Gracias Maduro…!
Creo, Maduro, que la
historia de Venezuela te va a recordar como lo más indigno que pudo haber
parido una nación. (Si es que fue ahí, a mí me cuesta creerlo) Hiciste todo el
máximo daño posible desde todos los aspectos posibles; desde empobrecer,
pauperizar, enfermar, avergonzar, y hacer huír lo mejor del capital humano
compuesto por lo mejor de la
juventud venezolana, hasta vender
por monedas el rico patrimonio de los venezolanos. Algo que sólo puede
entenderse habiendo vivido - como tantos extranjeros llegados gracias a la
magnífica solidaridad de ese pueblo -dispuestos a entregarte lo mejor de
nuestras vivencias, para disfrutar a cambio lo mejor de su convivencia. Paradójico, ¿no?
Paradójico, que futo de tantos años de tanta riqueza que les regaló Venezuela, todos sus mediocres dirigentes, en su miopía, repitieron las mismas experiencias decadentes. “Ser rico es malo”, repetía tu profético maestro Chávez, sabedor de que él era incapaz de producir riqueza. Y tú produjiste la pobreza, necesaria y dependiente, para que un grupo de farsantes se apropiaran de la dignidad de Venezuela, a cambio de un carnet de adulantes y una canasta de alimentos degradante.
Paradójico, que futo de tantos años de tanta riqueza que les regaló Venezuela, todos sus mediocres dirigentes, en su miopía, repitieron las mismas experiencias decadentes. “Ser rico es malo”, repetía tu profético maestro Chávez, sabedor de que él era incapaz de producir riqueza. Y tú produjiste la pobreza, necesaria y dependiente, para que un grupo de farsantes se apropiaran de la dignidad de Venezuela, a cambio de un carnet de adulantes y una canasta de alimentos degradante.
Y no, lo malo no es
ser rico, sino ser mediocre e inepto, como lo has mostrado tú, Maduro. Porqué
tu conseguiste hacer posible lo que los cubanos no pudieron en los años 1967, con
el intento de invasión a Venezuela,
desde Machurucuto; y que frustraron el
Ejército y la Guardia Nacional de Venezuela (¡esos sí eran venezolanos!) contra
espías comunistas de la guerrilla entrenada de Cuba. ¡Vaya! ¡Ahora lo lograron!
Importaron lo peor de los cubanos para arrastrar a lo peor de los venezolanos,
y juntos hundir a Venezuela! La tierra que tanto amó el gran Simón Bolívar!
Tú y un puñado de
indignos, la destruyeron. Para los cubanos, resignados ya desde hace mucho
tiempo a la mediocridad de una sociedad decadente, esto es el triunfo y la
excusa para seguir siendo dependientes. Para los venezolanos no. Y a través de ese sentido de resiliencia que
tienen los pueblos, soportándolo todo -y asimilando sus propios errores
-Venezuela resurgirá de las cenizas repotenciada y con un valor agregado
inestimable en la experiencia de tantos venezolanos jóvenes a quienes tu
echaste del país, y debieron abandonarlo transitoriamente, para no morir de
hambre, de enfermedades, o simplemente, de vergüenza. Y sí; sin duda, se
perderán algunas generaciones. Es el precio a pagar.
Una resiliencia similar a la de Japón, por
ejemplo, quien luego de quedar hecho chatarra tras la segunda guerra mundial,
en menos de treinta años ya era la segunda potencia económica mundial,
invadiendo ahora a los propios Estados Unidos con sus productos de alta calidad,
eficiencia, y mejores precios. O ni que
hablar de Finlandia, un ejemplo que es
relevante por cuanto al igual que esa Cuba a quien tú regalaste el país indecentemente -y siendo dependiente
en la misma época de la ayuda económica de la URSS - ante el colapso
económico de ésta, en 1991, hoy es uno de los diez
países más ricos del mundo por renta per cápita, uno de los europeos con
mayor atención a la sanidad, y el séptimo país del mundo según el ranking
de competitividad global. Por otro lado, Finlandia destaca por
su consumo de energía.
Y todo ésto sin tener
una gota de petróleo, ni acero, ni materias primas relevantes, más allá de unos
cuantos árboles muy bien aprovechados. Frente a estos ejemplos, ¿qué le vas a
dejar a Venezuela, Maduro?. Un país con unas bellezas naturales y un clima
privilegiado, arruinado. Con las mayores reservas mundiales probadas de petróleo, hipotecadas. Con generosas
materias primas como acero, aluminio, oro, y otras, inutilizadas. Y con los
mayores índices de pobreza, insalubridad, inseguridad, violencia y criminalidad,
comprobadas. Una inflación vergonzosa y galopante y una moneda nacional que vale menos que un rollo de papel
higiénico. Pero tu maestro mayor, tú, y
sus secuaces, eligieron el modelo cubano, hoy casi muerto, y dependiente
nuevamente, de los diezmos de los pocos amigos.
También es cierto que
algo hay que agradecerte Maduro; y es el hecho de que mientras el mundo todo
observa tu decadente gestión, también observa asombrado como cientos de miles
de venezolanos desparramados por el mundo, están dando un ejemplo de
sacrificio, entrega y superación, porque siendo hijos del país más rico del
mundo -y donde deberían disfrutar del éxito profesional logrado con su
sacrificio - hoy se ganan la vida sin prejuiciarse, y siempre con una
sonrisa, como un simple obrero más, en los países donde llegan con sus sueños
rotos, dispuestos a construír otros. Esos son los venezolanos que están
enorgulleciendo a Venezuela, Maduro, mientras tú y tus secuaces la destruyen! Pero
como lo cité anteriormente, y con ejemplos, los países libres y democráticos se reconstruyen, se reinventan,
se modernizan, y vencen cualquier obstáculo, dictadura, o impedimento mediocre
y menor.
Quizá a los venezolanos les hacía falta esta
dolorosa experiencia para valorizar y valorizarse, y quererse más y querer más, a su hermoso país. De lo que estoy seguro,
Maduro, es que de tú paso por Venezuela lo
único que recordará la historia, será el ejemplo de esos tantos venezolanos que
salieron a conquistarse el mundo sin miedo a empezar una nueva vida, algunos
mostrando una lágrima y muchos otros una sonrisa, y demostrando que ningún dictadorzuelo
es más fuerte que sus sueños, que sus
esperanzas, y sus ganas de vivir y triunfar, donde sea que los ponga el
destino!
En cambio tú, no sé a dónde podrás ir.
Amen.
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