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Location: Cordón, Montevideo, Uruguay

Saturday, April 09, 2011

Cien años de “solidaridad”.

Un centenario para emocionarse.
El sábado 26 de marzo se llevó a cabo la celebración de los 100 años de la Escuela Granja No.34, Agustín Ferreiro, de Paso Roldán, Departamento de Lavalleja, en Uruguay. Y esa escuela tiene para mí un componente histórico familiar, imposible de olvidar. Y tiene además, un ejemplo de solidaridad humana digno de destacar, hoy, cuando el exceso de consumismo individual, nos lleva a olvidamos de tantas cosas que deberíamos valorar. Porque es la escuela construida gracias a la visión y los aportes de un pionero que -paradójicamente, siendo analfabeto –quería para sus hijos y los de sus vecinos un futuro iluminado con la riqueza del saber que a él le había sido negado. Fue Antonio Genta, mi bisabuelo, quien en un predio de su propiedad y junto con sus vecinos, cimentaron aquel faro que guiaría los primeros pasos de tantos niños –algunos de ellos convertidos hoy en profesionales exitosos.


Durante el acto dela celebración centenaria, el Doctor Edison Beltrame Genta, médico y primo mío, cuya hacienda de campo familiar se encuentra a pocos segundos del predio escolar, hizo un enriquecedor repaso de aquella historia familiar que devino en la construcción de la Escuela 34 en los predios de Antonio Genta –también su bisabuelo - y el perfil de este hijo de italianos que se afincaría en Paso Roldán. Alfredo Duque, en un discurso emotivo y cargado de recuerdos, fue la voz que representó a los ex –alumnos de aquellos primeros años, haciendo estrujar el corazón de más de uno de los presentes. Que por cierto, fueron muchos..















En su alocución, la Directora de la Escuela 34, Ana Dorrego, rescató una frase del benemérito Maestro Agustín Ferreiro, con cuyo nombre fue designada la Escuela 34: "La escuela debe ser una muestra viva de todos los recursos que la civilización pueda poner al servicio del hombre de campo". y creo que con una propuesta de trabajo con objetivos claros y visionarios, coherentes con los paradigmas, valores y creencias que impregnan un clima institucional encaminado hacia una cultura de calidad, llegaremos. "Nos comprometemos con la Escuela Pública uruguaya –afirmó la Directora -para promover aprendizajes relevantes y de calidad, similares a todos los niños, y el de reafirmar la escuela como espacio de participación comunitaria".


Sin duda, con el correr de los años, la Directora Ana Dorrego, y su esposo, Pedro Genta, nuestro primo, supieron cuidar muy bien y aun enriquecer el legado del bisabuelo Antonio, transformando aquella primera idea levantada con durmientes del ferrocarril y cartones asfaltados, en un modelo nacional para la educación y la siembra de valores, llevando la riqueza de la educación al campo, y la riqueza del campo a la educación. Como bien lo destacó en su alocución el Director del Consejo de Educación, Oscar Gómez, el desafío era y es, conjugar y potenciar los aportes que brindan el conocimiento y la tecnología, con la experiencia práctica del hombre que cultiva la tierra. Hoy, en la Escuela 34 se dan cita los adelantos tecnológicos del extraordinario Plan Ceibal y la Internet, con los procesos de lombricultura, los invernáculos de frutas y hortalizas, la cría de porcinos y gallinas, la preparación de dulces y mermeladas con frutas propias, y las tareas propias de la granja que inculcan en el niño el sentido de pertenencia con su tierra.







Más de trescientas personas respondieron al llamado de la Escuela 34 para celebrar su cumpleaños. Sus pequeños alumnos nos deleitaron con bailes, recitados y actos artísticos, y fueron ellos los guías instructores para los visitantes. Durante la recorrida por las instalaciones una de las alumnas le dictó una clase magistral al maestro y Director Oscar Gómez, sobre las tareas que se realizan en el tubo para ganado; desde vacunarlo, suministrarle medicamentos, y señalarlo, hasta la forma de manejarlo. Otro –más pequeño aún -explicaba a una de las ex -alumnas como se manejaban las vacas en la sala de ordeñe y como se les colocaban las máquinas ordeñadoras..¡Toda una cátedra gratuita, con frescura y espontaneidad!

