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Monday, March 29, 2021

 Mercosur, paredón y después…


Al conmemorarse los 30 años de existencia del MERCOSUR, vuelve a replantearse la vigencia y la conveniencia del tratado de Asunción, proceso de integración regional instituido inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay al cual en fases posteriores se incorporaron Venezuela* y Bolivia, ésta última en proceso de adhesión. Algunos intelectuales coincidían en señalar que, desde las luchas de la independencia, no sucedió nada más importante en América Latina que la creación del Mercosur, el cual es considerado como una potencia económica, con un PIB de 4 580 000 000 000 dólares, lo que representa el 82,3 % del PIB total de toda Sudamérica, y cuenta con más de 275 millones de habitantes (cerca del 70 % de América del Sur). Siete de cada diez sudamericanos son ciudadanos del Mercosur.

Porque no ha sido fácil esta consagrada unión de voluntades, ya que, además de marcadas asimetrías, se jugaban posiciones empresariales muy competitivas dentro de los dos hermanos mayores del bloque, Brasil y Argentina, agravadas por las frecuentes desestabilizaciones políticas, producidas por sus distintas fuerzas, concepciones, y sus luchas intestinas.

Algo a lo cual tampoco escaparía el resto de los países del bloque. Recordemos que en junio de 2012, como respuesta al juicio político que removió al presidente Lugo, en Paraguay, y en cumplimiento del Protocolo de Ushuaia sobre el compromiso democrático, se decretó la suspensión de Paraguay de las decisiones del Mercosur hasta que fueran efectuadas nuevas elecciones democráticas, levantándose la suspensión recién el 13 de julio de 2013.

Recordemos también que Venezuela, quien firmó el Protocolo de Adhesión al Mercosur en 2006, completando el proceso en 2012, también sería suspendida, el 1 de diciembre de 2016, tras reclamársele el cumplimiento de las exigencias del Mercosur, y al comprobarse una “ruptura del orden democrático”; y no volvería a ser aceptada dentro del bloque.

¡Hoy Venezuela está sumergida en la peor crisis económica, alimentaria, sanitaria y de derechos humanos de su historia, constituyendo la mayor vergüenza para Sudamérica, y sin embargo el gobierno argentino, en un gesto de respaldo al dictador Maduro - acusado de crímenes de lesa humanidad por la ONU - ha anunciado su retirada del Grupo de Lima, compuesto por 13 países y creado en 2017 para acompañar a la oposición venezolana en la búsqueda de una solución a su brutal crisis social, política y económica. Según el presidente argentino “aislar al gobierno de Venezuela no ha conducido a nada”; suponiendo pues, que habrá que seguir apoyándolo en sus barbaridades para conducir a algo.

Recordemos también los enredos institucionales de nuestra hermana Bolivia, cuando el hermano Evo Morales engolosinado por sus tres gestiones de gobierno quiso perpetuarse en el poder, y luego de que a través de un referéndum constitucional (2016) sus compatriotas NO apoyaran una nueva reelección, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de ese país emitió un controversial fallo a favor de las intenciones del mandatario (*).

Se realizaron las elecciones, Evo Morales fue proclamado vencedor con solo un 0,57% de diferencia, y como  el informe de los observadores de la OEA alertó sobre irregularidades en el proceso, vino el odio tras el amor, con el secretario Luis Almagro, y luego de violentas manifestaciones populares, a través de una ley consensuada entre el gobierno provisional y el Movimiento al Socialismo de Evo Morales, se anularon los comicios del 20 de octubre para iniciar un proceso de urgencia hacia nuevas elecciones. Y Evo Morales fue obligado a renunciar.  

Mientras Bolsonaro, en Brasil, en medio de la pandemia y en momentos que Brasil se acerca a las 300.000 muertes por COVID-19 y supera los 12 millones de contagios, acusa ante la justicia a los gobernadores y alcaldes del país que se resisten a sus caprichos e inconsciencias negando la gravedad de la crisis sanitaria, y en lugar de ofrecerles el apoyo gubernamental los deja librados a su suerte, y a tomar medidas restrictivas para restringir la movilidad.

¡Mi Dios! ¡Cómo no va a andar mal el Mercosur con socios como éstos! Al decir de Nelson Villarreal Durán y Melillo Dinis do Nascimento en su artículo “¿Qué pasa en Brasil? Una pregunta a parir de la región y del mundo”, “Bolsonaro es un presidente que nunca gobernó. También nunca abandonó la campaña electoral permanente. Y esto acaba por definir la acción política de todos en el país. Es un panorama de antipolítica y colisión. Todos en la política brasileña están en una campaña electoral sin fin”. ¿Y acaso esto no es aplicable también a la Argentina?

Un fenómeno muy similar a Donald Trump, en Estados Unidos. De hecho, hay otra frase en el artículo de estos autores, que se asemeja mucho a lo que podríamos decir de Argentina: “La política externa de Brasil siente mucho la falta de un proyecto y de una visión más larga que la próxima zafra de soja. ¿Alguna duda?

Por otra parte Argentina, en medio de una muy dura negociación con el FMI, unos resultados que año a año agravan su crisis social, política y económica, con un 40% de pobreza y un riesgo país sobre los 1600 puntos, una (des)orientación política muy cuestionada y una crisis institucional alarmante, al celebrar los treinta años del Mercosur, y ocupando su presidencia, el presidente Alberto Fernández, en alusión a unas declaraciones del presidente Lacalle de Uruguay planteando la necesidad de una mayor flexibilización en el bloque -se sintió agraviado y tomándolo como algo personal,  invitó a que quien no se sienta cómodo que abandone el barco (¿? )

Y está la dicotomía Fernández/Fernández, que lo confunde todo. Mientras un Fernández asegura que se va a cumplir una cosa otra Fernández dice que no se puede. Mientras el presidente Fernández le hace promesas al FMI para asegurarle que le van a pagar la deuda, la vicepresidenta Fernández declara en público que no puede pagarla porque no tiene plata. Lo cual forma parte de la vieja receta de hacer quedar al FMI como verdugo ante la sociedad toda, si no accede a las condiciones que a ellos les convenga. ¡Pufff..!

Sur... paredón y después, dice el magnífico tango de  Aníbal Troilo con letra de Homero Manzi, y que me inspira para interrogarme sobre el futuro de este Mercosur, que, luego de tantos paredones, parates y disparates, que han hecho trizas sus mejores intenciones, sigue recordando que es el mayor productor de alimentos en el mundo,​ controla las mayores reservas energéticas, minerales, naturales, de recursos hídricos y de petróleo del planeta, y posee también la selva tropical más grande del planeta, la selva amazónica 

Pero también sigue advirtiendo que, pese a ello, muchos de nuestros hermanos hoy pasan hambre y sufren las peores crisis de su historia, debido a gobernantes cegados por el autoritarismo, la ambición de poder, la ineptitud, la miopía, y las fracasadas ideologías.  Como afirmé más de una vez -y en este caso está una vez más comprobado -un país no es rico por sus recursos naturales, sino por la riqueza humana e intelectual de su gente, y en eso, no honramos a un mejor destino para el Mercosur. ¡Nuestros paredones intelectuales no ayudan!

 

Alberto Rodríguez Genta

argentaster@gmail.com

 

(*) Muy similar a la estrategia de Chávez, en Venezuela, cuando desconociendo el mandato de una Asamblea Nacional legítimamente elegida, montó un payasesco Tribunal Supremo de Justicia, montado a su capricho para deslegitimarla, y a través del cual perpetuó todo tipo de arbitrariedades contra la Constitución.

 

 

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