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Monday, May 05, 2008

Finlandia: otro modelo es posible. I


Las dos caras de una misma crisis.

En un artículo publicado recientemente en el medio informativo digital Argenpress.info, el periodista cubano Angel Rodríguez, AIN (Agencia de Información Nacional de Cuba), asegura bajo el título “Cuba, ejemplo de vitalidad del socialismo”, que “La gradual recuperación económica de Cuba es una muestra inequívoca de la vitalidad del socialismo como sistema, pues ha debido superar pruebas en estos años que parecían insalvables. No debe olvidarse –dice el periodista -que hace menos de 20 años, con el derrumbe del campo socialista en el Este europeo, especialmente la Unión Soviética, el país perdió abruptamente su principal socio comercial, con el que sostenía relaciones mutuamente ventajosas. De la URSS venían el petróleo y otras materias primas básicas, y hacia allá iban nuestra producción azucarera con precios justos y otros productos de exportación, a la vez que éramos favorecidos con créditos a largo plazo”.


Sin embargo, y tal cual lo documento en mi pagina: http://la-tercera-opinion.blogspot.com en un artículo anterior titulado “Finlandia, la mejor inversión, la educación”, fueron estas las mismas razones que golpearon al país nórdico a principios de 1990, cuando - producto del derrumbe de la URSS (también su principal socio comercial) –entró en una crisis de grandes proporciones, coartándole además las posibilidades de acudir a créditos, préstamos, u otras ayudas internacionales.

Una misma crisis, dos caras. Lo paradógico en estas dos situaciones de crisis -producidas en principio por las mismas circunstancias externas y en el mismo tiempo – es que a menos de 20 años de su crisis, Cuba, lejos de presentar aceptables niveles de crecimiento y progreso, presenta elevados índices de pobreza y subdesarrollo, e infra-consumo de su población - que recién ahora está tratando de revertir a través de la apertura a compras de teléfonos móviles, DVD, electrodomésticos, computadoras, etc., -mientras Finlandia, transcurrido el mismo lapso, se presenta hoy como el país más desarrollado y competitivo del mundo, prácticamente sin brechas entre pobres y ricos, y con los más altos estándares de inclusión y bienestar social.

Si bien Cuba, como asegura el periodista, sufrió inmediatamente un mayor arrecio del bloqueo impuesto por Los Estados Unidos “dificultando cualquier transacción comercial, obstaculizando créditos y haciendo abortar o retrasar diversos planes de desarrollo”, no la tuvo más fácil Finlandia, pues tanto la alta exposición a la cual quedó expuesta la nación nórdica tras su separación de la URSS, como su manifiesto intento de ingresar a la Comunidad Europea, hacían inviable cualquiera de los normales auxilios externos.

Otro argumento esgrimido por el periodista refiere a que el “Objetivo de esta verdadera guerra genocida iniciada desde el mismo 1959, ha sido el derrocamiento de la Revolución, meta de 10 administraciones norteamericanas, desde Eisenhower a W. Bush, quien la intensificó hasta niveles increíbles”. Aceptando que ello sea cierto, también podríamos citar el caso de Japón quien, convertido en chatarra después de la Segunda Guerra Mundial por el mismo país del norte, se erigió en menos de treinta años en la segunda potencia económica mundial, vengándose de sus agresores norteamericanos a través de la adopción del más exitoso método de productividad empresarial, desarrollado, precisamente, por un norteamericano. Al finalizar la guerra, Japón estaba en ruinas; en la capital, Tokyo, y en ciudades como Hiroshima o Nagasaki, apenas quedaron en pie un 10% de los edificios.

Ruinas de una Catedral en Nagasaki
¡Bienvenidas las crisis! Pero el periodista sigue a continuación intentando ¿excusar?, ¿ensalzar? el modelo cubano, aduciendo numerosos fenómenos naturales adversos como prolongadas sequías, lluvias intensas y el azote de varios huracanes que afectaron los cultivos, la producción ganadera, las zafras azucareras, y produjeron numerosos daños a viviendas, instalaciones industriales y a la población. “Súmese a lo anterior –agrega -el aumento galopante del precio mundial del combustible y el incremento del costo de los alimentos, que ha llevado a gastar en este último rubro cientos de millones de dólares para asegurar la canasta básica de la población”.

