Periodismo, virus, y virulencias.
Pero me llamó
mucho la atención la afirmación de Stefano cuando dice: “Todo periodista,
como lo hemos señalado en otras ocasiones, por disciplina profesional, debe
resaltar las malas sobre las buenas noticias”. ¡Vaya! Y a continuación
nos regala una serie de acontecimientos sobre lo peor sucedido durante el 2020
en USA, como el ataque al Capitolio en Washington, el asesinato de un
hombre de color que provocó furibundos disturbios sociales; los cinco años
de guerra en Yemen, escenario de una de las peores crisis
humanitarias de la humanidad, y la peor hambruna del último siglo en el mundo.
Pero también
nos recrea con la situación de Irak, donde el conflicto entre grupos
armados y fuerzas "gubernamentales" produjo solamente en 2018 la
friolera de 1,8 millones de desplazados y el 53% son niños. La guerra de Siria, la más larga y cruenta de
la región, con 6,1 millones de personas que en 2020 siguen desplazadas de sus
hogares y 5,6 millones son refugiados en otros países de la región.
Ni que hablar
de Sudan del Sur con sus millones de personas en la peor miseria y sus 4,2
millones de desplazados forzosos; o Somalia, uno de los países más
emblemáticos por ser considerado de los que viven la peor situación en la
Tierra, y sus 5.1 millones de refugiados. ¡Ufff!; la verdad que si esta es
la principal tarea del periodismo, Stefano, me meto en la bañera y me corto las
venas! ¿Pa’ que mierda vivo en este mundo cruel? Mas vale me agarre el
Coronavirus y terminamos la función!
“Obviamente, no les hablé de buenas noticias,
aclara Stefano! “Muchas siguen siendo muy malas” -y enumera un poco de
mierdas más. “Pero una buena noticia la hay. Hace más de 12 meses que no hay
grandes enfrentamientos bélicos de consideración y que, de gripe común y de
pulmonía, en 2020, en lugar de 4 millones de personas, por el uso de las
mascarillas, fueron un poco más de 3 millones!! A reflexionar”.
Ah, bueno; así
que me das una aspirina cuando tengo una metástasis total! ¿Y cómo no van
a bajar los enfrentamientos bélicos si todo el mundo está metido en su casa y
la orden es “quédate en casa”? Sólo los virus andan de paseo y haciendo
compras! Y hasta los rifles y los tanques de guerra se están oxidando.
Pero bueno, si
para justificar y honrar tu profesión de periodista necesitas andar por ahí
juntando y regando las peores noticias del planeta, lamento decirte que yo, desde
mi pequeño Uruguay, me dedico adversamente a lo otro; a juntar y desparramar
por el mundo las buenas noticias que se producen, todos los meses, aquí en esta
hermosa “tacita del Plata”. Y hago todos los meses -honorariamente -un boletín
llamado “Buenas Noticias Uruguay”. ¿Porque sabes qué? Ya está bueno con eso de
que las malas noticias son las que les dan el mayor rating a las televisoras y
alimentan el negocio de sus dueños. Es cierto si, que los seres humanos tenemos
un especial sentido de avidez por la violencia y lo morboso y todo lo que
active nuestra adrenalina.
Y no es que yo
no esté de acuerdo en que se nos informe sobre los acontecimientos jodidos que
se viven en este planeta, simplemente advierto contra los excesos de seguir
colonizando las mentes humanas con el masoquismo de que nos importe más la reseca
muerte que la savia de la vida, o que nos asombre más la vergüenza humana que
la virtud. Porque allá en el fondo de mi alma, sigo soñando con que el
periodismo llegue a un grado de servicio social tal, que priorice el bien sobre
el mal, y no que “por disciplina profesional, debe resaltar las malas sobre
las buenas noticias”. Y porque con esto me das a entender algo así
como que si no existieran las malas noticias, el periodismo perdería su
principal atractivo profesional!
En fín,
Stefano, como periodista me considero un virus más a la hora de contradecirte;
pero creo que si no comenzamos por crear nuestra propia inmunidad intelectual, cualquier
virus nos va a matar con su virulencia. Y virulencia, en latín, significa “lleno
de veneno”. ¡Y yo me resisto!
Chau, Stefano,
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home