País pobre, país rico. ¿Dónde está el secreto?
Uruguay: uno de los secretos mejor guardados del mundo.
En una época nos identificaban como “La Suiza de América”. Después, descendimos hasta ser, simplemente, parte del “patio trasero” de Los Estados Unidos de Norteamérica. Recientemente, sin embargo, han corrido como pólvora las declaraciones de un alto ejecutivo de una empresa multinacional, quien asegura que “Uruguay es uno de los secretos mejor guardados del mundo”. Algo debe haber en este pequeño país sureño, que de tanto en tanto llama la atención de buena parte del planeta. Por ello, no puedo compartir en su totalidad las recientes afirmaciones del exitosísimo arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, quien en unas declaraciones a un medio uruguayo en medio de la inauguración del bellísimo y nuevo Aeropuerto Internacional de Carrasco, diseñado por él mismo, expresa que “Uruguay es un país pobre, pero tiene cualidades únicas en América Latina que lo hacen un "destino" inmejorable”.
Steve Shaw, Volt Information
Steve Shaw, el Director Ejecutivo de Volt Information Sciences, Inc., un Californiano de 49 años de edad, ingresó en la compañía que fundaron su padre y su tío cuando cumplió los 15, y viaja constantemente recorriendo las 300 oficinas de Volt alrededor del mundo. Ello, supuestamente, lo hace un hombre “creíble”. En una entrevista realizada a principios de 2009, Shaw aseguró que Uruguay es un país excelente por muchos motivos. Entre ellos, las buenas relaciones del empresariado con el gobierno, el empuje de la fuerza laboral y su elevado nivel educativo, la buena infraestructura y la seguridad. Además, es un país hermoso, conservador, muy bien gerenciado, tiene un excelente nivel de conectividad global, y la gente quiere venir a trabajar en él”. Por ello, según él, “Uruguay es uno de los secretos mejor guardados del mundo”.
El arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, a su vez, reconocido internacionalmente por trabajos como el edificio del Foro Internacional de Tokio, el más importante centro cultural de Japón, construido entre 1989 y 1996, y quien además compitió con varios arquitectos internacionales para remplazar el desaparecido World Trade Center, quedando su propuesta en segundo lugar, tuvo el sábado 12 de diciembre la propia inauguración de “su” Aeropuerto Internacional de Carrasco, el cual se asegura, es uno de los más modernos de la región. El reconocido profesional, actualmente radicado en Nueva York y que trabaja en proyectos en Gran Bretaña, Estados Unidos, Qatar, Dubai y Bahrein, aportó durante la entrevista, su mirada "global" del Uruguay presente y futuro. Con seguridad, Viñoly se refería a que Uruguay es “un país pobre”, considerando que no tiene petróleo, ni gas, ni diamantes, ni litio, ni uranio, o algunas de las riquezas naturales que Dios brindó a otros países de la región y del mundo. Porque él mismo se encarga de enumerar algunas de esas “cualidades únicas en América Latina que lo hacen un destino inmejorable”.
El arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, a su vez, reconocido internacionalmente por trabajos como el edificio del Foro Internacional de Tokio, el más importante centro cultural de Japón, construido entre 1989 y 1996, y quien además compitió con varios arquitectos internacionales para remplazar el desaparecido World Trade Center, quedando su propuesta en segundo lugar, tuvo el sábado 12 de diciembre la propia inauguración de “su” Aeropuerto Internacional de Carrasco, el cual se asegura, es uno de los más modernos de la región. El reconocido profesional, actualmente radicado en Nueva York y que trabaja en proyectos en Gran Bretaña, Estados Unidos, Qatar, Dubai y Bahrein, aportó durante la entrevista, su mirada "global" del Uruguay presente y futuro. Con seguridad, Viñoly se refería a que Uruguay es “un país pobre”, considerando que no tiene petróleo, ni gas, ni diamantes, ni litio, ni uranio, o algunas de las riquezas naturales que Dios brindó a otros países de la región y del mundo. Porque él mismo se encarga de enumerar algunas de esas “cualidades únicas en América Latina que lo hacen un destino inmejorable”.
