¿Ucrania o Ukrania..? ¿Una letra los separa..?
Ucrania se convirtió en un Estado independiente el 24 de agosto
de 1991, tras el intento de golpe de
Estado en la Unión Soviética que condujo finalmente a su disolución, en
diciembre del mismo año. Desde entonces Ucrania está en un proceso de
transición, de «descomunización» hacia una economía
de mercado y
un Estado
democrático. En
la época de la Unión Soviética (1922-1991) la población ucraniana fue afectada
con limpiezas étnicas como el Holodomor en 1933 (la gran
hambruna ordenada por Stalin que provocó millones de muertos en Ucrania) y el
idioma ucraniano fue suprimido en gran medida en los años siguientes de la
rusificación, razón por la cual hay allí tantos rusohablantes en la actualidad.
Precisamente este año
se cumplirá el 90 aniversario del Holomodor, y Putin no ha encontrado
mejor forma de “celebrarlo” que invadiendo el país. Y es que Putín quiere
recuperarlo y reimplantar la vieja Unión Soviética. La estrategia es maquiavélica.
Afirmó que no iba a invadir a Ucrania, pero entonces usó su supuesta potestad para
liberar e independizar a dos provincias prorrusas separatistas situadas en el
este: Donetsk y Lugansk, lo cual le da supuestamente el derecho a entrar al
territorio ucraniano y defender a esos habitantes que, alborozadamente (e
ingenuamente) festejaron su independencia. Y lo cual le permite seguir la
estrategia del cáncer; invadir por partes, como una metástasis, mientras va
aniquilando las defensas militares y morales del resto de la Ucrania del oeste.
Las regiones
independizadas están situadas en la cuenca minera rusófona del Donbás (este de
Ucrania) y están fuera del control de Kiev desde 2014. Y el Donbás está en
el centro de una batalla cultural entre Kiev y Moscú, que argumenta que la
región, junto con gran parte del este de Ucrania, está poblada por rusoparlantes
que deben ser protegidos del nacionalismo ucraniano. Donetsk (antes
conocida como Stalino) es la principal ciudad de la cuenca
minera del Donbás, así como uno de los principales centros metalúrgicos de
Ucrania. Tiene una población de 2 millones de habitantes. Lugansk (antes
Voroshilovgrado), una ciudad industrial, tiene 1,5 millones de
habitantes.
El conflicto entre
Ucrania y las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk estalló hace 8 años,
a raíz de la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia. Y su
independencia, proclamada en referéndum, no es reconocida por la comunidad
internacional. Recordemos que Ucrania fue una piedra angular de la Unión
Soviética hasta que votó abrumadoramente por la independencia en 1991; hito que
resultó ser una sentencia de muerte para la superpotencia.
En entrevistas y
discursos, Putín ha enfatizado su opinión de que Ucrania es parte de Rusia,
cultural, lingüística y políticamente. Y si bien parte de la población de habla
rusa en el este de Ucrania siente lo mismo, una población de habla ucraniana
más nacionalista en el oeste (la mayor parte de Ucrania) ha apoyado
históricamente una mayor integración con Europa.
La OTAN: (Organización del Tratado
del Atlántico Norte) nació en 1949, y hoy son 30 los países miembros. Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN incorporó a
la mayoría de las naciones de Europa del Este que habían estado en la órbita
comunista. En 2004, agregó las antiguas repúblicas bálticas soviéticas de
Estonia, Letonia y Lituania. Cuatro años más tarde, declaró su intención de
ofrecer la membresía a Ucrania algún día en un futuro lejano, cruzando una
línea roja para Rusia. Y Ucrania ha
manifestado, en diferentes ocasiones, sus intenciones de formar parte de la
Unión Europea (UE) y la OTAN.
Su
objetivo medular fue dotar a sus miembros de
una seguridad colectiva ante la amenaza de la Unión Soviética de Stalin. La renuncia soviética a participar en el plan
Marshall junto al golpe de estado en la antigua Checoslovaquia, apoyado por la
Unión Soviética, como el bloqueo de Stalin al Berlín occidental
-impidiendo además a sus estados satélites el acceso a esta iniciativa – fueron
algunos de los eventos que impulsaron la alianza.
Los países que la integran desde 1949 son: Bélgica, Canadá,
Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Holanda (actualmente,
Países Bajos), Noruega, Portugal y el Reino Unido. En 1952 entraron Grecia y
Turquía; Alemania se sumó en 1955; España, en 1982; República
Checa, Hungría y Polonia, en 1999; Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia,
Letonia, Lituania y Rumanía, en 2004; Albania y Croacia, en 2009; Montenegro,
en 2017, y Macedonia del Norte, en 2020.
