Juntas de Condominio: Escuelas de Liderazgo
Conocí a Elías durante el Foro “Diálogo sobre Liderazgo en las Empresas” patrocinado por la prestigiosa editorial McGraw Hill, en la cual era uno de los conferencistas, cuando yo me iniciaba como directivo de la Asociación Vecinal Asodonbosco, de Los Ruices, y tenía ya como cuatro años en la Presidencia de la Junta de Condominio del Edificio “Residencias ICOA-URU”. Posteriormente, me invitó en más de una oportunidad a participar en su muy polémico y escuchado programa mañanero en Radio Capital, (ubicada casualmente frente a nuestro edificio) para compartir vivencias y experiencias de mi gestión como directivo comunitario.
Elias Santana

Me llamó la atención, al integrar mi primera Junta de Condominio, comprobar que al inicio de de la década de los ´60, previendo el violento e indetenible proceso de urbanización que sufrió la zona hoy denominada Los Ruices, donde vivo con mi familia, los primeros moradores del edificio “Residencias ICOA-URU”, elaboraron un conjunto de normas de convivencia destinadas a regir la vida en comunidad. Hoy, sus simples pero enriquecedores conceptos siguen teniendo plena vigencia.
“Indudablemente, la mayor conquista que haya hecho el ser humano es lograr la vida en sociedad: –dice el documento - gracias a ello ha podido progresar; pero esa conquista supone el más alto grado de tolerancia, responsabilidad, colaboración y respeto mutuo.
Vivir en comunidad es el destino de todo ser humano y ningún hombre o mujer puede eludir tal imperativo de la naturaleza. La vida comunitaria es precisamente el símbolo de nuestra civilización; y por lo tanto trae necesarias limitaciones de nuestras actividades, que tampoco debemos eludir, convirtiendo nuestra libertad en algo muy relativo.
Esta situación se hace más delicada cuando esa comunidad es más estrecha, cuando vivimos en círculo casi familiar, como es el caso impuesto por el Régimen de “Propiedad Horizontal”. Un edificio de Propiedad Horizontal es algo así como una “gran casa” en donde cada uno de sus moradores es dueño y señor soberano de una parte de ese Edificio, “su apartamento”, pero es usufructuario y propietario en común con otras personas de ciertos “bienes comunes”.
“Indudablemente, la mayor conquista que haya hecho el ser humano es lograr la vida en sociedad: –dice el documento - gracias a ello ha podido progresar; pero esa conquista supone el más alto grado de tolerancia, responsabilidad, colaboración y respeto mutuo.
Vivir en comunidad es el destino de todo ser humano y ningún hombre o mujer puede eludir tal imperativo de la naturaleza. La vida comunitaria es precisamente el símbolo de nuestra civilización; y por lo tanto trae necesarias limitaciones de nuestras actividades, que tampoco debemos eludir, convirtiendo nuestra libertad en algo muy relativo.
Esta situación se hace más delicada cuando esa comunidad es más estrecha, cuando vivimos en círculo casi familiar, como es el caso impuesto por el Régimen de “Propiedad Horizontal”. Un edificio de Propiedad Horizontal es algo así como una “gran casa” en donde cada uno de sus moradores es dueño y señor soberano de una parte de ese Edificio, “su apartamento”, pero es usufructuario y propietario en común con otras personas de ciertos “bienes comunes”.
“No es fácil convivir en comunidad” –advierte el documento en cuestión. “Toda sociedad tiene sus leyes; toda comunidad debe tener sus reglamentos y atenerse a ellos, so pena de convertir una vida agradable en intolerable..!
Actual Control electrónico ascensores ICOA-URU
Consecuencia de esta estrecha convivencia, es que aquello que consideramos “nuestros derechos” y “nuestra libertad” se encuentren limitados por “los derechos y libertad de los demás”; imponiéndose por lo tanto una gran dosis de “prudencia” para no vulnerar los derechos del vecino, y una gran dosis de “tolerancia” para con las “debilidades” de los demás”.

Hoy, a más de cuarenta años de estas afirmaciones, el Edificio “Residencias ICOA-URU” muestra otra realidad con sus dos ascensores electrónicos nuevos, inaugurados en 2006, nuevo sistema de intercomunicadores, y otra serie de mejoras en equipos e instalaciones que permiten mantener nuestra codiciada “calidad de vida”. Buena parte de los problemas que siguen existiendo –aunque es justo reconocer que en mucho menor escala –siguen teniendo orígenes comunes; sin embargo, lo más rescatable de mi experiencia comunitaria es que –además de que el Edificio ICOA-URU es hoy uno de los más buscados a la hora de adquirir una propiedad y se ha enriquecido con nuevos co-propietarios en los últimos años –es reconocido tanto por el nivel de eficiencia de sus Juntas de Condominio, como por su alto nivel de convivencia, cordialidad y respeto, entre sus residentes.
“No es fácil vivir en comunidad” –dice el documento inicial del reglamento de convivencia; “y menos en Venezuela”, podríamos afirmar quienes hemos vivido los últimos y conflictuados años en este bello país. Venezuela –a lo largo de su historia -parecería ser el laboratorio permanente de sus gobernantes para el ensayo de la “no-convivencia”, de la exclusión, el caos, la anarquía, y la violencia. Por ello, los que hemos hecho un camino en la dirigencia comunitaria, tenemos mucho para aportar a quienes quieran sentar las bases de una nueva sociedad.
Antiguo Control eléctrico de ascensores del ICOA-URU

En todo caso, “quien no es capaz de gerenciar una buena convivencia en la comunidad en la cual vive, difícilmente podrá lograrlo con el resto de la sociedad”. De allí mi respeto a las iniciativas de líderes como Elías Santana, la Escuela de Ciudadanos y la Escuela de Vecinos, y la invitación a los lectores de La Tercera Opinión, a participar en este enriquecedor encuentro.
Quizá la mejor reflexión para cerrar este artículo, sea la frase que agregamos al inicio de nuestro primer periodo de gestión en la Junta de Condominio de las Residencias ICOA-URU: “La Junta de Condominio de las Residencias ICOA-URU tiene la mejor disposición para recibir sus sugerencias, inquietudes, reclamos y todo aquello que conduzca al mejor “espíritu de convivencia”. Pero el “espíritu de convivencia” es responsabilidad de todos y cada uno de quienes aquí habitamos”.
*Mi agradecimiento a “Manolo” (Manuel Morales de La Torre) por acompañarme como Vicepresidente en una exitosa Junta de Condominio del Edificio ICOA-URU, y mi reconocimiento a Gerardo Arias y María Isabel Ron, actuales Presidente y Vicepresidenta, con quienes colaboro en la muy acertada gestión que están realizando.
Argenta
octubre, 2007
octubre, 2007
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