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Tuesday, March 02, 2021

 Disenso, Vox, y otras voces. 

La derecha la ha cagado, y la izquierda ha fracasado.


1 -Recientemente he leído un artículo aparecido en el portal de la Fundación Disenso, titulado “El gobierno Draghi: un experimento peligroso (que podría exportarse)”. ¡Habla nada menos que de los movimientos intestinales políticos, que sacuden a Italia! ¡Nada menos que Italia!

2 -Me cuido mucho de no opinar en temas y problemas de países que ni siquiera conozco, más allá de películas y fotos, y que, además, políticamente, han mostrado historias nada dignas de ejemplarizar. Italia es uno de ellos. Pasando de Mussolini a las vergüenzas de Berlusconi y los últimos gobiernos que la han sumido en una crisis económica y sanitaria sin precedentes, sólo los italianos son capaces de juzgarse a sí mismos. Pero creo que ni siquiera les interesa, puesto que, al igual que los argentinos, ya se han acostumbrado a nadar en el excremento, y hasta lo disfrutan y lo asimilan como parte de su idiosincrasia. Es cuestión de ponerse una escafandra para poder respirar, y seguir remando para subsistir.

3 -Primera interrogante obligada: ¿quién es la Fundación Disenso, portadora del artículo en cuestión?¿A qué o a quienes representa?¿Derecha? ¿Izquierda? ¿Anarquista? ¿Comunista? ¿Independiente?            

Bueno, como primera conclusión, Fundación Disenso es la voz del partido político español Vox, fundado a finales de 2013. Su presidente es Santiago Abascal y está calificado por especialistas como de extrema derecha. Surgió entre los críticos de Rajoy en el seno del PP, erosionado por la crisis económica, y con el objetivo de «recoger el voto de la derecha desencantada con las políticas del PP”. Abascal ha mantenido contactos con líderes de la extrema derecha europea como Marine Le Pen (FN); Frauke Petry (AfD) o Geert Wilders (PVV).

En 2019, Vox logró el 10,26 % de los votos en las elecciones generales españolas.​ En septiembre de 2020, anunció la creación de un sindicato, de nombre «Solidaridad» –mismo nombre que el sindicato polaco anticomunista Solidarność– (liderado por Lech Valessa) con la intención de atraer el voto obrero a su formación, y también anunció la creación de su propia fundación, llamada Fundación Disenso. En octubre de 2020 Vox solicitó la intervención del Ejército y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para frenar la llegada de inmigrantes irregulares a las islas Canarias. 

Y tras las elecciones autonómicas catalanas de 2021, la Fiscalía abre una investigación por delito de odio al partido, tras los mensajes de “Stop Islamización” durante la campaña electoral.

En noviembre, 2020, Abascal publicó una carta abierta denominada Carta de Madrid – entre cuyos adherentes destaca a “el actor mexicano Eduardo Verástegui (¿?) a quien  Donald Trump,  nombró como asesor de la Iniciativa de la Casa Blanca para la Prosperidad Hispana, y también sobresale el hijo de Jair Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro (acusado y condenado por daños morales en perjuicio de la comunicadora Patricia Campos Mello) y hermano del senador Flávio Bolsonaro, formalmente acusado por la Fiscalía de Río de Janeiro por los delitos de malversación de fondos públicos, blanqueo de dinero, pertenencia a organización criminal y apropiación indebida. En fín; referencias no demasiado confiables como para tomar sus opiniones al pié de la letra. Pero analicémoslas.

4 – Su opinión. El periodista de Fundación Diseño que advierte sobre “El gobierno Draghi: un experimento peligroso (que podría exportarse)”, dice: “Con Draghi nos encontramos ante un escenario de tecnocracia transnacional que gestionará los recursos del país como si sus componentes fueran los jefes de una banda de mercenarios”.  (¡Muy fuerte!) “Aconsejo a mis amigos españoles, y en cierto sentido a toda la Eurozona, a que observen con atención lo que está pasando en Italia con la formación de un gobierno liderado por Mario Draghi. Y es que algún día podría pasarle a ellos”.

No solo se trata del desembarco del expresidente del BCE. También se apela a la figura de un tecnócrata, sin pasar por las urnas, para que se ponga a la cabeza de un gobierno que reúne a todos o casi todos los partidos, desde la “extrema” derecha a la “extrema izquierda”, como si en España el mismo ejecutivo estuviera apoyado a un tiempo por Vox, PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, y cada formación tuviera sus propios representantes como ministros. No es solo un gobierno “técnico”; es un gobierno en el que la tecnocracia somete a la política.

