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Monday, March 09, 2009

Vivien Thomas y los “bebés azules”.


Para todos aquellos que en algún momento puedan dudar, tanto de sus capacidades como de sus posibilidades para alcanzar sus objetivos personales y profesionales, voy a comentarles una enriquecedora historia que tuve la oportunidad de conocer a través de la televisión por cable. La película se llama “A corazón abierto” y fue realizada por la productora HBO, en los Estados Unidos, en 2004. Es la historia real de un hombre que, sin nunca haber podido realizar sus estudios universitarios en medicina, llegó a ser una de las figuras más prominentes entre los académicos de la John Hopkins University, ubicada en Baltimore, Maryland.

Para poder dimensionar la vida y obra de este hombre, comencemos por decir que su historia se inscribe dentro de las enormes limitaciones que significaba, para la gente negra, la brutal época de segregación racial en los Estados Unidos. Solo su indestructible vocación y su indeclinable actitud, lo llevaron a triunfar en medio de una sociedad altamente racista, discriminadora, sumida en una gran depresión económica, e incluso inmersa en la conflictividad de la segunda guerra mundial. Otro ejemplo que nos da la raza negra, de la cual el Sr. Obama es hoy su máximo representante institucional.

Vivien Theodore Thomas, era un técnico quirúrgico afro-americano que en la década de los 40 tuvo una enorme influencia en el desarrollo de procedimientos usados para el tratamiento del síndrome de los “bebés azules”, creando una técnica quirúrgica para tratar la “tetralogía de Fallot”. Nacido en 1910 en New Iberia, Louisiana, Estados Unidos, Vivien se trasladó posteriormente con su familia a Nashville, Tennessee, en donde en la década de los 20 estudió en escuelas públicas y en un sistema educativo marcado por la segregación racial.

Siendo su padre carpintero, él tomó su oficio para financiarse sus estudios hasta matricularse, en 1929, como estudiante pre-médico en el Tennessee Agricultural and Industrial College. El primer gran golpe psicológico y obstáculo para su carrera universitaria, vendría de la mano de la recién iniciada “gran depresión”, la cual le arrebató sus ahorros al quebrar el banco en el cual estaban depositados, forzándolo a abandonar los estudios recién comenzados para emplearse en 1930 como ayudante en el laboratorio del Dr. Alfred Blalock en la Vanderbilt University (Nashville, Tennesse). Sin duda tanto este hecho, como este hombre blanco que con su ayuda se volvería exitoso y adinerado, marcarían definitivamente su destino, abriendo una gran incógnita en cuanto a la relación costo-beneficio en la vida de Vivien Thomas. Una incógnita más, dentro de las tantas que solo él podría despejar..
Vivien Thomas
Del fracaso de un sueño, a una nueva oportunidad.

Thomas comenzó ayudando a Blalock en 1930, a los 19 años, después de que la depresión terminará con su sueño de estudiar Medicina, y pronto pasó de dedicarse a la limpieza del laboratorio a hacer realidad las teorías de Blalock, participando en numerosos experimentos e incluso fabricando el instrumental quirúrgico necesario para realizarlos. Debemos recordar que por encontrase el país en plena guerra, los materiales quirúrgicos eran de muy limitada disponibilidad. De esta forma, lo que comienza como una relación entre amo y sirviente pasa a ser de maestro y discípulo, en la cual ambos terminan trabajando como una sola persona, llegando a ser buenos amigos, aunque manteniendo lugares muy distintos en la sociedad. Sus habilidades como ayudante de cirugía y de investigador asociado, motivaron a Blalock a llevarlo consigo cuando le ofrecieron la jefatura de cirugía del Johns Hopkins Hospital, durante 1941, poniendo como condición que su ayudante, Thomas, le acompañara. Su esposa Clara y su hijo, fueron con él.

Alfred Blalock y Vivien Thomas
La relación en Hopkins estuvo signada por los altibajos durante las más de tres décadas durante las cuales desarrollaron juntos una técnica para tratar la coartación aórtica, y la película desnuda los numerosos conflictos médico-quirúrgicos, académicos, éticos, sociológicos y humanos, comprendidos en esta especial relación humana y profesional. Fue mientras trabajaban en esta técnica, precisamente, que la pediatra Helen Taussig, quien comenzó a colaborar con ellos acercando sus conocimientos, les presentó el problema del síndrome del “bebé azul”. Ella sugería que un procedimiento adecuado para mejorar el síndrome de los “bebés azules” sería aumentar el flujo sanguíneo desde el corazón a los pulmones, lo que suponía el desarrollo de una técnica quirúrgica harto complicada y demandaba la creación de nuevos instrumentos médicos. Thomas entendió perfectamente su idea y, tras dos años de trabajo y de experimentos con más de 200 perros, desarrolló un procedimiento quirúrgico experimental exitoso. La primera perra operada, llamada Ana, tuvo el privilegio de ser el único animal cuyo retrato adorna las paredes de la John Hopkins University.

Superando la discriminación.

