¡Un saludo desde mi hermoso Uruguay!
¿Qué nos pasa a la América
Latina?
Buena parte de la historia de nuestra América Latina es una suma de revoluciones, contradicciones, reivindicaciones, promesas incumplidas, y fracasos. Y me niego a creer en la simple y única excusa de los bloqueos e imposiciones del capitalismo, y sus poderosos representantes, de la América norteamericana. (¡Que sin duda han aportado lo suyo!)
Porque sin duda, nosotros hemos
aportado lo nuestro. Hemos permitido que mediocres e ineptos compatriotas,
elegidos democráticamente para gobernarnos, se afinquen en el poder
dictatorialmente, quitándonos los derechos a corregir - si nos equivocamos - aun
pagando siempre los costos de cada equivocación, con un fracaso mayor. Porque
estos son los costos aceptados de quienes decidimos pagar por conservar
nuestros valores supremos: ¡la DEMOCRACIA y la LIBERTAD!
Pero no para que unos pocos
inescrupulosos vendan nuestra soberanía y la sagrada calidad de vida de
nuestros compatriotas, a quienes solamente les importa mantenernos prisioneros
para mantenerse en el poder, defendiendo convenientes intereses extranjeros muy
lejos de nuestras realidades y necesidades. ¡Es vergonzosa la entrega -por
parte de ciudadanos de países hermanos - de la dignidad y la soberanía nacional
por las cuales lucharon nuestros ejemplares libertadores!
Que nuestros connacionales pasen
hambre y necesidades, que deban huír del país por falta de oportunidades de
crecimiento y futuro para sus hijos, y de una vida digna para sus familias, que
no dispongan de una suficiente cobertura médica ni medicamentos, ni servicios
elementales como energía para conservar sus alimentos ni agua para elaborar y
asegurar su saneamiento, en vergonzante para cualquier sociedad humana.
¿Para que, en definitiva, son elegidos y sirven los gobernantes en un país? ¿Para defender intereses extranjeros, o para asegurar la mejor y más saludable convivencia entre su gente? ¿Es válido que para que se incrusten en el poder un pequeño grupo de ciudadanos, ineptos e inescrupulosos, la mayoría deba sacrificarse, sacrificando sus familias y el resto de la sociedad? ¿Y que muchos, compatriotas simplemente deban abandonar su país de origen, pasando por las más crueles e inhumanas situaciones y condiciones, para llegar simplemente a un país amigo, que los reciba con un abrazo de hermano?
No; eso es miserable. Eso es indigno.
Y eso es inhumano. Por suerte y lo digo con orgullo, el único de los países
llamados “progresistas” Latinoamericanos, que tanto ideológicamente
prometieron, empezando el Siglo XXI, el único que fue fiel a sus principios y
valores humanos -y no defraudaron – fue nuestro pequeño /inmenso Uruguay. ¡Vaya! ¡Qué grandes resultamos ser,
intelectualmente, para ser tan pequeños demográficamente!
Es vergonzosamente comprobable, ante
un nuevo período de fiestas tradicionales y familiares, que muchos, demasiados,
de nuestros hermanos latinoamericanos, y aún hermanos de la humanidad, lo
pasarán muy mal. En países con servicios elementales restringidos, con
carencias alimentarias y condiciones de vida degradantes, la humanidad tiene
bastante poco para celebrar. Hay más
dictadores y más torturadores; más asesinos y genocidas; más cómplices de los reiterados
abusadores seriales; más refugiados en denigrantes carpas al aire libre donde
-pese a todo – juegan inocentemente los niños, los que fueron siempre
marginados, los que no tienen oportunidad de elegir, ni conocen otras
realidades - y por eso, pese a todo ¡juegan a ser felices! ¡Cuánta
bronca se me junta! ¡Cuánta impotencia junta!
A todos ellos, junto a mis amigos y
familiares, les deseo que el niño Jesús y los Reyes Magos (para aquellos que
creen en ellos) les borren de su dura cara (o caradura) la sonrisa a los inmorales
e insensibles seres que tienen más de bestias que de humanos. ¡Por suerte somos
más, aunque no seamos dueños de las sofisticadas armas para matar, ni de las
grandes riquezas para empobrecer!
¡Me siento orgulloso de mi
pequeño/gran Uruguay, que sin tener ninguna de las inmensas riquezas naturales
de tantos hermanos tan ricos, solamente con la riqueza intelectual y el
esforzado trabajo de quienes aquí habitamos, logramos construir una comunidad
humana que es ejemplo de estabilidad, de credibilidad, de confianza y de
inclusión social.
¡Felices fiestas para mis hermanos
uruguayos, y también para aquellos que decidieron compartir su vida con
nosotros!
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home