La Tercera Opinion

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Friday, October 17, 2008

Paul Krugman: la basura debajo de la alfombra.



Las advertencias del economista norteamericano Paul Krugman acerca de “el gran engaño” que significa esconder la basura debajo de la alfombra, desestimadas por más de veinte años, hoy se han ganado un Premio Nobel de Economía. Y no es para menos, cuando sus premoniciones sobre las aberrantes políticas del clan Bush y el desenfrenado e irresponsable manejo de los valores en Wall Street, ocasionaron las mayores pérdidas a uno de los "valores" más importantes de su nación: la “ética”.

Ni el Dow Jones, ni el Nasdaq, ni el Standard & Poor, pudieron hacerle tanto daño a la dignidad del pueblo norteamericano como la pérdida de este último, digno también de cotizarse en la bolsa. En algún momento, había que levantar la alfombra.. Pero la lección debería ir aún mucho más allá de sus fronteras. Son muchos los culpables; unos por ambición, otros por complicidad, y otros por omisión. En todo caso, el Nobel de Krugman quizá sirva para recordarle al mundo esta nueva agresión del país más poderoso del planeta hacia los más necesitados de su propia nación, y hacia el resto de la comunidad internacional. Más allá de los discursos melosos de la “serpiente” de Estado, mostrándose afanosa por ayudar a quienes en realidad quiere asfixiar, Estados Unidos ha demostrado no ser amigo de nadie, más allá de la codicia de un grupo de profesionales de la estafa, la mentira y el engaño, aupados por el gobierno títere de turno. ¿O acaso no sabían lo que se estaba cocinando? ¿Faltaba que le dieran un Nobel a quien lo venía advirtiendo?


Paul Krugman, hoy galardonado con el Premio Nobel de Economía, Doctorado por el MIT en 1977 y Profesor de la Universidad de Princeton, quien ha sido profesor también en Yale, Stanford, y el MIT, no es ningún novato en estos temas. Fue asesor económico de la Presidencia de los EEUU durante la administración Reagan y en 1991 recibió la medalla John Bates Clark que concede cada dos años la American Economic Association a un economista menor de 40 años. También recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2004. Y Krugman ha mantenido una permanente crítica a la política económica y exterior de la Administración Bush y al propio Partido Republicano -al cual llamó “partido político tonto” -a través de su columna especial en el “The New York Times”. Durante el empeoramiento de la situación económica norteamericana, criticó duramente la actitud y las posiciones de John McCain, candidato presidencial por el Partido Republicano. En 2003, publicó su colección de artículos de columna “Great Unraveling” (El gran engaño) profetizando que a lo largo, el enorme déficit ocasionado por la reducción de impuestos y el aumento de desembolsos públicos de la Administración Bush al emprendimiento de la Guerra en Irak, harían imposible el desarrollo económico sostenido de los Estados Unidos, provocando finalmente una seria crisis económica. A partir de su libro “El gran engaño”, que se ha convertido rápidamente en bestseller mundial, Krugman nos presenta, con toda crudeza, el sombrío panorama de un país chantajeado por la derecha más reaccionaria, cuyos líderes rechazan la legitimidad de su propio sistema político. El destacado economista Paul A. Samuelson ha dicho de este libro que "es una síntesis coherente de los problemas económicos más importantes que se producirán entre 2003 y 2010”. Y para que nadie deje de conocer sus opiniones, Krugman dispone también de un blog: http://krugman.blogs.nytimes.com el cual, por supuesto, está en inglés.
Lo que más aterra de todo esto, es la irresponsabilidad cómplice de quienes, aún más allá de los vergonzosos escándalos de principios de siglo (Enron, WorldCom, y otros) siguen alimentando esa olla podrida de la especulación financiera, asociándose con los impúdicos manejos de un país que supuestamente ha sido “el refugio financiero” y fuente de ganancias exorbitantemente fáciles, en donde la ética se cotiza más bajo que el papel toilette. En marzo de 2008, escribí en mi blog un artículo haciendo alusión a este mismo caso, titulado “Ensuciando la caverna”
http://la-tercera-opinion.blogspot.com/2008_03_01_archive.html en el cual afirmo que “ser rico no es malo, pero utilizar mal los medios para producir riqueza, si lo es”. Ese país que durante mucho tiempo lideró la confianza del mundo entero, es hoy la vergüenza de quienes le dieron su confianza. La comunidad internacional de países debería aprender algo de esta lección. La concentración de poder, cualquiera sea su naturaleza, termina desvirtuando sus propios méritos por el abuso y la corrupción que ello genera. Bienvenido pues, este Premio Nobel, que denuncia la basura debajo de la alfombra..!

