¡Perdón,
Esmeralda!
Y el aberrante
asesino de Esmeralda Ferraz, de 14 años, nada menos que su tío, confesó al fín,
que primero la violó en su cuarto, luego la estranguló y luego la enterró en un
terreno a 300 metros de la casa en la que vivía, "manteniendo una frialdad
totalmente inconcebible", según la fiscal tras la audiencia de
formalización.
¿Y ahora qué? Me
imagino que le darán por lo menos 30 años de cárcel, o 45, o quizá más. En
otros países podrían darle cadena perpetua, y en otros aún la pena de muerte.
Pero hay dos conclusiones evidentes tras esta degeneración social. Una, es que
Esmeralda ya no volverá con nosotros; y dos, que aunque ese tío se pudra en la
cárcel, nada impedirá que sigan apareciendo otros tíos, padrastros, amigos,
incluso padres, que sigan violando a sus sobrinas, hijastras, amigas, e incluso hasta a sus propias hijas!
Porque este abominable hecho que no lo hacen ni siquiera los animales entre sí,
ya vienen dándonos señales y alertándonos sobre que una parte de nuestra
sociedad está podrida.
Según el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Uruguay registró 22 homicidios de
menores de 18 años en 2016, y en los últimos cinco años, 108 niños, niñas y
adolescentes fueron asesinados. Recordemos la vergüenza del 2017, cuando Brissa
González, de 12 años, iba camino a su escuela un lunes a las 7.30 de la mañana,
y tres días después fue hallada por la policía en un pozo en la localidad de
Las Vegas. O cuando Valentina Walter, quien tenía apenas 9
años, fue a buscar a su hermano a un baldío, en Rivera, y desapareció. Un
hombre de 22 años la secuestró, la violó, la mató y la dejó tirada en un
baldío, tapada con piedras. Otro hombre fue cómplice de este hecho.
El fiscal
especializado Juan Gómez había pedido la pena máxima de 45 años para el asesino
de Brissa; pero se ahorcó en su celda. "Sostenemos que la sociedad uruguaya
no merece estar expuesta a sujetos cuya conducta estamos analizando”,
afirmó Gómez. Pero después vendría el asesinato de Felipe Romero, de 10 años,
quien vivía en Maldonado, y a quien su entrenador de baby fútbol lo secuestró,
abusó sexualmente de él, lo mató, y se quitó la vida. El hombre era vecino,
cercano a la familia y al niño. Y
recientemente, en Julio, 2019, una niña de 4 años fue asesinada a golpes
en Rivera en la
tarde del jueves por su padrastro, según informó la Jefatura de Rivera. Y ahora
también vos, Esmeralda.
¡Como ser humano me
siento asqueado, Esmeralda! No fui yo, pero es como si en parte lo hubiera
sido. Hoy yo quiero, solicito, y exijo, saber cuáles son las causas, los
efectos, los defectos, los elementos dañinos y contaminantes, que están
haciendo metástasis en la sociedad uruguaya y estamos cometiendo esta autofagia
social de devorarnos a nuestros niños! Porque el tema ya no está en la justicia
ni en cuantos años más les daremos de
cárcel, o les aplicaremos la pena de muerte, cuando ellos ya produjeron su
daño; el tema está en que no aparezcan
más, ni se sigan reproduciendo más, y haciendo más daño!
Creo firmemente que
Uruguay debe enfrentarse decidida y valientemente a estas aberraciones sociales
investigando en profundidad las causas sociales, culturales, económicas,
políticas, o lo que sea. Creo firmemente y lo estoy proponiendo, que se debe
crear una Comisión Especial, integrada por sociólogos, psicólogos, psiquiatras,
y otros profesionales que entiendan el comportamiento humano, y lo analicen en
profundidad. Cómo, cuándo, porqué, nacen o se hacen, estos monstruos sociales y
cómo podemos evitarlo. Algo estamos
haciendo mal; o algo no estamos haciendo bien los uruguayos. Pero lo cierto es
que no podemos seguir en esta indiferencia.
Porque mañana ya nos
olvidaremos, también de Esmeralda. Como nos olvidamos de Brissa, de Valentina,
y de Felipe. Y con toda seguridad también mañana, o pasado, o dentro de un mes,
otro hijo descarriado de esta sociedad volverá a matar otro niño o niña que no
llegará a su cumpleaños de 15. Y sentiremos la bronca y la impotencia frente a
la pantalla de la Tele, lo despediremos con otra marcha de vecinos y nos
entretendremos con otro montón de estupideces que llenarán las pantallas! Porque si; es mejor que siga el show, y no
ponernos a pensar. Vamos a ver una telenovela, un partido de fútbol, un
programa de chismes compartidos o de entretenimientos. Total; Esmeralda ya no
está, y es simplemente, una más.
Amén.
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