Donde acecha el enemigo.
“Wilson
Sanabria se mató de un tiro en 2015. Su hijo, Francisco, heredó un imperio. El
Cambio Nelson, con sus 11 casas, que cerró la pasada semana tras una operación
fraudulenta que dejó un tendal de damnificados, era solo uno de los negocios de
la familia.
El joven, de
35 años, ahora exsuplente del diputado Germán Cardoso de “Vamos Uruguay”, es dueño de varias emisoras radiales, y de parte de
una compañía de televisión por cable. Posee una empresa de transporte y una
agencia de viajes, que tiene su sede en Punta del Este. Tiene dos lujosos
edificios de apartamentos allí. Y es propietario de un tambo ubicado sobre la
Ruta 9. Su último sueño, antes de huir del país el miércoles pasado, era el de
tener una negocio de alquiler de autos caros. Compró vehículos de alta gama por
US$ 1.000.000 y los pagó con cheques sin fondos”. (Carlos Tapia, El País, 26 de febrero de 2017)
Y esta es una
más de las historias -tantas historias - de rapiñas y enriquecimiento personal
que han sido la desgracia democrática, durante tantos años, de este bello
“pequeño gran país” llamado Uruguay! SI;
porque es tan pequeño, que muchas veces muchos se han preguntado si en
realidad, Uruguay era viable como país! Además, no olvidemos los años ´80 y la
famosa “década perdida” dentro de la cual Latinoamérica toda no sólo se
empobreció, sino que además contrajo la mayor DEUDA EXTERNA (muchos la
catalogaríamos como “deuda eterna”) (800 MIL MILLONES DE LOS VERDES) que sin
duda fue la mayor vergüenza del sistema político ¿republicano? que nos dominó de ahí en más.
¿La mayor?
Puede ser; pero no olvidemos las que sobrevendrían después, como el quiebre de
la famosa tablita a fines del ´82, que arrasó con empresas de verdadero valor
pero de inviable capitalización ante las
suicidas devaluaciones del Uruguay de la
época. Una época vergonzosa; sin duda vergonzosa para la historia política,
económica, y social del Uruguay. Y como para que no nos olvidáramos quien
manda, hubo la otra, allá por los ´90,
con la complicidad de empresarios y políticos que vendieron los bancos del país por 1 U$S! Y la otra, enorme, del 2002,
y siga el baile. Así que Sanabria, luego de diversificarse en un montón de
empresas -aparentemente deficitarias todas, al igual que lo que pasó con ANCAP
- no sólo que no dejó ninguna obra o mejora en nada -como por lo menos sí lo
hizo Ancap invirtiendo plata de los uruguayos en mejorar instalaciones - sino
que además cagó a medio pueblo amigo quedándose con sus reales!
Y bueno;
se dice que “A Sanabria Barrios le gusta ostentar el dinero. En noviembre se compró
una casa de US$ 750.000 sobre la playa Brava y conducía en un Audi Q7 —que dejó
abandonado en la calle—, cuyo valor supera los US$ 120.000. También se preocupa
mucho por su imagen. Tiene tendencia a engordar, por eso se hizo años atrás un
bypass gástrico, aunque un tiempo después volvió a subir de peso”. Todo
esto lo publican los chicos de El País.
¡Así que ser
empresario exitoso en Uruguay, se reduce a esto? Además, Sanabria era el secretario político del
partido colorado en el departamento, y por si fuera poco suplente de un
diputado de ese partido (su ex cuñado) quien en estos mismos días ha estado
interpelando con furia al Ministro Bonomi por aplicar una táctica de “error-ensayo”, que “tuvo resultados desastrosos”.! O sea, ineptos como empresarios e
ineptos como políticos; uno criticando a un ministro por inseguridad, y otro de
su mismo partido descalificando al
presidente de la nación por compra de un
avión para presidencia, negando su legitimidad! Y bueno, recordemos aquel
dicho: “cree el ladrón que todos son de su misma condición”.