Patético..!!
Antecedentes. A partir del caso Enron (diciembre de 2001), el novel Premio Nobel afirmaba: “Éste fue un experimento cuyo fin era, en esencia, ignorar o torcer las reglas contables, típico de Tejas”. En septiembre de 2003, a su vez, advertía: “el tejido económico norteamericano parece desfasarse otra vez. En este caso, por falla de liderazgo político”. En febrero de 2004, refiriéndose al controvertido problema de la seguridad social, sentenciaba: “La asistencia médica, cuyo promedio es igual o superior al resto del mundo avanzado, ofrece a la población de menores recursos (43 millones) malas prestaciones, inseguridad y altos costos”. La realidad, es que la mayoría de los países desarrollados brinda mejor calidad y menor costo en asistencia de salud y educación que EE.UU., donde estos servicios dependen de negocios privados. En marzo de 2007, y refiriéndose a la burbuja inmobiliaria iniciada en 2001, Krugman pronosticaba: “La acumulación de deudas hipotecarias de mala calidad desencadenará una cadena de bancarrotas en cuanto aflojen los precios”. Lo cual se concretó cinco meses mas tarde. Y poniendo el dedo en la llaga que más les duele a George W. Bush y su clan republicano, explicaba hace un año atrás: “Desde 1979 a 2005 (veintiséis años), los ingresos reales de la familia tipo en este país crecieron apenas 13%. Pero los del estamento más rico (1%) lo hicieron en 296%. A ese grupo se han orientado los reembolsos impositivos de Bush”. Durante diciembre de 2007, y consecuentes con esta defensa a favor de los grandes intereses, los republicanos impidieron la aprobación de una ley energética en el Senado debido a que el proyecto conllevaba nuevos impuestos a las grandes empresas petroleras. Los senadores republicanos se mantuvieron firmes en su oposición al incremento impositivo, ya que consideraron que garantizaría un veto del presidente George W. Bush.


Así mismo, al presentar ante el Congreso el presupuesto para el 2008 y en el que reveló que estaba dispuesto a seguir gastando más y más en la guerra en Irak, el Presidente George W. Bush anunciaba, como contrapartida, la reducción del déficit fiscal en 2012 mediante el recorte en programas sociales orientados a salud y educación. En un reporte del 12 de febrero de 2007, la BBC Mundo aclaraba que Estados Unidos gasta unos US$ 183.000 dólares por minuto en la guerra de Irak, o lo que es lo mismo, US$ 11 millones por hora, lo que asciende a unos US$ 264 millones diarios que salen de los bolsillos de los estadounidenses para financiar un conflicto que está por cumplir cuatro años”. Y en mayo del 2008, ante un nuevo pedido del Presidente a los legisladores, esta vez por US$ 70.000 millones más para financiar las operaciones en Irak y Afganistán, los analistas del Congreso estimaban que el pedido de Bush elevaría los gastos totales de la guerra antiterrorista a US$ 875.000 millones. Lo más increíble, es que el pedido tenía lugar en momentos en que los demócratas en el Congreso se esforzaban por mover otra solicitud pendiente de Bush por US$108.000 millones para este año. Recordemos que los asesores del gobierno habían pronosticado que la guerra en Irak ascendería a unos US$ 50.000 millones! Sin duda, el gran negocio para Bush y sus aliados, era que la guerra continuara indefinidamente..


La reputación en caída.. Al pronunciar su discurso final como Secretario General de las Naciones Unidas, en la población estadounidense de Independence, Missouri, Kofi Annan se despidió en diciembre del 2006 con una fuerte crítica a la política exterior de Estados Unidos. Annan sugirió que las políticas del gobierno de George W. Bush habían afectado la reputación de ese país como promotor de los derechos humanos y advirtió que ningún país puede obtener su seguridad buscando la supremacía sobre los demás. A estas críticas se sumaron las de la comunidad mundial, según una encuesta difundida por el servicio exterior de la BBC a comienzos de 2007, mostrando que la reputación global de los Estados Unidos ha caído considerablemente el último año.