Por otra parte, el Consejo de Asociación
Euroatlántico (CAEA), que integran los 30 países miembros citados y otros
16 asociados. Además, de siete naciones integradas en el llamado Diálogo
Mediterráneo con la OTAN: Argelia, Egipto, Israel, Jordania,
Mauritania, Marruecos y Túnez. Por último, la Iniciativa de cooperación
de Estambul une a Bahrein, Kuwait, Catar y los Emiratos Árabes Unidos.
También hay acuerdos de cooperación con Afganistán, Australia, Colombia, Irak,
Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán.
¿Quiénes apoyan a Putín? El gobierno del presidente Vladimir Putin tiene un solo aliado de peso en la región: la Belarús de Aleksandr Lukashenko. Y debido a ello, un gran número de soldados rusos fueron desplegados en la frontera entre Belarús y Ucrania en los últimos meses y en medio de las sanciones. Pero fuera de la región, Rusia mantiene una relación de cercanía con China, país con el cual suelen actuar coordinadamente (y cuando a China le conviene) ante las Naciones Unidas. En Medio Oriente Moscú mantiene desde 2015 una presencia importante en Siria, arrasada por la guerra civil, y en apoyo del presidente Bashar al-Aassad. Y en América Latina, Rusia cultiva fuertes lazos con Cuba, Venezuela y Nicaragua. ¡Vaya! ¡Con amigos así, no necesitas enemigos!
Conclusiones: Hoy Ucrania, cuenta con una
población total estimada en 41.500 millones de personas, incluyendo a los 3
millones y medio de la región prorrusa de Donbás, que apoya a Putín. Pese a ello, Putin, exige la
"desmilitarización" de Ucrania, dejando en claro que ve la expansión de la OTAN hacia el este
como una amenaza existencial para Rusia. Y en diciembre de 2021, presentó a
EE.UU. y la OTAN una lista de demandas de seguridad, dentro de las cuales una
garantía de que Ucrania nunca ingresará a la OTAN, y que la alianza hará
retroceder su huella militar en Europa Central y Oriental, propuestas que
EE.UU. y sus aliados han dicho repetidamente que no son viables.
¡Vaya! ¿Es que Putín realmente se cree dueño de Ucrania como
para resolver unilateralmente su destino, sin tener en cuenta la opinión de la
mayoría de los ucranianos? ¡Al más fiel estilo de las dictaduras comunistas! ¡Porque
así como en su momento aseguró que apoyaba a los pueblos de Ucrania en su
autodeterminación, debería respetar la voluntad de 38 millones más de
ucranianos que piden ser independizados, más allá de los 3 millones y medio del
Donbás!
En todo caso lo que correspondería es hacer -a través del al
ONU - una gran consulta nacional entre todos los ucranianos y que de ahí, por
mayoría democrática, ellos -para bien o para mal - decidan su destino. ¡Pero
entre todos los ucranianos! ¿Es difícil? Bueno, el arte de la diplomacia es
hacer posible lo imposible. Pero hacerlo por la fuerza no. Porque las
desgracias de una guerra a ti no te van a rozar un dedo ni una uña, pero como
siempre, los habitantes ucranianos, de uno u otro lado, pondrán la carne en el
asador. Pero tú les tienes miedo a las mayorías democráticas,
Y la carne siempre son los civiles inocentes: niños, mujeres,
ancianos, y quienes sin tener derecho siquiera a empuñar un arma para
defenderse, deberán cocinarse entre las maravillas armamentistas y tecnológicas
de última generación, producidas mayormente por los brillantes fabricantes de
armas, mayormente rusos o norteamericanos. ¡Quienes siempre, siempre, salen
ganando!
Y quedarán edificios y hogares destruidos (¡con lo que nos
cuesta en América Latina comprar un modesto apartamento!) y miles y millones de
ciudadanos rodando por los caminos del mundo, obligados a renunciar a los
esfuerzos de toda una vida para obtener los elementales beneficios donde alojar
una familia, y hoy deberán empezar una vez más, desde cero.
Y yo te pregunto Vladimir, a todo esto, ¿dónde está los
beneficios que tus apoyos a nuestros países hermanos latinoamericanos han
brindado? A Cuba, país donde hoy no produce nada ni disfrutan de nada, porque
los acostumbraste a vivir de tus prebendas, y luego ya no supieron que hacer,
ni cómo hacerlo, para producir algo. Venezuela; la fundieron, la quebraron, la
vendieron por tres monedas a los países extranjeros (entre otros el tuyo) para
mantenerse en el poder, y hoy sus ciudadanos huyen en bandada a buscar un plato
de comida. De Nicaragua y Ortega no voy a hablar, porque no vale la pena.
¡Y por eso Vladimir, es que la mayoría del mundo occidental no
podemos admitir que, por la fuerza de tus tanques y misiles y tu superioridad
militar, cambies el destino de una Ucrania democrática que decide su destino, por
una Ukrania despótica y autoritaria que les imponga su voluntad!
Atentamente,
Alberto Rodríguez Genta
argentaster@gmail.com