Los vecinos, padres, ex –alumnos y amigos, colaboraron para agasajarnos con una chorizada de antología, un asado con cuero que pedía una poesía, pasteles y tortas con sabor a fantasía.. Como afirmara uno de los presentes, “Pocas veces en la vida tenemos la oportunidad de que un grupo de hombres y mujeres, desde la sencillez de su convivir, nos sorprendan con una lección de pertenencia y de amor a su tierra, a sus familias, a su comunidad, y a su país”. Es cierto. Como también lo es el hecho de que a través de esa HERMOSA celebración de los primeros 100 años de la Escuela No.34, Granja Experimental “Agustín Ferreiro”, la pequeña comunidad de hombres y mujeres de Paso Roldán nos mostraron la verdadera riqueza de un país que está, más allá de sus riquezas naturales, en la riqueza humana del saber convivir con la humildad y la dignidad de saberse útiles para si mismos, para sus hijos, y para los demás.









En un aparte, en medio de la celebración, la Directora Ana Dorrego nos expresó su satisfacción por la colaboración recibida de sus ex –alumnos, madres, padres, vecinos y amigos: “Destaco el cariño y el compromiso de cada uno de los participantes; el tiempo que le dedicaron. Hubo días, en que trabajamos afuera, a oscuras, y a la luz de una lamparilla –nos comentó. “Cada uno aportó sus fortalezas: el alambrador, el electricista, el pintor, las reposteras, el técnico en informática, el carpintero, las maestras (la maestra de ceremonia fue la mamá de un alumno) etc., a los efectos de que la escuela luciera sus mejores galas. Verlos hacer, a los que una vez fueron alumnos, hoy volcando en ella todo lo adquirido te llena de gran orgullo y satisfacción. Si no fuera por su colaboración, esto no hubiera sido posible. Así como estoy muy orgullosa de ser maestra rural, siempre he tratado de trasmitir el orgullo de haber concurrido a una escuela rural. Hoy, tengo la respuesta”.








Nota: Según el relato de Edison Beltrame, Antonio Genta era hijo de italianos llegados a Uruguay por el año 1860. El nació en Uruguay; era analfabeto, y luego de haberse criado en las zonas aledañas a Montevideo, se afincó en el Paraje Santa Lucía, Paso Roldán, del Departamento de Lavalleja. Instaló un comercio de rubros varios, muy exitoso para su época, a tres cuadras de donde se ubica la Escuela. Contrajo una enfermedad pulmonar crónica antes del 900 – se afirma que pudo haber sido una tuberculosis –la cual lo obligó a permanecer muchos meses en Montevideo, la capital del Uruguay. Y durante ese lapso, su mayor preocupación fue aprender a leer y escribir..! En la convalecencia de su enfermedad, durante su reposo, aprendió a hacerlo contratando los servicios de una maestra privada. Posteriormente, contrató a esta misma maestra y a su hermana para que se trasladaran a su zona, en la campaña. Construyó en su predio un primer local para que les enseñaran a sus hijos y a los de los vecinos de la zona. Ese fue el primer germen de la Escuela, que además era residencia de la maestra. Luego construyó el otro edificio, el cual se inauguró en 1911, y en donde se celebran hoy los 100 años de la Escuela Granja 34, denominada posteriormente con el nombre de Agustín Ferreiro, en homenaje a un gran formador docente uruguayo.

Se me ocurre afirmar que “una comunidad que sigue unida a su escuela, nunca perderá los valores que la hagan perdurable en el tiempo”. La Escuela Granja 34, desde Uruguay, nos da un ejemplo.


Argenta

Abril, 2011

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