El sondeo, elaborado entre el 9 de noviembre del 2006 y el 9 de enero de este año, en el que participaron 26.381 ciudadanos de 25 países, indica que casi tres de cada cuatro personas condenan la gestión del presidente de USA, George W. Bush, en el conflicto iraquí. Además, sólo un 29 por ciento de los encuestados cree que ese país ejerce una influencia mayormente positiva en el mundo -un 7 por ciento menos que hace un año-, mientras que un 49 por ciento opina que su papel es básicamente negativo. En el Reino Unido, hasta un 57 por ciento de personas considera negativa la influencia de Washington, y cuatro de cada cinco encuestados desaprueba la gestión de Bush en Irak. Un 57 por ciento de los estadounidenses que participaron en este sondeo, elaborado por la organización Programa de Actitudes sobre Política Internacional de ese país en colaboración con la empresa Globescan, condena la política de su presidente en Irak. "De acuerdo con la opinión pública mundial, en estos momentos el Gobierno de USA no puede hacer nada bien", comentó el director de la organización responsable de la encuesta, Steven Kull. A pesar de ello, el senador McCain sigue asegurando en los debates para la elección presidencial 2008, que EE.UU. está ganando la guerra..!


Conclusiones y deseos. Creo que más allá de las razones, algunas bastante infantiles por cierto que ha dado a conocer la Academia Sueca para premiar a Krugmam, como el por qué del comercio intraindustrial y “la asunción de que en las economías a escala la producción en masa disminuye el costo por unidad producida”, algo que hasta el mas imberbe estudiante de economía conoce, el mayor mérito de este luchador de principios, ha estado en desentrañar y denunciar –sin ser izquierdista ni comunista -el porqué, como, cuándo y quienes, de los abusos que ha cometido el “falso capitalismo” de su nación.


El gobierno de George W. Bush ha sido una burla, para los estadounidenses y para el mundo entero. No puedo saber que van a decidir los norteamericanos en las elecciones del 4 de noviembre del 2008, para elegir un nuevo presidente.. Es difícil predecir las acciones de un pueblo confundido entre el consumismo, el miedo, y el total egoísmo frente al resto del mundo, imbuidos en el paradigma de ser el ombligo del universo..Que a esta altura las encuestas reflejen sólo cuatro puntos de diferencia entre Obama y Mc Cain, da escalofríos! Sólo cuatro puntos para -impedir o posibilitar -que un compañero del clan de George W. Bush pueda ocupar la presidencia después de todo lo hasta aquí reseñado, y lo que Paul Krugman ha pronosticado –y acertado -da para poner la piel de gallina..! Después de presenciar los tres debates televisivos entre Obama y Mc Cain, cualquier individuo con solo un dedo de frente podría pronosticar, por lo menos, 30 puntos a favor del primero. Por el bien de los norteamericanos, y la paz y la decencia del mundo, deseo que esta vez, no se equivoquen!
Y que el Premio Nobel del valiente y comprometido Paul Krugman, haya tenido un sentido, para esa otrora magnífica nación!
Argenta octubre, 2008

Thursday, October 09, 2008

El mensaje detrás del agua..


"El agua ya se vende más que la leche y la cerveza.."

Hace un tiempo atrás, un amigo mío internauta me envió un artículo en el cual se recomienda beber agua para estar saludable y activo. En él se afirma que en Japón se ha hecho popular beber agua inmediatamente al levantarse en la mañana, y que pruebas científicas han probado sus beneficios. También se afirma que para la sociedad médica Japonesa el tratamiento del agua ha sido de mucho éxito en personas mayores y con enfermedades serias, así como con enfermedades modernas, con una cura de hasta 100% para las siguientes enfermedades:dolor de cabeza, dolor de cuerpo, sistema del corazón, artritis, taquicardia, epilepsia, exceso de gordura, bronquitis, asma, TB, meningitis, enfermedades urinarias y del riñón, vómitos, gastritis, diarrea, diabetes, hemorroides, todas las enfermedades del ojo, constipación, útero, cáncer y desordenes menstruales, enfermedades del oído, nariz y garganta..

