“Sin tetas no hay paraíso”: ¿Las tetas de Cristina?
Ustedes recordarán que este es el título de una
exitosa telenovela colombiana que relata la historia de una joven que
está dispuesta a arriesgarlo todo con el fin de escapar de la pobreza en que
vive y cumplir sus sueños de ser una gran actriz.
Y es que en este año especial, por ser electoral en varios de nuestros
países hermanos, se me ocurrió la
semejanza de que también en la política hay unas tetas que crea el populismo, muy sabrosas y también muy engañosas, que hacen
creer a la gente que prendiéndose a ellas y utilizándolas, y sin mayor
esfuerzo, van a resolver sus vidas de
por vida! Es el engaño de creer que, a nivel de país, sin tetas no hay paraíso.
Y las experiencias, vividas en nuestra región han sido desastrosas!
En realidad, la culpa no es de quienes creen en la promesa, y la
necesitan, sino de quienes la hacen. Porque son los que -de alguna forma -condenan
una y otra vez a los pobres a seguir siendo pobres, y a los más necesitados -
que más que económicamente lo son
intelectualmente - a seguir siendo necesitados de por vida. Diría yo, que son
los mercenarios de la política; porque la utilizan a cualquier precio con tal
de lograr objetivos siempre partidarios, pero rara vez solidarios.
Pero los políticos siguen insistiendo y prometiendo, y la gente les sigue
creyendo! ¡Vaya facilidad de enamoramiento emocional! Unos fogosos y mentirosos
discursos encendidos, unos dólares invertidos en las engañosas pantallas
televisivas, otros metidos en los bolsillos de los más desprotegidos, y otros a
los más favorecidos, montarán la eterna lucha entre débiles y poderosos. Y es
que ésto también me lleva a reflexionar, una vez más, sobre la fuerza irresistible
de ese sentimiento intangible - que es el amor -y que nos lleva a enamorarnos
de otras personas apasionadamente, aún sin conocerlas demasiado. ¡Y es que
somos, por excelencia, emocionales! Y solemos pagar muy caro nuestras
emocionalidades. Porque no nos gusta cuestionarnos; no nos gusta conflictuarnos,
y menos, pensar demasiado!. Nos gusta simplemente lo que nos gusta porque nos queda
cómodo, y porque nos gusta creerlo y aceptarlo!
Y bueno, como tratan de explicar algunos psicólogos, somos producto tanto
de nuestras percepciones y emociones, como de nuestras convicciones y
sinrazones! Y como estamos en los mismos
momentos político- electorales, tanto los uruguayos como mis hermanos
argentinos, quiero destacar algunas verdades que, aunque todos ya las conocemos,
nos negamos a aceptarlas y, fundamentalmente, a
internalizarlas para tomar nuestras decisiones.
Recientemente,
durante el Primer Encuentro Iberoamericano de
Convergencia Empresarial, en un foro del Mercosur, el presidente del
Banco Nación Argentina, Javier González Fraga, compartiendo con representantes de Uruguay y Brasil,
expresó conceptos reveladores para quien los quiera entender. “Hace 100 años -recordaba González Fraga -el Diccionario Enciclopédico Español definía a Argentina como
un país tan rico que estaba destinado a competir con Estados Unidos por
el liderazgo del mundo. Esa es la causa de nuestro problema, nos creímos un
país rico, y cuando uno se la cree se debilita el esfuerzo, el ahorro y la
búsqueda de más productividad. Ese sentir ciudadano, repasó, “es tierra fértil
para los populismos, para los políticos que prometen riquezas sin esfuerzos”. Y
agregó que “en los últimos 70 años el país pasó por diversas medidas que
apuntaban a “soluciones fáciles y mágicas, tomando atajos”, pero en realidad
“nos llevó a la frustración y el estancamiento”.
