Hoy me dueles mucho, Venezuela..
Te lo
confieso, Venezuela, ya me tomé el segundo whisky (uno de los más solidarios del mercado) y no puedo dejar de pensar en vos!. Son muchos
recuerdos ¿sabés? Y ahora son muchos amigos, no sólo ahí, sino también
aquí, que te extrañamos, que te sufrimos,
que te queremos, y no por tu petróleo o tus riquezas naturales, sino por la
riqueza inmensa de la amistad y la solidaridad de tu gente!
Porque aprendí a quererte
mucho, ¿sabés Venezuela? Desde el momento que un par de locos jóvenes amigos se
fueron a vivir contigo, y siendo tan amigos, a mi también me quedó la idea..! Y
después de mucho tiempo, de mucha historia, de mucho polvo en el camino, de
mucha agua y roturas debajo de mis puentes, me decidí a irme a vivir contigo! Y
tener un hijo en las entrañas de tu tierra, desde las entrañas de mi compañera!
Fue una experiencia hermosa
¿sabés? Creo que de las pocas pero grandes compañeras que tuve en mi vida, sin duda
vos, fuiste de las mejores. Yo te
recorrí de arriba abajo, y siempre me faltó algo más para descubrirte. ¿Viste
aquella canción del argentino Leonardo Favio, que dice “Quiero aprender de memoria con mi boca tu cuerpo, muchacha de abril..?
Bueno, ta..! Fue algo así..! Por dieciocho años estuve tratando de descubrirte
siempre!
Yo recorrí tu hermosa
geografía, y me bañé en tus playas de los azules y los turquesas
increíbles, y las aguas tan claras y
límpidas -donde tendrían que haber bañado sus almas, además del culo, los que pretendieron gobernarte -y hoy te
transformaron en un fango! Pero también me enamoré, de lo más bello de tu
creación, que fue ese conglomerado de seres humanos de mil nacionalidades que poco a poco fueron habitando y dándole una identidad especial a
tu tierra. A tu tierra tan rica en mangos
-no los del dinero, como le llamamos los sureños -sino de esos sabrosos frutos
tropicales que produce gratuitamente tu generosa
tierra, y que se caían y se recogían en las calles!
No voy a hablar de tu
petróleo ni tus inmensas riquezas naturales; ni de los hijos que te
traicionaron, porque, luego de haber resistido la Invasión de los cubanos comunistas que pretendieron violarte, desembarcando en Machurucuto,
en el ‘67, hoy te entregaron gratuitamente, ”al vil precio de la necesidad”, al decir de nuestro Artigas, como a
una simple prostituta!
Por eso me cuesta contener estas
lágrimas de impotencia, que se me quieren mezclar con el trago que hoy a mí me
invita, pero no puedo invitarte! Yo soy muy fuerte por fuera, pero muy flojo
por dentro ¿sabés Venezuela? Y por eso, ante estos momentos universales donde
las familias y los amigos festejan el reencuentro y los deseos de un año mejor,
estoy haciendo lo posible para que no se me escape la arrechera!
Hoy me dueles mucho
Venezuela; me dueles demasiado! Me dueles con un amor imposible, al cual
parecería estar condenado! Con una cantidad de dolores encontrados, entre el
amor, el odio, la impotencia, y el recuerdo de los amigos, con los cuales
quisiera levantar una copa!
¡Y lo voy a hacer: ¿sabes qué? Porque te voy a
penetrar a través de esta solución amiga que resultó Internet, y que impide que
los burros nos cierren las puertas del cielo!
¡FELIZ NAVIDAD, MI QUERIDA
VENEZUELA! Y FELIZ EL AÑO NUEVO QUE NOS ACERCARÁ, POCO A POCO, A REENCONTRAR TU
FELICIDAD!
Amen.
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