El
milagro uruguayo.
Frente
a los sucesos de conmoción social que en estos días sacuden a España, Francia,
Chile, Perú, Bolivia, Nicaragua, Venezuela, y otros países, valoremos la
madurez y la tranquilidad social que ha alcanzado la sociedad uruguaya, gracias
a las acertadas políticas de inclusión social. Y también valoremos el sistema
realmente democrático en el cual se está llevando a cabo otro período de
elecciones presidenciales. ¡Uruguay, sigue dando ejemplos! Alberto Rodríguez Genta
El milagro económico.- En menos de tres lustros, 18
organismos internacionales se asombran del milagro uruguayo. Cabe preguntarse
cómo es posible que un gobierno que recibió un país con los más bajos índices
de América Latina y de su propia historia sea puesto en duda comicial, cuando
solo en 14 años, reconocido por la Cepal;
el BID; el FMI; el Legatum de
Inglaterra; la OECD; el
influyente The Economist; el PNUD de la ONU; el World Justice Project; el International
Police Science Association; la OMS;
el Institute for Economics and Peace;
la OIT; la UIT;
la Freedom House; el Foro Económico Mundial; y hasta el
propio Banco Mundial, todos
organismos insospechados de izquierdismo. Y lo proclaman como:
*El más próspero de Latinoamérica; *El
más igualitario; *El de menor índice de pobreza; *El único que eliminó la indigencia, sepultándola al 0,01. *El país con el salario mínimo más alto de nuestra América; *El
primero según la OIT en cuanto a calidad y cantidad de trabajo; *El primero en protección integral; *El
mejor de América Latina según la OCDE en cobertura de seguridad social; *El primero en el ranking de menor cantidad de
jubilados pobres;*El país más seguro de Latinoamérica, según cifras del BID (1)
Observemos todo el planeta y también podemos afirmar que
este gobierno convirtió un pequeño país subdesarrollado y dependiente, en:
Salud. Es primero en la cura del cáncer, y primero en la reducción a
su mínima expresión de la mortalidad de los infantes, invirtiendo en la salud de la población, 6,1% del PIB, 33% más que el promedio
de América Latina, que es 4,6%; creando un sistema nacional de salud que
universalizó la cobertura sanitaria y un sistema nacional de cuidados que ya
lleva atendiendo a 20.000 familias, y
primero en PIB destinado a educación
(4,9%),
Ingreso per cápita. Uruguay es primero en ingreso per
cápita con 17.000 dólares por
habitante, el de mayor crecimiento económico latinoamericano de los últimos
cuatro años, alcanzando 11% en el período; el primero en hacer que pague más el
que más tiene, abonando 10% de los salarios más altos 80% del IRPF; el primero
en inversión en políticas sociales per cápita, y pese a todo ese derrame
social, su carga tributaria es inferior a la de los dos grandes colosos que lo
rodean, Argentina y Brasil, y mucho menor que el promedio de los países de OCDE
cuyo peso tributario supera 34% mientras que Uruguay se sitúa en 27,9%,
declarando la Cepal que “la reforma
tributaria uruguaya es un ejemplo de equidad en el continente”.
Desempleo. Hoy, Uruguay arrinconó el flagelo de un
ejército de desocupados que llegó a arañar la quinta parte de la población
activa, un 16,9%, y lo llegó a situar en un 6%, subiendo este año a 8,5% en el
medio de una de las crisis regionales más severas de los últimos tiempos. Y
pese a ello el FA, que recibió en el
2004 la fuerza de trabajo de 1.300.000 asalariados, culmina este año con 1.650.000.
Pobreza. en 2004 las capas medias que ingresaban en
la pobreza, alcanzaban guarismos de 40,96%, reducida hoy a 7% y solo a 2% en el interior, aunque los expertos de Cepal la sitúan en solo 2,7% en todo el
país, sin hablar de la indigencia, que fue rebajada 99,98%, del 5,99% al 0,1%.
