Una Cumbre a la altura de una Cumbre..
Y es que quizá lo más sabroso y nutritivo de esta Cumbre, está precisamente en lo que para algunos puedan haber sido las notas disonantes –o como titularon tontamente algunos medios –“altercado ensombrece cumbre”..o “monumental bronca en la cumbre”, etc. etc.
Porque, perdón, pregunto yo; ¿para quien son estas cumbres? ¿Para el deleite y la infaltable manipulación de la prensa buscando titulares vendedores? ¿Para el permanente ejercicio de la verborragia buscando aplausos entre las empatías asistentes? ¿O para realmente atender, analizar, desnudar y comprometerse con las necesidades mas que postergadas de nuestros pueblos? Lo que había que decir se dijo y es muy bueno que se haya dicho. Y es muy bueno que el mundo todo se entere de que al manifestar y debatir lo que nos ha separado, estamos dejando atrás el pasado, y preparando la fortaleza del futuro que construiremos juntos. Terapia grupal, lo llamarían algunos…¿y por qué no, si da resultados?
Una de las ideas a recoger de esta Cumbre fue, sin duda, la de haber destinado un espacio para que los presidentes pudieran debatir y analizar sus diferencias fuera de la “diplomacia de micrófonos”, que convierten en poco serio, aquello que si lo es. Creo que es bueno que nos vayamos olvidando de las tradicionales Cumbres para el periodismo, y pensemos de verdad en las Cumbres para el beneficio de nuestros pueblos.
Cada quien defiende su rebaño…
Yo le recordaría al inteligente y buen Presidente Rodríguez Zapatero -sin ánimo de excusar las descalificaciones groseras que en otros artículos he criticado al Presidente Venezolano -que así como el fulano Aznar fue elegido democráticamente por su pueblo, también lo fue el Presidente Chávez, y por mayor cantidad de veces. Por lo cual nada ni nadie habilitan al pobre y triste personaje Aznar –que entre otras cosas le mintió vergonzosamente a ese pueblo que lo eligió –para andar hablando pistoladas cada vez que le brindan un espacio para descalificar al Presidente Venezolano o a cualquier otro, pretendiendo ganarse cuotas de credibilidad entre lo más rancio de la derecha mundial, entre ella, su socio y compinche el Sr. Bush. Aznar es un triste personaje de la política española.
Por otro parte, y con todo el respeto, la estima y el cariño que me merecen tanto José Luis Rodríguez Zapatero como el magnífico pueblo español, les recordaría que el Rey Juan Carlos es “su Rey”, más no el nuestro. En todo caso, recordar también que tanto el jefe de Estado como el jefe de Gobierno de España, estaban ahí como representantes del pueblo español y no como representantes del Señor Aznar. Y finalmente, algo que ha reconocido parte de la opinión española: que el Rey no tiene autoridad para hacer callar a un presidente dentro de su propio país, ni menos para hacerlo con otro -Iberoamericano -fuera de su trono. Como afirma el diario israelí Maariv la reacción del monarca fue "no demasiado real".
Para Enrique Iglesias –alguien que sabe bastante de cumbres - la reunión que concluyó en Santiago de Chile es "la cumbre con mejor cosecha" en su experiencia. Y yo me atrevo a afirmar que sin esos “altercados” o “monumentales broncas” que según el sensacionalismo de la prensa “ensombrecen la cumbre”, la cumbre hubiera terminado ensombrecida, gris, triste y vacía, al no contar con los necesarios sinceramientos - requisito indispensable para avanzar siguiendo el ejemplo, por que no - sin complejos, pero con voluntad de inteligentes aprendices, de la mano de quienes tienen hoy tanto para enseñarnos, como nosotros tuvimos ayer para alimentarlos. Más que la historia común de luchas y sufrimientos a recordar, los desafíos implícitos en estas Cumbres deben ser el motivo de un abrazo iberoamericano que selle el compromiso indeclinable, de un futuro promisorio para celebrar.
Bienvenidas estas Cumbres y bienvenidas las diferencias que nos enriquecen, porque nadie puede pretender que seamos clones de nadie ni soldaditos de plomo a la orden de ningún monarca. Ya estamos grandes. Al que no le guste escuchar como dirimimos nuestras diferencias en estas Cumbres –que también para eso son –o pretendan asistir a ellas para recoger los chismes en los magazines, pues se equivocan de lugar. ¡Es nuestra manera de hacer Cumbres para atender las necesidades de nuestros pueblos! Y si alguno más allá, presidente, rey o lo que sea, piensa hacer de estos “empachitos” un motivo de rupturas o retaliaciones diplomáticas, es porque simplemente, no esta maduro para estas Cumbres..!
Argenta Noviembre, 2007
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