Niños de hoy ¿pandilleros del mañana?
Un problema de Voluntad política.
El Programa de Seguridad Integral “Convivencia Sin Violencia” propuesto para el Municipio Sucre, Estado Miranda, en Venezuela, no apunta a resolver en el corto plazo el problema de la inseguridad y la delincuencia. Es un programa a mediano y largo plazo destinado a desmontar los hechos que generan la exclusión y la violencia, y por tanto, a detener el crecimiento exponencial de la delincuencia. ¡Todo un ejercicio de voluntad política!
El método de la represión –aún cuando necesario –está agotado! Llegó al límite de su capacidad de repuesta. Hemos tratado de echarle encima el problema a los cuerpos policiales, cuando la base del mismo es social y no policial. Los operativos conjuntos de la Guardia Nacional y la Policía Metropolitana, son medidas puntuales y sin duda efectivas, pero sin efectos de fondo. Una vez que finaliza el operativo, las cosas quedan exactamente como estaban: no queda ninguna lección, ningún mensaje, ninguna exhortación.. hasta el próximo operativo! Es un método para el hoy, no para el mañana. Y por ello, no puede ofrecer soluciones para el futuro.
Sabemos que buena parte de la delincuencia está originada en una descomposición social interna, producto de la exclusión, la desigualdad, la marginalidad, la falta de elementales condiciones de vida, de incentivos, de motivaciones. Y esto esta siendo reconocido hoy, internacionalmente. Recientemente, el Gobierno de Brasil acaba de anunciar un Plan de más de US 3.000 millones para luchar contra la violencia en ciudades y vecindarios que figuran entre los más peligrosos del mundo. "La mayoría de los problemas en Brasil pueden ser solucionados con mayores oportunidades para los jóvenes”, señaló el Presidente. Por ello, a través del nuevo “Programa Nacional de Seguridad Pública con Ciudadanía”, Brasil prevé programas de entrenamiento laboral y ayuda financiera para jóvenes vulnerables en barrios marginales, así como hacer frente al problema de los policías mal pagados y corruptos, ofreciendo cursos de entrenamiento y ayudas de vivienda para quienes trabajen en las zonas de mayor peligro, y reformar el sistema carcelario, aquejado por el hacinamiento y la presencia de pandillas, con instalaciones educativas especiales.
En Centroamérica, a pesar del apoyo norteamericano a través del FBI y el Departamento de Estado a países como Guatemala, Honduras y El Salvador, la represión no ha mostrado resultados para resolver el problema de las pandillas mara. Tanto es así que el nuevo plan, apoyado por Estados Unidos, es la prevención. Ahora, la finalidad del plan regional va más allá de coordinar a los cuerpos policiales de cada país. Es dar una respuesta a la pregunta “qué se debe hacer para evitar que un niño que nació hoy, siga los pasos de los pandilleros de su comunidad”. Y eso supone un cambio radical a los esfuerzos anteriores.
Si consideramos que el Municipio Sucre, en Venezuela -con casi dos millones de habitantes cuya mayoría reside en 2000 barrios en condiciones precarias y en zonas inestables - debe ser el mayor espejo social de la pobreza y la marginación en Latinoamérica, quizá podamos entender también el porqué es uno de los más violentos e inseguros. Muchos de estos barrios, con datas de fundación de más de 70 años están completamente colapsados. Son comunidades que crecieron sin planificación; no existen veredas, ni caminerías, ni aceras. En algunos, ni siquiera existen servicios sanitarios y menos aún agua potable. “La gente se pelea por una calle –afirmó recientemente el Alcalde Rangel Avalos- allí, hay que hacerlo todo de nuevo”.
El Programa de Seguridad Integral “Convivencia Sin Violencia” propuesto para el Municipio Sucre, Estado Miranda, en Venezuela, no apunta a resolver en el corto plazo el problema de la inseguridad y la delincuencia. Es un programa a mediano y largo plazo destinado a desmontar los hechos que generan la exclusión y la violencia, y por tanto, a detener el crecimiento exponencial de la delincuencia. ¡Todo un ejercicio de voluntad política!
