Paul Krugman: la basura debajo de la alfombra.
Las advertencias del economista norteamericano Paul Krugman acerca de “el gran engaño” que significa esconder la basura debajo de la alfombra, desestimadas por más de veinte años, hoy se han ganado un Premio Nobel de Economía. Y no es para menos, cuando sus premoniciones sobre las aberrantes políticas del clan Bush y el desenfrenado e irresponsable manejo de los valores en Wall Street, ocasionaron las mayores pérdidas a uno de los "valores" más importantes de su nación: la “ética”.
Ni el Dow Jones, ni el Nasdaq, ni el Standard & Poor, pudieron hacerle tanto daño a la dignidad del pueblo norteamericano como la pérdida de este último, digno también de cotizarse en la bolsa. En algún momento, había que levantar la alfombra.. Pero la lección debería ir aún mucho más allá de sus fronteras. Son muchos los culpables; unos por ambición, otros por complicidad, y otros por omisión. En todo caso, el Nobel de Krugman quizá sirva para recordarle al mundo esta nueva agresión del país más poderoso del planeta hacia los más necesitados de su propia nación, y hacia el resto de la comunidad internacional. Más allá de los discursos melosos de la “serpiente” de Estado, mostrándose afanosa por ayudar a quienes en realidad quiere asfixiar, Estados Unidos ha demostrado no ser amigo de nadie, más allá de la codicia de un grupo de profesionales de la estafa, la mentira y el engaño, aupados por el gobierno títere de turno. ¿O acaso no sabían lo que se estaba cocinando? ¿Faltaba que le dieran un Nobel a quien lo venía advirtiendo?
Ni el Dow Jones, ni el Nasdaq, ni el Standard & Poor, pudieron hacerle tanto daño a la dignidad del pueblo norteamericano como la pérdida de este último, digno también de cotizarse en la bolsa. En algún momento, había que levantar la alfombra.. Pero la lección debería ir aún mucho más allá de sus fronteras. Son muchos los culpables; unos por ambición, otros por complicidad, y otros por omisión. En todo caso, el Nobel de Krugman quizá sirva para recordarle al mundo esta nueva agresión del país más poderoso del planeta hacia los más necesitados de su propia nación, y hacia el resto de la comunidad internacional. Más allá de los discursos melosos de la “serpiente” de Estado, mostrándose afanosa por ayudar a quienes en realidad quiere asfixiar, Estados Unidos ha demostrado no ser amigo de nadie, más allá de la codicia de un grupo de profesionales de la estafa, la mentira y el engaño, aupados por el gobierno títere de turno. ¿O acaso no sabían lo que se estaba cocinando? ¿Faltaba que le dieran un Nobel a quien lo venía advirtiendo?

Lo que más aterra de todo esto, es la irresponsabilidad cómplice de quienes, aún más allá de los vergonzosos escándalos de principios de siglo (Enron, WorldCom, y otros) siguen alimentando esa olla podrida de la especulación financiera, asociándose con los impúdicos manejos de un país que supuestamente ha sido “el refugio financiero” y fuente de ganancias exorbitantemente fáciles, en donde la ética se cotiza más bajo que el papel toilette. En marzo de 2008, escribí en mi blog un artículo haciendo alusión a este mismo caso, titulado “Ensuciando la caverna”
http://la-tercera-opinion.blogspot.com/2008_03_01_archive.html en el cual afirmo que “ser rico no es malo, pero utilizar mal los medios para producir riqueza, si lo es”. Ese país que durante mucho tiempo lideró la confianza del mundo entero, es hoy la vergüenza de quienes le dieron su confianza. La comunidad internacional de países debería aprender algo de esta lección. La concentración de poder, cualquiera sea su naturaleza, termina desvirtuando sus propios méritos por el abuso y la corrupción que ello genera. Bienvenido pues, este Premio Nobel, que denuncia la basura debajo de la alfombra..!
Patético..!!

La reputación en caída.. Al pronunciar su discurso final como Secretario General de las Naciones Unidas, en la población estadounidense de Independence, Missouri, Kofi Annan se despidió en diciembre del 2006 con una fuerte crítica a la política exterior de Estados Unidos. Annan sugirió que las políticas del gobierno de George W. Bush habían afectado la reputación de ese país como promotor de los derechos humanos y advirtió que ningún país puede obtener su seguridad buscando la supremacía sobre los demás. A estas críticas se sumaron las de la comunidad mundial, según una encuesta difundida por el servicio exterior de la BBC a comienzos de 2007, mostrando que la reputación global de los Estados Unidos ha caído considerablemente el último año.

Conclusiones y deseos. Creo que más allá de las razones, algunas bastante infantiles por cierto que ha dado a conocer la Academia Sueca para premiar a Krugmam, como el por qué del comercio intraindustrial y “la asunción de que en las economías a escala la producción en masa disminuye el costo por unidad producida”, algo que hasta el mas imberbe estudiante de economía conoce, el mayor mérito de este luchador de principios, ha estado en desentrañar y denunciar –sin ser izquierdista ni comunista -el porqué, como, cuándo y quienes, de los abusos que ha cometido el “falso capitalismo” de su nación.

Y que el Premio Nobel del valiente y comprometido Paul Krugman, haya tenido un sentido, para esa otrora magnífica nación!