Salario y jubilaciones. El segundo gobierno de Sanguinetti y
el único de Jorge Batlle eliminaron los Consejos de Salarios, reduciendo 21% el
salario real, mientras el FA los volvió a instaurar, recuperando no solo el 21%
perdido, sino aumentando ese salario real 54,1% más. Y los jubilados, que ganaban antes de 2005 un
ingreso mínimo de $ 600, que creció 1.200%, superando varias veces la
inflación, con aumentos generales de 157%. Sin contar las 170.000 tablets obsequiadas a ese sector olvidado por el
neoliberalismo. Y tanto las empleadas
domésticas, como los peones rurales,
recuperaron su dignidad y sus derechos, duplicando el salario mínimo real por
encima de toda inflación.
Los policías. Que
debían comprar sus propias balas, y con salarios indignos, hoy ingresaron a otro estadio profesional y
social. Los sueldos más bajos subieron al día de hoy un 300%. Se ha profesionalizado su labor, y se los ha equipado con las
más modernas técnicas policiales.
Los maestros; que en 2004 percibían $ 35.000 actualizados
al día de hoy y el gobierno progresista lo elevó al doble en términos reales,
triplicando la inversión en educación en valores constantes, terminando con la
exclusión de la educación media y superior para el 20% de la población más
pobre.
Los enfermos. Durante los 20 años neoliberales, los
enfermos graves que no podían pagar medicamentos carísimos se morían por esa
causa; y hoy la izquierda, gestionando el Fondo Nacional de Recursos, ya lleva
entregados medicamentos de alto costo a más de 8.000 enfermos, contra ninguno de aquella olvidada época pasada.
Calidad de vida y
Bienestar. Se han superado todos los récords históricos de bienestar; 50%
tiene vivienda propia y auto propio, 70% posee una computadora y más de 60% se
atiende en mutualistas privadas; 100% de la población tiene televisión,
heladera y otros electrodomésticos menores y 90% incluso tiene su propio
lavarropas. Debe aclararse que estos datos son del último censo de 2011, hace
ya 8 años, y el bienestar ha sido superado, sobre todo, en el área de
ordenadores portátiles y en la flota automotriz. Agregando que 90.000
ciudadanos recuperaron gratuitamente la vista gracias al Hospital de ojos,
cuando en el pasado debían continuar con su cuasi ceguera por no poder pagar la
operación de cataratas.
Energía y tecnología. Uruguay esta primero en la medición
de la Unión Internacional de Telecomunicaciones; premio mundial al desarrollo
digital sostenible de la ONU; primero en la igualdad de acceso a internet,
siendo además el país de mayor cobertura eléctrica de América Latina y el único
importador de energía que cambiando su matriz energética pasó a ser exportador.
- Número uno en el mundo en energía eólica; -Tercero en el mundo en gobierno electrónico; -Integra el grupo D6 (los seis países del mundo más digitalizados; -Sexto en el mundo con 98 puntos sobre 100, en materia de derechos humanos.
Prosperidad. El prestigioso Instituto Legatum de Inglaterra, tras un estudio sobre 110 países, calificó en 2018 a Uruguay con el mayor índice de prosperidad de América Latina, ganándole incluso a la prosperidad de Italia, Rusia e Israel y a pocos pasos de alcanzar los índices de prosperidad de Japón, Portugal y España.
Empleo público. Ante la creciente demanda en salud,
enseñanza y seguridad pública, se
prescindió de 19.000 funcionarios públicos de sectores no prioritarios,
y se contrataron 56.500 médicos, maestros y policías necesarios para la
población, sin aumentar un ápice la proporción entre crecimiento de empleo
privado y empleo público.
Tarifas públicas. Todas las tarifas públicas de 2004 se
redujeron sensiblemente en estos 14 años en valores constantes en relación al
salario percibido. Las que menos descendieron fueron las de OSE, mientras que
las tarifas de UTE, Ancap y Antel bajaron mucho más en relación al
salario. Los uruguayos debíamos al
exterior el 102% del PIB, y el FA
redujo en 58% esa deuda. Hoy debemos solo 42%
del PIB.