Se adjunta asimismo una descripción del consumo recomendado de agua por día, y una lista del número de días requeridos para curar/controlar/reducir las principales enfermedades, aclarando que aquellas personas mayores o enfermas que no puedan beber 4 vasos de agua al principio (22 onzas: 0,6506 Lts.), pueden comenzar por tomar un vaso de agua y gradualmente aumentar la cantidad hasta 8 vasos (44 onzas: 1,3012 Lts.) por día.
Se asegura que el método del tratamiento cura las enfermedades de los enfermos, y los demás podrán disfrutar de una vida mas sana. Para reafirmar ciertos conceptos se recuerda que los Chinos y los Japoneses beben te caliente con sus comidas, no agua fría, y que quizás ya es tiempo de adoptar sus hábitos de beber te o agua tibia mientras comemos. Y esto tiene bastante sentido, considerando que el agua fría o la bebida fría solidifican el alimento grasoso que usted acaba de ingerir, haciendo que se retarde la digestión, con los subsiguientes daños que esto puede ocasionar. Por ello, se recomienda tomar una sopa caliente o agua tibia después de la comida. ¡Beba Agua y esté Saludable y Activo! finaliza el inocente artículo, no sin dejar de recomendar que –si se es buen amigo –se lo envíe a otros amigos.

Si nos ponemos a analizar desde nuestro consciente el artículo en cuestión, todo lleva a percibirlo como una sana y honesta contribución entre amigos, al difundir aspectos vinculados con nuestra salud. Sin embargo, no faltan aquellos que interpretan un mensaje subliminal al subconsciente, fijando en él tres productos comerciales: agua, te, y sopa. ¡Oh Dios! ¿¡Nuevamente las multinacionales..!?

Bottlemanía: cuando fue que comenzamos a comprarla.


Y es que en estos días, a través de un artículo en el Economist del 19 al 25 de julio, y replicado en varios otros medios informativos, blogs, revistas, etc., se ha comentado un libro sobre el agua embotellada (Bottlemania), recientemente publicado, y escrito por la norteamericana Elizabeth Royte, en el cual se especifica que mientras en 1987 los estadounidenses bebían sólo 21,57 litros de agua embotellada por persona anualmente, en 2006 tomaron 104,47 litros. Lo cual, si bien muestra un aumento formidable en el consumo, está muy lejos de las 44 onzas diarias recomendadas en el artículo enviado por mi amigo. Pero en el libro en cuestión, titulado “Bottlemanía: How Water Went on Sale and Why We Bought It" cuya traducción sería similar a “Cómo el agua comenzó a venderse y por qué nosotros la compramos”, Royte se sumerge en las profundidades de las motivaciones que llevan al consumidor a pagar más por un producto que, en su país, cuesta entre 240 y 10.000 veces menos que el agua envasada, y siendo que, además, "más del 89% del agua corriente supera las regulaciones federales de salud y seguridad, y gana casi siempre en pruebas a ciegas frente a aguas de marca”. ¿Las razones? Una combinación de marketing, moda y capitalismo.

Royte se pregunta entonces por qué los estadounidenses gastaron US$ 11.000 millones en agua embotellada en 2006, cuando podrían haber consumido el agua perfectamente aceptable que sale de los grifos (o canillas) con un diez milésimo del costo. La respuesta inmediata es marketing, sin duda marketing, pero el tema no es tan simple porque involucra además una combinación de costumbres y tendencias culturales, económicas, políticas e hidrológicas. Aparentemente, todo comenzó como una moda que se creyó pasajera -"fad" en inglés- y que prendió principalmente entre los yuppies. De pronto era "cool" andar con una botella de Perrier en la mano. Ya en las décadas del setenta y ochenta había pequeñas empresas listas para satisfacer esos clientes y promocionar esa caprichosa demanda de ser y parecer "chic". Pero como suele pasar, la costumbre de pocos se convirtió en moda para millones, y –como también suele pasar - significó la oportunidad para las gigantes multinacionales como Nestlé, Coca-Cola, Pepsi-Cola y otras, quienes rápidamente se anotaron en el juego.

