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Tuesday, February 19, 2019


La lección de Venezuela: los ineptos no producen milagros..!

El gran tema para nuestros países latinoamericanos, está en saber administrar la democracia! Y en no poner los más ineptos, en el lugar de los más aptos.

Dos artículos recientes, han llamado especialmente mi atención. En una entrevista con el profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Tokatlian,  (Nueva Sociedad) éste asegura que  «América Latina camina hacia la debilidad y la desintegración». Y comienza explicando que “La crisis de Venezuela y la llegada al poder de Jair Bolsonaro se combinan con un deslizamiento de América Latina hacia una gradual irrelevancia en la política mundial, y una pérdida de autonomía relativa en sus relaciones internacionales, en un contexto internacional más incierto y pugnaz”. Y aclara que “Lo primero que podríamos advertir es que en América Latina, en general, sobresalen momentos de hegemonía transitorios y débiles”.

Y luego aclara que el proyecto neoliberal de los 90 no pudo extenderse más allá de esa década; y que a su vez, con el comienzo del siglo –y otra vez en América del Sur -el proyecto progresista no pudo superar los tres lustros. Y que “ahora observamos nuevamente el resurgimiento del proyecto neoliberal que, a pesar de lo que se tiende a afirmar, también  tiene rasgos de fragilidad, al asentarse en sociedades fragmentadas y polarizadas y bajo economías muy primarizadas y financiarizadas. “No estamos ante una hegemonía robusta”, concluye.

Bueno; yo creo que el sueño de una hegemonía robusta para nuestros países latinoamericanos, siempre estuvo limitado por las incongruencias que generamos nosotros mismos al ir construyendo nuestras propias y muy diversas realidades. De lo contrario, ¿cómo explicarnos casos tan contrastantes y vergonzantes como el de nuestra hermosa y rica hermana, Venezuela, en manos de ineptos que la fundieron y entregaron a ideologías extranjeras fracasadas, al precio de las peores privaciones y la mayor miseria de su gente? Yo pienso que era mucho más difícil quebrar a Venezuela - dado sus enormes recursos naturales - que simplemente hacerla más productiva, inclusiva, y próspera, para los millones de venezolanos. Pero bueno, este fue el “milagro” que le tocó a Venezuela.

El economista venezolano Manuel Sutherland, a su vez, en diálogo con Nueva Sociedad explica rudamente esta situación: “Los millones de bombas y el genocidio perpetrado por los nazis en Polonia causaron una caída de 44% del PIB (1939-1943). La caída del PIB en Venezuela ronda el 50% en los últimos cinco años, un récord absoluto para el continente, una tragedia sin parangón. Para los años 2017 y 2018, se vio el agravamiento de la crisis con el penoso protagonismo de una hiperinflación que ha roto varias marcas históricas en el mundo”.

Sin embargo, en el ilegítimo acto de asunción de Nicolás Maduro (mayo 2018) escuchamos una y otra vez -luego de cinco años de su mandato, y más de veinte de revolución -promesas que nos rechinan en los oídos, prometiendo un «nuevo comienzo», y frases huecas como: «ahora sí», «esta vez sí», y demandando más poder para hacer «más cosas por el pueblo».

Ni Japón, que quedó hecho chatarra tras la segunda guerra mundial, mostró tanta miseria humana e intelectual, como la que hoy muestra Venezuela! Es bueno recordar que, en lugar de pensar en venganzas, amenazas, descalificaciones o excusas inservibles hacia sus  enemigos destructores, los japoneses rescataron lo más valioso de su cultura: los valores y el esfuerzo productivo de su gente, para  transformarse, en menos de treinta años, en la Segunda Economía Mundial!  Aceptando para ello, incluso, el modelo de productividad, basado en la calidad,  propuesto por el norteamericano Edwards Deming!  Y dando lugar a lo que se llamó el “milagro Japonés”.


Y conste que Japón es un archipiélago compuesto por 6.852 islas; con una población total estimada en 126 millones de habitantes, y que, con muy limitados recursos naturales para sostener el desarrollo económico, depende de otras naciones para el suministro de la mayor parte de sus materias primas. Y aún así, ha desarrollado algunas de las empresas más  exitosas del mundo, como Nintendo, Nissan Motors, Toyota Motors, Canon, Honda, Panasonic, Sony, Suzuki, Toshiba y Mitsubishi, entre otras.