Arquitecto Rafael Viñoly
La verdadera riqueza de un país.
"Uruguay es un país en el que hay estabilidad, que está mucho mejor en materia de seguridad que el resto de la región”, aseguraba Viñoly. “También tiene un alto nivel de alfabetización desde hace 50 años”. En una entrevista anterior Viñoly, como buen visionario acostumbrado a pensar y actuar en grande, se refería a una propuesta suya de construir en Uruguay “un pequeño Londres”, en donde a la calidad de los servicios de la capital británica, se le agregarían los beneficios de un ambiente natural en un sitio alejado de las tensiones de las grandes urbes.
”No son muchos quienes, especialmente en la región, pueden ofrecer un mercado tan atractivo”, afirmaba. “En consecuencia, este país tiene enormes posibilidades de redefinirse como un lugar único en América Latina. En el Primer Mundo se está mirando con mucha atención hacia esta región. Con los avances de la informática y las facilidades que ofrece el transporte aéreo, Montevideo o Punta del Este podrían convertirse en un lugar preferido no sólo para inversiones en bienes inmuebles, sino para residencia temporal o permanente de personas que saben apreciar las bondades de una población educada y con una ética de trabajo bastante particular para los patrones de Latinoamérica”.
A todo esto, durante la inauguración del Aeropuerto Internacional de Carrasco, también se sumó la opinión del empresario argentino Martín Eurnekian, presidente de Puerta del Sur S.A. –la administradora del aeropuerto que invirtió los U$S 200 millones para concretar el proyecto de Viñoly -quien expresó: "En un país donde hay respeto por el derecho jurídico, los gobiernos son circunstanciales. Los inversores confían en eso, si no, estaríamos pensando que las obras hay que empezarlas y terminarlas al cabo de determinado gobierno. Pero de esa manera no se pueden realizar grandes obras". Según el empresario argentino, "en ningún momento" le preocupó que hubiera "gobiernos de distintos signos". Eurnekian marcaba así, una vez más, su posición frente a las polémicas declaraciones de un dirigente opositor al partido de gobierno quien, en plena campaña electoral, intentó sembrar temores entre los inversionistas ante el posible triunfo de José Mujica.
Y dónde está la pobreza..?
Y es aquí, entonces, donde me pregunto yo: ¿Es el Uruguay un país pobre? Personalmente, afirmo que ¡todo lo contario! Si comparamos al Uruguay de hoy con otros países Latinoamericanos con enormes reservas de petróleo, gas, diamantes, litio, y otros recursos naturales, y tomamos los datos de crecimiento, inversiones, desarrollo humano, calidad de vida, etc. que proyectan los organismos y analistas internacionales, sobre los últimos diez años, sin duda habrá que convenir una vez más en que un país no es rico precisamente por sus recursos naturales, sino por la riqueza implícita en la capacidad de su gente. En última instancia, los recursos económicos son más fáciles de conseguir que los recursos humanos.
El mismo Viñoly se encarga de refrescarnos un caso muy emblemático: “Algo muy parecido -ejemplificó - hizo el premier Lee Kuan Yew, que es considerado el fundador del Singapur moderno. Le comunicó a todos los bancos su plan de construir un nuevo modelo de país y consiguió los fondos necesarios porque, si bien tuvo un control férreo de ese estado durante más de treinta años (1959-90), también contaba con el apoyo tácito de toda la población”. (Recordemos que Lee Kuan Yew, quien ejerció un régimen autoritario en lo social, impulsó la economía de la joven nación, carente de recursos naturales, bajo un modelo decididamente capitalista, y la convirtió en uno de los países económicamente más competitivos del mundo).