Si bien Blalock diseñó teóricamente la operación, fue Thomas quien perfeccionó la técnica quirúrgica en el laboratorio y guió a Blalock durante el procedimiento. La primera operación, llamada Blalock-Taussig, y la cual fue asistida por Thomas utilizándose uno de sus instrumentos, fue realizada con éxito el 29 de noviembre de 1944 a una bebé llamada Eileen Saxon, iniciándose así la cirugía pediátrica del corazón. Este éxito brindó a la institución Johns Hopkins un mayor renombre internacional, y a Blalock y su equipo (que no incluía oficialmente a Thomas) numerosos galardones. Aún cuando los dos fueron pioneros en esta revolucionaria cirugía cardiaca, hoy mundialmente conocida como operación de Blalock-Taussig, el nombre de Thomas no figura entre los autores del procedimiento que ayudó a crearla.

Dra. Helen Taussig
Tampoco la doctora Taussig se salvó de la discriminación, en su caso de género, ya que si bien la John Hopkins University admitía mujeres y la aceptó; sólo tras dieciséis años de desempeñar un puesto como mera instructora la contrató como profesora titular, cuando ya era reconocida internacionalmente. Taussig, fundadora de la cardiología pediátrica a pesar de su dislexia y posterior sordera fue, además, una adelantada en su tiempo, al apoyar el ingreso de la gente de color a las facultades de medicina, y al sistema de seguro social Medicare y el derecho al aborto.

Luego de la operación de Eileen el siguiente paciente fue una niña de once años, y estos casos y un tercero más, el de un niño de 6 años, fueron motivo de un artículo publicado por Blalock y Taussig en 1945 en el Journal of the American Medical Association, en el cual Vivien Thomas ni siquiera fue mencionado. En un año, se realizaron más de 200 operaciones. Mientras tanto, Vivien Thomas había comenzado a formar a otros cirujanos que se acercaron a él, interesados en el procedimiento, y en 1947 intentó reiniciar sus estudios de medicina pero, aunque se inscribió en la Morgan State University, al poco tiempo la realidad de su precariedad salarial le hizo abandonar la idea, obligándolo a trabajar simultáneamente como camarero. Durante la mayor parte de esta historia, Vivien Thomas estuvo contratado bajo la categoría “3”, que incluía al personal de limpieza y mantenimiento. Al final, y luego de algunos desencuentros que desembocaron en la renuncia a su cargo, tras negociar con Blalock ante la Junta Directiva, Vivien Thomas llegó a ser en 1946 el técnico mejor pagado de la John Hopkins University.

Retrato de Vivien Thomas en
Johns Hopkins Hospital
La hora del triunfo.

Thomas entrenó a muchos residentes de cirugía, algunos posteriormente famosos que aparecen en la película. Con el paso del tiempo su habilidad técnica se convirtió en leyenda. Había entrenado a tantos cirujanos, luego convertidos en jefes de departamento repartidos por todos los EE.UU, que en 1968 le hicieron un retrato que fue colgado en los pasillos de Johns Hopkins, al lado del que años antes le hicieran a Blalock. En 1976, la misma Universidad le concedió un doctorado honorario en leyes, ya que ciertas restricciones imposibilitaron hacerle el merecido reconocimiento en Medicina.

Vivien Thomas falleció a los 75 años, el 26 de noviembre de 1985. La “Johns Hopkins Medicine” ha creado la “Vivien Thomas Fund” con el fin de aumentar la diversidad en la John Hopkins University School of Medicine, rompiendo barreras económicas y raciales. Con un limitado grado de educación formal, Thomas luchó contra la pobreza y el racismo para convertirse en un pionero en el área de la cirugía cardiaca y en profesor de estudiantes que se volverían los mejores cirujanos de EE. UU. Hoy en día se realizan en Estados Unidos más de 1 millón setecientas mil operaciones al corazón anualmente.

Argenta Marzo, 2009

Thomas plasmó su vida en “Partners of the Heart: Vivien Thomas and His Work with Alfred Blalock” cuya última edición editada por University of Pennsylvania Press, data de 1998.

8 Comments:

Blogger Jorge Muiño said...

Ayer miramos con mi Señora la película, mi hijo del medio también lo hizo, y verdaderamente es muy sorprendente y sumamente enriquecedor su historia. Creo que es un ejemplo de vida, de lucha contra la adversidad. Muy bueno el artículo, felicitaciones. Jorge

6:48 AM  
Anonymous Anonymous said...

La acabo de terminar de ver por segunda vez... Una vida ejemplar, por encima de la adversidad y la discriminación.

Luis Venosa

11:34 AM  
Anonymous Anonymous said...

excelente pelicula, muestra una parte de la cruda verdad que ocurre ante la discriminación...

7:37 AM  
Blogger Unknown said...

Una buena pelicula te enseña a afrontar los obstaculos. Y a continuar tus sueños y a ahcer lo q t gusta hacer

11:45 PM  
Blogger Unknown said...

Es en verdad una gran película llena de muchas grandes lección de vida, grandes adversidades superadas y la más importante el reconocimiento al trabajo de quien en verdad lo merece...

5:04 PM  
Blogger JSalazar said...

Extraordinaria película y el Dr.Vivien Thomas un ejemplo de ser humano

5:52 AM  
Blogger Unknown said...

Linda película,no me canso de verla, Vivien Thomas tenía el don en sus maravillosas manos.

3:20 PM  
Blogger Unknown said...

La vi hace años. Lloré como una magdalena de rabia e impotencia ante la estupidez y la injusticia humana. José

11:37 AM  

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