda que “Hubo un tiempo en que la gente no decía que hacía terapia por temor a ser discriminada, y considerada loca”. Si bien Melicchio, como buen psicólogo, se refiere al estricto campo de la psicología, a “la conciencia del valor fundamental del cuidado de la salud mental y al acceso para toda la población”, considero que también a nivel político, son válidas muchas de estas consideraciones.

Considero, por ejemplo, que mucho de esto tiene que ver con el fracaso de la política y los políticos argentinos. Hubo un tiempo en que ningún político argentino se atrevía a decir que no era peronista, porque se lo consideraba imperialista, vende patria, oligarca, capitalista, y algunas otras cositas más. ¡Y por eso todos los partidos políticos se consideraban peronistas!  Era como decirte que si no eras peronista, estabas loco.

Y bueno, sin duda que mucho de esto incidió en la salud de la sociedad argentina, durante los setenta años de gobiernos peronistas. Y más acá, durante los más de 15 años de los supuestamente herederos del peronismo: el kirchnerismo.  El campo mental, el del razonamiento, perdió valor frente al físico, seducido por planes sociales, beneficios, jubilaciones, regalías y subsidios, que nadie trató de averiguar ni de explicar de dónde salían, y cuales podrían ser sus maleficios. Y entonces mucha gente beneficiada artificialmente por el populismo kirchnerista, hoy sienten temor a decir que reconocen que el modelo kirchnerista no les sirve ni a ellos mismos.   

Y como en el cáncer, cuya demora en el tratamiento implica incremento de riesgos - al decir de Melicchio - Argentina ha traspasado los límites de sus riesgos, y está hoy en una crisis terminal. Casi un 50% de pobreza, (la infantil mayor aún, 50.9) una inflación de un 100%, un riego país de más de 2.400 puntos, una deuda externa convertida en eterna, ínfimas reservas, y un vergonzante narcotráfico, que ha tomado ciudades enteras. ¿¡De qué le han servido entonces esos tantos años de inmensos y generosos planes sociales para combatir la desigualdad, la inequidad, y la pobreza, si con cada gobierno, y cada año, están más pobres que nunca?!

 Un nuevo informe de UNICEF sobre pobreza multidimensional, presentado al 15/ feb/ 2023, nos indica que dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro. Todo esto en un país de enormes riquezas naturales, como petróleo, gas, litio, privilegiadas tierras para la agricultura, y unas bellezas naturales que enamoran al más sofisticado turista.

Hoy Argentina está prácticamente quebrada, y casi en default; uno más de aquellos ocho que le generaron la fama del país "peor pagador". Sin embargo, Carlos Castagneto, titular de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) de Argentina, tras la polémica por la causa judicial del programa “Potenciar Trabajo”, asegura que “Se podría cancelar toda la deuda con el FMI, con lo que se recaudaría por bienes no declarados de argentinos en EE.UU.”  ¿Qué tal?

Esta Argentina hoy sufrida, desesperanzada, corrompida, y frustrada, no tiene problemas por falta de dólares, ni de producción exportable, ni de recursos humanos encomiables: tiene simplemente, el “síndrome de la pobreza aceptable”, un pacto político por el cual unos, disfrutan de los favores que les permiten seguir siendo pobres, pero momentáneamente menos miserables; y a otros, seguir  disfrutando de las prebendas políticas que los mantenga cada vez más ricos, manteniendo a los pobres más pobres! Sin duda un problema de salud mental.

Y ya que se aproximan nuevos eventos electorales que pueden, y deben ser, un gran momento de reflexión para marcar un nuevo destino para los argentinos, luego de tantas y repetidas frustraciones, yo le deseo, al igual que Pablo Melicchio, “Al gran pueblo, argentino, ¡salud (mental)!” para decidir su futuro! 


Alberto Rodriguez Genta

argentaster@gmail.com