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Saturday, April 05, 2008

El reino de un país al revés..



Donde se castiga al honesto y se premia a quien no lo es..
En estos días ha circulado por Internet la angustiosa carta de un hombre recluido en prisión –sin que nadie tenga claros los motivos –en un desgarrador testimonio humano que demuestra la crueldad de quienes en su obsesión de protagonismo y de poder, desestiman y subestiman la justicia, poniéndola al servicio de los caprichos personales. La carta en cuestión me llena de impotencia, de rabia y de dolor, porque involucra a personas a la cuales tuve el agrado de conocer y con las cuales –como dirigente vecinal –tuve ocasión de trabajar estrechamente en beneficio de mi comunidad. Me permitiré reproducir tan sólo algunos párrafos de dicha comunicación, evitando nombres, hechos y circunstancias, que pudieran empeorar su situación.

“Hoy cumplo 24 meses de juicio y 38 meses privado de mi libertad, confundido entre la ira y la tristeza, lleno de incertidumbre y frustración, sintiéndome como en la mitad de ninguna parte. Mi vida se reduce a un pasillo de 25 mts por 1. 1/2 de ancho y un calabozo de 2x2 m. Todo a mi alrededor es concreto, sin ventilación, solo veo la luz del sol cada 15 días. Todos aquí respiramos el mismo aire que exhalamos. A estos pasillos los llamo el corredor de la muerte.

Juegan con nuestra paciencia, haciéndonos recorrer –hasta la fecha- 36.000 Km. esposados o lo que es igual más de 500 horas dentro de un carro. Muchas veces, hemos llegado al lugar del juicio y nos encontramos con que la audiencia no se dará, las razones han sido miles.
La juez a cargo (…) quien a su cargo ha realizado 184 audiencias, en 24 meses, a saber, más de 1000 horas en audiencias. En este tiempo han declarado 175 testigos, se han presentado 6.000 fotografías, más de 20 horas de videos, 44 expertos (…) han revisado 250 experticias, en diferentes especialidades y todas llevan a la misma conclusión, NO hay relación de Causalidad alguna (…) acerca de mi participación en estos hechos”.

Quizá a usted, amigo lector, estas le parezcan declaraciones de un prisionero de las cárceles de Abu Graib, Guantánamo, o algún lugar aún peor del mundo, si es que lo hay..Quizá le parezca ésta alguna de las pesadillas salidas de la mente enfermiza del Sr. Bush y ordenadas por el establishment del terror, el saqueo y la destrucción, tras la excusa de buscar armas de destrucción masiva y sustancias químicas que nunca llegan a encontrar. Pero no; pese a todas las vergüenzas que alberga en su cocina el imperio del norte, ni al propio Sr. Bush se le permitiría un atropello semejante contra un ciudadano norteamericano..por lo menos dentro de su propio territorio.

Y el ciudadano al cual yo me refiero, lleva más de 24 meses de juicio y 38 privado de libertad dentro de su propio país, sin que se le haya juzgado, encontrado, comprobado, o acusado, absolutamente de nada! Tampoco es un prisionero de las FARC. Increíblemente es un venezolano de 48 años, casado y con 2 hijos menores, quien laboró durante 23 años en una importante Institución de su país, ocupando varios cargos, y haciéndose merecedor de reconocimientos y condecoraciones. La misma suerte corren otros dos altos funcionarios de reconocida probidad profesional a los cuales conozco, habiendo sido uno de ellos condecorado el mismo día que yo, hace siete años atrás, en un acto en el cual me correspondió ser el orador de orden en nombre de las comunidades vecinales organizadas. Ayer, lo condecoraban por sus valores cívicos y ciudadanos; hoy, lo mantienen encarcelado por la misma razón!

Contradictoriamente, mientras este país sorprende al mundo solicitando el estatus de beligerancia para los grupos irregulares que han sembrado el terror y el horror en una nación hermana; que han producido el éxodo de miles de ciudadanos fuera de su territorio; que según fuentes de la ONU han reclutado a más de 6.000 niños combatientes; que se alimenta y alimenta el negocio del narcotráfico y que mantiene por años en condiciones infrahumanas como rehenes a otros cientos de ciudadanos, aquí se juega a la venganza, a la persecución mediocre, al “gallo ciego” tapando los ojos de quienes ejecutan las órdenes para satisfacer a un régimen que no quiere aceptar sus debilidades.

Es la ironía de un país considerado entre los más inseguros del mundo y en el cual pierden la vida más de 13.000 ciudadanos anualmente a manos del hampa. En el cual la justicia no hace justicia ni juzga a miles de prisioneros hacinados en cárceles convertidas en universidades del delito, mientras se reivindica a extraños que han sido condenados por la comunidad mundial por sus actos de barbarie, y se encarcela a su vez, a quienes ayer se ocupaban de proteger la vida de los ciudadanos honrados y decentes dentro de su país. Es un país al revés; en el cual se valora más a los delincuentes foráneos que han matado y secuestrado a soldados, empresarios, agricultores y ciudadanos nacionales, que a los propios ciudadanos nacionales.

Cada tanto tiempo, surgen hechos, personajes y circunstancias, empecinadas en hacernos dudar de la vigencia de aquellos principios, valores, y éticas morales, con los cuales nos amamantaron y criaron nuestros antepasados. Y aunque hemos llegado a aceptar, razonadamente, que ni todo es tan negro ni todo tan blanco, y que la vida se compone de varios grises intermedios, hay creencias que tienen que seguir manteniendo su exigencia para que la vida misma siga teniendo su vigencia. Para algunas personas, la ética, la honestidad, la rectitud, el sacrificio y la entrega personal, son valores de conciencia. Para otras, los contextos permisivos y los oportunismos circunstanciales les permiten evadir las responsabilidades colectivas y fraguar alianzas de conveniencia. Mi familia, mis amigos y yo, estamos entre los primeros. Aunque vivamos en el reino de un país al revés.

Argenta
Marzo, 2008

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