Uruguay,
Argentina, y el abrazo de un hermano.
Carta
a Alejandro Fantino.
Como uruguayo,
y como hermano, me duele la Argentina. La nación que debería dar hoy, más que
nunca, ejemplos de liderazgo en nuestra Latinoamérica,
sigue tan confundida como esa aberración circense que han hecho de Venezuela. ¡Y
claro que recibimos y recibiremos siempre a nuestros hermanos argentinos que
quieran radicarse en nuestro país, con los brazos abiertos! Si tenemos tanta
historia en común, y afectos, e incluso intereses y convivencia en común, imposible
negarnos unos a otros, a vivir en comunidad regional, para defender nuestra
identidad oriental, sudamericana, y rioplatense, imposible de negar.
Y el asunto
está muy lejos de esas infantiles expresiones de algunos de nuestros hermanos
argentinos, como la actual, tuya, que en una entrevista con el
historiador Pancho O´Donnell, afirmaste que "Para muchos Artigas es uruguayo, pero es nuestro". ¡Vaya! ¿También
eso, Alejandro…? ¿Es que acaso ahora te volviste historiador revisionista? ¿El
tango La comparsita, Gardel, el dulce de leche, y el asado, y ahora Artigas, todo eso es de
ustedes?
Carajo; ¿nos
dejarás a Forlán, Luis Suárez, Cavani, o los méritos de los gobernantes que en
los últimos quince años de gobierno en Uruguay, muchos economistas de ustedes
mismos y de buena parte del mundo, tanto admiran? ¿O vas a decir ahora que el
mate, y el caballo y la bombilla, también son inventos de ustedes?
Es como
afirmar que en fútbol, la Copa América,
que la ganamos por última vez en sus propias narices, en 2011, también es de
ustedes..? Yo te recuerdo que en 2013, tu presidenta argentina en ejercicio y
hoy vicepresidenta, Cristina Fernández,
también arengó en un discurso: "Artigas
quiso ser argentino y no lo dejamos, carajo". Si; carajo, pero es que
ustedes tienen una triste historia de esos “carajos” que los calienta y los
minimiza ante el mundo entero, pero que mientras les permita succionar de una teta
sabrosa y generosa, se joda quien se joda, a algunos los hace felices!
Pero fíjate tú
Alejandro, que teniendo entre otras maravillas nada menos que tres premios Nobel
en Ciencia, un Papa, al magnífico y humano cirujano Favaloro, al más genial de los ciegos que veía la vida
mejor que nadie, como Borges, el controvertido Maradona y otros tantos, hoy
nadie les cree, ni les presta plata, ni quiere invertir y hacer negocios con
ustedes! Triste, ¿No? “Malhaya, triste destino
los caballos argentinos”, al decir del gran Atahualpa…
Porque fíjate tú que los uruguayos, por no haber
tenido ni tener nunca, esas enormes ganancias y remuneraciones, por cada
cosa que hacen ustedes los argentinos, no podremos tener nunca en nuestra
propia tierra, esas hermosas mansiones que gente como tú, gente de la
televisión, del espectáculo, del fútbol, empresarios, políticos y demás, han
construído en ese asentamiento que les hemos concedido, llamado Punta del Este,
José Ignacio, La barra, o algunos más, por ahí.
¿Tú crees por
casualidad que un conductor de programas televisivos en Uruguay, como el tuyo,
el de Tinelli, el de Mirta, o Susana, o tantos más, podrían comprarse o fabricarse
una de esas maravillas? No, Alejandro; creo que ustedes han tenido una suerte que
no se la merecen; y no se la merecen porque no la saben valorar, ni compartir, ni
ponerse de acuerdo para hacer de ese hermoso y rico país, lo que debe ser. Y para ayudarnos -como hermano mayor -a
potenciar esta rica región en ese destino que Artigas quiso, y eso es cierto, que hiciéramos en común. Aún habiendo nacido,
y luchado por ambos países, desde Uruguay.
Te aprecio
mucho, Alejandro, al igual que a casi
todos mis hermanos argentinos, y les deseo de corazón la mejor de las suertes.
Los recibiremos siempre de brazos abiertos cada vez que quieran visitarnos. No
sentimos envidia de ustedes, al contrario hemos aprendido mucho junto. Pero así
como escuché tantas noches tantas cosas
en tu ex -programa “Animales Sueltos”,
te pediría que por favor traten de controlar a esos pocos pero muy influyentes
animales, siempre sueltos, que están destrozando ese país..!
Abrazo de
hermano,