Los
argentinos se la juegan.. ¿o no?
“Y seguimos votando más por la
emocionalidad del presente, que por la racionalidad del futuro”.
¡Y claro que el Fondo
Monetario Internacional va a acompañar a muerte a la Argentina! Lo aseguró,
entre otras reconocidas personalidades el economista Mario Blejer, quien en marzo de 2001 fue nombrado vicepresidente del Banco Central de la República Argentina
(BCRA) por el presidente Fernando de la Rúa, luego de haberse incorporado al Fondo
Monetario Internacional como consejero y asesor principal en 1980, rol que
mantuvo hasta 2001 en el que aceptó ser parte del gobierno de De la Rúa. "El
FMI necesita que a la Argentina le vaya bien. Creo que hay suficiente evidencia de que se
han querido hacer cosas necesarias y que el financiamiento del FMI fue una función importante para esto",
manifestó Blejer.
¡Y por supuesto que
al FMI le interesa que a la Argentina le vaya bien! ¿Por qué? ¿Acaso porque se
va a fundir si Argentina en última instancia no le pudiera pagar los 56.000
millones de dólares que le prestó? ¡No seamos ridículos! El capital del FMI es
fruto de las aportaciones de sus 183 países miembros (incluida Argentina) las cuales reflejan la posición de cada uno de
ellos en la economía mundial y que suman un total de 210.000 millones de “Derechos
Especiales de Giro” (DEGs) o 300,000 millones de dólares. Los DEG son activos
de reserva internacional emitidos por el FMI, y cada miembro puede solicitar
una cantidad de DEGs, activos intercambiables por divisas, en proporción de la
cuota que aporta al Fondo Monetario Internacional.
El FMI ha mostrado
una vez más su responsabilidad hacia un
país miembro, que necesita nuevamente la ayuda para la cual lo integraron. Y a
quien acuden siempre después de haber cometido sus últimas burradas, acusándolo
luego de imponer restricciones que fomentan la pobreza de las poblaciones a las
cuales sus dirigentes ya empobrecieron. Y
por defender y administrar los recursos que son de todos! ¡Ridículos! Claro que el FMI le va a conceder en su momento ese último
desembolso de 5.400 millones a los argentinos para que (y les pido mil
disculpas por la expresión) se metan los dólares por el culo y por las orejas
aquellos que nunca se comprometieron con
la realidad de ese hermoso y rico país,
y lo único que han hecho por más de sesenta años ha sido jugárselo a la timba financiera!
Un país que puede producir de todo, pero cuyos responsables políticos se lo
roban todo! Es como un barril sin fondo; cuánto más produce (y conste que
últimamente ya no produce mucho) más lo roban! Es un país enfermo de corrupción
y de mediocridades políticas.
Y ante estos últimos
vergonzosos y lamentables acontecimientos donde queda demostrado que nadie en
el resto del mundo cree en la Argentina, y el único que le puede prestar es el
FMI se ha vuelto una lucha, no ya entre Macri y el kirchnerismo, sino entre el
FMI y los que quieren y apuestan al default y al quiebre de la Argentina a
través de sus adorados y codiciados dólares. Hace pocos días atrás estuvo en
Uruguay, invitado por las cámaras empresariales, Sergio Berensztein, uno delos analistas políticos más influyentes
de Argentina, quien afirmó enfáticamente
refiriéndose a la situación en su país, que “Hace falta un shock de confianza,
en una situación muy, pero muy compleja”.
¡Y yo diría que necesita
un shock de confianza aderezado con un tsunami de credibilidad, que son parte
del mayor capital que puede tener una nación ante el resto del mundo, y es lo
que precisamente, ha perdido la Argentina! Una de las frases más sabias y esclarecedoras
para quien quiera entender quiénes somos y cuanto significamos e importamos
para el resto del mundo, se la escuché
recientemente al Dr. Mario Negri, Diputado Nacional por la provincia de Córdoba
(Argentina) en el programa televisivo
Terapia de Noticias (La Nación): “Yo
trato de mirar desde el mundo a la Argentina, y no desde la Argentina al mundo;
porque el mundo es quien nos lleva por delante”. ¡Qué gran sentido de la
ubicación! Para Argentina o para quien sea. Mientras nosotros seguimos insistiendo en nuestra pelea de gallos,
convencidos de que el mundo nos tiene que mirar como algo excepcional!
Yo diría que recién a
partir del gobierno del Presidente Macri, Argentina empezó a mostrar lo que verdaderamente
puede y debe ser como país, más allá de ser simplemente el engaño para que los más
pobres sigan siendo y viviendo como más
pobres, económica e intelectualmente, a costa de que los ricos sean siempre más
ricos sin hacerse cargo de su responsabilidad social Y esta vez,
no es una final de fútbol entre macristas y kirchneristas lo que se
juega la Argentina. Esta vez es un mundial de existencia y permanencia dentro
del concierto mundial de naciones, que puedan garantizar un mejor futuro para
todos sus habitantes. O su fracaso. Creo
que con el Presidente Macri comenzó un tremendo cambio de paradigmas en la
Argentina. ¡Tremendo y existencia cambiol! Invertir -de verdad - los recursos
producidos por la Argentina en obras y servicios destinados a mejorar la
calidad de vida de los argentinos, más allá de los gobiernos de turno, en lugar
de privilegiar complicidades y amiguismos partidarios. Y en ello, tan complicado de interpretar, el
presidente Macri se jugó su cuota política.
El cambio entre transformar a la Argentina en ese modelo de
país para vivir, invertir, producir, exportar, y transformar la calidad de vida
de su gente, o seguir siendo-como aquella metáfora de la rana René - que se fue
acostumbrando tanto al calor del agua tibia, que cuando hirvió, se cocinó! Aún
cuando los argentinos se sigan aferrando al entretenimiento mediático a través
de sus figuras tan emblemáticas como Susana Giménez, o Mirta Legrand, tendrán
que darse cuenta que el mundo ha cambiado mucho! Y que no se detendrá ante sus amores o emociones.
Quizá hoy, como
nunca, Argentina está obligada a mirarse a sí misma ante el mundo -o como diría
Negri -desde el mundo hacia si misma, fuera de la mirada desde el propio
ombligo. O mayoritariamente los argentinos siguen apostando a la vieja política
de tirarles unas monedas para calmar las necesidades y los dolores más inmediatos de la población más
vulnerable, mientras los políticos siguen
conservando sus cómodas zonas de confort, o se deciden -pagando los costos de
toda transformación en profundidad - a jugársela para, a mediano y largo plazo,
lograr al fín rescatar la credibilidad y la confianza para ser ese
mejor país que todos quieren, pero que
nadie se decide a intentar.
¡Ojalá que lo
entiendan porque de verdad, para ganar lo tienen todo; pero para perder también!
Nota: Algo bueno sucedió, al fín. Se comenta que el lunes por
la mañana, luego de haberse dado a conocer durante el fín de semana las nuevas
medidas para el control cambiario y la obtención de dólares, mucha gente salió
disparada hacia los bancos a retirar sus ahorros; sin embargo, durante la tarde
volvieron a depositarlos. Es una muy buena señal de que -dentro de tanto caos y
tantos culpables -se comienza a tener confianza en las autoridades presentes. ¡Un
bálsamo, dentro de tantas heridas!
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