Y no solo es una monstruosidad, sino un experimento que la tecnoburocracia de la UE, con el respaldo de la nueva administración norteamericana, podría exportar a todos aquellos países donde las decisiones del electorado no coincidieran con el diseño de las tecnoestructuras de la UE y de Alemania”.

O sea, le rechina que Draghi (expresidente del Banco Central Europeo) sea un tecnócrata, y que haya nombrado a varios técnicos en su gabinete, como también de que haya incluido a representantes de todos los partidos políticos. ¿Y acaso esto no es democracia? Si en España, otro país que se ha distinguido por la poca seriedad de su política, sus políticos y hasta sus monarcas, no han sido capaces por años de lograr alianzas entre sus partidos políticos (incluyendo a Vox), y ahora se asustan por sus propios fracasos, no creo que tengan autoridad moral ni técnica para cuestionar a un técnico que fue presidente del BCE (por algo lo habrán elegido) que está incluyendo a profesionales para su gestión (algo bien destacable) y que además democráticamente haya invitado a todos los partidos políticos para compartir la responsabilidad del gobierno! Pero claro, no olvidemos que a Vox no le interesa demasiado la democracia.

5 -Otra opinión. Y por ello me resulta indispensable, consultar a otros medios de comunicación. Por ejemplo, El País (España), en su sección internacional, titula “Draghi presenta un Gobierno de técnicos y políticos para capear la crisis en Italia”. Y aclara:El expresidente del BCE diseña una lista con personas de su confianza en ministerios clave como Economía o Justicia, pero contenta a los partidos con varias carteras”. ¡VAYA! ¿HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL? “Se dice - continúa El País - que el miedo a un Gobierno técnico sobrevolaba estos días las sedes de los partidos. Y que el último que vio nacer Italia fue el que encabezó Mario Monti y terminó de la peor manera”. ¿Y qué pretenden entonces; un gobierno populista destinado a satisfacer cuotas políticas con individuos de ninguna preparación intelectual para los cargos de más alta responsabilidad?

El Ejecutivo de Draghi, sin embargo -prosigue El País - tendrá un perfil híbrido entre especialistas técnicos y políticos. El futuro primer ministro quería formar un equipo de alto nivel con nombres ajenos a la órbita política. Pero también buscaba contentar a los partidos que le han dado su apoyo unánime (excepto la formación de ultraderecha Hermanos de Italia). (¡Uyy! quizá esto último es lo que más molestó a Vox). “Un equilibrismo asimétrico que se observa nítidamente a lo largo de la lista”, finaliza El País.

6 -Mi opinión. Repito que no me gusta opinar sobre personajes y situaciones de países que no conozco lo suficiente. Por lo menos le rescato a Draghi dos ideas; meter a todos los partidos políticos en el mismo saco y desafío (democracia pura), y poner técnicos allí donde se necesita solvencia e idoneidad, más allá de satisfacer cuotas políticas con complicidades mediocres e improvisadas. No creo en el presagio de que “la tecnoburocracia de la UE, con el respaldo de la nueva administración norteamericana, podría exportar a todos aquellos países donde las decisiones del electorado no coincidieran con el diseño de las tecnoestructuras de la UE y de Alemania”.

Creo que tanto la UE como la nueva administración norteamericana, quienes están demasiado ocupados en resolver sus propios y graves conflictos, puedan exportar algo más allá de lo que ya han exportado, para bien o para mal, fuera de sus fronteras. Alemania no me inquieta; con Merkel me ha brindado confianza. Por lo menos Biden es un presidente demócrata, por lo cual no creo que una extrema derecha como Vox y su Fundación Disenso, puedan soportar su propio disenso (el disentimiento que significa discrepancia y es la acción de disentir, de tener un sentimiento o filosofía de desacuerdo u oposición, a una idea prevaleciente) porque ellos ya han manifestado su radical posición, y sin disenso de ambas partes, no hay democracia.

Teorías conspirativas y dominantes, ya no. Ya hemos pasado por todas las pruebas que los seres humanos nos hemos obligado a aceptar, sin chistar. Ahora, por lo menos nos hemos ganado el derecho a opinar. ¡Y lo ejercemos, sin chistar!

Amen.

 

 

 

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