Y podríamos citar otro caso, en contraste con Cuba y Venezuela: Finlandia. Para quienes creían que los países más desarrollado del mundo eran Estados Unidos, Japón, China, o la India, la  sorpresa nos la da Finlandia; un  país joven,  que obtuvo su independencia en 1906, y que -al igual que le pasó a Cuba - sufrió una grave crisis debido a la caída de su principal socio, la URSS (ex–Unión Soviética) a finales de los años ´80. Y la espectacular recuperación y crecimiento de este país pequeño en extensión (338.000 km2 cubiertos en su mayor parte por lagos) como también en población (5 millones de habitantes) fue lograda a pesar de sus escasas riquezas naturales (su principal fuente de recursos primarios son los bosques) -y sin tener  opción a préstamos internacionales, ni ayudas financieras externas de ningún tipo.

En poco más de una década, Finlandia (gobernada durante casi 600 años por Suecia, y un siglo más por Rusia) se ubicó en los primeros puestos en todo; tanto en los clásicos indicadores de desarrollo humano (ingresos, equidad, empleo, salud, educación, oportunidad de género, mantenimiento ambiental, etc.) como en desarrollo tecnológico, competitividad, ejercicio institucional y ausencia de corrupción. Recordemos que Finlandia ha sido considerada por cuarta vez consecutiva, por el World Economic Forum, el país más competitivo del mundo. Si; ¡en poco más de una década!


Bengt Holmström, un economista y premio Nobel nacido en Helsinki, aseguraba que "si observamos dónde estábamos entonces y dónde estamos ahora, creo que podemos hablar absolutamente de un “milagro finlandés”. Un milagro  finlandés que se produjo, precisamente, gracias a la crisis de la URSS (ex–Unión Soviética) lo cual la obligó a repensar y reconstruír su identidad, transformándose en un gigante tecnológico! ¡Vaya ejemplos, para nuestros hermanos latinoamericanos! No se trata pues, de ideologías; se trata simplemente de gobernantes aptos o ineptos, para construír una realidad país. Y para aquellos que prefieren seguir contemplándose sus propios ombligos, y regodeándose con sus amores del pasado, mientras sus pueblos se mueren de hambre, desnutrición, y enfermedades.

Recordemos que no fue casual, sino causal, que comenzando el Nuevo Siglo, una gran parte de nuestros países hermanos levantáramos -al fin -una bandera común con principios y valores compartidos, tras años de lucha y sacrificio a sangre y fuego, denunciando el abuso de los más poderosos, hacia el resto de nuestros compatriotas. ¡Y que fue más que nunca, el triunfo de la democracia! Lo lamentables es que luego, los beneficiados por esa democracia que les permitió llegar al poder devolviéndole al pueblo su sagrado derecho a  elegir a sus gobernantes, demuestran los mismos apetitos existenciales de los talibanes.  Solo les interesa canalizar su odio visceral hacia sus enemigos y perpetuarse en el poder, sacrificando inclusive a sus propias familias! La negación de la humanidad!

“Una victoria de mierda”. Una de las pruebas recientes y  más acabadas de este irrespeto dictatorial hacia sus compatriotas, se dio precisamente por quien más prometió respetar la voluntad del soberano: Hugo Chávez. Porque luego del referéndum del 2 de diciembre de 2007, y al reconocer su primera y amplia derrota ante quienes le dijeron NO a su proyecto de reforma constitucional para imponer en su país un modelo socialista, Chávez despreció a su “amado” pueblo, con expresiones como éstas: “Sepan administrar su victoria pero ya la están llenando de mierda, es una victoria de mierda y la nuestra, llámenla derrota pero es de coraje, es de valor, es de dignidad”. Sin nombrar lo que luego sería su legado “bolivariano”  de pisotear las instancias electorales, desconociendo a las instituciones elegidas democráticamente.

Y  también podemos hablar del “milagro uruguayo”, recibiendo hoy a miles de esos hermanos latinoamericanos que  arrastran su desgracia por las carreteras, huyendo de sus países, caminando kilómetros en busca de un plato de comida para sus hijos. Porque recordemos  que la única y destacable riqueza de Uruguay, es el recurso humano y la capacidad de su gente, al no disponer de ninguna de las cuantiosas riquezas naturales de nuestros países hermanos!  Si; lo que pudo ser el “milagro Latinoamericano”, abortó antes de nacer! Porque lo único que debe primar siempre por encima de frustrados modelos e ideologías, es la gestión política eficiente que conlleva a una mejor calidad de vida de la gente! Y si no he sido capaz como gobernante, de lograrlo, con la cabeza en alto doy un paso al costado, para que otros compatriotas hagan su mejor intento! Eso es democracia! Y la democracia produce riqueza.

Cuestión de aptitud pues, frente a la ineptitud de quienes se escudan en insultos y descalificaciones lloronas, por no aceptar la mediocridad de sus neuronas! Nos cuesta mucho ser país; y mucho más, nos cuesta ser hermanos latinoamericanos.

Amen.

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