Me gustaría recordar que Finlandia resurgió de su crisis desde su pequeño y helado territorio -en gran parte compuesto por lagos y cuyo único recurso natural son sus bosques – y que por estar cerca del océano glacial Ártico, sufre las heladas más intensas que trae en invierno el viento norte. Mientras que Japón – un archipiélago conformado por mas de 3900 islas y único país del mundo que ha sufrido un bombardeo atómico (las bombas lanzadas por los Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945), si bien es autosuficiente en arroz, debe importar más del 50% de sus necesidades de otros cereales, alimentos, y materias primas. Podríamos recordar también, que a principios de los años 90 estalló en Japón una violenta burbuja inmobiliaria que le costó 16 años de deflación, y de la cual recientemente se está recuperando. Aún así, la economía japonesa es la más grande del mundo después de la de Estados Unidos, con aproximadamente un 15% del PIB mundial.

Lejos de negarle a Cuba sus logros en educación, en salud pública, y aún en deportes, logrando índices en estos campos superiores a los alcanzados en algunas naciones del mundo desarrollado, no excuso los altos niveles de pobreza y exclusión, y las contradicciones del régimen comunista, que ha mantenido por más de cuarenta años a la mayoría de sus ciudadanos fuera de una aceptable calidad de vida, y del trato preferencial dado a los turistas y a privilegiados representantes del régimen. ¡No hay excusas!

Estado de bienestar social. Quizá dentro de su sistema capitalista, Finlandia ha demostrado ser mucho más socialista que los propios comunistas. En Finlandia no existe analfabetismo; tiene un sistema de educación obligatoria entre los 7 y los 17 años y todos los niños deben completar la primaria que dura 9 años. Posteriormente pueden decidir si asisten a escuelas profesionales o a la universidad. El sistema educativo es gratuito, y según informes del Departamento de Estadística de Finlandia, todos los habitantes asisten a educación primaria y secundaria y un 65% ingresa a la universidad.

Con la tercera tasa más alta de la Unión Europea, los ingresos por impuestos representan un 46% del PIB, y el IVA se sitúa como uno de los más elevados de Europa. Pero el Estado destina un 42% del gasto público a la protección social; un 13% a educación y 12% a la salud. Por ello existen guarderías y alimento gratuito para los menores de edad, y salud y educación pública para todos. Las madres que se encuentren en maternidad tienen una licencia remunerada de 11 meses y los hombres siete semanas. Las familias reciben 100 euros al mes por cada hijo menor de edad. Estas facilidades han permitido a las mujeres finlandesas trabajar y tener familia. Hoy en día, el 70% del parlamento está compuesto por mujeres y son la mitad de la fuerza laboral. Recientemente, el gobierno aprobó una pequeña remuneración para que los hijos cuiden de sus padres ancianos. En Finlandia no hay corrupción; porque ni la conciben ni la necesitan..

¿Capitalismo? ¿Socialismo? Si algo nos deja en claro el ejemplo de este país nórdico, es que aquellos que tienen la necesidad de explicarlo todo como el resultado de una ideología o un “sistema” predeterminado, están demostrando la mediocridad de negar su propia capacidad creativa, innovadora, y responsable. El ser humano nació para ser libre; aquellos que quieran encerrarse y encerrar a los demás en la arbitrariedad de un dogma o una ideología esclavizante, terminarán pagando las deudas de su propio fracaso. Finlandia es el ejemplo de un “capitalismo responsable” en donde no hay abusadores ni abusados, porque los esfuerzos están centrados en una relación ganar-ganar en la cual nadie quiere vivir entre perdedores.

Finlandia nos muestra tanto el fracaso del socialismo “mal entendido” como del capitalismo “mal habido”. Nos muestra la superación del ser humano sobre sus propias miserias, egoísmos, y debilidades. Nos muestra al ser humano como debe ser: en la dimensión de su “humanidad” creativa, solidaria, magnífica, por cuanto ensalza el estado de bienestar social como el máximo exponente de la dignidad humana. Finlandia no es Estados Unidos, ni Rusia, ni China ni Cuba.. Es simplemente Finlandia: un ejemplo para mirar más allá de potencias, ideologías o sistemas. Quizá, un ejemplo para aprender a construir nuestro propio modelo!


Argenta Mayo, 2008

1 Comments:

Blogger MIMO said...

excelente articulo !!!

finlandia el pais hiperboreo del siglo XXI

7:01 AM  

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