Desde Uruguay, hoy lloro por tí, Venezuela..
Se llamaba Mónica Spear, era venezolana y tenía 29 años. Ella y su esposo, el irlandés Henry Berry, de 39, fueron ultimados a balazos la noche del lunes en un intento de robo después de que su auto se descompusiera en la autopista Puerto Cabello-Valencia, a unos 220 kilómetros al oeste de Caracas. Su hija de 5 años también recibió un impacto de bala en la pierna, pero estaba fuera de peligro, según aclaró la Fiscalía.
Y esta noticia recorre e indigna hoy al mundo entero porque Mónica fue Miss Venezuela en 2004 y terminó cuarta finalista del Miss Universo en 2005, además de protagonizar varias telenovelas. Si no fuera por ello, Mónica sería simplemente una cifra más en el anonimato de los 24.000 venezolanos asesinados en su país, durante el 2013. Y es que el error de Mónica, que vivía y trabajaba en Estados Unidos, estuvo en decidir pasar unas vacaciones con su familia en su propio país, Venezuela. ¡Qué ironía!
Me duele Venezuela..! Y aunque he
pretendido ser muy respetuoso en expresar mis opiniones políticas sobre el país
hermano, cada tanto se me hace un nudo en la garganta hasta el punto en que
hoy, siento la necesidad de desahogarme públicamente para que no se me cierre
el corazón tratando de reprimir alguna lágrima. Sí; tuve el gusto de conocer a Mónica una noche
en que un amigo me llevó al canal Venevisión en las galas de su presentación. De
las pocas palabras que intercambié con ella, me quedaron su dulzura casi
infantil y una imagen angelical. Era bella por fuera y por dentro. Y también conocí
a otros que corrieron su misma suerte.
Fueron dieciocho años conviviendo las traumáticas realidades de un país tan bello y.. ¿tan rico?. Bueno, con todas las riqueza naturales para ser el país más rico del planeta y con la gente más feliz sobre la tierra. Pero, desde hace unos años ya, los venezolanos han aprendido que un país no es rico sólo porque tenga los mayores y más valiosos recursos naturales a su disposición, sino por lo que su gente sea capaz de hacer con ellos. Hasta ahora, muy poco, por cierto.
Fueron dieciocho años conviviendo las traumáticas realidades de un país tan bello y.. ¿tan rico?. Bueno, con todas las riqueza naturales para ser el país más rico del planeta y con la gente más feliz sobre la tierra. Pero, desde hace unos años ya, los venezolanos han aprendido que un país no es rico sólo porque tenga los mayores y más valiosos recursos naturales a su disposición, sino por lo que su gente sea capaz de hacer con ellos. Hasta ahora, muy poco, por cierto.
¿De qué sirven los recursos
naturales y ser el quinto país petrolero del mundo, cuando su realidad social
arrojaba hace tan solo quince años
atrás, casi un 80% de pobreza? Y de qué le sirven hoy, en plena revolución del
Socialismo Siglo 21, cuando por la acción del hampa muere un venezolano cada 21
minutos, más de 60 por día y más de 20.000 al año? Me duele Venezuela, y me
duele mucho. Me duele en el estómago y me duele en el corazón. No solo por los
amigos que dejé, por las experiencias compartidas -algunas bien difíciles por
cierto –por los buenos y malos momentos convividos; me duele porque todo eso y
a pesar de todo eso, aprendí a amar a ese país. Lo amé, lo amo, tengo un hijo
venezolano y por eso, cuando fue
preciso, me la jugué trabajando precisamente por la seguridad, junto con un invalorable
grupo de compañeros de dirigencia vecinal, haciendo lo que pudimos hacer. ¡Y
vaya, que lo hicimos bien!
Y me duele porque, siendo un extranjero, me recibieron con
los brazos abiertos como a tantos uruguayos y otros más, ofreciéndome lo mejor
de su cordialidad y haciéndome sentir como uno más. Me duele porque, además, lo
que modestamente pude aportar me lo reconocieron. Si; hasta en eso fuero nobles
los venezolanos! Me condecoraron con la Medalla y
Diploma Honor al Mérito, otorgadas por Cámara Municipal del Municipio Sucre, 2001; la
Condecoración Orden Policía Municipal de
Sucre en su Segunda Clase, en 2001;
y un Diploma Reconocimiento de la Gobernación del Estado Miranda, en 2003.
Y ahora, ¿qué hago yo con todo esto? En noviembre del 2006, apenas abierto mi
blog:
le dediqué mi
condecoración de la Policía Municipal de Sucre, a Ronald Eduardo González
Machado, un funcionario ejemplar, con 36 años de edad y 13 de servicio y
estudiante aventajado de Informática de la Universidad Simón Bolívar, vilmente
asesinado cuando traía a su pequeña hija
al Colegio Madre Emilia, a pocas cuadras de mi hogar. Y allí reflexionaba:
“¿Alguien podrá resarcirle a su joven
esposa la pérdida de su compañero, o explicarle a su pequeña hija por qué
suceden estas cosas en Venezuela? En alguna página de mi libro “Desde mi
Comunidad”, afirmo que en Venezuela ..¡la vida no vale nada! Y hoy una vez me
pregunto: en un país donde la vida no vale nada.. ¿Habrá algo que valga más? A
nuestros dirigentes políticos, tan ocupados en echarse pajas y acusaciones y en
pretender salvarnos unos de los otros, este hecho no alterará sus compañas de
idiotización ciudadana. Pero a quienes hemos tenido la oportunidad como
dirigentes Vecinales de conocer a nuestros excelentes funcionarios de Polisucre
y trabajar con ellos por nuestro Municipio, estos hechos nos envuelven en la impotencia,
la rabia y la frustración”.
Y finalizaba:
“En el año 2001, Polisucre me otorgó su Medalla Orden Policial en su Segunda
Clase. Esa Medalla, hoy te la dedico a ti, a tu familia y a tus compañeros,
Ronald González, por los servicios prestados. ¡Gracias por darnos tu vida!
El Observatorio Venezolano de Violencia reveló días atrás cifras mucho más trágicas, que elevan la tasa de asesinatos a 79 por cada 100.000 habitantes. "Las muertes violentas continúan aumentando, (...) cerraremos el año con un estimado conservador de 24.763 muertes violentas en el país y una tasa igualmente conservadora de 79 fallecidos por cada 100.000 habitantes", dice un informe del OVV. La organización aclara que las cifras fueron obtenidas a través de distintos métodos de predicción estadística, como el Brown y el Holt, por parte de los investigadores de las siete universidades que integran el OVV, ante la "censura oficial" sobre los números de homicidios que aseguran que existe desde hace una década en el país”.
"Nicolás Maduro te propongo poner a un lado nuestras profundas diferencias y unirnos contra la inseguridad, un solo bloque", escribió en Twitter el líder opositor Henrique Capriles, que también es gobernador del estado Miranda. Y también Maduro tenía que salir a decir alguna cosa: "Todos tenemos que reaccionar, este es un golpe para todos, yo asumo mi responsabilidad al máximo pero también hago un llamado: quien quiera venir a matar va a tener respuesta, mano de hierro, con la autoridad democrática, con la Constitución en la mano, pero no podemos aceptar esto, queremos la paz, y a través de nuevos métodos y de un amor profundo por nuestro pueblo vamos a construir la paz", expuso en declaraciones transmitidas por Venezolana de Televisión.
Artículo publicado en Uypress (Agencia Uruguaya de Noticias)
Argenta