Y es que en Uruguay han habido grandes ejemplos
de complicidades con el sistema político
hoy en la oposición, por parte de empresas privadas quebradas, que han dejado a
miles de empleados en la calle, y que hoy acusan, descalifican, niegan y
satanizan a empresas públicas a las cuales el país, los uruguayos en mayoría,
decidieron que siguieran SIENDO URUGUAYAS! Y les duele que después de tanto y tanto, hoy, tras década y
media de un nuevo paradigma (como les dicen hoy a los cambios) el paisito está
más fuerte que nunca! ¿Qué tal?
Así que
Francisquito, con todas estas posesiones que -me imagino que gracias a su gran
esfuerzo le concedió este pequeño país, tan reconocido hoy en sus avances por
los analistas, los organismos internacionales, y otros -pero tan denostado por
sus amigos los opositores políticos uruguayos que pretenden hacerlo ver como un exponente del tercer mundo -
infringía abiertamente la ley,
tomando depósitos a interés, algo prohibido para los cambios, por el
Banco Central! Y por eso cagó a medio mundo; porque en definitiva la
responsabilidad era de quienes aceptaban, por codicia o lo que sea, arriesgar
sus monedas en algo fuera del sistema legal, con tal de lograr mayores
rentabilidades. Así que ahora, ¿a quién le van a reclamar?
Hace unos
días, buscando una información en la Internet, me sorprendí con la biografía en
Wikipedia del escritor ruso Sergéi Vasílievich Lukiánenk, posiblemente el más popular de los
escritores rusos contemporáneos de ciencia-ficción, ante el curioso hecho de
que su primera publicación fue
denominada “Mala Gestión” (1988), la
cual posteriormente fue publicada en inglés como “Donde acecha el enemigo”. ¡Vaya! Quizá porque mi mente ha estado
contaminada últimamente, procesando la catarata de interpelaciones de nuestros dirigentes
políticos de la oposición, me vino a la mente una tonta reflexión: si;
normalmente por una “mala gestión” es
“donde acecha el enemigo”, y queda demostrado que nadie está libre
de sus consecuencias!
Pero recordé,
además, que durante mi estadía en Venezuela,
y habiéndose desatado ferozmente el golpe de la revolución chavista
contra el sistema político tradicional (las primeras bombas revolucionarias
contra la casa presidencial en La Carlota, cayeron muy cerca de mi almohada en
Chacao) en algunas reuniones con amigos
de ambos bandos, urgidos por una opinión imparcial respecto al futuro, me
atrevía a anticiparles que el éxito estaría en quien cometiera menos errores. “Estén atentos, les decía, a quien comete el próximo error”. Y
así fue, ni más ni menos, de ahí en más; una sucesión de errores. Hasta llegar
al día de hoy, en que nuevamente por una “mala
gestión”, es “donde acecha el enemigo”.
¡Lástima por Venezuela, no va a ser nada fácil; porque un enemigo, trajo a otro
enemigo!
Y lástima por
la oposición en Uruguay, porque demasiadas
malas gestiones, durante demasiado tiempo, fue donde
acechó el enemigo para proponer un nuevo proyecto país, más equitativo y
más inclusivo. Espero que ahora, ante los errores de unos y otros, pero también
ante los aportes de unos y otros…la mala gestión -de unos y de otros - los
uruguayos sepamos comprender que el enemigo ha estado y está entre quienes no son amigos del desarrollo con inclusión social; entre quienes sacrificaron con
su miopía y sus desbocadas inflaciones el poder adquisitivo de los jubilados, y
los sueldos de los policías y los maestros y los funcionarios públicos, y los
peones rurales, y las empleadas domésticas, y los más carenciados! Y los que
hoy cacerolean por sentirse afectados, aunque nunca fueron excluídos ni irrespetados.
Y entre aquellos “patrones” de los ocho emprendimientos
industriales fallidos, que en los dos últimos años decretaran que al menos 2.530
personas perdieron sus empleos y su principal fuente de ingreso. Y muchos
enemigos más, como Francisquito Sanabria y sus amistades!
Amen.