El método de la represión –aún cuando necesario –está agotado! Llegó al límite de su capacidad de repuesta. Hemos tratado de echarle encima el problema a los cuerpos policiales, cuando la base del mismo es social y no policial. Los operativos conjuntos de la Guardia Nacional y la Policía Metropolitana, son medidas puntuales y sin duda efectivas, pero sin efectos de fondo. Una vez que finaliza el operativo, las cosas quedan exactamente como estaban: no queda ninguna lección, ningún mensaje, ninguna exhortación.. hasta el próximo operativo! Es un método para el hoy, no para el mañana. Y por ello, no puede ofrecer soluciones para el futuro.
Sabemos que buena parte de la delincuencia está originada en una descomposición social interna, producto de la exclusión, la desigualdad, la marginalidad, la falta de elementales condiciones de vida, de incentivos, de motivaciones. Y esto esta siendo reconocido hoy, internacionalmente. Recientemente, el Gobierno de Brasil acaba de anunciar un Plan de más de US 3.000 millones para luchar contra la violencia en ciudades y vecindarios que figuran entre los más peligrosos del mundo. "La mayoría de los problemas en Brasil pueden ser solucionados con mayores oportunidades para los jóvenes”, señaló el Presidente. Por ello, a través del nuevo “Programa Nacional de Seguridad Pública con Ciudadanía”, Brasil prevé programas de entrenamiento laboral y ayuda financiera para jóvenes vulnerables en barrios marginales, así como hacer frente al problema de los policías mal pagados y corruptos, ofreciendo cursos de entrenamiento y ayudas de vivienda para quienes trabajen en las zonas de mayor peligro, y reformar el sistema carcelario, aquejado por el hacinamiento y la presencia de pandillas, con instalaciones educativas especiales.
En Centroamérica, a pesar del apoyo norteamericano a través del FBI y el Departamento de Estado a países como Guatemala, Honduras y El Salvador, la represión no ha mostrado resultados para resolver el problema de las pandillas mara. Tanto es así que el nuevo plan, apoyado por Estados Unidos, es la prevención. Ahora, la finalidad del plan regional va más allá de coordinar a los cuerpos policiales de cada país. Es dar una respuesta a la pregunta “qué se debe hacer para evitar que un niño que nació hoy, siga los pasos de los pandilleros de su comunidad”. Y eso supone un cambio radical a los esfuerzos anteriores.
Si consideramos que el Municipio Sucre, en Venezuela -con casi dos millones de habitantes cuya mayoría reside en 2000 barrios en condiciones precarias y en zonas inestables - debe ser el mayor espejo social de la pobreza y la marginación en Latinoamérica, quizá podamos entender también el porqué es uno de los más violentos e inseguros. Muchos de estos barrios, con datas de fundación de más de 70 años están completamente colapsados. Son comunidades que crecieron sin planificación; no existen veredas, ni caminerías, ni aceras. En algunos, ni siquiera existen servicios sanitarios y menos aún agua potable. “La gente se pelea por una calle –afirmó recientemente el Alcalde Rangel Avalos- allí, hay que hacerlo todo de nuevo”.
Quizá aquí también cabría, entonces, la pregunta “¿que se debe hacer para evitar que un niño que nació hoy, y aquí, siga los pasos de los pandilleros de su comunidad..? Lo que nos queda claro, a la luz de la experiencia, es que no la vamos a responder acudiendo únicamente a la represión..Se necesita de la educación, la cultura, la vivienda digna y planificada, el deporte, la dignidad humana, y la inclusión social. ¡Y el rescate urgente de la autoridad, los principios, y los valores!!
La ciudad de Medellín, en Colombia, hasta ayer considerada entre las dos mas peligrosas del mundo con 350 homicidios por cada 100.000 habitantes, nos está mostrando –a tan solo tres años del inicio de su Programa “Medellín, la más educada” una forma de planificación, de gerencia, y de inclusión, que a logrado bajar estas escalofriantes cifras a tan sólo 36 por cada 100.000 habitantes! ¿Qué se requiere para ello? Más que nada, voluntad política. Algo que todavía le falta a Venezuela.
Argenta
Octubre, 2007
La ciudad de Medellín, en Colombia, hasta ayer considerada entre las dos mas peligrosas del mundo con 350 homicidios por cada 100.000 habitantes, nos está mostrando –a tan solo tres años del inicio de su Programa “Medellín, la más educada” una forma de planificación, de gerencia, y de inclusión, que a logrado bajar estas escalofriantes cifras a tan sólo 36 por cada 100.000 habitantes! ¿Qué se requiere para ello? Más que nada, voluntad política. Algo que todavía le falta a Venezuela.
Argenta
Octubre, 2007
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home