Pepsi, por ejemplo, propietaria de la marca Aquafina, gastó US$ 20 millones sugiriendo que "los estadounidenses bebieran más agua". El efecto de las campañas publicitarias llevó el consumo al doble en los diez años desde 1987 a 1997, y “en 2006 bebimos 104,47 litros por habitante, lo que en conjunto equivale a un total de 1.000 millones de botellas por semana”, asegura Royte. Por supuesto, este proceso tendría sus importantes consecuencias económicas y ambientales. Los ecologistas y los celosos promotores de la Responsabilidad Social Empresarial, entre otros, elevaron sus voces de alerta. La National Coalition of American Nuns (Coalición Nacional de Monjas Americanas) apuntó en 2006 contra el agua envasada con un argumento moral: "No debe privatizarse un recurso esencial para la vida del ser humano", sacando a relucir cifras y datos preocupantes: cada año la fabricación de las botellas requiere 17 millones de barriles de petróleo, y “la energía total para hacer y distribuir cada botella de agua es equivalente a llenar un cuarto de cada botella con petróleo”. De aquí en más, el vital líquido envasado pasó a simbolizar los paradigmas negativos: derroche del dinero de los contribuyentes, desprecio por el agua corriente y peligro ambiental. Mientras algunas ciudades cancelaron contratos con embotelladoras, otras les aplicaron impuestos, y varias ONG comenzaron a abogar por el consumo de agua corriente.

Conflicto comunitario.

Dentro de los casos mencionados, la autora refiere al conflicto creado en Fryeburg, Maine, un pueblo de 3.000 habitantes que está tratando de impedir que “Poland Spring”, de Nestlé, siga bombeando 636 millones de litros de agua por año de un acuífero maravillosamente puro que está enterrado bajo sus bosques de pino, de propiedad municipal. Ello ha derivado en "un fenómeno social sin parangón, uno de los mayores golpes de marketing de los siglos XX y XXI", dice Royte, transformando a Fryeburg en un campo de batalla, donde de un lado hay vecinos que tratan de repeler a la empresa Poland Spring, y del otro hay vecinos que buscan sacar provecho de tener una riqueza que codician las grandes empresas: agua pura.

Hay quienes aseguran que tener una cuenca de agua pura cuando el 40% de los ríos y arroyos del país se hallan contaminados, se ha convertido en una maldición para la zona. Como resultado de todo esto, el agua ya se vende más que la leche y la cerveza, y está a punto de convertirse en la bebida más popular del país. "Bottlemania" parece advertir que, más allá de las bondades atribuidas en el artículo recomendado por mi amigo, hay que pensar dos veces antes de tomar cualquier tipo de agua, pues entre los riesgos figura la presencia de arsénico, aditivos para nafta, 82 diferentes productos farmacéuticos y escurrimientos de fertilizantes. Pero como no podía faltar el mensaje tranquilizador para los afectados lectores, cita las afirmaciones de expertos que sostienen que no es necesario tomar 8 vasos de agua por día. Lo mejor –se recomienda -es beber sólo lo necesario para calmar la sed.

Percepciones, verdades, y conclusiones.

¿Snobismo? ¿Consumismo? ¿Marketing? ¿Capitalismo? ¿Responsabilidad Social Empresarial? Todo parece mezclarse en este caso, con percepciones de culpas, excesos, abusos, oportunidades y responsabilidades, pero también con necesidades y satisfacciones, donde hay lugar para los perjudicados, y para los beneficiados. Es la historia de siempre. Y como siempre también, debemos buscar la objetividad.

Por más que en Gran Bretaña, el ministro del Ambiente, Phil Woolas, afirmara que el agua embotellada es "moralmente inaceptable", primero, porque el producto no ha demostrado ser mejor que el que sale de la canilla, y además, por el costo económico y ambiental que tiene su industrialización, en ese país se gastan anualmente 2.000 millones de libras esterlinas en comprar agua mineral! El Estado invierte mucho dinero en potabilizar el agua para el bien de la comunidad, argumenta el funcionario. Y está muy bien. Pero quizá debería comunicarlo mejor a sus ciudadanos, o promover el mismo Estado el consumo a través de la opción más cómoda que significa el agua embotellada..Porque, más allá de lo “fad” de lo “cool” o lo ”chic” que pueda parecer, hay una verdad evidente: no se puede andar con el grifo en el bolsillo..! Por otra parte, creo que, maravillas más o maravillas menos, es muy bueno que se haya incentivado el consumo del agua, puesto que es un líquido indispensable para nuestro organismo.

Argenta octubre, 2008