Déficit. Hoy registramos un déficit de 4,8% invertido
en el bienestar del pueblo; el gobierno de Lacalle alcanzó un déficit fiscal
del 6,3% con políticas sociales
desapercibidas; y pasamos de una inversión social de 20.000 millones a destinar
70.000 millones superando varias
veces la inflación.
Reservas internacionales. Desde unas reservas
que no superaban los 600 millones de dólares, según declaraciones del Ministro
de Economía, el país cuenta actualmente con reserva aproximada de 15.000 millones de dólares. Uruguay tiene la mayor reserva internacional
de su historia.
PIB: (Producto Interno Bruto) En 2004, el PIB no superaba
los 20.000 millones de dólares, situándose hoy en 56.000 millones de dólares.
Turismo. Pese a los cierres de puentes y crisis de
los países que nos visitan, se duplicó la cantidad de turistas de 2004, situada
en 1.800.000 en ese año, con una utilidad para los ahorros uruguayos de 494
millones de dólares, pasando a las sorprendentes cifras de 2017, que revelaron
la visita de 3.990.000 personas que
nos dejaron 2.300 millones de dólares,
465% de aumento en ese sector de la
industria sin chimeneas.
Comercio
Internacional. Cuando
llega el FA al poder, el país comerciaba con solo 60 países; y hoy negocia con 180 naciones. Y sigue avanzando en
lograr acuerdos comerciales con los principales referentes de Europa, de
Asia, y países de la región y del mundo
entero.
Recuperación de patrimonio. Por primera vez en
la historia se recuperaron 80.500 km2 más de superficie acuática
que se incorporan al patrimonio nacional.
Inversiones. La tasa de inversión, que, al ocupar el FA
el gobierno, se situaba en 15% del PIB, aumentó hasta superar 22% del PIB. Habría que retroceder
hasta 1945, terminando la Segunda Guerra Mundial, para encontrar tamañas tasas
de inversión.
Grado Inversor. Se logró que por primera vez Uruguay
obtuviera, por su eficiente gestión, el grado inversor, que le es negado a
Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Ecuador y Venezuela. Hoy son cinco las
calificadoras de riesgo que dan a Uruguay el “grado inversor”, ellas han sido: Moody’s, Fitch, Standard & Poor’s, DBRS
(Canadá) y Rating and Investment
Information (Japón). Sin duda, la mejor calificación de la historia
uruguaya.
Aumento de la clase media. Un estudio
divulgado por Naciones Unidas y realizado en base a datos de 2012, refleja que
Uruguay tiene la cifra más alta de población clase media de América Latina. Y
según el informe elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas, en el
año 2018 la distribución de la población en clases socioeconómicas determinó que:
el 75% pertenece a la clase media,
el 18% a la clase baja y un 6% a la clase alta. Mientras que en el año 2004 los
porcentajes eran los siguientes: clase baja 54%, clase media 44% y clase alta
2%.
Notas:
Adaptación del
artículo de Federico Fasano Mertens, “De
un país en ruinas a la nación más próspera de América Latina”, (Caras&Caretas
-12/10/2019)
(1) Sorprendiendo incluso
al famoso Rudolph Giuliani, el profeta de la tolerancia cero a la delincuencia
(New York) cuando visitó Montevideo; y
al propio Edgardo Novick -quien lo contrató y también se asombró - reconociendo
que no estaba suficientemente informado.
(2) Instituto Legatum
de Inglaterra, dirigido por la baronesa Philippa Stroud, destacado miembro de
la Cámara de los Lores, elegida por la reina; empresaria petrolera, miembro del
Partido Conservador y, según The Daily Telegraph, una de las más influyentes
representantes de la derecha política en Inglaterra.
Asegura en su
artículo Federico Fasano Mertens, que “Habría
que retroceder hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial para encontrar a
Uruguay con las sorprendentes tasas de inversión actuales”. Y no puedo
menos que recordar y comparar las grandes lecciones de Japón, la nación convertida en chatarra finalizada
la Segunda Guerra Mundial, quien de la mano de Edwards Deming y su famoso
modelo de la “Calidad Total”, se transformó, en menos de treinta años, en la
Segunda Potencia Económica Mundial, avergonzando incluso, a sus destructores de
ayer.
Amen.
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