Y es que cuando los
países latinoamericanos pudimos al fin disfrutar, luego de la década perdida de
los 80, los beneficios de la década ganada del promisorio Nuevo Siglo XXI, y
del momentáneo encanto de nuestras tetas productivas con los mejores precios de
nuestras materias primas, y un momento de riquezas impensadas, nos intoxicamos
de placer! Y coincidiendo con González Fraga, uno piensa una vez más que, como
dicen los norteamericanos, “el cheque está en el correo al llegar”. Y vivimos
siempre pensando, y soñando, y añorando, y esperando, poder volver a disfrutar de
ese nuevo cheque y de unas hermosas tetas. Desde chiquitos!
Los uruguayos, por
suerte, no nos equivocamos tanto. Porque supimos y pudimos entender y privilegiar,
desde el principio, que un país no se puede construír sobre base de pobres más
pobres y ricos más ricos, sino en derechos y oportunidades para todos quienes
conforman la realidad social de la nación. Y que cuando se trata de restaurar
las heridas sociales, producto de los fracasos políticos, económicos,
productivos, o lo que sea, no hay ni habrá nunca soluciones mágicas
ni inmediatistas! Supimos entender que sin tetas para todos, no hay paraíso
para nadie! Y que sin sacrificios, no hay tetas ni paraísos!
Porque al contrario
de nuestros países hermanos, no somos ricos en recursos naturales y, por lo
tanto, más allá de alguna pillería de ladronzuelos de barrio, no tuvimos nunca -por
suerte -demasiadas riquezas como para vivir del robo y la corrupción. No
tenemos petróleo, ni gas, ni acero, ni hierro, ni aluminio, ni oro, ni
diamantes Y tuvimos que convencernos de
que -por suerte -únicamente podíamos ser ricos optimizando nuestros recursos
humanos. Y que la mayor riqueza uruguaya estaba en la capacidad de su gente. ¡Y
POR ESO SOMOS TAN VERDADERAMENTE RICOS!
Porque para pagar,
desde los beneficios sociales para los más necesitados, hasta el papel
higiénico con el que nos limpiamos el culo, todo lo tenemos que pagar con lo que producimos y nos cobramos
entre nosotros mismos, LOS URUGUAYOS TODOS! ¡ESO ES SER RICO! ¡Nosotros no
necesitamos tetas; necesitamos simplemente, poner a cada quien en su lugar, y
darle a cada quien su oportunidad Y lo seguiremos haciendo!
Que es lo que, al fín
y por suerte, estoy observando hoy en mis hermanos argentinos. Gobernantes
consustanciados con las grandes obras destinadas a dignificar las necesidades
más incluyentes, y que modernizan la nación, mejorando la calidad de vida de su
gente, y no simplemente distribuyendo riquezas heredadas o prestadas, que luego
habrá que reponer sin tener con qué. Todos los días me entero de una obra
distinta: o de Metrobuses en zonas ignoradas, o impresionantes y millonarias obras
de saneamiento y cloacas en Riachuelo ( por donde nos cagaron toda la vida envenenando
el Río de La Plata)! Porque, de qué me
sirve darles una canasta básica de 150 pesos mensuales para medicamentos y un
bidón de agua por día, si sus hijos seguirán caminando sobre el excremento y
los barros contaminados del Doc Sud si ya están muertos antes de nacer! ¡Y
porque con esas tetas, tampoco hay paraíso!
Hermanos argentinos;
creo que ustedes hoy, no tienen un problema de tetas; TIENEN UN PROBLEMA DE
BOLAS, para saber ANALIZAR, DISTINGUIR, Y ELEGIR, a quienes puedan, al fin, marcarles
un destino para ese país mejor - que debe ser -pero para el cual ustedes han
hecho lo contrario! ¿Serán nuevamente las tetas de Cristina, o las bolas de
Macri?
Acepto puteadas,
descalificaciones e insultos; porque significa que me reconocerán las verdades!
¡Y las verdades, por suerte siempre duelen, porque son como la fiebre que nos
indican que algo en nuestro organismo no está bien!
¡Yo los quiero mucho;
el resto es su problema!
Alberto
Rodríguez Genta
argentaster@gmail.com http://la-tercera-opinion.blogspot.com