Y Uruguay hizo lo suyo. Favoreciendo por igual la entrada de tecnología y capitales en el agro, produjo una revolución en la productividad agrícola, logrando récords de saldos exportables y una mejor rentabilidad para los productores. Asimismo, atrajo históricas inversiones en el sector forestal, interesando, para su instalación en el país, a las mas modernas plantas europeas procesadoras de celulosa. A su vez, con un parque tecnológico y de negocios que alberga a más de 250 empresas nacionales e internacionales prestadoras de servicios -logísticos, financieros, informáticos, biotecnológicos, comerciales- cuya actividad representa el 2,4% del PBI uruguayo, hoy son 7.500 las fuentes de trabajo de calidad para hombres y mujeres que promedian los 27 años y han logrado desarrollar sus habilidades, hacerse de una cultura global y fortalecerse profesionalmente.
La mayor riqueza, está en el recurso humano.
Esto ha sido favorecido por el aprovechamiento inteligente de los beneficios derivados de las zonas francas, acompañado por el surgimiento de un muy importante grupo de emprendedores uruguayos, especializados en el desarrollo de software, que ha logrado impensados éxitos proyectando al país a los más altos niveles de reconocimiento en el sofisticado mundo de las soluciones tecnológicas, y colocándolo entre los tres primeros exportadores mundiales. También con el apoyo de la inversión privada de alta especialización, modernizó y amplió su principal terminal portuaria dotándola del más desarrollado equipamiento y una particularmente eficiente gestión, lo cual la convierten hoy en el principal centro logístico de manejo y distribución de bienes y servicios, para toda la región. Y por supuesto, en esta línea de abrirse al mundo a través de la inversión privada para mejorar su infraestructura de servicios y potenciar al máximo sus ventajas diferenciales para un turismo cualificado y en constante aumento, ha inaugurado su nueva y moderna terminal aérea, el Aeropuerto de Carrasco, multiplicando espacios y oportunidades, y dotando al país de los más altos estándares de calidad. Hoy, Uruguay recibe más de 2 millones de turistas anualmente, sin contar los visitantes puntuales que llegan al país en los más de 195 cruceros de gran porte que atracan en los puertos de Montevideo y Punta del Este.
En materia educativa, Uruguay ha sido el primer país en el mundo en implementar exitosamente el promocionado proyecto “One laptop per child” del norteamericano profesor del MIT, Nicholas Negroponte, habiendo entregado ya más de 380 mil computadoras (Ceibalitas) en forma gratuita entre los escolares más necesitados, y aprontándose ahora a ampliar la cobertura, mediante un programa financiado, a otros sectores del universo estudiantil. Y aunque su economía, comparada con la de Brasil, sea del tamaño de un garbanzo, Uruguay posee uno de los mayores PIB per cápita de Sudamérica. Pero quizá en lo que más destaca –frente al espejo internacional -es en ser el tercer país de las Américas con el mayor índice de desarrollo humano y con menor desigualdad entre el 10% más rico y el 10% más pobre, según los estudios del Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD)”.
Creación de riqueza con Responsabilidad Social.
Tanto las obras públicas como las privadas, no cesan de multiplicarse en Uruguay. Se siguen erigiendo ambiciosas torres destinadas a viviendas y a emprendimientos comerciales. Algunos desarrollos mixtos, con participación privada junto a dependencias departamentales y organismos gubernamentales. Se siguen multiplicando, asimismo, las inauguraciones y los proyectos en obras destinadas a ampliar y mejorar la infraestructura de servicios, y la cobertura sanitaria de la población. El entendimiento y la colaboración entre sector público y privado, en el Uruguay del Siglo XXI, es un verdadero ejemplo de solidaridad y madurez, mezclando el concepto “ganar-ganar” con el de Responsabilidad Social Empresarial. Es un socialismo distinto, sin duda. Pero es el socialismo que hace posible, construir entre todos “el país de lo posible”.
Creo que Uruguay, aprendió su lección. Primero hay que producir riqueza, para luego poder distribuirla. No se puede distribuir aquello que no se tiene. Creo que los uruguayos aprendimos que “somos portadores de uno de los secretos mejor guardados del mundo”. Y creo firmemente que de aquí en más, estamos destinados a seguir siendo un país rico. Porque mas allá de depender de factores exógenos siempre caprichosos, y casi siempre inevitables, estamos aprendiendo a gerenciar nuestra mayor riqueza; nuestra propia identidad!
Argenta, Diciembre, 2009